... faltaba la cereza del postre, fue cuando ciñó el vestido a su pelvis y lo subió hasta enseñarme que no traía panty su flor perfectamente depilada apenas si se dejaba ver

Toda ella era un encanto. Se presentó como kamila y yo sin cantinflear le expuse mis pretensiones. Le indiqué, que quería que estuviera con mi novia y conmigo. Ella solo dijo. –Ok, nos quedamos acá o nos vamos de amanecida-.

Esta es la historia de cómo mi novia pasó de negar a compartir mi amor con otra mujer, por amor, pudor y celos, y disfrutar de un lindo cuerpo femenino y de toda su pasión entre las sábanas de una suite.

Ninguno de los tres se imaginaba la que iba a suceder.  Tenían la ilusión secreta de vivir una experiencia al límite, pero por temor, ninguno se animaban a proponerlo.

Creyeron conformarse con una noche de sexo furtivo... hasta que las verdaderas intenciones salieron a la luz.

Catalina es una mujer que sabe lo que quiere y solo tiene un objetivo en la mente: placer.