Capitulo 8 Saga Domo: "La Era de los Intercambios: El Renacimiento de la Humanidad"
Después de tres semanas, los científicos finalmente encontraron un antídoto en la sangre de Sofía. Este antídoto permitía que los infectados regresaran a la primera fase de infección, lo que era un gran avance. Sin embargo, debido a que el virus había mutado en los segundos infectados, su agresividad era mayor, por lo que debían seguir en coma para evitar cualquier riesgo.
Los científicos decidieron administrar el antídoto a los segundos infectados mientras aún estaban en coma. Después de recibir el tratamiento, los infectados regresaron a la primera fase de infección. A pesar de esto, todavía debían mantenerse aislados y separados para evitar cualquier riesgo de contagio.
Cada día, Madre los dormía para que los doctores pudieran administrar el tratamiento sin correr ningún riesgo. Después de recibir el tratamiento, los infectados eran despertados para que los doctores pudieran monitorear su evolución.
A medida que los primeros infectados ya curados terminaban su tratamiento psicológico, eran enviados a los refugios, donde eran recibidos por cada líder. Dorado se aseguraba de que cada líder que recibía un refugiado también recibiera provisiones suficientes para que pudieran sobrevivir y eventualmente salir a buscar sus propias provisiones.
Mientras tanto, los segundos infectados, habían terminado su tratamiento, pero su recuperación neurológica sería un desafío mayor. Madre había implementado un área de psiquiatría especialmente diseñada para ellos, donde podían recibir tratamiento y apoyo.
En esta área, los pacientes eran colocados en dormitorios compartidos, donde podían estar juntos sin temor a ser agresivos. Sin embargo, todavía sufrían de secuelas , como pérdida de memoria, estres, depresión y ansiedad.
Un equipo de psiquiatras y terapeutas trabajaba arduamente para tratar estas secuelas, utilizando técnicas innovadoras y terapias personalizadas. A pesar de los desafíos, los pacientes comenzaban a mostrar signos de mejora, y la esperanza de una recuperación completa comenzaba a renacer.
Sofía, la joven que había sido el origen del contagio del virus, recibió un tratamiento revolucionario que encapsulaba el virus en su cuerpo, convirtiéndola en una persona valiosa para la humanidad. Su sangre se convirtió en un antídoto para cualquier tipo de virus, ya que el virus había mutado en ella sin hacerle daño.
Sofía se sintió responsable por no haber podido proteger a los demás humanos del virus y aceptó la oferta de quedarse en el Domo, para participar en las juntas científicas y ayudar a encontrar soluciones para futuros virus. También se le ofreció formar parte del área que ella desease, ya sea trabajando con los científicos, la cocina o como maestra de los niños.
Sofía eligió trabajar en la cocina , no solo para ayudar a cocinar para todos, sino también para hacer galletas y pasteles para los niños, lo que le permitía tener un contacto cercano con ellos. Mientras tanto, el hombre digital Dorado, el Mariscal Julio y Patricia se enfocaron en que Madre siguiera buscando señales de vida y lugares de personas que hubieran sobrevivido.
Lograron contactar con otros países donde había personas vivas que habían aprendido a sobrevivir y a manejar su agricultura, fábricas y tecnología. El hombre digital Dorado ofreció intercambios de conocimiento, alimentos y productos, lo que permitió que la vida empezara a mejorar en los refugios de todos los países del Mundo.
Los humanoides, en conjunto con los humanos, crearon colegios, iglesias y hogares, y empezaron a ver siembras ayudadas por los humanoides. El hombre digital Dorado aumentó la producción de humanoides para que ayudaran en diferentes áreas, lo que permitió que la humanidad empezara a reconstruirse.
Así, el mundo empezó a evolucionar, a recuperarse, a sanarse. La vida continuó con una nueva era, la era de los intercambios. Ya no existía la moneda, ya no se compraba con dinero. Ahora, todo era intercambios. La gente compartía sus habilidades, sus recursos, sus conocimientos. La unión y la colaboración reinaron en el mundo.
Los refugios se convirtieron en comunidades prósperas, donde la tecnología y la naturaleza se equilibraban en armonía. Los humanoides y los humanos trabajaban juntos, aprendiendo el uno del otro, creciendo juntos.
Y en el corazón de este nuevo mundo, Sofía sonreía, sabiendo que su sangre había sido la clave para la cura, para la supervivencia de la humanidad.
El hombre digital Dorado miraba a su amada Patricia con orgullo, sabiendo que juntos habían logrado lo imposible.
La era de los intercambios había comenzado, y con ella, una nueva era de paz, prosperidad y armonía para todos. Fin.
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