Como nadie mas apareció a buscarme y no habían mas contactos que mis padres, las monjas del colegio decidieron acogerme en una de las habitaciones del orfanato.
No olvidaré ese diciembre nunca en la vida, llorando sola en una habitación sin ningúna compañía, sin nadie con quien hablar. Sin saber que iba a ser de mi sin ellos.
Toda la vida la pasé pensando renegando porque no me llevaba bien con mi mamá, ahora es que notaba cuanto me amaba, cuidaba y protegía como su tesoro más valioso. Extrañaba su orden, la ropa impecable, suave y perfumada, la comida caliente, sus cuidados cuando estaba enferma, su delicadeza, su forma educada y estilizada al hablar, y si, hasta cuando me corrigía.
Mi padre, mi guia, la chispa de mis sueños. Extrañaba su risa, su capacidad de asombro, su curiosidad pero lo que mas me hacía falta era encontrar esos ojos cálidos que no me dejaban de mirar mientras sostenía mis manos y le contaba todas mis preocupaciones o anhelos.
Antes pensaba que era una prisionera en jaula de oro. Ahora estoy de verdad atrapada y sola en un cuarto gris, una ventana con barrotes y una cama fría.
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Sor Rita por sus tareas como madre superiora apenas y le daba tiempo de preguntar por mi, se que hacía su mayor esfuerzo pero no era yo la unica niña sin padres a la que debía ayudar. Ahora también le tocaba lidiar y scara excusas a los medios que como aves de carroña quería entrevistarme o scarme fotos para llenar sus titulares amarillistas.
Estuve varios dias encerrada en la habitación, acostada, llorando y apenas probando bocado. De no ser por la hermana Claudia que me hizo salir y caminar con ella por los largos corredores por horas creo me habría vuelto loca.
Ella prácticamente se dedicó a mi, hablamos mucho sobre la vida y la muerte. Cuando me daba clases de biología en bachillerato sabía que me apegaba mas a la ciencia que a la religión, por lo que trataba de mantener las conversaciones fuera de sus creencias religiosas llevándolas más a un plano filosófico y existencial.
Cuando estaba un poco mas dispuesta y receptiva trató de que me entregara a la oración y la fé, hasta intenté "hablar" con Dios pero nunca obtuve respuesta, tampoco la esperaba. Sin embargo le agradezco porque de alguna forma si me ayudó a calmarme, respirar y hasta meditar, a buscar un lugar tan silencioso donde pudiera escuchar hasta mis pensamientos.
Lo irónico es que ese lugar resultó ser la capilla horas antes de la primera misa. De rodillas mirando esa sanguinaria imagen de Jesús ensangrentado y clavado en la cruz, cerré los ojos, respire profundo y mi mente me llevó a la sala de mi casa.
Mi madre viendo la TV y mi padre al lado abrazándola, dándole besos en la mejilla, diciéndole cosas al oído que la hacian reir.
Los miraba y se me salían las lagrimas pero igual reía y estaba feliz de poder recordarlos así.
- ¿Que pasa mi niña? ¿Por qué sigues llorando? --dijo mi padre extendiendo sus brazos--
Salí corriendome metí entre ellos dos, apoyando mi cabeza entre el pecho de mi madre y llorando a mares mientras me consolaban.
- Los extraño mucho
- Nosotros también te extrañamos mucho Mage, pero sabes que... --me hicieron sentar en el medio-- ...no te preocupes mas que nosotros estamos bien
- Pero me dejaron sola
- No mi amor --mi madre me dio un beso en la cabeza-- nosotros siempre vamos a estar ahí para ti, cuando nos necesites cierra los ojos y recuerda
- No quiero recordar, quiero tenerlos conmigo. Vengan por mi ¿no quiero estar sola en este mundo sin ustedes?
- No Mage, que cosas dices --respondió mi padre con su típico tono de charla para restarle drama-- nosotros te criamos para ser una persona fuerte y te preparamos para que cosas como estas no te detuvieran
Mi madre me abrazo con mas fuerza la miré a los ojos e hizo esa cara que hacía cuando trataba de ser valiente para que yo lo fuera, con las lagrimas colgadas de un hilo antes de saltar. Él se bajó del mueble, se hizo al frente apoyando una rodilla en el suelo, se quitó sus gafas y las metió en su bolsillo, un gesto muy suyo, típico de cuando va tocar un tema serio.
Me tomó de las manos y me miró fijo achinando un poco sus ojos con una expresión de alegría.
- Mira Mage, hay tiempos buenos y hay tiempos malos, de los buenos se aprende a estar preparados para los malos y de los malos a ser fuertes y disfrutar los buenos. Lo mejor que se puede hacer es esperar lo mejor pero preparase para lo peor porque los malos casi siempre llegan de forma inesperada, por eso esque siempre te dimos la mejor educación que pudimos y te enseñamos con el ejemplo a ser una mujer amorosa, integra e inteligente capaz de soñar con lo imposible y hacerlo realidad...
Se inclinó apretando mis manos, dando un calido beso.
- Pero... --me silenció con su dedo indice-
- Nos gustaría haber estado mas tiempo contigo verte convertir en una mujer y hasta conocer tus hijos, pero esto paso y no se puede cambiar. Acepta tu realidad, reevalua tus opciones y has los ajustes necesarios en el camino... el mundo no para de girar ¿recuerdas cuando hablamos de la evolución?
- Si, adaptación y cambio
- Exacto Mage, adaptación, cambio y no rendirse son claves para la superviviencia. Por eso estamos tranquilos y sabemos que aunque no estemos ya estás preparada para tener una buena vida
- ¡Ay Pá! --las lagrimas se me salian solas--
Se acercó, me abrazaron entre los dos y me apretaban tan fuerte que hasta sentía sus corazones palpitar dentro de mi cuerpo.
- No desistas de tu sueños96Please respect copyright.PENANA0h0YurESrM
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- Nunca pá, nunca, veras que me voy a convertir en ingeniera y los padres les van a leer a sus hijas sobre mi, asi como tu lo hiciste conmigo96Please respect copyright.PENANAU5NAdpHq9C
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- Estamos orgullosos de ti Mage
- ¡Los amo! ¡Los amo mucho!
- Nosotros a ti Mage, por siempre
Una luz brillante y encegecedora cubrió de blanco todo, la imagen desapareció de mi mente junto con ellos. Al abrir los ojos me di cuenta que un rayo brillante del sol pasaba entre una de las puertas que se abría directo a mi cual imágen de la biblia.
Me causó risa por la coincidencia del momento, casi como de novlea. Me sentí un poco aliviada y en paz de haber tenido esa conversación con ellos y poderme despedir.
- ¡Señorita Eugenia! Al fin la encuentro
Entró la hermana Claudia con una gran sonrisa apurando el paso que hacia eco en el recinto. Se hizo en la silla del frente y me tomo de las manos.
- Señorita Eugenia, logramos contactar a la hermana de tu mamá, mañana viene a recogerte
Mi corazón se llenó de felicidad. Mis padres tenían razón solo era cuestion de tiempo para que las cosas mejoraran.
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