Tengo una vecinita que esta llegando esa edad donde se ven como unas niñas, pero ya empiezan a tener cara y cuerpo de mujer. Debe estar cerca de los 18 años, un poco más eso espero.
Ella practica ciclismo y cada que la veo salir no dejo de morbosear en mi mente con ella. Me imagino recorriéndola de la cabeza hasta los pies con la lengua y hasta me alcanzo a imaginar lo rico que debe oler su entrepierna.
Pasa muy temprano a entrenar con su bicicleta y sus trusa ceñida al cuerpo que siguen las curvas de su figura. La lycra negra me gusta porque resalta su color de piel, pero la blanca me gusta aún mas porque marca su entrepierna, deja ver lo apretadita que está y sus labios un poco abultados. Ella no es muy alta, blanca como la leche, ojos color miel, cabello más abajo de los hombros, lacio y color castaño, piernas perfectamente torneadas, un culo duro y carnudo, sus senos son pequeños pero firmes.
Se le nota la pendejada por mi esposo que casi le debe duplicar la edad. Cada que lo ve se pasa el cabello por las orejas y su mirada cambia, primero lo mira a él, cuando se encuentra en sus ojos baja la mirada y suelta una sutil sonrisa. Sin duda, ese tipo de cosas las hacemos las mujeres cuando alguien nos gusta y a esa edad es inevitable ocultarlo. Por el contrarío a mí ni me determina, si me la encuentro por ahí, hasta me hace mala cara, lo cual yo disfruto, pues esa carita tan tierna toda enojada me excita mas.
Ya he hablado el tema con mi esposo y esta niña esta tan sumamente deliciosa, como a mí no me para bolas, entonces le propuse que aprovechara él solo, pero no lo he podido convencer porque insiste en que a esa edad son un encarte.
Ya no sé como más convencerlo, así que decidí escribir este relato, que obviamente pertenece a la fantasía, pero que espero se vuelva realidad.
Esposito mío, esto te lo escribo con todo mi amor, espero que lo disfrutes.
***
Cuando una mujer se propone algo, no se le sale de la cabeza hasta que lo logra, después de mucho pensarlo tenia que hacerme su amiga a toda costa.
Empecé a salir a pasear con el perro, los días de su entrenamiento, cada vez más temprano por la ruta que me la encontraba para conocer su lugar favorito. Después de varias semana, descubrí que uno de sus lugares favoritos de entrenamiento, queda cerca a la casa y lo visitan muchos deportistas amateur y expertos, para caminar, trotar, patinar y obviamente montar en bicicleta.
Siguiente paso, ir a entrenar patinaje los mismos días. Empezamos a coincidir en las horas de entradas y salida y saludarnos al paso, nos tomamos confianza y algunas veces nos regresábamos hablando hasta la unidad residencial.
Bastante interesante salió la cagona, no solo era deportista, sino que le gustaba mucho estudiar y leer. No tardamos en empezar a intercambiar libros e historias.
***
Ya no solo nos veíamos en entrenamiento, sino también en la unidad donde vivimos. Ella hasta venía a la casa buscando ayuda con las tareas. Uno de esos días mi esposo estaba preparando la comida y yo estaba trabajando con el portátil en el comedor, ella toco a la puerta.
Estaba aún con el uniforme del colegio y tenia un problema de trigonometría que no entendía, yo me senté y ella se quedo de pie, se agachaba hacia la mesa tratando de explicarme lo que no le daba, dejándole una vista irresistible a mi esposo de sus bien torneadas piernas y un poco de sus cacheteros.
Miraba de reojo, él estaba disfrutando esa vista. No tengo ni idea de trigonometría, pero traté de alargar lo que más pudiera esa pose. Lo llamé y le pedí que la ayudara, mientras yo servia la comida.
Corrió una silla a su lado y la hizo sentar, le explicó lo mismo varias veces, pero ella estaba más ocupada mirando sus manos y como le hablaba que el problema. Si alguna vez tuve dudas, ese día confirme: definitivamente, le encanta.
Serví tres platos y los coloque en la mesa, corriendo algunos cuadernos y libros.
- Ay no, que pena, yo solo venia a esto -colocándose en pié-. 379Please respect copyright.PENANAzgahTd7ZOJ
- Ya te serví, no me vas a despreciar la invitación ¿cierto?
Gentilmente la hice sentar de nuevo en medio de los dos, empujándola de lo hombros. Hablando pendejadas de cuando nosotros estudiábamos, logré que tomara más confianza. Ahora ellos hablaban de forma natural. Excelente.
***
En pocos meses, me volví su confidente y me contaba casi toda su vida, pues sus papás aparte de estar demasiado ocupados trabajando para lo único que servían era para que cada que ella pidiera algo material se lo dieran. Al parecer el tiempo no era un regalo que le pudieran dar.
Conversamos demasiado, hasta de temas sexuales donde la orientaba sin menor tapujo. Solo una vez me desanimo una conversación, una compañera del colegio se le insinuaba, ella me decía que se sentía incomoda con el tema.
- Eso de estudiar con solo mujeres es raro, a veces son pasadas de "cariñosas" entre ellas o las otras son como locas cuando ven a los hombres del colegio masculino del frente, unos niñatos. Definitivamente no hay como los hombres maduros y responsables.
Yo solo recordaba estas palabras cada que ella entraba a la casa. La veía mirándolo y me daban unos celos terribles. Estaba ahí con mi consentimiento colocándole en bandeja de plata a mi esposo, pero al mismo tiempo me imaginaba todo lo que disfrutaría con un postre tan delicioso como ella y de alguna forma lo toleraba. Me repetía constantemente en la mente «Él te dijo que no y tú misma fuiste la que buscaste que pasara. Ahora no te quejes y termina lo que empezaste»
***
Por motivos del trabajo, debí ausentarme por unos días a Manizales durante una semana. Dejé la mecha encendida esperando que todo el plan resultara. No dejaba de pensar en una rica noche en los termales, lastimosamente iba sola y no con ellos.
En la portería le deje una nota para ella:
Salí de viaje, pero te deje un libro especial en la casa
Fue derecho con su uniforme a tocar la puerta y le preguntó a mi esposo por algo que le había dejado. Él no sabia nada, pero cuando le mencionó un libro le dijo:
- Yo estoy ocupado en la cocina pero si quieres pasas y miras en la biblioteca
Ella ya conocía el camino. Sobre el escritorio le había dejado "Lolita" con un post-it rosa.
Que lo disfrutes, mientras no estoy
Leyó el prologo, se sonrojo y se puso nerviosa al conocer lo que trataba el libro. Al estar a solas con él se desnudaron sus deseos dejándola vulnerable, llevándola a buscar la salida con prisa.
Llegó a la puerta y mi esposo le pregunto
- ¿Encontraste algo?
Sin poder contener el nerviosismo y sonrojarse, temblorosamente pudo abrir la puerta y decirle
- Si gracias, era un libro, feliz noche
Toda la semana les escribía a ambos por WhatsApp contándoles sobre mi viaje. Le mandé unas cuantas fotos desde los termales en vestido de baño a mi esposo y unas cuantas otras desde el hotel que lo calentaran lo mas que pudiera. Cada día hablábamos antes de dormir, lo dejaba a punto de explotar y con ganas de sexo.
Ella por su parte estaba más interesada en el libro, me contó que igual que a Lolita había alguien mayor que le gustaba pero no se atrevía a decirle. Obviamente se trataba de Thomas, que mas puede hacer una "buena amiga" que aconsejarla:
- La vida solo se vivía una vez y hay que aprovechar cada momento
Ella daba vueltas y vueltas, excusas tras excusas. Las últimas palabras que cruzamos fueron:
- Si yo sé, pero estoy muy confundida. Me hace mucha falta hablar de estos temas con vos379Please respect copyright.PENANATc7aD26Hgg
- El viernes en la noche estoy de vuelta, si quieres vas a la casa y conversamos un rato
***
Algunos preferimos los viernes para beber, descansar de toda una semana agotadora de trabajo y como ya iba de vuelta, le pedí a mi esposo que se fuera tomando unos vodka mientras yo llegaba y desquitarnos.
Algunos otros, como ella, prefieren hacer deporte. Llegó del colegio directo a entrenar, a tratar de alejar los malos pensamientos que acechaban su cabeza. Trató de exorcizarlos con ejercicio extra pero seguían ahí atornillados con fuerza.
Cuando se bajo de su bicicleta, en el morral vio el libro y encontró la excusa perfecta para ir a verlo, así fuera por unos segundos y luego con esa imagen ir a su cuarto a imaginarse otra realidad guiada por sus dedos.
Entró a la unidad y sin pensarlo fue derecho a nuestra casa. Antes de tocar se abrió un poco la trusa para parecer más sexy, su piel blanca llamara la atención y las pocas curvas de sus pechos servían para guiar su mirada hacia su cuerpo con deseo.
Mi esposo le abrió con su vaso de vodka en la mano y ella no pudo mas que disfrutar de la vista. Había estado ocupado todo el día con clientes importantes, aún estaba de camisa con mancornas, corbata. Toda esa semana se había dejado crecer la barba para nuestro reencuentro.
Le temblaban las piernas al verlo así y se tuvo que aferrar fuerte a la bicicleta para no caerse. Sus cachetes estaban colorados por el ejercicio, su piel cubierta de sudor y su respiración respiración entrecortada, disimulaba la excitación haciéndola pasar por cansancio.
- ¡Ho...la! -un poco nerviosa- ¿Está tu esposa?"379Please respect copyright.PENANAEXGC3GSFjn
- No, se supone que llegaba hoy pero se retraso su vuelo, creo que llega mañana379Please respect copyright.PENANAKilTkKmLsl
- Vengo a dejarle esto -mostrándole el libro- ¿será que puedo pasar?"379Please respect copyright.PENANAC5JBk6hqn5
- Si claro -ayudándole a entrar la bicicleta- déjalo en la biblioteca
Ya estaba medio prendo y mientras ella caminaba por el corredor, él seguía con los ojos su figura y unas nalgas en forma de corazón, que se contoneaban de un lado para otro.
Paso a la cocina por el jugo de naranja que estaba usando para el Vodka y alcanzándola en la biblioteca le ofreció a beber.
- Toma un poco, te ves cansada después de entrenar
Ella tomo unos sorbos, sonreía nerviosa mirándolo mientras tomaba algunos sorbos. Su cara se desfiguro con una mueca de dolor y se agarro la pantorrilla.
- auucchhhh ¡calambre! ¡calambre!
Le quitó el vaso de las manos y la recostó en la silla del escritorio, reclinando un poco:
- No te preocupes, que a mi en patinaje me pasaba cada rato
Le quitó de un tirón las zapatillas, le estiró la pierna y luego doblo sus dedos hacia arriba provocándole un hormigueo excesivo que le saco unas lagrimas pero que le dio un rápido alivio
- Te excediste hoy ¿cierto?379Please respect copyright.PENANA160R6ABZDX
- Si un poco -soltando una de esas sonrisas cautivadoras que resaltan sus hoyuelos-379Please respect copyright.PENANAYVObqCCgO3
- Ya regreso, dame un momento
Al minuto regreso con mi crema relajante para las piernas, se quitó una de las mancornas y le pidió ayuda con la otra, siempre ha sido más torpe para quitarse la de la mano derecha. Se remango la camisa y se sentó en el piso.
- Recuéstate y veras como muy pronto sentirás alivio
Se llenó las manos en crema frotándolas entre sí para calentarla y luego comenzó a darle masajes en los pies, alternando de uno a otro. Él se deleitaba pasando sus manos por la planta de los pies, recorriendo sus talones y tobillos, subiendo por sus pantorrilla y alcanzando sus muslos que al abrirlos le daban una vista perfecta de sus sexo.
Ella desde la primera caricia no pudo evitar que se acelerara su respiración y disfrutar las caricias que tanto había soñado... cuando alcanzó los muslos inevitablemente su sexo se mojo traspasando la trusa.
- Si te gusta379Please respect copyright.PENANAC6bA9ld271
- Uy si, esto es como estar en el cielo -se comenzó a bajar el cierre lentamente hasta su ombligo sin dejarlo de ver directo a los ojos- pero te debo confesar que no tanto, como me gustas vos
De inmediato retiro las manos, pues él lo estaba haciendo sin segunda intensión. Ella se dio apoyo en el brazo de la silla, para darse vuelta y coger el libro que iba a devolver. Luego aprovecho que él seguía en el piso se monto a horcajadas sobre él.
- Esta es la nota que me dejó tu esposa antes de irse
Que lo disfrutes, mientras no estoy
Él la leyó sin notar nada extraño y le regreso el libro.
- No creo que se refiera al libro y en mi cabeza no para la idea de ser tuya
Imaginen lo difícil que pudo ser para él tenerla tan cerca, pudiendo ver sus pechos casi al descubierto cerca de su rostro, sentir su sexo encima de su entrepierna. Dispuesta a entregarse sin condiciones.
- A ver jovencita, usted es una niña. Yo estoy muy grande y casado, no creo que sea buena idea379Please respect copyright.PENANA4BjVCVbeDf
- Yo sí creo -abriendo la trusa, dejando escapar sus hombros, dejando su cuerpo al descubierto-
No pudo más, paso sus manos rodeando su torso, acarició su cuerpo resbaladizo por el sudor y ella se abalanzo para darle un beso. No había como resistirlo y se entregó a ella. Agarró muy fuerte esas nalgas que tanto le gustaban, la apretó por la cintura con un solo brazo y la atrajo hacia él para chupar sus pezones casi transparentes, la música de unos delicados gemidos los acompañaba.
- ¿No eres virgen cierto?379Please respect copyright.PENANAPyrq89fOCH
- No, pero sí quiero saber como lo hace un hombre de verdad
Metiendo sus manos en la entrepierna, abriendo la hebilla de su correa y jalando para sacarla del pantalón.
***
Mi vuelo no se había retrasado, una pequeña mentira blanca. Abrí despacio la puerta y efectivamente en la biblioteca se escuchaban unos gemidos más deliciosos de lo que me los había imaginado. Me quité los zapatos y me acerqué sin hacer ruido. Desde el corredor usando la pantalla del monitor como espejo podía ver lo rico que la estaba montando.
Ella era prácticamente una pluma a su lado, la movía a su voluntad. La levantaba como si nada, la cargaba de los muslos y a levantaba sacándole el miembro y luego la volvía a descargar para metérselo, como si estuviera montada en un columpio.
La descargaba en el escritorio, dejaba caer su espalda y mientras se lo metía y sacaba con fuerza, ella se masturbaba sin parar de gemir.
No había sexo delicado, ni amor, era solo sexo duro y puro. En la cara de ambos se veía cuanto lo estaban disfrutando. La tomó contra una pared y subió su sexo hasta el rostro para meter su lengua en su interior, la dejó caer sobre su miembro, clavándoselo hasta el fondo... sus gemidos comenzaron a incrementar de volumen y él tuvo que taparle la boca para que los vecinos no escucharan.
Mi mano se escurrió en mi pantalón y alcanzo mi sexo empapado, frotándolo con destreza, mientras los veía disfrutar durante unos minutos mas. Él no desaprovechaba oportunidad, para usarla su peso pluma y acomodarla en lugares extraños.
La levantó de las nalgas y apoyó su espalda contra el ventanal del patio. Abría su nalgas con ambas manos, agarraba muy fuerte sus muslos y acercaba sus dedos hasta el culo estirando sus pliegues y haciéndola estremecer. Finalmente alcanzó el orgasmo que la dejó con las piernas temblando.
Yo ya no podía aguantar más, estaba tan mojada como ellos. Tenía que aprovechar que ella no podía ni moverse. Respiré profundo y me prepare para actuar como si estuviera sorprendida.
- ¡¿Qué pasa acá?!
No sé si estaba paralizada por el orgasmo o del susto, pero su cara de sorpresa fue monumental. Mi esposo, aunque sabia que era lo que le venia pidiendo hace varios meses de igual forma le cambiaron todos los colores de la cara.
- ¿Me voy unos días... y esto es lo que encuentro? ¿a mi esposo y a mi amiga?379Please respect copyright.PENANAZN9Pdm0I6t
- Amor, ¿no se suponía que llegabas mañana?
Ella sin sacar el miembro de su cuerpo, trató de tomar la trusa para cubrirse, pero se la arrebate, obviamente para disfrutar cada segundo de su cuerpo. Sonrojada por completo, trató de escudarse en el cuerpo de mi esposo y me entregó la nota que le había dejado en el libro.
- No entiendo ¿por qué estas enojada? si tú misma me lo pediste379Please respect copyright.PENANAkCM8L2T0wF
- ¿Pues cómo crees? ¡ah!. Yo hablaba del libro, ¡del hijueputa libro! -le dí una palmada a la pared- pero esto no se va a quedar así. Ya mismo voy a hablar con tu mamá
Di la vuelta, llegué a la sala, para coger el teléfono. De un brinco se colocó de pie, pasó por mi lado y en el corredor abrió las manos hacia las paredes para no dejarme pasar.
- No no, por favor, esto es un malentendido. Te juro que no vuelve a pasar -se soltó a llorar- perdón, perdón ¿cómo pude hacerte esto?
Yo la abrace y la tomé desnuda entre mis brazos, acariciando su cabeza y la espalda para que se calmara.
***
Después del susto, viene el gusto. Le retiré la cabeza hacia atrás y mirándola a los ojos le dije:
- Ya ya, cálmate, esta bien, no le voy a contar a nadie. Pero de acá no te vas sin recibir tu castigo379Please respect copyright.PENANA9Qj6bRN3yO
- Lo que quieras, pero no le digas a mi mamá, me mata a mi y luego mi papá lo mata a él
Me senté en la misma silla donde todo comenzó y luego la acomode en mis regazo. Esas nalgas que tanto me había soñado estaban al mi alcance. Las recorrí deslizando los dedos ayudados por el sudor y sus fluidos, luego le di unas palmadas con la mano completamente abierta, hasta que se vieran delineada la figura de mi mano en su blancura. Cada que levantaba la mano, ella apretaba los glúteos esperando el golpe y cuando lo recibía se escuchaba su llanto de niña mimada.
- Basta de llantos, ahora asume la responsabilidad de tus decisiones
La puse de pie y tirando lo que quedaba sobre el escritorio le abrí paso para acostarla boca arriba. Tenía a merced todo su cuerpo, el cual recorrí desde sus caderas hasta su cuello, la tomé fuertemente de la mandíbula para evitar que se moviera y me acerque a sus labios, deteniéndome muy cerca para poder sentir la respiración de la una con la otra. Lamí de sus mejillas sus lagrimas saladas y besando sus párpados me tomo la mano.
- Espera, tu sabes que no me gustan las... -le coloqué un dedo en la boca-379Please respect copyright.PENANAGqNW4X17ll
- shh sh, ya los sé, tú no me vas a hacer nada. Solo relájate y disfruta tu castigo
Ven acá, le ordené a mi esposo. Se hizo al lado de nosotras. Tomé su miembro y a escasos centímetros de su boca, se lo chupaba saboreando el orgasmo que había recibido de ella. Empuje su cara hasta tener sus cachete contra la mesa y su cara de lado. Me hice detrás de mi esposo y guié su miembro, metiéndolo y sacándolo, quería que se follara su boca con todas las ganas.
En vez de rechazarlo, sus manos se agarraron de las nalgas de mi esposo y disfrutaba cada embestida como si fuera por su vagina.
Ahora que ellos estaban ocupados era mi turno, bese a mi esposo y comencé a bajar con mis labios recorriendo sus olores que se habían combinado previamente, besándolo desde sus labios hasta llegar a su miembro y compartirlo un poco segundos con ella descargando mi saliva y dejando que se perdiera en el interior de su boca. Seguí por el cuerpo de ella y su piel exquisita me llevaba de un lado a otro dando lengüetazos y besos. Al llegar al otro extremo de la mesa, sus piernas estaban rígidas, no me permitía llegar a su sexo.
- Esta bien ¿entonces... si quieres que hable con tu mamá?
Fue suficiente esas palabras para entregarse a mis deseos. Uno se imagina cosas deliciosas, pero la realidad nos sorprende, cuando ante tus ojos presenta un manjar del cielo. Que cosita tan deliciosa, perfectamente esculpida y delineada. Sus labios un poco hinchados por los orgasmos y su clítoris bastante escondido por una capas de piel.
Levanté sus piernas y hacia un juego perfecto, nalgas blancas que terminaban en un asterisco con arruguitas muy definidas que ha gritos pedían ser corrompidos por primera vez. No lo pude evitar, se llevó unas cuantas nalgadas más.
Solté sus piernas y me desnude por completo, las tangas empapadas se las tire a mi esposo, que las recibió para olerlas de inmediato. Me tomé mi tiempo para observar de nuevo tan delicioso postre y como su respiración marcaba en sus costillas la excitación.
Me clavé directo en sus labios vaginales, llevándolos dentro de mi boca a intervalos y apenas rozando su clítoris con mi lengua. Su manos pasaron a sus senos y aun con el miembro en la boca, se podían escuchar sus gemidos. Me acomodé de lado y sin dejar de atender su clítoris, mis dedos comenzaron a juguetear con sus labios internos, apenas metiendo y sacando a yema del dedo.
Ella se retorcía de placer y mi esposo perdía el control, tomándola desde la parte de atrás de la cabeza, metiéndoselo tan al fondo como su garganta lo permitía, cortándole la respiración. La saliva brotaba por montones de mi boca, empapaba su sexo, pasando de largo por su culo y dejando un charco en el escritorio. Dos dedos exploraron en busca de su punto g y un tercero jugueteaba acariciando con su culo. Cuando empezó a arquear la espalda me di cuenta que "ya era mía". Mi esposo sacó su miembro y yo paré de hacerle sexo oral para verlo.
Para mi sorpresa llegaron estas palabras mirándome con desespero a los ojos.
- ¡Por favor, por favor, no pares!
Con solo devolverle la lengua a su lugar un temblor recorrió su cuerpo y mi esposo tuvo que taparle la boca para que no se escuchara los gemidos de su primer orgasmo provocado por una mujer.
- ¿No que no te gustaba?
Aun con los dientes castañeteando a duras penas se reía mordiéndose los labios. Me agarraba de la mano, tratando de hacer que la dejara quieta y le dejara de producir espasmos.
- ¿Y yo cómo... iba a... saber... que lo hacías... tan delicioso?
Volviendo a sonreír, me jaló de la mano para que subiera hasta su boca y le diera un beso. mmm mmm no paraba de disfrutarlo. Que boquita, que lenguita, que respiración... cada pedacito que conocía de su cuerpo era un nuevo deleite, un nuevo sabor, un nuevo placer, una nueva droga.
***
- ¿Quieres más?379Please respect copyright.PENANAxdsLuP9vTQ
- No quiero que este día se acabe379Please respect copyright.PENANAZE0oYwQ938
- Vamos al cuarto entonces
Mi esposo le dio un beso y la cargo en sus brazos. Subimos las escalas y llegamos a la habitación
- Eso no fue ningún castigo ¿cierto?
Ella con mirada compasiva, agachaba la cabeza y asentía levemente con su voz. La acomodé en la cama en cuatro y abrir el clóset. Saque una soga, amarre sus muñecas y antebrazos, dejando sus manos libres para poderse sostener de la soga amarrada de la cabecera de la cama. Saqué un gagball pequeño y mientras se lo colocaba le decía:
- Te vas a portar bien ¿cierto?379Please respect copyright.PENANAYmw3J8WHrb
- ajam -confirmando escuetamente-
Saqué un vibrador y se lo entregue a mi esposo con un lubricante. En mi mano me lleve un secreto para ambos. Me metí por debajo de sus piernas para quedar mi boca debajo de sus clítoris, la empuje desde sus nalgas hacia mí para volver a tener el placer de saborear y oler su sexo.
El siguiente castigo fue para mi esposo que cuando me lo iba a meter lo devolví de un empujo con uno de los pies.
- No señor, con el vibrador
Mientras yo disfrutaba de ella, él se disponía a jugar con el vibrador cambiando de velocidad y posición. En momentos mi lengua se quedaba inmóvil ante las sensaciones que me producía cada que llegaba un orgasmo.
Ella estaba disfrutando tanto, que su cuerpo no paraba de moverse hacia mi boca y contonear su cintura, sus gemidos eran controlados por el gag, pero cuando empece a juguetear con mis dedos en su culo no fue suficiente para ocultarlos, abrí el Anal Haze que llevaba oculto y generosamente llene su asterisco esperando que hiciera efecto. Deslizaba mis dedos y disfrutaba metiéndolos solo las yemas para escuchar sus quejidos.
Le hice señas a mi esposo para que se montara sobre mí. Siempre tuve una mano jugueteando su parte trasera y la otra la usaba para coger el miembro y poderme turnar chupándolos a cada uno. Colocaba su brillante cabeza contra su vagina y disfrutaba de chuparlos a ambos. Guiándolo lo invité a entrar, vi como sus labios separaban y cada que lo metía sus bolas tambaleaban sobre mi rostro.
Me aferre fuerte a los glúteos de ella para que mi esposo viera ese delicioso asterisco y guiar sus movimientos, mientras metía sus testículos en mi boca y mi lengua separaba sus bolas. Su espalda se arqueaba y sus piernas temblorosas me anunciaban un orgasmo, saque el miembro y clave mi cara penetrándola con la nariz para recibirlo.
Agarre su miembro y lo coloqué justo en el culo jugueteando con su cabeza en toda la entrada, impidiendo que él lo fuera a meter, ese culto virgen tenia que ser tratado con delicadeza.
- ¿Quieres que nos comamos ese culito?
No fue necesario que respondiera, bajó su cadera para tener de nuevo su vagina en mi boca y luego su cuerpo hacia atrás pedía a gritos ser penetrada. Yo no dejaba avanzar a mi esposo para que no le hiciera daño, quería algo que fuera tan placentero que nunca lo olvidara y quisiera repetirlo.
Lo hice acostar sobre ella para que el miembro quedara recto, poco a poco a la velocidad que ella misa daba comenzó a meter la cabeza, al principio con un poco de dificultad, se podía sentir la presión que se trasmitía hasta mis manos. Sus movimiento eran torpes y medidos, pero definitivamente lo estaba disfrutando, sentía su vagina danzar sobre mi nariz y mi boca. Era el momento perfecto.
Solté su miembro y su cabeza entró con un poco de dificultad. Ella se detuvo con un poco de dolor, agarrando fuertemente la soga que tenia en sus manos. Mi esposo lo iba a sacar y lo mantuve en sus sitio. Ella permanecía inmóvil y yo seguía acariciando su clítoris con mi lengua.
Mi mano ya no era útil, libere el miembro, ella misma tiró su cuerpo hacía atrás para que entrara por completo, acompañado de un gemido doloroso y quedándose inmóvil. Le dimos un momento para recuperar el aliento. Poco a poco recuperó el movimiento uniforme, cada vez más rápido, cada vez más fuerte.
Levante un poco sus caderas y disfrutaba de ver como entraba y salía de ese culo apretadito, apenas se entendía con el gag las palabras "duro, duro". Pobrecita, no sabia lo que pedía. Mi esposo se agarro de su cintura y ese cuerpito peso pluma iba de arriba a abajo sin poder evitarlo, cada penetrada era un gustoso gemido mezclado con rabia "si si, duro duro", esas ricas deliciosas y grandes nalgas se movían de adelante hacia atrás y el choque de sus cuerpos tas tas tas tas se acompasaba cada vez mas rápido, separe mi boca y con todos mis dedos me dedique a frotar su clítoris de forma acelerada hacia los lados.
Un chorro caliente fue derramado en su interior, desencadenando una lluvia en ella que bañaba mi rostro . No podía más que abría la boca y sacar la lengua para recibir tan delicioso néctar. Cuando sacó su miembro el semen comenzó a brotar al apretar su esfínter, chorreando por su deliciosa raja. Ambos llegaban hasta mis boca para deleitar mis papilas gustativas.
***
Soltamos la soga y el gag, allí estaba sudorosa y temblando, con una sonrisa de oreja a oreja, recuperando la respiración.
- ¿Mis papás... no están... me puedo... quedar? HP ni ... me puedo, mover
Mi esposo la llevó cargada a la habitación de huéspedes, la cobije y con un beso de buenas noches, cayó profunda sin que se le borrara esa placentera sonrisa.
Al siguiente día cuando nos levantamos, ya no estaba. Encima de su cama nos dejo el libro, con la nota por fuera un poco modificada:
Que lo disfrutes, mientras no estoy379Please respect copyright.PENANA9zTvX5CbH7
R:// Así fue. Demasiado379Please respect copyright.PENANAG0Re4oSxHt
¿Me prestas otro libro como ese?