Estiró sus brazos para que ella la tomara y cuando la destapó sus ojos se iluminaron.
- Primero: no te emociones aún -saqué la mordaza con bola y ella abrió su boca de inmediato-421Please respect copyright.PENANApfMCnFiKnX
- No, eso no lo vamos a necesitar -dijo Thomas, tirándola a un lado-. Es más, quiero escuchar todos tus gemidos y represiones... quiero liberar tus palabras y gritos
Ella asintió con su mirada expectante.
- Segundo: -continué- ¿de qué forma quieres asegurarte de que paremos si nos estamos sobrepasando?421Please respect copyright.PENANAqwqK2MPcKi
- Tú sabrás -negó con la cabeza y soltó una sonrisa endemoniada-, si me vez disfrutando no pares, aunque te lo pida421Please respect copyright.PENANANhzYuG18w0
- ¿Estás segura?421Please respect copyright.PENANAn7cxJUhFz8
- Completamente
- Tercera y última condición: ¿quién quieres que te rompa el trasero? ¿él o yo?421Please respect copyright.PENANANEr2VLcshi
- Ambos, primero tú y después él -respondió sin miramiento-
Mi esposo la tomó del cuello con una mano, apretándola fuertemente mientras la levanta la miraba a los ojos, pero me hablaba a mi.
- Amor, hoy vamos a destrozar un culito
Le dio una cachetada y luego la misma dosis en la otra mejilla con dorso. El body que estaba hasta su cintura, lo terminé de quitar. Cuando levanté la mirada, descubro que llevaba metido todo este tiempo un plug anal con una joya rosada. Volteó a mirarme y me pico el ojo para que no dijera nada.
Le tomé las manos y las llevé a su espalda, quedando sus antebrazos unidos, los aseguré con una mano y desde atrás la tome del cuello. Thomas le pasó la lengua por su mejilla y sacó de la caja una cadena de acero para enganchar a su collar. Le señalo el sofá de un solo puesto para que se siente.
- Amor -le dije con intención- creo que necesita una nalgadas
Aprovecha que ya la tiene a su mando y la hala hacia él para poner su vientre sobre las rodillas y su trasero cerca de la mano derecha.
Aseguré sus manos con una manilla de cuero y correas. Antes de retirarme a ver el espectáculo le abrí las nalgas de par en par y con el dedo gordo le empuje la joya hasta hacerla gemir.
Mi esposo con los ojos abiertos al darse cuenta le voltea la cara para que lo pueda ver. Sigo moviendo la joya y doy algunos lametones alrededor. Mi esposo la acaricia con ternura en la cara.
- Pero si eres toda una cajita de sorpresas421Please respect copyright.PENANA2NgjWLf2UE
- Es lo justo, un regalo para ella y otro para vos
Me levanté para pasarme al mueble del frente, tomé la cámara y comencé a filmar, ella voltea su cara a mirarme y en vez de pedirme que la apague suelta su acostumbrada sonrisa pícara y levanta una ceja.
Las grandes manos de mi esposo se paseaban entre los glúteos agarrándolos fuertemente.
- Las chicas malas hay que ajusticiarlas
Empezó a darle palmadas. Primero suaves y se veía como se movían sus glúteos en forma de olas. Una visión bastante sexy y sugestiva, excepto porque ella no pronunciaba ni el más mínimo sonido.
Él empezó a levantar más la mano y ahora al dejarla caer el plasf al retumbar contra su piel hacía eco por toda la finca.
Sus glúteos se tornaron rosados a cada palmada y su cara ya no podía esconder su placer, eso sí que le gustaba, con fuerza y sin piedad.
A veces levantaba su mano y la detenía justo antes... y ella solo apretaba los ojos y mordía su labios. Volteaba sus ojos hacia él pidiendo no parar. Esas palmadas sin ritmo la volvían loca y ahora cada que se escuchaba un plasf lo seguía un gemido quejumbroso.
La levantó del pelo, la acomodó de rodillas frente a su piernas abiertas y la metió entre su ingle. Apagué la cámara y me senté en la mesa de centro. Tomé una tira de cuero de la caja, la pasé desde su trasero y toda su espalda. Recogí su cabello, en una cola de caballo, dejando algunos mechones libres.
Me interpuse en el medio de ellos y me senté de espaldas sobre él. Su pene estaba a punto de reventar, podía sentir como daba tumbos entre mis nalgas. La jaló con la cadena sobre mi ingle y mientras sentía traspasar su respiración sobre mi ropa y el calor en mi sexo, mi esposo me comía a besos por la espalda, cuello y oídos.
Ella se abrió camino en mi camisa lentamente, quitando los pocos botones que quedaban y liberando por completo mis senos.
Sentí los eslabones de acero frío sobre mi piel y como lentamente los jalaba entre mis pechos. Ella subía disfrutando con su lengua cada centímetro hasta encontrarse con uno de mis pezones. Las manos de él vinieron desde atrás jugueteando, en algunos momentos desaparecían para tomarla de la cola de caballo y ordenarle chupar el otro pezón hasta endurecer. Ahora era yo quien gemía de placer y no dejaba de contorsionarme para sentir el roce de su pene contra mis nalgas.
Mirando sobre sus hombros un leve reflejo me recordó su joya. Decidí levantarme, a lo que mi esposo aprovechó para jalarla bruscamente hasta su boca y entrelazar sus lenguas.
Allí estaba ella, completamente desnuda, su piel pálida, sus ojos oscuros como la noche y sus nalgas enrojecidas, olía a deseo y lujuria. Me detuve un instante para disfrutarla y asegurarme de guardar este momento en mi mente para poderlo usar luego en soledad.
Me agaché y entre sus piernas tome el miembro con mis manos. La empujé desde los hombros hasta que entró hasta el fondo. Los dos gimieron de placer. Tomé la joya con el pulgar y el índice. Seguidas veces la sacaba un poco, ella apretaba y la regresaba a su lugar.
Cuando ya estaba a punto del orgasmo la tomé de la cola de caballo y la desmonté, la puse de rodillas cerca de nosotros. Le quité el condón y me dediqué a chupárselo. Me inundaba el olor de sus fluidos que habían quedado impregnados sobre él. Ella intentó hacer lo mismo, varias veces, pero mi esposo la regresaba a su lugar de un jalón. Se fue acercando lentamente hasta que mi esposo la tomó del cuello y le estalló varias cachetadas.
Destapé otro condón y lo puse en su boca, nos apoderamos de su miembro. Chorreamos saliva que bajaba hasta sus bolas. La tomaba de la cola de caballo y si ella dejaba de mirarlo la quitaba. Le hundía su miembro en la boca hasta sacarle lágrimas. Movía su cuello de arriba a abajo al ritmo de mis manos sacándole sonido de ahogo.
Liberé sus manos y ella las metió con desespero por debajo de las pierna de Thomas y agarrarse de sus nalgas para empujar con fuerza y tragarse su miembro y hacerlo desaparecer en su garganta. Era salvaje y primitiva, a las dos nos encantaba que la fuera.
Yo me senté en la mesa, era el momento de sorprenderla cuando estaba más distraída. En la caja había una fusta, un flogger y una paleta. El flogger, fue mi elección. Mi esposo la tomó de la cabeza para ahogarla con su miembro y el primer riendazo fue directo a sus nalgas. Brincó como una yegua, escapó de mi esposo con su rostro bañado en lágrimas y saliva. Sus ojos me miraron con alegría pidiendo más.
De nuevo la jaló su cadena, pero esta vez aseguró su cabeza contra el mueble y disfrutamos de sus caras de excitación y gemidos cada que acariciaba su piel con el flogger.
La miró con un poco de rabia. Me entregó la correa y se colocó de pie. Tomó las sogas rojas de la caja y se fue hacia la cocina.
***
La dejé en cuatro y así como una mascota la lleva hacia a él. Le sirvió agua en un plato y disfrutamos verla tomar en el suelo como un animal.
Me tomó de la cintura y de espaldas me atrajo a él, solo pude escuchar que se quitaba el condón. Me apoyó sobre la espalda de ella y arrancándome la falda, me chupó con gran rapidez los dos agujeros, enfocando su lengua en mi culo. Me dio una palmada y acto seguido me lo metió con fuerza en repetidas ocasiones por la vagina.
- Estas loca Erika
La decía por conseguir una mujer la cual pudiéramos disfrutar entre los dos. No es algo común entre parejas.
- Me gusta ahhh compartir mi locura ohhh ahhhh con mi esposo
Apenas me lo sacó, la tomó violentamente del cabello y la subió a la barra americana como si no pesara nada, boca arriba amarró sus extremidades a los tubos dejando solo su torso sobre la mesa.
Luego me monto a mí por los aires y me descarga boca abajo sobre ella encontrando el perfume de su sexo en mi cara y su lengua en el mio.
Nos azotaba con el flogger a ambas, piernas, manos, espalda, senos y glúteos no se salvaron.
Ahora tenía una lengua en mi sexo y otra en el ano gimiendo y pidiéndole a gritos
- Métemelo, métemelo ¡YA!
Se montó sobre la barra y temía que no aguantará con el peso de los tres. Me acomodó en cuatro, de tal forma que ella no alcanzara mi sexo, se acercó a su cara y en voz alta le dijo
- Me debiste escoger a mi primero
Él metió su boca en mi ano, los lamió y metió su lengua lo más profundo posible. La saliva recorría mi sexo y caía en gotas hasta la boca de ella que la abría de par en par para recibirlas con placer.
Le dio un beso y al cogerme de la cintura le ofreció sus bolas que recibió ansiosamente, mientras la cabeza de su pene a las puertas de mi culo era introducido lentamente.
- ¡Oh Si! ¡Así! ¡Así!
Su glande se demoró en entrar, pero apenas tuvo vía libre, lo empujó directo hasta el fondo y de gemir pase a gritar. No paraba de dar embestidas, ella desde la tabla miraba el espectáculo... estirando la lengua para tratar de alcanzar el cuerpo de alguno de los dos, sin poderlo lograr. No se dio por vencida, lamía mis muslos como un perro y llegué al orgasmo. Mis jugos caían por mis piernas y ella tratando de atrapar esas gotas con su lengua y sus besos me hacia venir más y más.
Mi cara cayó exhausta sobre su sexo y mi esposo sin piedad hacia de mi culo un objeto. Sentí una ráfaga de líquido caliente dentro de mí, aún después de haberse venido no paraba de sodomizarme. Algunas gotas de semen se escapaban, ella intentaba capturarlas.
Me tomó del cabello, para levantar mi cuerpo. Cuando estaba de rodillas, la sacó de golpe, dejando caer todo el liquido caliente sobre su cara. Me tomó de la cintura y aseguró mi ano contra su boca. Ella hambrienta con su lengua recorría todo lo que alcanzaba de mi cuerpo, no quería dejar desperdiciar ni una sola gota. Mis piernas temblaban y mi cuerpo caía sobre el suyo.
Él se fue para la sala a servir unos tragos, regreso con una copa llena de vodka y brindamos. Luego me entregó la copa de ella y me pidió que se la diera con mi boca.
Lo metí en mi boca y me balance sobre ella. Era como tener un cóctel bomba: sus labios, el licor quemándonos y el sabor del semen se apoderamos de mi sentido del gusto.
Después de disfrutar el espectáculo, se sentó en uno de los muebles de la sala.
- ¡Desamarrala! y trae a esa maldita zorra para acá
Cuando estábamos regresando me detuvo.
- ¿Quién dijo que podías caminar? -le dijo señalando el piso- Hoy eres nuestra mascota, debes venir en cuatro.
Obediente aceptó. Cuando estábamos sobre el tapete cerca de la chimenea, comenzó a hacerle amarres con las sogas en las piernas y me ofreció las de las manos para que yo también me divirtiera. Sus piernas quedaron aprisionadas con los muslos y sus dos antebrazos. Las sogas recorrían su torso, pasando por sus senos dejando libres sus pezones... una de ellas pasaba directamente por su sexo y por su ano.
La contempló unos segundos y la empujó con uno de sus pies. Ella cayó de lado sin poder moverse, atada como un ternero a punto de ser sacrificado. Se tomó su tiempo, contemplándola, pensando que debía hacerle. Comenzó por quitarse los zapatos y aprisionar su cuello con su pié desnudo.
- Pásame la fusta -me ordenó-
Sin agacharse la acercó a su cara y con la punta le levantó del mentón.
- Me debiste escoger a mi primero. Ahora no sabes lo que te espera
Mientras me miraba a los ojos, soltando una risa cruel. Empezó con sutiles y contundentes golpes a apoderarse de cada rincón de piel descubierto. Los azotes me hacia erizar la piel, ella se contorsionaba de placer y dolor, en medio de quejidos y gemidos.
- Me lo merezco, castígame421Please respect copyright.PENANAp1ALQCkauH
- Buena chica -se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla-
La incorporó para que pudiera apoyarse sobre sus manos y sus piernas a gatas, dejándome su trasero a disposición. Brillaba como un tesoro con su joya rosada.
Le dio un gran azote en las nalgas que la hizo encorvar de dolor y tiró la fusta al suelo.
- El postre es todo tuyo
***
Era como un regalo de navidad, su piel blanca envuelta por lazos rojos.
Corte la soga que aprisionaba su sexo y ano. Su culo se estremeció tanto que hasta la joya se movía palpitando. Me acerqué a robarle un beso, pasando los dedos por todo su cuerpo disfrutando las marcas y la hinchazón que le había dejado con la fusta.
La tomé del mentón mostrándole un strapon y un dildo negro, grueso y grande. Algo Exagerado.
- ¿Ahora vamos por tu culo?
Pensaba que iba a renegar por el tamaño, pero ni si quiera la pensó.
- ¡Si! por favor -con voz quebradiza-
Mi esposo toma la cámara y comienza a filmar. Veo esa cara de perversión en ellos y de nuevo el corazón se me pone a mil.
Juego con la joya por unos minutos, mostrándole a la cámara como la sacó y la suelto para que regrese a su lugar.
La saqué lentamente, disfrutando como se estiraban los pliegues. Luego abriendo sus glúteos sacó su joya para chuparla y recorro de par en par cada rincón de su agujero con mi lengua. Lo que me esperaba, estaba completamente depilado y delicioso.
- ¡Culeame! ¡CULEAME! ... por favor
De pie y frente a ella amarré las correas del strapon, escupí sobre el y pasé mi manos para distribuirlo hasta que se viera brillante. Tomé el lubricante y lo dejé caer a chorros sobre todo su ano, me hice a su lado para poder ver su cara.
Comienzo a meter mis dedos. El plug había hecho un buen trabajo, estaba completamente dilatado. No demoré mucho en tener uno, dos y tres dedos en su interior. Con el del medio comencé a masajear sus pliegues internos. Su cara de excitación me mostraba el camino correcto, con los dedos de los extremos sostenía los pliegues y con el dedo del medio alcance su próstata (si chicos las mujeres tenemos próstata).
Solo llegar a ese punto la tenía gimiendo sin parar. Disfrutaba de estar en un lugar tan alejado donde podía hacerlo sin medir el volumen. Mi dedo recorría suavemente los surcos, metí otros dos dedos dentro de su vagina.
- Tengo control sobre tu cuerpo
Jugando con los dedos entre las cavidades se empezó a venir sin poder aguantar. Su cuerpo temblaba y mi esposo ayudaba a sostenerla para que no se fuera de lado, mientras sus ojos se retorcía en sus párpados y los gemidos salían sin sonido.
Pare por un momento y cuando al fin pudo enfocar sus ojos, saqué los dedos de la vagina dándole a probar. Lo recibió con gusto, aproveché para dejarlos en su boca aprisionando su lengua. Ubiqué de nuevo los dedos en el recto.
- Cada que mueva el dedo te voy a hacer venir una y otra vez421Please respect copyright.PENANAEinsFYi4AU
- Así se hace amor, por zorra -dijo mi esposo metiéndole el pie en la boca-
Presione desde la cavidad anal sobre la próstata, acariciando la pared vaginal hasta su punto g. Solo abrió sus ojos y comenzó el show de squirting. No la dejaba reponerse, su cuerpo temblaba y sus orgasmos estaban a mi merced. Thomas me miró asombrado y su pene de nuevo estaba a reventar.
Algunas veces la dejaba descansar, recuperar el aliento y cuando iba a pronunciar alguna palabra movía mis dedos tocando eso punto que la hacia explotar y volvía a desaparecer su conciencia.
Mi esposo se hizo de rodillas y comenzó a golpear su cara con su miembro. Le pasé un condón de la mesa. Montó la cámara sobre el trípode y se lo colocó a sus espaldas. Me metí debajo de ella y le pedí a mi esposo que se lo metiera mientras yo le hacia sexo oral.
- Saca los dedos del culo421Please respect copyright.PENANApk6dpOaxvo
- ¡No! mételo así
Lo intentó pero entraba hasta la cabeza. Con un grito desgarrador y sin control de su cuerpo gritaba.
- ¡Hijueputas, métanmelo ya! ¡Ya! ¡Hasta el fondo!
Nosotros nos reíamos viéndola sufrir.
- No seas descarada421Please respect copyright.PENANA8iJrZdUyPu
- Se lo merece, que sufra421Please respect copyright.PENANA48VENeDaRt
- ¡AHHHH NO MAS!
Saqué mis dedos y su pene la embistió. Soltó un gemido que seguro se escuchó por todo el bosque. Se apoderó de su culo sin compasión golpeando sus testículos en su vagina una y otra vez. Nunca antes tuve la boca tan llena de fluidos de una mujer como ese día. Ahora repetía incansablemente y temblando
- ¡PAREN! ¡PAREN POR FAVOR! ¡PAREN!421Please respect copyright.PENANAMDnpHXPjtL
- Pediste que no te hiciéramos caso421Please respect copyright.PENANASxRKPllu2b
- ¡MENTIRA! ¡MENTIRA PAREN! 421Please respect copyright.PENANAk1kcH9hEkn
- ¡NO!
No atendimos su llamado, su orgasmo explotó en mi cara, cayó desmayada y todo su cuerpo temblando. La cara de lujuria de mi esposo era total, estaba lleno de adrenalina. Se quitó el condón, me lo metió en la vagina. Lo tenía tan duro que inmediatamente me vine.
- ¡AMOR! ¿Cómo te vas a venir tan rápido?421Please respect copyright.PENANAqSYaNLdqn2
- No amor, no -ya sabia que iba a hacer-421Please respect copyright.PENANAfghTqN28jE
- No te lo mereces
Me tomó del pelo y me tiró al lado de ella. Apenas estaba abriendo los ojos de nuevo y mientras me veía besarla se masturbo hasta bañarnos con su semen. Había perdido la oportunidad de sentir su calor dentro de mi.
Se sirvió unas copas y luego volvió donde nosotras
- Creo que acá no queda más por hacer421Please respect copyright.PENANASIrYHqrUKz
- Amor, pero no me la he culeado todavía -repliqué-
Desató los amarres, ella seguía sin poder reaccionar ni moverse. La cargó a una de las habitaciones.
- Ella ya no está en este planeta
Fue a la sala y tomó un huevo vibrador de la caja, lo llenó de lubricante y se lo metió encendido sin que se inmutara.
- Que tengas dulces sueños -la besó en la mejilla- mañana te recompensaremos
Colocó varias cobijas encima para que no fuera a sentir frio y me agarró de la mano para llevarme a la otra habitación.
ns 15.158.61.18da2