En la oscura y misteriosa casona del Rímac, la casa grande conocida como El Borda de 40 departamentos, la historia del departamento 12 y su altillo encantado se contaba entre los vecinos. Pero una joven valiente llamada Alicia, a quien le encantaba lo misterioso, decidió subir al altillo y descubrir los secretos que se escondían allí.

Mientras subía las escaleras viejas hacia el altillo, Alicia sentía que el aire se ponía más frío y espeso, como si algo la estuviera mirando con ojos invisibles. El lugar parecía llenarse de una energía extraña y antigua, susurrando palabras que no se entendían y le ponían la piel de gallina.

Cuando llegó al alto, Alicia se detuvo un momento, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al enfrentarse a lo desconocido. Con coraje y determinación, decidió cruzar la puerta y adentrarse en lo oscuro.

Dentro del altillo, reinaba la penumbra y objetos antiguos se amontonaban en sombras bailarinas. Los susurros inquietantes se hicieron más fuertes, convirtiéndose en murmullos que parecían contar un secreto oscuro. Alicia siguió adelante, desafiando el miedo que amenazaba con paralizarla.

En el centro del altillo, una figura misteriosa y sobrenatural se apareció frente a ella, proyectando una presencia extraña y poderosa. Sus ojos brillaban con una luz mágica, descubriendo la verdad oculta que se escondía en El Borda de 40 departamentos. Alicia se preparó para descubrir el misterio que liberaría al altillo de su hechizo ancestral.

Alicia se encontraba paralizada frente a la figura misteriosa que se alzaba ante ella en el altillo encantado del departamento 12 de El Borda. El ser emanaba una energía oscura y una presencia sobrenatural que helaba la sangre del valiente joven. Con un susurro aterrador, la figura pronunció una única palabra que resonó en el altillo: "Regresa..."

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Alicia cuando los susurros misteriosos comenzaron a llenar el altillo, como una canción siniestra que hacía eco en las paredes antiguas y resonaba en su mente con una voz fantasmal y penetrante. Las palabras antiguas y misteriosas retumbaban en el aire, envolviéndola en una atmósfera de inquietud y temor.

"Los secretos te acechan", susurraba una voz antigua y perturbadora, mientras las sombras cobraban vida a su alrededor y los objetos olvidados parecían observarla con ojos vigilantes. Alicia se sintió envuelta en un torbellino de emociones, donde el miedo y la curiosidad se entrelazaban en un baile macabro de incertidumbre y suspenso.

Decidida a descifrar el enigma que esconde El Borda, Alicia se adentró en el oscuro laberinto de secretos, desafiando los susurros temibles que resonaban en el altillo y la invitaban a un viaje por lo desconocido. Cada palabra susurrada llevaba consigo un mensaje oculto y perturbador, desatando una sensación de intriga que la impulsaba a desvelar la verdad oculta de la casona encantada.

Mientras los susurros amenazantes seguían resonando en el altillo. Alicia sabía que el pasado reclamaba su precio y que un destino sombrío guardaba entre las sombras de eventos sobrenaturales pasados ​​que aún afectan el presente en la borda de 40 departamentos...