Capítulo 2: "El Amor de Metal: El Robot que Imita el Amor"

Cygnus leyendo el libreto se miraba al espejo y hacía movimientos extraños torpes de pronto se acercó sus labios metálicos al espejo para darse un beso al chocar contra el espejo lo hizo trizas se puso nervioso no sabía qué hacer iba a juntar los trozos de vidrio y luna salió de la ducha y lo vio y le dijo ¿qué hiciste Cygnus? y se echó a reír a carcajadas.

Cygnus empezó a reír con ella ya imitarla en todo lo que hacía ella le dijo siéntate él fue y se sentó ella recogió los vidrios y luego se acercó a él olvidándose que ella estaba recién bañada tenía el cabello mojado y le dijo quieres saber cómo se da un beso y acercándose a sus labios lo besó de pronto sintió una corriente que erizó sus cabellos y cayó sentada

Cygnus empezó a reír a carcajadas y luna también Y desde ese día luna practicaba sus escenas con Cygnus, se hicieron buenos amigos pero ella no lo había programado él solo trataba de imitarla así pasaron los meses y un día signos se metió a la ducha a bañarse hizo un corto circuito.

cuando luna se dio cuenta Cygnus estaba caído en el baño ella no sabía qué hacer se culpaba porque ella no lo había programado entonces se dio cuenta que Cygnus solo la imitaba.

Muy apenada se fue a la universidad se sintió culpable y triste y extrañaba a Cygnus le contó a sus amigas la tragedia que vivían ellas no la entendieron y solo se rieron de ella diciéndole que votara esa chatarra a la basura.

Entonces luna decidió vender su equipo de sonido su televisor y su laptop para poder pagar el arreglo de Cygnus y así lo llevó a que lo repararan y logró regresarlo a casa, una vez en casa programó a Cygnus y trató de explicarle que él era un robot. no un ser humano pero él no entendía porque se sentía enamorado de luna

Luna le explicó a Cygnus que él no podía hacer algunas cosas que ella sí, como bañarse. "Tú eres un robot, Cygnus, no un humanoide. Los humanoides tienen una piel de silicona que los protege, pero tú eres de metal, y el agua te haría daño", le dijo Luna. "Y tienes que tener cuidado con el vidrio, tu fuerza es muy grande y puedes romperlo fácilmente".

Pero Cygnus quería ayudar a Luna. Cuando ella salió, dejando el baño sucio, él la observará con atención. Vio cómo se ponía los guantes de látex para limpiar y pensó que él también podía hacerlo. Se puso los guantes y lavó el baño con esmero.  

Luego, decidió trapear el piso, también con los guantes puestos. Cuando Luna regresó a casa, encontró todo reluciente y limpio. Corrió al cuarto donde había dejado a Cygnus y lo abrazó con fuerza. "¿Estás bien, Cygnus? ¡Respóndeme!", le dijo con preocupación.

"Me siento mejor que nunca, Luna, ¿por qué estás preocupada?", respondió Cygnus. "Te has mojado, te dije que no lo hacías, podías haberte dañado", le dijo Luna. "Usé los guantes que tú usas y no pasó nada", respondió Cygnus.

Luna lo abrazó con más fuerza y ​​le dijo: "Por favor, Cygnus, no debes hacer eso. Costó mucho arreglarte de nuevo y no tendría cómo volver a arreglarte si te dañas. Debes prometerme que no volverás a mojarte, promételo".

Y Cygnus le prometió. Esa noche, observó a Luna mientras dormía. Al día siguiente, cuando Luna se fue a estudiar, Cygnus se acostó en la cama. Como Luna siempre daba un brinco y se echaba en la cama, aventándose, Cygnus hizo lo mismo. Pero esta vez, su cuerpo robótico era más pesado y ¡rompió la cama!.

Al regresar Luna de la universidad, vio su cama rota y le preguntó a Cygnus: "¿Qué ha sucedido? ¿Por qué mi cama está rota?". Él respondió: "No sé por qué se rompió. Yo solo me quise acostar un rato. Pero... ¿te aventaste acaso sobre la cama?".

Cygnus, con una mirada confusa, dijo: "¿Aventarme? Yo me acosté como tú siempre lo haces, dando un brinco".

Luna soltó una carcajada y le dijo: "¡Ay, Cygnus! ¿Cómo se te ocurrió hacer eso? Ahora, ¿cómo dormiré?". Sin ponerse a pensar, comenzó a sacar sus cálculos en su memoria. "¿Sabes qué?, si me traes unas tablas de esta medida y unos tornillos, yo puedo arreglarlo". Luna fue y trajo lo que Cygnus le pidió. Él arregló la cama, la dejó como nueva y la reforzó.

Esa noche, Luna le dijo: "Desde ahora dormiremos juntos en la cama, pero tienes que tener mucho cuidado para echarte". Ella supo que él solo la imitaba y que ella era la culpable de que la cama se hubiera roto, porque si ella se hubiera echado siempre con cuidado, él no se hubiera tirado sobre la cama.... Continuará.