En una noche oscura y silenciosa en la antigua casona del Rímac, la joven Alicia y su inquieto hermano Kiko se preparaban para dormir en sus habitaciones contiguas. El aire pesado y cargado de misterio se entretejía con el suave aleteo de murciélagos que habitaban en los rincones oscuros de la casa ancestral. En uno de los altillos, donde se amontonaban objetos antiguos y olvidados, se escuchaban susurros y un aleteo inquietante que ensombrecía el ambiente.

Una noche, mientras los habitantes de la casona se sumían en el sueño, un perturbador sonido de aleteo resonó en la penumbra. Alicia, despertando sobresaltada, creyó inicialmente que era una paloma intrusa que se había colado en la casa. Sin embargo, al encender la luz, la realidad macabra se reveló ante sus ojos: un murciélago, con sus alas negras extendidas, revoloteaba de forma desordenada y chocando con las paredes y objetos en una danza siniestra de caos y temor.

El terror se apoderó de la habitación cuando el murciélago descendio y se posó en el hombro de Alicia, su presencia amenazante impregnando el aire con una oscuridad palpable. Los gritos aterrados de los hermanos resonaron por la casa mientras la madre, armada con una escoba, intentaba luchar contra la criatura de la noche en un intento desesperado por proteger a sus hijos de la criatura de la noche que parecía haber despertado en la casona del Rímac.

La abuela, con su sabiduría antigua y su valentía sobrenatural, logró capturar al murciélago en un acto de destreza y coraje, protegiendo así a la familia de una presencia maligna que acechaba en las sombras. Sin embargo, la presencia macabra del murciélago dejó una impresión duradera en el hogar, una sensación de terror y una oscuridad que se sintió en la casa como una presencia espectral.

Al día siguiente, el descubrimiento de una foto borrosa en el periódico, con una joven en pose misteriosa con un ave en el hombro, desencadenó una serie de eventos extraños y escalofriantes. Rumores de jóvenes inquietantes de Hollywood visitando la casa para llevar a Alicia se propagaron, creando una atmósfera de suspenso y temor que envolvía la casona en una incertidumbre inquietante.

Desde esa noche de terror y misterio, la antigua casona del Rímac quedó marcada por la presencia del murciélago, un símbolo de un mal ancestral y una oscuridad inexplicable que desafió la valentía y las creencias de quienes habitaban la casa. La joven Alicia y su hermano Kiko, armados con su coraje y determinación, se enfrentaron a lo sobrenatural, descubriendo en las sombras del pasado un enigma que desafiaba toda lógica y razón. ¡Que la historia de terror perdure en el recuerdo de aquellos que se atrevan a escucharla, envuelta en el misterio y el temor de lo desconocido!...Fin