- Mañana irnos, quisiera invitarte a comer en finca como agradecimiento131Please respect copyright.PENANAD7V305g2fw
- Claro, ya le aviso a Laura para que vamos131Please respect copyright.PENANAefnQscy2oh
- Este --chasqueó su lengua-- es que preferir que ella no ir --con una mueca de incomodidad--131Please respect copyright.PENANA8yNAFQWkn0
- ¿Por qué? ¿te dijo algo que te molestó?131Please respect copyright.PENANAYQsCrTcdmK
- No, no para nada, ella ser, como decir ustedes --enrollo los ojos pensando-- muy formal, pero le hace falta chispa que tener tú, no sé
Por un momento me entro un poco de desconfianza, con todo aquello de las historias de trata de blancas que se escuchaban en el país me dio algo de mala espina. No sabía que hacer, porque hacerle el desplante también podía significar perder su contacto para futuros negocios.
- Mira, tú pensarlo y si querer aceptar invitación, yo mandar a Don Javier que te recoger y volver a traer131Please respect copyright.PENANAxuFiEXJIDs
- ¿Don Javier?131Please respect copyright.PENANAltxnJFyruz
- Si el dueño de la finca, el estar allá también con esposa esta noche. Ser divinos y nos atender todo el tiempo muy bien... por esa querer agradecer a ellos y a tu
Coincidencialmente ese mismo Don Javier, era el mismo que nos estaba alquilando la casa en el pueblo para hospedarnos, como que tenía todo un imperio de alquiler de propiedades en el pueblo gracias a Airbnb. Era una pareja de adultos, bien montañeros, pero también inteligentes y berracos para los negocios.
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Entre a contarle a Laura, al principio se molestó un poco porque creía que la había atendido más que bien y no entendía porque quería que solo fuera yo. Le pareció un poco sospechoso, pero luego nos bajamos la paranoia recordando la clase de personaje que era a nivel buscamos en internet no vimos que estuviera involucrada en ningún negocio turbio.
Estaba decidido, no podíamos perder esa oportunidad por nada del mundo, iba a tener que ser la encargada de tratar de que ella se convirtiera en nuestra madrina de modas.
Laura me hizo vestir un poco más elegante, no demasiado para no ir a desentonar con el ambiente de una finca rural.
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La finca era una de las más lujosas y costosas del pueblo, esta gente tenía que tener demasiado dinero para quedarse tantos días en ella. Igual no me extrañaba con la cantidad de dinero que la había visto gastar ese par de días.
La servidumbre nos atendió como reyes y la comida estaba deliciosa. Luego nos sentamos en la sala, encendieron la chimenea y nos tomamos unos canelones en compañía de Don Javier y su esposa.
Ellos se disculparon por retirarse tan temprano, pero estaban acostumbrados a acostarse temprano y ya se sentían agotados. Sin embargo, se ofrecieron para que uno de los mayordomos me llevara de vuelta cuando así lo deseara.131Please respect copyright.PENANARgoc9mxMt4