Ay chicas, nunca en la vida me habían follado de forma tan bestial. Este hombre me taladraba sin piedad, sin descanso, era una maldita maquina sexual y yo encantada, era exactamente lo que necesitaba.
Me levantaba las piernas, las separaba y me penetraba agarrándome duro de los muslos, dejaba caer saliva en mi sexo le daba palmadas y lo estrujaba sin cuidado. Cuando él se daba cuenta de que estaba teniendo un orgasmo, con más fuerza arremetía contra mi sexo y en ocasiones juntaba mis labios externos pellizcándolo con sus dedos y estirándolo.
Si le pedía que me ahorcara lo hacía con gusto, mientras que yo le enterraba mis uñas en sus antebrazos y le dejaba las marcas. Poco le importaba, lo que fuera con tal de complacerme.
Me dio la vuelta y mis pies apenas tocaban con las puntas de los dedos el suelo, me agarraba una nalga con su mano y movía todo mi cuerpo con ella. Me tomaba de las caderas y todo el lugar retumbaba con sus pelvis chocando contra mi sexo.
Si le pedía que se detuviera con más fuerza arremetía contra mí haciendo caso de mí petición inicial, me agarraba las manos a la espalda, me halaba el cabello y me daba palmadas en las nalgas hasta sentir que ardían.
Me separaba las nalgas, escupía en mi asterisco y se quedaba mirándome el trasero esperando a que le diera la orden. No les puedo negar que me ponía aún peor, pero por nada del mundo iba a permitir que follara mi trasero casi virgen de esa manera.
Lo empujé para poderme zafar de él, me monté de nuevo a la mesa la cual no sabía si iba a aguantar más sin pensar con esos chirridos se fuera a desbaratar. Abri mis piernas y lo atraje con mi mano, jugué un poco con su miembro por fuera para darme un pequeño respiro golpeado mi sexo, mirándolo con morbo, llenándolo de lujuria para una última arremetida.
Me encantaba ver esas manos con los músculos marcados y su cara deformada por la excitación. Me encantaba cuando me apretaba el cuello, me daba cachetadas, me metía los dedos en la boca hasta provocarme arcadas y usar esa saliva para arremeter contra mi clitoris agitando la palma de su mano sobre mi sexo para que todos sus dedos lo hicieran estremecer. Me encantaba como me tomaba de la cintura y me penetraba como si me quisiera meter hasta las bolas y escuchar su respiración y gemidos roncos en mi oído.
Estaba a punto de sentir que si me venía una vez más iba a tener que detenerme. Cuando veo que Ivanka se acerca por detrás de él completamente desnuda pasando sus manos por encima de su cabeza para colocarle un antifaz sobre los ojos.
- Mi esposo decir, que si el ver sacarle ojos, así no ver ¿cierta?82Please respect copyright.PENANAAdEDDmcAD8
- Mi esposo decir que si tocar, cortar con parte...
Se rio de forma tan picara y deliciosa cuando vi que se hizo a un lado de él y me mostro un arnés con un dildo con formas bastantes interesantes.
- ... pero nunca decir que yo no poder tocar82Please respect copyright.PENANAyuSVqMGuG2
- es verdad --dije entre gemidos y risas--
Acto seguido levantó su mano y con una fusta empezó a golpearle las nalgas haciendo que con el dolor empujara aún más dentro de mí, pero me encantaba como después de cada castigo su cara pasaba de dolor al disfrute.
Nunca en la vida, ni en mis sueños más salvajes me llegué a imaginar estar en una situación como esta, ni mucho menos que mi primer trio fuera a convertirse en algo tan loco.
82Please respect copyright.PENANApggQNYCv8i