#lésbico #trio #pandemia #venganza
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Durante pandemia mi novio y decidimos irnos a vivir juntos ya que no íbamos a poder salir. En ese largo encierro nos cogía la habladera de temas filosóficos y existenciales, recuerdo en especial una noche de esas en vela cuando daban el peor panorama, casi como un apocalipsis.
- ¿Qué te gustaría haber hecho antes de morir?
No fui capaz ni de contestarle, andaba agobiada y deprimida con tanta noticia sobre las cifras de muertos y contagios. La misma pregunta me daba vueltas una y otra vez durante el dia. Hasta que al fin encontré como responderle casi un mes después mientras nos tomábamos unas copas de vino acostados en el suelo a la luz de unas velas.
- Fede, sabes que, todavía no me voy a morir, pero esto si me enseño que debo atreverme más y disfrutar de la vida sin tantos miedos. No quiero volver a estar en una pandemia arrepentida de tantas cosas que pude hacer
- Entonces te cambio la pregunta ¿cuándo esto acabe y podamos salir que es lo primero que te gustaría hacer?
Me tarde un momento en decirlo, no sabía ni siquiera como lo iba a tomar, ya llevábamos varias peleas fuertes por culpa del encierro y una decepción más no iba ser buena idea.
- Mejor lo hablamos luego
- Relax, hágale, dígalo con confianza
- ¿Seguro? ¿no te enojas?
Me tomó de las manos y me dio un beso en la frente.
- Prefiero verdades, por más duras que sean
- Siempre me pregunté por qué habiendo tenido varias oportunidades nunca me acosté con otra mujer
Federico se tiró hacia atrás muerto de risa agarrándose el estómago.
- ¡HP me imagine lo peor, menos esto! jajajaja
- ¿Qué tiene de gracioso?
- Pues que pensé que ibas a decir que querías ser libre o algo así como terminar para poder vivir tu vida --hizo una pausa larga, tomo un poco de vino-- y lo que dijiste no me disgusta para nada, por mi está bien si quieres experimentar con otra mujer
- Pero no estoy hablando de hacer un trio o que estemos los dos con ella, digo de estar completamente sola con ella
- Si, tal cual, eso entendí. No me molesta siempre y cuando no lo hagas a escondidas y me cuentes cuando suceda
- El cuándo sí, pero el cómo no, no sería capaz
- Aham --afirmo tranquilo y calmado--
- Entonces ¿solo cuando paso y ya? ¿en serio? --lo mire incrédula directo a los ojos-- ¿no te tengo que decir antes de que...?
- Si, tal cual
Él pareció no darle mayor trascendencia y hasta cambiamos de tema, seguimos hablando de otras cosas más "normales" que nos gustaría hacer solos o juntos, por ahi hasta medio tocamos el tema de matrimonio e hijos.
Los días siguientes no volvimos a tocar el tema, sin embargo, esa conversación si hizo que en el porno amateur que a veces veíamos introdujéramos temática lésbica y vaya que me calentaba. A veces el auto play nos colocaba trios y viendo como pasaban de bueno entre tres, la idea de compartir una mujer con él me empezó a calar en la cabeza, pero igual nunca se lo dije.
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Al fin llegaron las vacunas, fuimos de los primeros en recibirlas y tener hasta los refuerzos con tal de poder salir. También unos de los primeros en retomar la ida al GYM, todavía andaba medio vació no iban muchas personas y era maravilloso no tener que esperar para que se liberara una de las maquinas.
La gente estaba agotada de socializar de forma virtual y sacaban cualquier excusa para terminar hablando con los pocos que íbamos, eso sí "guardando" la distancia.
Entre rutina y rutina de ejercicio conocimos varias parejas y personas con los que creamos nuevas amistades. Lucia y Sandra fue con las que mejor me entendí y con las que más tomaba rutinas y clases para hacerlas juntas porque nos dábamos ánimos y motivación.
Definitivamente todos salimos con unos kilitos de más de pandemia y en las duchas me avergonzaba un poco que me vieran. Ellas en cambio se iban desnudando sin pudor alguno. Al inicio pensé que era cosa, de bueno ya saben, lesbis y me llegué a ilusionar de que tal vez iba a pasar algo con ellas.
Me duchaba con ropa interior esperando a ver como evolucionaban las cosas, nunca vi una mirada imprudente o cosas "raras" entre ellas y aunque me decepcioné un poco de que ninguna fuera del otro equipo, si terminé cogiendo confianza y me empecé a bañar sin ropa también.
El problema era lidiar con todas esas hormonas inundando mi cuerpo. En la noche, aunque sabía que era algo que ya no iba a pasar, me daba una ducha caliente y me pegaba tremendas masturbadas pensando en que ellas dos se me acercaban y me comían ahi en las duchas ante la mirada de las otras mujeres que poco a poco se iban uniendo lentamente y así terminábamos en una orgía a escondidas de todos los hombres.
Me causa gracia porque hasta título le tenía "Lo que pasaba en el baño de mujeres, se quedaba en el baño de las mujeres" como si algún día se fuera a convertir en una película porno. Quedaba con los pies débiles y temblando de lo tanto que me hacía venir esa maldita idea.
Definitivamente tenía que estar con una mujer y quitarme ese antojo tan tremendo.
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Una noche de jueves, ellas nos invitaron a una finca con sus parejas y claro que aceptamos, me moría de ganas de volver a viajar y tirarme al sol para coger un poquito de color. Programamos todo, hicimos las compras y las distribuimos en dos carros para poder salir a mediodía del viernes.
Tarde en la noche me llamó Lucia a preguntarme si nosotros podíamos llevar una amiga que iba sola. Se suponía que era un plan de parejas y al principio me sonó un poco incomodo llevar al alguien que no conocía, pero nos dio pena decirles que no, sabiendo que ellos habían pagado el resto.
Llegamos a la dirección que nos dieron y vimos una persona asomarse en un balcón y agitar su mano, mientras gritaba "¡YA BAJO!". Cinco minutos después, sale por la puerta y madre mía, que espectáculo de mujer... de camino a la camioneta era como si se moviera en cámara lenta.
Llevaba una pava grandísima para darle sombra, lentes oscuros y un hermoso vestido de tela ligera ceñido al cuerpo con los hombros al descubierto, sus piernas larguísimas y bronceadas, un escote profundo y los pezones marcados dejando claro que no llevaba sostén y que tampoco es que lo necesitara para mantener sus pechos en sus sitio, sus rizos naturales y ensortijados rebotaban a cada paso y al acercarse para pasar frente a la camioneta nos deslumbró con una blanca sonrisa que salía de sus gruesos y rojos labios.
Volteé a mirar a mi novio, que estaba como menso con la boca abierta. Antes de que ella lo fuera a ver así, con un rápido movimiento le di un leve golpe en la mandíbula y lo traje de nuevo a la realidad. Si, se había pasado, pero ni siquiera se lo reproché porque hasta a mí me había encantado.
Abrió la puerta de atrás, metió un par de maletas de mano, se sentó justo en medio quitándose la pava y se acercó a nosotros de manera efusiva a saludar de beso en la mejilla como si nos conociera de toda la vida.
- Hola chicos mucho gusto, Sofia
Primero fue a saludar a mi novio y como seguía pasmado ambos quedaron mirando hacia adelante mientras juntaban sus mejillas. Ya iba en dirección a mí a saludar de igual manera, pero me di la vuelta y por poco nos damos un beso quedando a escasos centímetros. Ella lo evitó con sutileza yendo un poco mar allá solo tocando nuestras comisuras, regresando a su lugar mostró una picara sonrisa, quitándose los lentes de sol y la mirada hacia el suelo como si sintiera un poco de vergüenza.
- ¿Ustedes son los amigos de Lucy cierto? --mientras limpiaba sus lentes contra la falda de su vestido--
Los dos seguíamos con un nudo en la garganta sin poder hablar, él deslumbrados por su belleza y personalidad arrolladora, yo por ese pequeño accidente.
- ¡Ay no! ¿me monté en el carro que no era? ¡que vergüenza!
- No, este, digo, si, si... si somos, claro --tomándola del brazo--
Ella levantó la mirada aliviada sonriendo. Note que su ojo izquierdo tenía una leve desviación y oh problema porque siempre me pongo incomoda con ese tipo de personas porque cuando les hablo no soy capaz de dejar de mirar el ojo con el defecto y sé que eso también hace sentir incomoda a la otra persona.
Me di la vuelta, me coloque el cinturón a toda prisa, mire al frente con el cuello recto y tenso para obligarme a no voltear.
- Vamos amor, que nos coge la noche --palmeando mis muslos con ambas manos--
Él me miro raro sin entender mi extraña reacción, hasta que dio un vistazo por el retrovisor y alcancé a notar su micro sobresalto al ver algo que tampoco se esperaba.
- Si, si vamos
Se colocó los lentes oscuros, encendió el carro y tomamos rumbo a salir de la ciudad. Todo iba super bien, la nena era un relax total, super buena conversadora, hasta que nos encontramos con una fila infinita de carros detenidos.
Mi novio miro en el Waze y vio un reporte de que 4 kilómetros más adelante había un accidente de una tractomula que se había llevado 5 vehículos, afortunadamente sin heridos de gravedad.
Paro total. La gente apagaba los vehículos y hasta se bajaban a estirar las piernas. Nosotros sin saber que hacer nos quedamos como estatuas mirando al frente para evitar la incomodidad.
- Ya que no hay de otra contemos chistes --dijo ella con tono divertido-- yo empiezo --carraspeo--. Había una vez una bizca...
Volteamos los dos con la cara roja de la vergüenza y ella se agarró el estómago muerta de risa.
- Si vieran sus caras --más duro se reía--
- Ay no, que vergüenza con vos --dije apenada porque pensé que habíamos disimulado bien--
- O rompo el hielo --junto su ojo izquierdo aún más hacia su nariz mientras el derecho permanecía casi quieto-- o ustedes "cuatro" les va a dar una tortícolis
Ya fue inevitable no reírnos todos y la verdad es que nos liberó para dejar a un lado la incomodidad.
- Me pasa todo el tiempo, afortunadamente este truco nunca falla
- ¿No te molesta que...?
- La verdad es que es más incómodo para los demás que para mí, yo ya me acostumbré, así que sí, es más que obvio que tengo un ojo perdido y el otro buscándolo --riendo a carcajadas-- así que dejando lo obvio a un lado pasemos a algo más interesante ¿les parece?
Nosotros nos giramos hacia el centro apoyando la espalda en las puertas y ella se acomodó justo en el medio de las sillas. Asi podíamos hablar viéndonos a las caras.
- A propósito, no me dijeron sus nombres
- Yo soy Melina y él es Federico
Una delicia conocer personas así, extrovertidas, conversadoras y despreocupadas. Se nos iba el tiempo si siquiera pensar en la espera o que se abriera la carretera. Estuvimos al menos dos horas detenidos, tiempo suficiente para contarnos de su vida.
No nos sorprendió que trabajara como modelo para revistas de lencería y vestidos de baño con ese cuerpazo, personalidad y carisma. Lo de su ojo ya no era un problema gracias a que su manager buscaba que sus sesiones fueran con lentes oscuros para los de trajes de baño o solo del cuerpo para la lencería, igual cuando era de cuerpo entero nos mostró un ángulo especifico en que su ojo no se desviaba tanto y el resto pues se corregía en edición con photoshop.
Era tan buena en ello que su "defecto" era lo que menos les importaba a las marcas que la contrataban. Ahora que tenía la oportunidad de detallarla mejor, la verdad es que también tenía un rostro hermoso de descendencia árabe con facciones muy finas y pulidas que le daba una apariencia sensual y de glamour difícil de encontrar en otras modelos.
- Ya se está moviendo --dijo mi esposo al escuchar que varios vehículos encendían el motor--
Abrieron un solo carril para ir evacuando, estuvimos casi otra hora más avanzando 5 kilómetros por hora hasta que pasamos el lugar del accidente. Nosotras dos no parábamos de hablar, como si nos conociéramos de siempre.
Tratando de desviar mi atención de su ojo me enfoque en su boca que era otra maravilla de la naturaleza. No sé si envié un mensaje incorrecto o si fui demasiado obvia, pero ella llegó de la nada con un tema que no me esperaba y que sonó como a excusa para lanzarme una indirecta.
- Si, siquiera ya podemos salir de este encierro. Yo me separe hace un mes y ahora lo que quiero es aprovechar cada oportunidad que me de la vida y alocarme un poco --acercándose a mi boca-- o mucho, todo depende con quien
Me dio de todo, no me esperaba que fuera a suceder justo en ese momento: «¿voy a besar a una mujer?». Fede que estaba concentrado en pasar con cuidado por el pequeño entre los accidentados nunca se dio cuenta de lo que estaba pasando entre las dos.
- Uf si estaba como feo el choque --dijo rompiendo el momento y bajando la ventana para ver--
Las dos volteamos a ver y tras pasar el nudo de latas retorcidas con la via libre y su afán de recuperar el tiempo perdido dio un acelerón. Sofia se fue de para atrás y hasta se le levantaron las piernas mostrándome todo debajo de su vestido.
- Ahhhh jajajajaja que brusco jajajaja
Se empezó a reír de forma coqueta y chistosa, colocándose una mano en la falda para cubrirse, pero yo me quede pasmada con esa imagen en mi mente al darme cuenta de que no llevaba ropa interior.
- ¿Qué pasó? ¿paro? --dijo medio preocupado, pero sin dejar de acelerar y su mirada enfocada al frente--
- No nada, que casi matas a Sofi, pero tranquilo que ella está muy bien --sin quitar mi mirada de su sexo--
- Lo siento, es que sino aca nos quedamos otras dos horas. Mejor, abróchense los cinturones chicas
- Si, no vaya a ser que ocurra otro accidente --dijo ella mojándose los labios--
- Si, mejor --volteé hacia adelante y me coloqué el cinturón lo más rápido que pude--
Me entró el susto al ver que las cosas estaban avanzando demasiado rápido con ella, no estaba lista aún y mi conciencia hetero sexualizada me inundaba de duda.
Mejor me enfoqué en ver hacia adelante, agradecida de estar "amarrada" con ese cinturón que evitaba que cada que me imaginaba besándola y mi entrepierna se humedecía me tirara de un brinco en la silla de atrás a hacerle de todo.
Mi novio solo estaba concentrado en pasar rápido los otros camiones y no quedar en medio del tráfico de todos los carros, ni siquiera se percataba de las miradas y risitas coquetas que nos dábamos, ni de como cuando volteaba a contestarle algo ella colocaba en sus manos en los muslos y las empezaba a subir levantando su vestido, hasta que me intimidaba, me hacía mirar a otro lado y se secaba de risa.
Era toda una diablilla, una confirmación más de que no había sido solo mi imaginación y que en esa finca algo iba a pasar con ella, estaba segura.
Alcanzamos la punta de vehículos y con la carretera más despejada, retomamos el ritmo normal, disfrutamos de los paisajes y hablando poco. Ella que ya había ido antes a la finca solo intervino para darle indicaciones de cómo llegar al tomar una carretera destapada.
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Al fin llegamos, ellos se saludaron efusivamente entre todos, los novios de las dos nos parecieron un tanto mayores de lo que nos esperábamos, pero le restamos importancia. Mientras bajábamos las cosas, les contamos como el accidente nos había retrasado y lo feo que estuvo. Haciendo cuentas ellos se salvaron de quedar ahi también porque habían salido media hora antes.
La finca en tierra caliente, un lugar muy bonito, cuidado y comodo. Hacía un calor endemoniado que derretía si no te hacías a la sombra, literalmente daban ganas de andar sin ropa.
Dos edificaciones, en una de ellas se encontraban cinco camas dobles, tres en cada pared y otro par más en la pared más larga que fueron las que nos asignaron a nosotros y a Sofi. No es que me agrade compartir la habitación con más personas, pero igual ya estábamos advertidos y no había sido una sorpresa.
Cada cama estaba dispuesta en ese lugar con una ventana en su cabecera y recibir la brisa nocturna. No es que estuvieran apeñuscadas, la verdad es que tenía espacio suficiente para montar unas divisiones, pero decían que por el calor era mejor así para que el viento fluyera y ayudara a refrescar.
La otra edificación era una cocina abierta justo a unos metros de las habitaciones. Lo mejor y más deseado, bajando una ladera encontrabas un kiosco con una piscina deliciosa que me llamaba a gritos para apaciguar el calor y bochorno.
Las chicas, excepto Sofia, nos metimos juntas al baño como de costumbre, nos ayudamos a cambiar y poner los trajes de baño. Nos halagábamos la evolución que habíamos tenido en el GYM, de verdad que se notaba. Apenas salimos Sofi, entró con un bolsito de mano.
Los hombres preparaban la comida y los tragos, nosotras nos sentamos a la mesa. Cuando la vimos salir de la habitación, de nuevo era como si se moviera en cámara lenta. Llevaba un mini bikini que dejaba muy poco a la imaginación, encima una vaporosa de tela fresca semitransparente que le daba un aire aún más provocativo. Era imposible no mirarla, todos lo hicimos, pero el esposo de Sandra si se pasó demasiado hasta con la expresión de viejo verde y hasta se llevó un codazo "disimulado".
Comimos hablando demasiado y riendo a mas no poder. Nos hicieron sentir super bienvenidos y parte del grupo. Luego lavábamos la cocina y dejábamos todo limpio, pero seguían los reproches por parte de Sandra a su esposo que no dejaba de mirar con morbo a Sofi y la hacía sentir a ella como un cero a la izquierda. Terminaron por irse a hablar un poco alejados y después de unos minutos regresaron más amorosos.
Reposamos un poco y al fin lo que más esperaba. Meternos a esa deliciosa piscina de agua cristalina.
- ¡El último en meterse es una gallina! --grito alguien--
- ¡y le toca la lavada la cocina! --dije entre risas--
Casi que corriendo bajé la ladera y me lancé de clavado, estaba a una temperatura perfecta. Al salir a la superficie veo en el aire como los hombres se tiran en torpedo agitando toda el agua, seguido entraron Lucia y Sandra usando las escaleras como unas princesas.
La estábamos pasando delicioso, jugábamos con una pelota infalible, todo mientras Sofia solo se ocupaba de su bronceado y hacía que a los chicos se les desviara la mirada cuando se acostaba boca abajo se metía la tanga entre las nalgas, se soltaba el sostén en la parte de atrás para que no le quedaran las marcas y se veían sus deliciosas bubbies asomarse por los lados.
Creo que él se dio cuenta de que yo también la quería ver, pero no podía hacerlo sin que los otros lo notaran. Asi que se acercó a mí, me dio un beso y nos apartamos un momento. Lo abracé con las piernas por la cintura, apoyé mi cabeza en su hombro y se dio la vuelta quedando de espaldas a ella para poderme deleitar viendo esa diosa.
- ¿Esas miraditas entre ustedes qué?
- ¿Miraditas? --respondí con ironía-- ¿yo? ¿con quién? --riendo como niña chequita cuando es descubierta haciendo alguna fechoría--
- ¿Te gusta?
- Claro ¿a quién en sus cinco sentidos no?
- Si, la verdad es que esta buenísima
- No solo me gusta por bonita, tiene una energía cósmica brutal
- Aham cósmica, lo que quieres es que te ponga a ver estrellitas jajajaja o que te muestre el agujero negro wajajajaja
- ¡Fedeeee! --le reproché con vergüenza--
- Solo es que me des la señal y yo me encargo de distraerlos
Me separé a mirarlo a los ojos sorprendida y se me salía esa risita que delataba las ganas de cometer ese pecado. Hasta que nuestra interesante conversación se vio interrumpida.
Aunque Sandra trataba de disimular su enojo se le escuchaba como le recriminaba a su esposo cada que miraba hacia Sofia, le tapaba los ojos con la mano y le volteaba la cara hacia ella como si fuera un niño pequeño lo hizo acomodar siempre de espaldas a ella, como si eso fuera una solución.
Los otros cuatro tratamos de romper el incomodo momento, empezamos a jugar de nuevo lanzando la pelota inflable para que se relajaran y no se fueran a tirar el paseo. La cosa era tan incomoda que sin poder terminar de disfrutar el resto del sol de la tarde Sofia prefirió irse para la cabaña a darse una ducha y aprovechar para leer un poco.
Al fin un poco de paz y tranquilidad. Nos quedamos a ver el hermoso atardecer ocultarse tras las montañas. La brisa que llegaba era deliciosa y refrescante, pero sin estar activos también nos provocaba escalofríos, decidimos mejor ir a ducharnos y arreglar todo para la rumba y el asadito que habíamos planeado.
Mientras organizábamos los tragos y sazonábamos las carnes, Sandra y el esposo no dejaban de pelear, otra vez. Él la tomó de la mano y se la llevó casi de mala gana a hablar lejos de nosotros. No sé si su relación era así todo el tiempo, una continua búsqueda de problemas y reconciliación para después regresar como un par de tortolitos enamorados, yo ya me habría hartado de eso.
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Tomamos y bebimos hasta que no nos cabía más, sobraba carne, mazorca y hasta plátano asado con queso y bocadillo. Para bajar la comida nos dedicamos mejor a bailar y la noche pintaba una delicia, para no excluir a Sofi la invitábamos a bailar con nosotros o con Lucia y su esposo que mostraban tener una relación más sólida. Hasta bailábamos entre mujeres cuando alguno de los hombres se sentaba a descansar.
Los esposos de ellas, parecían estar en una competencia de macho alfa por demostrar cuál de los dos aguantaba más bebiendo, ya saben haciendo su despliegue de pavos reales para impresionar a las "damas". El mío que no le gusta beber casi, prefería aprovechar para escudarse bailando con nosotras y no seguirles el juego.
Ya se notaba de nuevo la tensión en el ambiente con las miradas inquisitivas de Sandra a su esposo, cada rato lo sorprendía viendo a Sofi con su cara de morbo. Nosotros ya ni les prestábamos atención, se habían vuelto aburridores con el mismo cuento.
Mi novio estaba haciendo dar una vuelta a Sofi para pasarla a la otra pareja, sin querer se chocó de frente con el esposo de Sandra y ¡boom! todo estallo peor.
- ¿Me ves cara de idiota o qué?
Le dio una cachetada a su esposo y todos nos quedamos pasmados. Sofi ya un poco alicorada hasta le causo risa y por poco se lleva otra cachetada.
- Ay no Sandra, así no --intervino Lucia-- usted ya está muy cansona, deje pues la maricada que está viendo cosas que no son
- Si claro, como no...
La jalo de la mano y se la llevó a hablar fuera del kiosco. Los dos hombres se quedaban sentados como niños regañados. Apagamos la música y empezamos a recoger las cosas para terminar la rumba antes de que fuera peor.
- La voy a llevar a dormir, ya está muy borracha --dijo Lucia--
Nos hizo señas de que siguiéramos con la música que ella se encargaba. La abrazó por la cintura para ayudarla a caminar porque hasta se iba para los lados. Sofi que para esas alturas ya tenía sus traguitos encima ya andaba bastante contenta, casi que ni espero a que terminar de llegar a la habitación para cambiar la música y poner reggaeton.
- Ahora sí, a darle al perreo
Aunque nosotros no somo más de otro tipo de música más bailable, mi novio me animo a levantamos a bailar con ellos a ver si yo cumplir mi deseo. El problema es que ella de una en medio de ellos, los miraba provocativamente y obviamente no se le despegaban aprovechaban para pegarle tremendas rayadas y ella para darles más chorro en la boca desde la botella.
No le importaba coquetear conmigo delante de ellos o de mi novio, me invitaba a unirme, pero yo miraba hacia otro lado tratando de hacerme la que no lo notaba, ni de riesgos me iba a hacer en medio de esos señores.
No se aguantó, vino bailando hacia nosotros y se sacó una pepita del bolsillo pequeño de sus shorts.
- ¿Un extra de diversion? --la colocó en su lengua y me la ofreció--
Aunque nunca he probado drogas, estuve tentada a recibirla y tal vez si hubiera estado sola con mi novio lo habría hecho, pero con cara de morbo tan desagradable que hicieron ellos pensando que nos íbamos a besar se me quitaron todas las ganas.
- No gracias --la detuve amablemente del hombro-- nosotros no...
Volteo a mirar a mi novio y aunque sé que le hubiera encantado darle un beso a esa lindura, le sonrió con amabilidad y negó con su cabeza.
- No gracias, no nos gusta mezclar y ya hemos tomado mucho
Ella levanto los hombros, se tragó la pastilla, sonrió y me dio un pico rosando mis comisuras.
- Lastima --dijo mordiéndose los labios mientras me miraba a la boca-- sera en otra ocasión
Se fue bailando, levantando las manos en lo alto, meneando sus caderas. Sacó una pastilla en cada mano y tras metérselas en la boca a ellos les dio un candente beso a cada uno asegurándose de revisar con su lengua que la hubieran tragado.
- Ahora sé porque tu amiga, se pone así con ella
- Si ya saben cómo es ¿para que la invitan?
Empezamos a desistir de nuestros planes. Nos sentíamos incomodos con que alguna de ellas apareciera, los viera y ahi si todo se iba ir a la mierda, preferimos tomar distancia y escabullirnos sin que siquiera lo notaran.
Subiendo las escalas a la finca, apagaron las luces y vimos como entre los dos se la comían a besos y le empezaban a meter mano por todos lados. Esos tres iban con toda y Sofia rumbo a cumplir con su nuevo propósito de vida de descontrol total.
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Entramos en penumbra a la habitación, sin encender ninguna luz, usando las manos como guía para encontrar la cama. Nos metimos debajo de las sábanas, él me abrazo y tratamos de quedarnos dormidos. El problema es que cada que bebemos los dos nos calentamos demasiado. Me empezó a besar el cuello.
- No amor, nos ven
- Ellas están dormidas, ni se dan cuenta
- Dale pues --voltee a mirarlo riendo con picardía-- pero suavecito
Su miembro creció entre mis nalgas, me tomo de la cintura, empujo hacia adelante mientras me chupaba el lóbulo y se me escapo un gemido.
- Shhh las vas a despertar
Tomé su mano, la subí hasta mi boca para que me tapara, me corrí lar tangas a un lado y guie su miembro a mi interior. Ay maldita sea, esto de hacerlo a escondidas, casi sin movernos me calentaba demasiado.
De cuando en cuando les daba una mirada a las otras camas, vi a contraluz que una de ellas se giró boca arriba y de una le mandé la mano hacia atrás para que se detuviera un momento.
- Fresca, solo se está acomodando
Moví mi cabeza hacia los lados para negarme y él aflojo la mano para dejarme hablar
- ¿Me vas a dejar así? --dijo respirándome al oído, empujando su miembro hasta el fondo--
Me tuve que morder la lengua para no ir a gemir y lo volteé a mirarlo enojada.
- Espera un momento, porfa
- No, no puedo, estas muy deliciosa
Vi su intención de volver a hacer lo mismo, mandé la mano hacia atrás y tomé su miembro apretándolo y dejando solo su glande adentro
- No seas mala Meli
- Shh espera, no hagas ruido y mira
La silueta que estaba boca arriba se veía encorvando su espalda hacia atrás, tapándose la boca y volteando a verificar que estuviéramos dormidos.
- ¿Se está masturbando?
- No sé, eso parece
Lo volteé a mirar hacia atrás sonriendo y sin dejarlo de hacerlo, solté mi mano y volví a meter su miembro muy despacito hasta el fondo, cerré los ojos aprete los labios para no ir a gemir y cuando los abri él estaba con los ojos abiertos casi asustado mirando hacia ella. Mi primer pensamiento fue «mierda, nos descubrieron».
Voltee a mirar muy despacito y se veía un gran circulo a la altura de su entrepierna, eso con toda seguridad no era una mano.
- No puede ser
Nos quedamos super quietos y en silencio, su miembro palpitaba dentro de mí, mientras veíamos como las sábanas se deslizaban hacia abajo y quedaban sus erectos pezones a contraluz alcanzándolos con sus manos para estirarlos y hacer que su espalda se encorvara tanto que pasaba la luz por debajo de su cuerpo.
El calor la invadía y no se aguantó más, de un jalón arrancó la sabana y las sospechas fueron confirmadas Sandra estaba metida en la entrepierna de Lucia dándole placer.
La sola imagen me hizo correr de inmediato, fue tan obvio que si no es por la penumbra sé que estaría roja como un tomate de la vergüenza. Fede en vez de reprochármelo me beso con ternura, sonriendo con amabilidad y pegándose a mi oído para hablar con un hilo de voz.
- No te preocupes, disfrútalo que estas cosas no pasan todos los días
Gracias a lo mojada que había quedado ahora nos podíamos mover aún más despacio, casi de manera imperceptible, con los ojos apenas entre abiertos para poderlas ver.
Mi sexo brotaba a borbotones, imaginaba el placer que sentían y los orgasmos llegaban solos, tuve que volver a coger su mano y esta vez metérmela a la boca mordiendo el espacio entre su índice y pulgar para no gritar.
Sandra subió lentamente, besándole el torso hasta tomar sus senos, le daba lengüetazos y luego se metía sus pezones chupándolos de forma sensual y provocativa sacándole unos ahogados y deliciosos gemidos que trataba de disimular tapándose la boca.
Le besaba el cuello, iba por sus labios los estiraba y miraba a los ojos juntando sus frentes mientras que con sus dedos jugaba con su clitoris y la penetraba.
- Ahhhh --no pudo contenerse más--
Sandra, le tapó la boca y volteo a mirar hacia nosotros. Nos quedamos como piedras hasta que regreso la mirada a ella, levantó su dedo índice en señal de silencio y Lucia asintió riéndose con picardía.
Sandra movía su mano en círculos y Lucia la miraba suplicando que no siguiera porque no iba a aguantar más.
- Ay dios, ahhhhh
Sandra le tapó la boca, las dos voltearon a mirarnos asustadas. Se quedaron quieta unos segundos y al pensar que teníamos sueño profundo se despreocuparon y decidieron concentrarse en ellas.
Sandra la tomó de las manos, se las sostuvo encima de la cabeza, bajo acariciándole el cuerpo, le abrió las piernas y le acarició los muslos con cara de maldad, haciendo que su pecho se inflara de forma entrecortada.
Montó su pierna por encima, entrecruzando sus piernas juntando sus partes. Lucia se levantó a besarla y tomarla del cuello, las dos se movían tan delicioso frotando sus sexos que no fui capaz de aguantar más.
Fui atrevida, lo sé, pero ten que correr el riesgo. Arranqué las sábanas, ellas se quedaron pasmadas sin saber cómo reaccionar. Me quité la ropa y me monté a cabalgar a mi novio dándole la espalda, acariciándome el cuerpo.
Lucia al ver que no corrían ningún peligro y que lo único que queríamos era lo mismo que ellas, la tomó entre sus labios, recuperando la pasión.
Las siluetas y sombras de sus excitados cuerpos eran casi como un sueño, se notaba que entre ellas de verdad existía algo especial desde hace tiempo, algo que también sabían disimular muy bien en público.
De vez en cuando ellas volteaban a mirar, se acariciaban y besaban mirándome a los ojos, me acariciaba el sexo y apretaba los senos para aguantar no venirme, los gemidos que se empezaban a sincronizar con los de ellas.
Cerré los ojos un momento tratando de aguantar y cuando los abri, ellas estaban caminando hacia nosotros y me quedé helada. Se montaron apoyando una rodilla en la cama y cada una me tomo de una mano.
- ¿Podemos?
Afirmé con la cabeza sin siquiera procesarlo, mi inconsciente lo hizo sin duda por mi colocando mis manos detrás de sus cabezas y atrayéndolas hacia mis senos. Fue electrizante sentir sus bocas chuparlos, casi como si me estuviera cogiendo la luz y no fuera capaz de liberarme, mi sexo no paraba de apretar su miembro casi hasta el punto de ahorcarlo.
- ¡Ay diosss! ¡No puede ser! ¡Aghhh!
Un intenso orgasmo me invadió, ellas subieron muertas de risa a llenarme de besos tiernos mientras me recuperaba un poco.
- Pensamos que no te gustaban las mujeres
- Aun no lo sé
Se miraron entre ellas, sonrieron con mucha maldad, al saber que se trataba de mi primera vez.
Me tocaban todo el cuerpo, frotaban sus senos con los míos y me producían escalofríos cuando usaban sus pezones erectos para acariciarme el cuerpo. Metian sus manos a mi sexo y se las daban a probar haciendo muecas de placer, como cuando comes tu postre favorito.
Sandra me miró a los ojos y comenzó a bajar por mi torso, entre mis senos. Mis manos empezaron a temblar. Lucia me tomó del rostro para que me concentrara en ella, la otra me besaba los muslos y mis dientes castañeaban. Me beso el cuello, se acercó a mi oído chupando mi lóbulo.
- Solo cierra los ojos, ella sabe lo que hace, créeme
Se montó sobre mi novio, justo detrás de mí, abrazándome, besando mi cuello, acariciando mis senos. Senti la respiración tibia de Sandra en mi sexo, apenas mire asustada hacia abajo Lucia me la levantó del mentón para distraerme comiéndome a besos.
Sandra se apodero de mi sexo, dándole unos cortos pero certeros lametazos a mi clitoris y así poco a poco su lengua se fue apoderando de todo mi ser. Lucia sonreía, tomaba mi mano y me guiaba para que metiera mis dedos en su cabellera y le mostrara a Sandra el ritmo que quería que llevara.
- ¡AHHHHHH!
- Shhhh --me tapo la boca--
- No puedo ¡AHHHHHH!
Me besaba durísimo el cuello, apretaba mis senos, estiraba mis pezones y movía su cuerpo de adelante hacia atrás como si me estuviera penetrando. Se acercó a mi oído, beso el lóbulo, pasó toda su lengua al rededor y me dijo en secreto.
- Tu novio, me la está tocando tan rico ¿lo dejo probar?
En ese momento es lo que menos me importaba, me pudo haber dicho que me iba a matar y creo que le habría dicho que sí. Se separó de mí, levantando sus nalgas descargando su sexo húmedo en su boca, llenando mi oído de deliciosos gemidos, describía todo lo que Fede le hacía. Maldita sea, eso me ponía peor de caliente.
Miraba hacia abajo, Sandra se reía con maldad sacaba su miembro humedecido con mis jugos y le daba unas cuantas mamadas, apenas cerraba los ojos lo volvía a metérmelo y se dedicaba a darme placer.
«Esto no podía ser verdad, seguro en algún momento me había quedado dormida y estaba era metida en un sueño erótico tan tremendamente delicioso que no quería despertar nunca»
-Hummm que necio es, me acaba de meter la lengua en el culo ahhhh
Lucia reía con picardía y me comía a besos entre gemidos. Recordaba lo delicioso y antojador que es cuando me lo hace a mí y entendía porque ella estaba tan excitada. Me metió los dedos a la boca para que los llenara de saliva, los bajo entre mis nalgas y sin pedir permiso empezó a acariciar mi asterisco simulando los movimientos que recibía de él.
- ¡AHHHHHH AHHHHH! ¡ESPERA, ESPERA!
Me tapó la boca con su otra mano, se acercó a mi oído gimiendo cada vez más delicioso y fuerte.
- Si, así, que rico como me mete la lengua, mmmm si, ya quiero que me meta otra cosa
Empujó uno de sus dedos por detrás hacia mi interior y ni mordiendo su mano la quitó de mi boca. Metía y sacaba su dedo de mi trasero, aumentando la velocidad.
Recuerdo que mis ojos se fueron volteando hacia atrás sin que lo pudiera controlar, mi cuerpo perdió la fuerza y entro como en una especie de transe. Sentía como si un cumulo de energía creciera dentro de mi pecho y bajara lentamente hasta mi sexo.
No aguanté mucho más, era demasiado placer como para poder resistir. Tuve un orgasmo tan intenso que cuando Sandra salió de ahí tenía toda la cara mojada y el mentón escurriendo gotas.
Lucia se quitó de atrás muerta de risa y me ayudo a recostarme de espaldas sobre Fede, mi hermoso y deliciosos Fede que me miro con esos ojitos agradecidos de placer.
- Un momento ¿escuchan eso? --dijo Sandra--
- Yo no escucho nada --respondió Lucia--
- ¡Exacto!
- ¡Mierda!
Sin siquiera unos segundos para recuperar el aliento nos levantamos, corriendo a buscar sus ropas entre la penumbra y vestirnos a toda prisa.
Ya se escuchaba sus voces subiendo la colina y nos tiramos a las camas de cada uno simulando estar dormidos.
La de Lucia, donde estaban haciendo de las suyas en un inicio, quedaba diagonal a la nuestra. Ella no dejaba de mirarnos de forma inquieta y sugestiva mordiéndose los labios.
- Me dejaron iniciada. Ustedes dos me quedan debiendo una --riendo con picardía señalándose sus nalgas--
- Shhh --dijo Melina-- no hablen más
Tratábamos de aguantar la risa, ellos llegaron tratando de no hacer mucho ruido, pero era imposible. Sofi, en medio casi que cargándolos a los dos que se iban hacia los lados y balbuceaban cosas inentendibles, estaban demasiado borrachos y chocaban contra todo.
Sandra se levantó simulando su cara de molesta al recibir a su esposo y darle una cantaleta eterna en voz baja para que "no nos fuera a despertar" hasta lograr quitarle la ropa y acostarlo.
Nosotros apenas veíamos la cara de Lucia muerta de risa sin ser capaz de disimular, no era buena para eso. Lo único que hizo fue correrse un poco y Sofía se encargó de acostarlo a su lado dándole la espalda.
Nosotros nos dimos la vuelta, para el otro lado como si estuviéramos incómodos porque nos habían despertado, pero más que todo lo hicimos para no verle la cara a Lucia y nos íbamos a estallar de la risa.
Quedamos mirando hacia la cama de Sofi. Pobre, tenía una cara de agotamiento y aburrimiento tenaz, seguro que no se la había pasado tan bien como se lo esperaba. Se dejó caer de espaldas en la cama, suspiro profundo y se quedó mirando al techo con los ojos abiertos.
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Una deliciosa brisa llegó para refrescar el vapor y calor que habían dejado nuestros cuerpos en la habitación, minutos más tarde una fuerte lluvia caía y los truenos iluminaban la habitación y fue cuando lo notamos.
Sofi un poco frustrada sin importarle que la vieran, estaba con el sostén abierto acariciándose los senos y una mano metida entre sus shorts. Abrace a mi novio, que ya estaba con los ojos cerrados
- No te alcanzaste a venir ¿cierto?
- Amor, no importa, duérmete que así estuvo bien
Le metí la mano debajo de la pantaloneta para masturbarlo, abrió los ojos y vio a esa deliciosa mujer darse placer, tratando de ocultar sus gemidos entre el estruendo de los truenos.
- No te voy a dejar empezado ¿qué tal si...?
Levante la sábana para llamar su atención, ella se quedó inmóvil un segundo y luego sonrío al ver como sacaba su miembro de la pantaloneta y lo masturbaba.
Se sentó al borde de la cama con intención de meterse a la nuestra, pero no me sentía cómoda con los esposos de ellas ahí. Giré mi cuello y le señalé con los ojos la puerta. Ella salió en puntas para no hacer ningún ruido y nosotras las seguimos detrás.
Ni siquiera me dejó cerrar la puerta y nos arrastró de la mano bajo la lluvia escaleras abajo hasta el kiosco. La empujé hasta uno de los pilares y me la comí literalmente a besos mientras nos quitábamos la ropa entre las dos. Fede guardaba la distancia dejándome vivir el momento, pero igual no nos quitaba la mirada de encima y la erección daba tumbos debajo de su pantaloneta.
Algo me impedía dar el siguiente paso, la imaginaba con esos desagradables señores y la verdad es que me daba un poco de asco poner mi boca en lugares que pudieron haber estado ellos.
- ¿Pudiste hacer tus locuras? --le pregunté disimuladamente--
- La locura, fue no irme con ustedes antes, ellos estaban demasiado borrachos
- ¿Osea que te dejaron empezada? pobrecita
- Si pobre de mí --sonrió con su carita angelical--
Se agachó para sacar de sus shorts un condón y me lo entregó en la mano. Caminamos hacia él, mientras lo besábamos entre las dos nos desnudábamos y ella aprovechaba para ayudarme a sostener su miembro mientras yo lo vestía. Nos miramos a los ojos, sin decir nada ambas nos hicimos de rodillas y compartimos su miembro.
Todo iba super bien, hasta que empecé a mirarla cuando se atragantaba con él y su ojo se desviaba de tal forma que parecía que se le fuera a salir. Se me bajó un poco la excitación debo aceptarlo, preferí ponerme de pie detrás de ella y empujar su cabeza con mi sexo mientras lo besaba.
A él en cambio parecía excitar verla hacer eso, sus ojos casi en su sitio cuando lo tenía afuera y luego como se perdían progresivamente al meterse su miembro. Lo agarré del cabello metiendo mis dedos por detrás para que me besara.
- ¡Acaba con ella!
La tomé de la mano, me acosté sobre una de los parasoles boca arriba y la hice acomodar a ella encima en sentido contrario. Alguna vez imaginé que cuando eso pasara lo iba a dudar, pero ni me lo pensé, agarré sus caderas y empuje su sexo contra mi boca saboreando su humedad, escuchar sus gemidos y sentir como ella se hundía en la mía.
Vi las piernas de mi novio acercarse por detrás, saque mi boca para llenar de saliva el preservativo y luego pude ver con todo lujo de detalles como sus labios externos se separaban y su miembro se abría paso en su interior, lo empezó a hacer despacio y ella misma movía su cuerpo y caderas de forma desesperada para que lo hiciera más rápido y fuerte.
No era capaz de seguir con mi boca su cuerpo, su sexo se me escapaba al ir y venir, así que saque mi lengua y deje que la punta rosara su clitoris. El miembro de mi novio comenzó a empaparse en sus jugos, gotas caían en sus bolas y yo las chupaba como si se tratara de un elixir, beber un orgasmo de esa manera puede ser bastante adictivo.
Sofi levantó un poco su cuerpo al no poder dominar más su boca y su lengua, los gemidos no la dejaban darme placer. Mientras nos cabalgaba, me apretaba los senos y me apretaba el clítoris con su dedo pulgar y anular hasta exponerlo, dejaba caer abundante saliva y arremetía contra el dándole pequeños golpecitos con su índice.
Fede al ver lo maldadosa que era, dejó caer saliva desde lo alto y comenzó a acariciar su asterisco. Ella volteó a mirarlo casi endemoniada, tomó su miembro se lo sacó y lo colocó detrás.
- ¡Duro! ¡Me gusta duro y que dure! ¿seguro que guantas?
Pobrecita, no sabía lo que estaba pidiendo, si algo me encantaba de Fede en el sexo era su autocontrol y si le daba la gana te podía follar por horas sin venirse.
Él le sonrío de forma despectiva, la agarró del cabello y la levantó hasta quedar cerca.
- A mí me gusta que las perras se lo traguen haciendo bizcos
- Bueno --levantó una ceja-- entonces tenemos un trato
La dejó caer sobre mí, se agarró de sus caderas y de un solo empujón se lo metió directo hasta el fondo.
- ¡Ay jueppuuu.... --se mordió la boca--
- Dijiste duro --le replicó Fede--
- Yo no dije que pararas
Su sexo se estremecía en cada penetración, se abría y cerraba de placer, nunca pensé que se fuera a ver así mientras te dan por el culo. Ella a duras penas descargaba su cara en mi sexo sin poderme hacer nada y para aguantar sin gritar me mordía los muslos. Quería terminarla de enloquecer, ni se como es que llegue a pensar querer sentir lo que siente un hombre cuando uno se viene, la tome de las caderas empujándola hacia abajo penetrándola con mi nariz mientras que envolvía su clítoris en mi lengua.
Me mordió tan duro que hasta me hizo gritar, pero apenas me acostumbré al dolor, continué con mi misión. Ella se levantó apoyando sus manos en mis crestas iliacas, cabalgándonos con todas las fuerzas que le quedaban, sentí una pequeña succión en mi nariz, luego un leve temblor continúo seguido de una explosión de fluidos que se me metieron por la nariz haciendo que me ahogara. Poco le importó que no pudiera respirar, no se detuvo hasta sacar el último orgasmo que le quedaba en su cuerpo.
Se bajó tambaleándose, le arrancó el preservativo con algo de rabia y se le hizo de rodillas abriendo la boca. Mientras yo trataba de recuperarme veía como él la empujaba desde atrás para que ella se atragantara con su miembro y torciera sus ojos como se lo había prometido.
Ella misma colocaba su mano detrás de la de él, pidiendo que no se limitará, hasta que logró meterlo por completo y la verdad es que dejó sorprendida con tal habilidad. Una vez alcanzado ese punto ella misma le quitó las manos, se agarraba de sus piernas, lo sacaba y volvía a meter hasta desaparecer e inclusive ser tan descarada de usar su lengua para acariciar sus bolas y reír como una diabla.
Él tuvo que darse por vencido y le concedió la victoria. Ella lo sacó abrió la boca y lo masturbo esperando su leche. Apenas obtuvo lo que quería se lo metió un par de veces más hasta la garganta mirándolo fijo para regalarle esa mirada perdida que tanto le excitaba.
La lluvia había menguado. Todos satisfechos, subimos con calma las escalas para evitar resbalarnos, antes de entrar a la habitación me empujó contra una pared y me dio tremendo beso.
- Desde que te vi, sabía que nos íbamos a divertir
- Pues, que sea la primera de muchas
- Eso espero
Entramos a la habitación sin hacer ruido, algunos de ellos ya estaban roncando. Nos acostamos a dormir y caímos rendidos enseguida.
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Ya se escuchaba movimiento en la cocina y dos de las camas estaban desocupadas. Lo primero que hice al levantarme fue revisar mis muslos y los tenía llenos de morados y marcas de sus dientes.
Sonreía como una idiota recordando tantas locuras que habían sucedido la noche anterior, aun ni me lo podia creer. Busqué un pantalón largo para cubrir las marcas y desperté a mi novio con un gran beso.
El ambiente estaba como raro, las chicas estaban preparando el desayuno mientras que sus esposos estaban sentados esperando en la mesa, pero pegados de sus teléfonos como evitando hablar.
Dimos los buenos días, pero ellas aún más serías y secas nos dijeron que no esperamos en la mesa.
Creo que estaban pensando que nosotros íbamos a arruinar su secreto o no sé si se molestaron porque después también nos divertimos con Sofi.
Y hablando del rey de Roma, fue la última en levantarse, con una sonrisa de oreja a oreja, audífonos en sus oídos tarareando una canción y hasta meneando el cuerpo.
Dio los buenos días, se sirvió una taza de café y mientras le daba unos sorbos cantaba con gracia.
"y que se le moja la canoa
y que se le moja la canoa
pobre hombre cuando se emborracha"
Los dos esposos bajaron la cabeza como si no fuera con ellos, pero los delataba lo rojos que estaban. Ahora todo empezaba a tener sentido. Sandra corrió hasta donde Sofía empujándola y haciéndola caer de la silla, la taza de café cayó a un lado estrellándose contra el suelo de forma violenta.
- ¡Ey que te pasa!
- A mí me respetas
- ¿HP ya que te hice?
- No sé, decime ¿por qué este par ni son capaz de mirarse, que les hiciste?
- Pregúnteles a ellos
- Amor yo no... es que bebimos mucho y... --contestó el esposo de Sandra con miedo--
- ¿Como así Jose? --se le salieron las lágrimas-- !JOSE! ¡MALDITO HP!
Se le tiró encima a darle golpes y Lucia intervino para quitársela de encima mientras miraba con decepción a su esposo.
- De verdad no lo puedo creer
Los cuatro empezaron a alegar y volaban artículos de cocina en dirección a ellos. Nosotros nos levantamos sin llamar mucho la atención, empacamos lo más rápido que pudimos.
- ¡MALDITO MARICA!
Tas tas tas tas, seguían sonando ollas caer y platos romperse.
A los segundos se nos unió Sofi con tremenda risa de maldad a empacar lo que alcanzaba a coger.
Nos montamos al carro y cuando íbamos a arrancar, se nos atravesó Sandra al frente con una cara de demente que hasta daba miedo, cuando abrieron la puerta de atrás juraba que iban a bajar del pelo a Sofia y revolcarla entre las dos, pero lo único que hicieron fue subirse con lágrimas en los ojos.
- Por favor no nos dejen aca
- ¡Vámonos! --dijo la otra--
Arrancamos a toda prisa dejando una nube de polvo atrás hasta encontrar la salida hasta la carretera pavimentada.
- !¡Paren, porfa paren!
Fede freno en seco pensando que iba a vomitar.
Sandra abrió la puerta se bajó de un brinco pegó un grito de desahogo y se empezó a reír como una loca.
- ¡Hijueeepuutaaa! ¡por fin! ¡somos LiBRES!
Lucia y Sofia empezaron a reír también, nosotros seguíamos sin entender ni mu de lo que estaba pasando.
- ¡Vámonos!
Se volvió a subir como si nada y nosotros dos nos quedamos pasmados.
- Ya, vámonos. Vámonos antes de que aparezcan --mirando hacia la carretera destapada--
- ¿Aparezcan? --preguntó Fede– ¿acaso corremos peligro?
- Usted arranque papacito --le dijo Sofi levantándose a darle un beso-- en un rato les explicamos
Fede hizo caso, arrancó a lo que más le daba. Le dieron indicaciones para tomar una vía más larga de regreso a la ciudad para que ellos no nos fueran a seguir, todo parte del plan.
Nos detuvimos más adelante en un estadero. Pedimos algo de comer y nos sentamos lo más alejado que pudimos de los demás. Nos quedamos de una sola pieza al escuchar tremenda novela.
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En la pandemia empezaron a sospechar que entre ellos dos había algo. No tenían nada en contra de los gais pues como ya sabíamos ellas también lo eran. Lo que les molestaba era que lo mantuvieran en secreto sabiendo que estaban casados, sino hasta habrían estado de acuerdo en pasar bueno los cuatro.
Este plan lo habían armado desde hace rato, esperando que quitaran las restricciones de salida para poder ejecutarlo. Aprovecharon que nosotros dos íbamos a ir generando un factor de distracción adicional y esa misma noche le contaron todo a Sofi que de inmediato se unió al plan convirtiéndose en su arma más poderosa.
Todo el tiempo estuvieron actuando, las pintas sexys de Sofi, el mini matador vestido de baño, las miradas, los shows de celos y hasta emborracharlos para dejarlos solos con ella y "hacerlos caer".
Lo único que no podía controlar era cómo íbamos a actuar nosotros, pero confiaban en que como nos habíamos comportado de forma tan respetuosa en el GYM inclusive con la desnudez, no nos íbamos a entrometer demasiado.
Mientras nosotros nos estábamos divirtiendo con ellas en la cabaña, Sofi estaba moviendo las últimas fichas para ponerlos en jaque.
- Esa me la van a pagar triple, mamacitas --dijo Sofi entre risas--
Se dejó meter mano por todos lados, los besó y hasta masturbó. Luego jugaron a besarse con uno y con otro, hasta que los hizo estar cerquita y no se aguantaron, se pegaron tremenda chupeteada y las manos tampoco es que se quedaran quietas, inclusive hasta Sofi parecía sobrar.
Estaban tan borrachos que ni se dieron cuenta que ella estaba filmando como se comían a besos y como el esposo de Sandra se hacía de rodillas a hacerle un oral al de Lucia. La prueba reina para poder pedir el divorcio y llevarse las de ganar en el pleito legal.
El cierre fue la actuación de la mañana, con pelea incluida para que ellos mismos se delataran y les pudieran hacer un jaque mate que ni se esperaban.
- Se los juro, que no sospeche ni un poco de eso --me sentía una ingenua--
- Y el premio a la mejor actriz revelación es para --dijo Sandra entre risas-- Sofi
Se levantó de la mesa, se puso delante de nosotros, hizo una venia y todos le aplaudimos.
- ¿Y ahora qué? --preguntó Fede--
- Ahora nada, se suponía que teníamos un puente entero para ejecutar el plan y todo salió mejor de lo que esperábamos --dijo Sandra--
- No se ustedes, pero yo no pienso regresar hasta el lunes. Ahora que estoy soltera --Lucia se sentó de espaldas sobre Fede-- tengo ganas de divertirme… y anoche me dejaron un poquito antojada --refregando su gran trasero sobre su miembro--
- Si --Sandra se sentó en las mías-- creo que podríamos buscar un lugar donde quedarnos y compensarlos por todo lo que los hicimos pasar --metiéndome su lengua a mi boca dejándome atónita con un excitante y candente beso--
- Pues, donde ella vaya --dijo Sofi señalándome- voy yo
- ¿Yo? --con carita de maldad-- yo voy donde esté la locura
- Yo soy la reina de los locos
Sofi muerta de risa nos hizo una mueca torciendo sus ojos y todos nos soltamos a reír.
No me disgustaba la idea de que Lucia la quisiera pasar bien con mi novio, ni que Sandra se les uniera. Igual ya estaba pensando como pedirles que me ayudaran a distraerlo para poder hacer lo mío a solas con Sofi, tal y como me lo había deseado, lo de la noche anterior no tenía comparación, pero igual quería saber que se sentía estar sola con una mujer y tenía claro que "ella" era la que quería.
Nos montamos a la camioneta, buscamos una finca para alquilar por Airbnb. Paramos en un pueblo pequeño para comprar suministros y mucho licor.
Tuvimos un resto de fin de semana brutal haciendo cosas que nunca imagine, cosas que ni Fede ni yo vamos a olvidar... pero esa, es otra historia.
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Relato: Melina109Please respect copyright.PENANAewx0yj45M8
Escrito: Agata109Please respect copyright.PENANAwuCT2plenP
Edición: Axel
109Please respect copyright.PENANAQ4MJcUX1Dp