Nosotros llegamos minutos antes de la hora propuesta y un poco después pero puntual había llegado ella. Imposible que no llamará la atención con su cabello azul, falda de cuero, medias de malla, camisa sin mangas, sandalias de tacón y la bufanda enrollada en uno de sus brazos.
La palabra discreción no se le pasó por la cabeza y atrayendo tantas miradas nos iba a complicar las cosas más de lo que esperábamos. Pero valió la pena con lo hermosa y sexy que se veía.
Nos permitimos unos minutos para atormentarla. Se sentó en una de las sillas del exterior a observar cuidadosamente cada uno de los transeúntes, buscando en sus caras alguna pista que la llevara a nosotros.
Bajamos del carro y pasamos justo por el frente de ella. Al parecer vestir de sacerdote y monja dan un aspecto de invisibilidad ante ciertas personas. Aún más si eres tan afortunado como para que una Van llena de monjas se bajarán en el mismo lugar. Hasta me di la bendición y besé el crucifijo por semejante regalo que nos daba la vida.
Mientras hacíamos algunas compras, comencé a escribirle:
- Hola ¿Ya llegaste? -simulando que no lo sabíamos-359Please respect copyright.PENANAOhXzaufKlJ
- Si, estoy acá afuera esperando tus instrucciones359Please respect copyright.PENANAkjjDbVR7df
- De ahora en adelante yo te estaré viendo, solo sigue mis indicaciones, un solo aviso de duda o incumplimiento y todo se cancela359Please respect copyright.PENANA3yjlH7VCNI
- Si señora
Cualquiera pensaría que se vería nerviosa o inclusive dubitativa, por el contrario demostró ser una buena chica dispuesta a obedecer.
- Llama a tu contacto y pídele que activen la aplicación
Pasaron unos minutos y ya podía ver en pantalla los dos puntos, con suficiente distancia como para no poder interferir.
- Último llamado... ¿eres completamente consciente y quieres hacer esto?359Please respect copyright.PENANACAHHmC3tE9
- Sí, con algo de temor, pero sí, quiero
Terminamos de llenar el carrito con algunas cosas y fuimos directo a la caja
- En información hay unas bolsas de mercado a nombre de fundación niños por la salud, ve a recogerlas sin hacer ninguna pregunta más.
Se puso de pie, su cara estaba marcada por rasgos de angustia, un momento se quedó mirando la salida pensando en escapar... pero decidió entrar al supermercado. Se acercó, tomó las bolsas y se sentó de nuevo al frente a esperar.
- Ahora ve al parqueadero y te paras dando la cara a la avenida el Poblado. Entra hasta el fondo de uno de los parqueaderos disponibles.
Sin prisa, cumplió con las instrucciones.
- Ahora usa la bufanda para cubrirte la nariz por el frío y toma el teléfono como si estuvieras hablando con alguien. Cuando sientas un carro parquearse en ese lugar vas a cubrir tus ojos con la bufanda... yo llegaré a darte instrucciones con mi voz.
Mi esposo encendió el carro y del sótano paso al primer piso, justo donde ella estaba metió el carro en reversa muy lentamente... yo vigilaba que no diera vuelta, ni que nos pudiera ver.
Espere a que apagara el carro y camine desde mi puesto de mando hacia ella. La saludé colocando una mano en la cintura, ella seguía simulando que atendía un llamada y ni volteó a mirar.
- Buena chica, sigue así
Se abrió la maleta del carro, tomé las bolsas y las metí en la silla trasera. Regresé por ella, di unas ojeadas para asegurarme que nadie estuviera mirando y al oído le dije:
- Los objetos van en el baúl
Le tomé la cabeza para ayudarle a entrar sin que se fuera a golpear, guíe su cintura para acomodar primero sus nalgas y luego con un movimiento gentil levanté sus piernas y terminarla de llevarla al interior.
- Cuando cierre la puerta, puedes quitarte la bufanda
Ella asintió con la cabeza. Levanté la mirada y en ese lugar no había pasado nada, no habían caras de asombro ni celadores con mirada inquisidora. Simplemente acabamos de mercar la carne suficiente para darnos un festín.
Me subí en el puesto del acompañante y obviamente una hermana de la caridad no podía darle un beso al sacerdote, pero una mano escurridiza si se podía meter en su entrepierna. Por lo duro que lo tenía, podía notar que estaba tan excitado como yo.
Emprendimos la marcha y con mucho cuidado pasamos los resaltos de salida. Conectamos el Bluetooth a los parlantes y encendimos la luz del baúl, era la primera vez que escuchaba mi voz.
- La carne fresca y jugosa no habla durante el viaje, responde sin gritar359Please respect copyright.PENANAYEdJtn0tjz
- Si señora359Please respect copyright.PENANAGZN6T7CXLG
- Mira a tu alrededor, notarás que no somos tan malos y te hemos traído una cama de mascota, donde debes estar tendida plácidamente359Please respect copyright.PENANAnQpwyIJ5s5
- Estoy bien, estrecha pero bien359Please respect copyright.PENANAD7kwNWKs7D
- Nos vamos a demorar un poco en llegar, descansa tanto como puedas359Please respect copyright.PENANA0idVuxJTU5
- Si señora359Please respect copyright.PENANAhqaUefG3JB
- Al lado del botiquín te dejamos un regalo
Abrió una bolsa de gamuza y dentro de ella su collar, con una cinta tapando la placa y una nota: "No quites la cinta solo ajústalo en tu cuello".
Una hora después y a las afueras de la ciudad estábamos cerca de nuestro destino. Verifiqué en la app la ubicación y su contacto permanecía inmóvil.
Hicimos un cambio de luces desde la portada y un hombre con linterna se acercó. Thomas bajó la ventana de su lado.
- Buenas noches, ¿me permiten su invitación por favor?359Please respect copyright.PENANA4mxgTaNzqR
- Buenas noches -mi esposo la saco de la gaveta delantera y se la entregó-359Please respect copyright.PENANAMZEXtRB2fA
- Bienvenidos -aplico un pequeño distintivo en el parabrisas- por favor siga el camino y cuando llegue a la Y gire hacia el lado derecho359Please respect copyright.PENANA84V9NQ0trr
- Gracias
Muy despacio tomó los rieles y una subida con inclinación pronunciada. Al llegar a la división de las vías a la izquierda se podían ver varios carros parqueados afuera del lugar, música, luces y varias siluetas en las ventanas. Nosotros giramos a la izquierda y un portón de madera nos retuvo.
Alguien salió desde atrás y tras verificar el distintivo en el parabrisas, se comunicó por radio.
- Buenas noches padre ¿Esperan a alguien más?359Please respect copyright.PENANA7q4ZVRV2Wh
- No señor, todos ya deben estar adentro
Nos entregó una llaves rústicas y abrió el portón de madera.
- Disfruten de su visita359Please respect copyright.PENANAn7Lb749Cox
- Gracias
Cerro la ventana y continuamos el camino, rodeando el lugar a la derecha hasta que en la parte trasera encontramos un parqueadero pequeño sin luz alguna y con una espectacular vista a la ciudad. Le hablé por el altavoz:
- Llegamos359Please respect copyright.PENANAaWa6GhMArh
- Afortunadamente359Please respect copyright.PENANAu5qclRMjRh
- Date la vuelta mirando hacia adentro del carro y cierra los ojos359Please respect copyright.PENANA26DsUlukZD
- Listo -sentimos el carro moverse mientras ella lo hacia-
Cuando abrimos el maletero, me la imaginaba acostada y mirando hacia adentro, pero allí estaba de rodillas en posición fetal, con la falda casi en su cintura y entregando sus dos agujeros a primera vista.
Suculentamente se asomaban detrás de una delgada tanga con transparencia y encaje en la pare superior, sus piel blanca contrastaba perfectamente con sus medias de malla negra y unos ligueros tensados a punto de reventar por la posición en la que se encontraba.
Fui directo por su culo soltando un espesa cantidad de saliva, dejando la humedad presente en su tanga. Mi esposo se quitó la correa y la dobló en dos. En su cara se podían ver las ganas de irrumpir la paz de esa piel sin azote alguno... pero me la ofreció como un tesoro, cual Sensei karateka haciendo una venia al entregar una katana.
- Necesito saber tu palabra de seguridad359Please respect copyright.PENANAzdjroPRJ2r
- Azul359Please respect copyright.PENANARi6zrdPop1
- Será fácil recordarla
Tomé una de sus manos y la apoye en mi muslo.
- En caso de que no puedas hablar 3 palmadas significarán lo mismo ¿Entendido?359Please respect copyright.PENANAFy3OWleVLA
- Sí señora359Please respect copyright.PENANAhQARqRzsij
- Necesito que lo hagas
Dio 3 palmadas sobre mi pierna confirmando que podíamos dar rienda suelta a nuestros deseos.
Agarré con todos mis dedos cada una de sus nalgas, las abrí y apreté hasta que mis dedos quedarán marcados. Las acaricié con las yemas disfrutando de su textura aun lisa y tersa. Comencé a pegarle con la punta de la correa golpes continuos y entre ellos uno que otro más fuerte tum tum tum tum plasf, ella se estremecía pero no pronunciaba sonido o sensación alguna.
Corrí la tanga para abrir con el dedo índice y el pulgar sus labios vaginales. Aún seguía seca como un desierto. Tome la correa con fuerza y fui aumentando de nivel paulatinamente... 4, 5, 6 golpes y aún no se inmutaba.
- Hasta que no hagas algún sonido no me detengo
Su piel comenzó a cambiar de color por los correazos en su trasero y parte de los muslos. Ahora seguro que sentía el ardor en su piel, cada plasf la hacía estremecer y apenas moverse.
Mi esposo me corrió a un lado y abriendo la mano le soltó una palmada que le dejó marcada su silueta abultando la piel.
- Ooohhh mmmmmmm, asi359Please respect copyright.PENANAyscmH3ZnbT
- La carne no tiene voluntad -le advertí- tampoco pide lo que quiere plasf -le di otro correazo-
Separé de nuevo sus labios vaginales y un leve líquido de excitación los hacía brillar. Thomas levantó su pie, apoyándolo en sus nalgas, la empujó tirándola al fondo del maletero, cerrando de inmediato.
Él se había estaba masturbando con el espectáculo, tenía su delicioso miembro al aire con las venas a punto de reventar. Me cogió y me puso de frente al carro y me tiró la cara sobre el maletero agarrándome del cuello.
Metió su otra mano por debajo del hábito, me corrió las tangas para un lado y me acerco su cara resoplando con rabia en mi oído.
- Te quiero comer, te quiero comer acá mismo
Me metió dos dedos en la vagina y siguió resoplando en mi oído con rabia
- Ella no era la única que se había mojado ¿Cierto?
Tiré la mano hasta alcanzar su miembro y masturbarlo. Él seguía requisado toda mi vagina de arriba a abajo y mis fluidos cada vez aumentaban por la excitación.
Thomas le dio tres golpes a la maleta knock knock knock y le dijo:
- ¡Acostada de espaldas! ¡Ya mismo!
Se sintió el carro moverse mientras ella se acomodaba. Abrió la maleta y de uno de sus bolsillos sacó un antifaz. Le ayudé a levantar la cabeza mientras lo ubicaba para cubrir sus ojos y amarrar las cintas en la parte trasera de su cabeza y cuello.
Lo alejé con una mano y luego tome las de ella. Mis manos le decían cómo moverse y le ayudaba a salir de la maleta. Una vez afuera me hice a sus espaldas, la tomé de la cintura acercándome a su oído.
- A ver qué tan cierta es tu fama... y tus relatos
La empujé desde los hombro a ponerse de rodillas sobre la grava del parqueadero. Con un gesto de los dedos lo invite a traer su miembro. Ella no estaba ahí por él, quién le causaba intriga era yo, pero aún así estaba dispuesta a hacerlo para complacerme.
Se lo mamaba con tal intensidad que lo hacía levantar la cara al cielo. Quería hacerme sentir orgullosa de la decisión y que no había perdido el tiempo en buscarla para ser usada por ambos.
Esa imagen tan aberrante para muchos de tener a un sacerdote con sotana recibiendo una mamada tan espectacular de un demonio terrenal era digna de recordar para toda la vida.
Fui rápido por la cámara al puesto del copiloto y tomé fotos desde todos los ángulos posibles, asegurándome que se escuchará el sonido de la cámara y ella fuera consciente de ello, al parecer eso la excitó más, comenzó a meter y sacar el miembro de su boca con premura, se agarraba de sus nalgas y lo metía hasta el fondo.
La saliva le bajaba por la barbilla, la separó de su miembro y ella seguía pasándose la lengua por los labios, sacándola con movimientos sugestivos para que regresara a llenar su cavidad bucal.
Después de acomodarlo con dificultad dentro del pantalón por la erección que tenía, se subió el cierre y me hizo señas para entrar. Le dio un cachetada y apretando sus cachetes separó su mandíbula para abrir sus labios y meterle su dedo pulgar.
- Guardemos esa boquita para más tarde
La ayudé a ponerse de pie con sus rodillas llenas de marcas por las piedras, la sacudí un poco para quitarle el polvo y unas piedritas pequeñas que se habían quedado incrustadas.
Thomas empezó a jugar con el broche de la tradilla haciendo un ruido constante clic clic clic que ella reconoció de inmediato. Su mueca característica con una sonrisa y uno de sus pómulos recogidos mostraron sus hoyuelos.
Levantó su cara y su collar a la vista para un fácil alcance del aro frontal. Se notaba que ya había sido bien entrenada anteriormente y sabía exactamente de qué forma comportarse.
Le ajustó el broche al collar y tomó la cadena sutilmente jalándola hacia adelante. Ella respondió sin menor duda al estímulo, se acercó a besarla, lamer sus comisuras y darle un leve mordisco estirando su labio inferior. Le dio un par de palmaditas gentiles en su cara.
- Mi amor, que bien las sabes escoger, felicitaciones Mademoiselle
Me entregó otro extremo de la tradilla, mientras iba por una maleta negra rígida. Levantó su brazo para que lo tomara del gancho. Yo me aferre a él y la mano con el collar la llevé hasta mi hombro para tener la correa por encima.
Comenzamos a caminar, ella sintió que tiraba de su cuello al alejarnos, obediente y confiada siguió tras de nosotros sin poder ver el camino.
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