Llegué a casa como es habitual después del trabajo golpee en la puerta y no abrió, sin embargo escuche su sonrisa maliciosa y al mirar por la ventana entre abierta y con la cortina recogida a propósito, la vi... estaba hermosa un elegante y muy corto vestido que además de sus piernas dejaba ver uno de sus hombros descubiertos, nada podría verse más sexy, sus tacones negros estilizaban su caminar, sólo podía mirar impávido desde aquella pequeña ventana como agitaba sus caderas de la manera más sensual y provocadora que podía, pero eso no le bastó, faltaba la cereza del postre, fue cuando ciñó el vestido a su pelvis y lo subió hasta enseñarme que no traía panty su flor perfectamente depilada apenas si se dejaba ver, yo sólo quería arrancar la reja y saltar sobre ella como una bestia.
Esta bienvenida sólo sería el preámbulo de lo que fue una noche de sorpresas. Me vestí para ella y la invité a salir sin rumbo cierto sólo en el camino decidimos ir a un bar gay una aventura un poco loca de la que habíamos hablado alguna vez, pues pensábamos que tal vez allí podríamos ligar una nena para satisfacer nuestros lesbicos deseos. En un bar de la 33 nos dejaron entrar no sin antes dejarnos claro lo que ya sabíamos, mientras una joven poco femenina me decía que se trataba de un bar gay pero que si queríamos podríamos ingresar otra de las niñas que también atiende allí se quedaba con la boca abierta viendo a mi amor de pies a cabeza aunque ella no lo notó, fue sólo hasta que llegó a la mesa a ofrecernos unos tragos que mi novia notó como esta niña bastante bonita de cara la miraba sin disimular que le llamaba la atención, luego de una cerveza y de ver que casi todas las niñas allí presentes llevaban pareja entendimos que no conseguiríamos ligar con ninguna y salimos del lugar.
Otra idea loca surgió, otra! de una larga lista de cosas locas que queremos hacer, salimos a buscar un sitio de striptease, con la idea que si veíamos una niña bonita le propondríamos que estuviera con nosotros, pero al llegar al sitio notamos que las strepers no tenían lo que buscábamos, ami@s ustedes entienden queríamos una nena muy bonita; ni la cerveza acabamos…
Decidimos rematar en un bar swinger pues ya era la medianoche; Lo de siempre nos dieron las llaves de un casillero para dejar la ropa y sacar las toallas, pedimos una cerveza sin alcohol y un smirnof, tras bambalinas había varias parejas algunas departiendo con otras y las más tímidas un poco más aisladas, mi amor quiso ir al tocador y camino allí observamos en la ducha una niña rubia de curvas exuberante muy guapa y sensual, bailaba al ritmo de un reggaeton justo lo que queríamos aunque sabíamos que era mucho pedir… Detrás de mi amor entro una niña de no más de 19 años simpática parecía que la cosa mejoraba notablemente.
Tomamos nuestros tragos y nos fuimos al segundo piso allí habían varias parejas, algunas de ellas entrando en calor y otras dos en la habitación teniendo sexo, hasta allí fuimos a mirar como un joven descargaba su deseo en una trigueña que tenía en cuatro sobre la cama, ella gemía y sucumbía al placer como si ya fuera a acabar, del otro lado de la habitación una mujer un poco más mayor tomaba con una mano el miembro viril de su macho y lo ponía en su boca como si fuera el último que vería, deslizaba sus labios desde la punta del falo hasta la raíz con tal destreza que sin duda sólo da la experiencia y los años; luego el altavoz anunció que nos reuniéramos en el primer piso para ver un show que habían preparado.
Después de una pausa empezó una canción suave y de atrás de la puerta de entrada emergió una fémina, un diminuto traje del FBI cubría su delineado cuerpo, unas piernas largas y una gorra negra que apenas si dejaba ver sus labios maquillados de rojo fuego, mi amor y yo nos miramos y sin hablar entendimos que era lo que ambos queríamos. Ella bailaba al ritmo de la música mientras recorría las mesas enseñando sus atributos y antojando a más de un@, el turno de nosotros llegó la nena se acercó a nuestra mesa ya sin el brad, dos senos redondos color canela un tanto escondidos por el cabello destacaban a nuestros ojos en verdad era bonita, mi amor fue la primera en tocarlos, los acarició y me miró con malicia, mi erección no tardó sentí como me empezó a tallar la toalla, luego fue mi turno puse su pezón color caramelo entre mis dedos me provocó chuparlos pero no era el momento para eso, con mi otra mano acaricie su cola suave y redonda mientras veía cómo brillaban los verdes ojos de mi amor, se bien cuanto le excita que yo haga eso..! La primera parte del show había terminado.
Sin duda esta nena logró subir la temperatura, muchas pareja se dirigían al segundo piso, nosotros no queríamos ser los últimos en subir, sin embargo al llegar allí en la misma habitación donde antes sólo habían dos parejas ahora la puerta estaba atiborrada de persona al punto que un par de mujeres estaban sobre el sofá para poder mirar dentro, allí sobre la cama se observaba un enmarañado conjunto de cuerpos sudorosos, los gemidos que de allí escapaban era imposible distinguir de quienes eran, como pudimos nos hicimos paso hasta dentro queríamos estar en vip, una vez dentro nos situamos contra la pared ya era más fácil distinguir cada pareja, no había un espacio en aquella cama que no estuviera ocupado, cada cuerpo inevitablemente se rozaba con otro, los hombres cabalgando a sus mujeres o las de los otros, las hacían gritar de placer y ellas sin más reparo se acariciaban y besaban entre sí como queriéndose devorar unas a otras, en los rostros de cada uno de los testigos de aquella sodomica faena se podía ver la lujuria, el morbo y el deseo, mi amor tampoco podía disimular su calentura, sentía como su respiración se aceleraba uno que otro suspiro también se le escapaba, como no excitarse más cuando mi novia mientras mordía sus labios de manera involuntaria apretaba mi pene vigorosamente.
No tardaron otras parejas en empezar a tener sexo en cada silla de la habitación, nosotros no nos movimos queríamos seguir disfrutando del espectáculo, satisfaciendo nuestro morbo, aquel teatro en el que los intercambios de pareja se hacían de la manera más desfachatada, así continuaron hasta ahitarse de pasión.
El megáfono nuevamente avisó que el show continuaría y corrimos a coger mesa, por supuesto que queríamos ver aquella streper de nuevo, su rutina empezó... bailó y deleitó con su cuerpo a cada pareja en la sala, esperamos con paciencia hasta que llegó nuestro turno, allí estaba de nuevo esa bella niña seduciéndonos con su singular baile, mi novia apartó su silla de la mesa y se sentó derecha con las rodillas al frente y haló la hembra para que se sentara a horcajadas de frente a ella, sus ojos brillaron de nuevo, la tomó por la cadera, con ambas manos apretó su derriére y la pegó a su vientre, la tuvo tan cerca cómo pudo, la miró fijamente, unos milímetros apenas separaban sus bocas, la deseaba lo sé, le acarició con ternura y morbo, pasó sus manos por su espalda y sus senos mientras la nena frota su cuerpo contra el de mi amor, movía la cadera y posaba su entrepierna en el bajo abdomen de mi amada.
Se movía adelante y atrás y arriba y abajo como si la estuviera penetrando sólo fueron unos segundos pero bastante excitantes, las demás parejas no dejaron de secretearse al oído viendo aquella bailarina como seducía y provocaba a mi novia luego solo se levantó y mi amor no le quitó la mirada mientras se alejaba, en verdad, ella la quería para nosotros, y yo igual.
Entonces le propuse que miráramos si la podíamos contratar; pero antes de esto aquella rubia la que estaba en la ducha cuando llegamos ya le había propuesto a su pareja que se la contratara y el sin más reparos la complació. En una habitación del primer piso en la que destacan muchas ventanas tendría lugar a puerta cerrada aquel no menos soñado y lujurioso encuentro, la rubia y su macho esperaron por la streper la cual no tardo en entrar desnuda y tapada con una toalla, de manera pues que tomamos lugar en una ventana que desde las escalas da a aquella habitación.
La rubia exhibió una gran sonrisa sin duda le alegraba tener aquella niña para ella sola, sin más preámbulos la tomó por el rostro y empezó a devorar sus labios se fundieron en un beso de esos que te hacen mojar, sonreía y la besaba de nuevo con mucha pasión sin duda lo disfrutaba, mientras metía su lengua en la boca de su hembra nos miraba a todos los espectadores con cara de “soy la envidia de ustedes" y en efecto lo era. Yo que estaba un escalón más abajo que mi novia solo atinaba a deslizar mi mano por debajo de su toalla hasta su entrepierna totalmente húmeda, aquel cuadro removía viejos recuerdos. Dentro la rubia continuaba deleitándose y saciando su lésbico capricho, esta vez besaba y chupaba sus senos con deseo solo dejaba de hacerlo para chupar sus labios, mi novia siseaba y suspiraba en mi oído al tiempo que apretaba sus piernas para sentir más fuerte mis dedos, cada vez estaba más húmeda y excitada de ver aquellas dos mujeres brindándose pasión, yo solo sentía que mi pene iba a reventar.
Luego la rubia tendió su amante striper sobre la cama y se subió sobre ella cual vaquerita y mientras la cabalgaba tarareaba y se movía al ritmo de la música de fondo, cuando se dio cuenta que todos la estábamos viendo se sonrió y la besó de nuevo, sabía que era el centro de atracción.
Prontamente se tendió sobre la cama boca arriba separó sus piernas y se apoyó en los codos, no sin antes tomar a su bella amante y acercarla para que posara su lengua en su hinchado clítoris, aquella streper lamió, chupó, y penetró con su lengua esa rosada vagina mientras hacía que la rubia se estremeciera y gimiera de placer, al punto que la tomó del cabello y la apretó contra su monte de venus hasta alcanzar el nirvana, una escena digna de playboy, por su parte el compañero de la rubia no quiso participar y lo entiendo nadie quería perderse esa escena.
Luego de aquel acto mi amor y yo nos fuimos al segundo piso con el sinsabor de no haber tenido la streper pero con la recompensa de haber visto ese fantasioso encuentro entre esas dos mamacitas, llegamos a la habitación de la lujuria en el segundo piso y nos dispusimos a desahogar tanto deseo acumulado durante la noche, nos besamos con pasión nos acariciamos, mi amor me regaló una felación como solo ella sabe hacerlo y estando en esas entraron en la habitación la rubia y su compañero, le hice señas a mi amor que no disimuló para mirarla, cuando se fijó en ella ya la rubia la estaba mirando, observaba con detenimiento los senos de mi novia, le dije que la llamara y así lo hizo, la rubia no dijo ni sí, ni no, solo se quedó mirándonos, en ese momento su compañero salió del cuarto y reconozco que aprovechamos eso para acercarnos a ella, no nos quitó los ojos hasta que estuvimos en frente suyo y lo primero que dijo entre susurros fue. "Cómasela" ...entendí que quería era seguir viéndonos mientras hacíamos el amor, le dije que nos parecía muy linda al tiempo que mi novia le acariciaba los senos, en ese momento no sabíamos que iba a pasar cuando entrara su compañero.
Sin embargo para sorpresa de nosotros la rubia se quedó mirando fijamente a mi amor, se metió dos dedos a la boca, los mojó con saliva y tendiéndose boca arriba como con la steeper se humedeció la vagina y se la ofreció a mi amor que sin pensarlo dos veces comenzó a pasarle la lengua de abajo arriba con ímpetu, solo se detenía en su clítoris al cual consentía con más ternura. Yo podía ver como su lengua entraba hasta lo más profundo y escuchaba como respiraba fuerte mmmmmm... Se deleitó chupándole y penetrándole con la lengua al tiempo que le acariciaba los senos, la puso a mil, aquella rubia chasqueaba los dientes y mordía los labios, con una mano empujaba la cabeza de mi novia para que no le sacara la lengua. Así estuvo gimiendo y jadeando presa de la pasión con que mi amor la devoraba.
Estaba calmando su antojo, aquel antojo que nos provocaba a todos, esa rubia que ahora era de mi amor, que no desaprovechó para calmar las ganas que le tenía desde que la vio en el primer piso, luego se apartó de ella, la humedad de aquella rubia se notaba en sus labios. Me dijo que ahora me tocaba a mí, obvio yo no dejaría pasar la oportunidad de probar aquella hermosa niña, de rodillas y tomando sus piernas las separé para ir por su esencia, delicada y cálida esencia entre sus manantiales y la saliva de mi amor me embriagué, metí mi lengua hasta lo más profundo besé sus labios menores y mayores y saboree su clítoris hinchado y suave como una cereza, de no creerlo, me incorporé y tomé a mi novia puse su cara junto a la mía y los dos al mismo tiempo bajamos para chuparle y besarle la vagina.
Ahora era nuestra, por un instante aquella rubia que habíamos admirado y contemplado estaba presa de nuestra morbosa lujuria, disfrutamos ese postre y después sin tener que movernos mucho mi novia se posó boca abajo en la cama con un pie en el piso y la rodilla del otro sobre la cama, la penetre hasta descargar todos mis deseos, esos que me inspira y me provoca mi amor con su pasión y su picardía. Fue después de eso que noté que otras parejas estaban viéndonos como nosotros vimos el show del primer piso.
Pero no solo a nosotros, la rubia solo alcanzó a incorporarse al lado de su compañero el cual estaba entretenido con otra nena, de razón que nunca se preocupó. Una morena se la quedó viendo por un momento y luego cruzó la habitación desde la puerta hasta donde estaba ella y sin mediar palabra la empujó a la pared, se arrodilló y hundió su rostro entre las piernas. La rubia con un poco de sorpresa pero con cara de malicia sólo se empinó y alzó los brazos como queriendo arañar la pared y se dejó llevar.
La vimos estremecerse y gemir hasta reventar no sólo a ella sino también a dos niñas que se estaban comiendo sobre un diván donde luego fueron tres. Una boca arriba besaba a otra que se posó a horcajadas en su cara, la tomaba fuerte de las caderas y le comía la vagina como si fuera un dulce. Que delicia verlas y luego la morena, la que acababa de devorase a la rubia sin duda no se quiso perder esa fiesta y se arrodillo a consentir la vagina a la que estaba boca arriba sobre el diván y así seguiría la faena hasta que todos estuvimos totalmente saciados, luego el sitio se fue quedando sólo. En las paredes y los muebles quedaba la evidencia viscosa del sexo y el desenfreno.
Nosotros seguimos esperando aquella niña que desee compartir una noche de pasión en nuestra cama, si te gustó el relato mira nuestro perfil y tal vez quieras escribirnos.
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