#trio #trans #experiencias #matrimonio
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Llevamos 6 años casados en un excelente matrimonio, nos queremos y cuidamos el uno al otro. Nos hemos tenido la suficiente confianza para decirnos las cosas sin tabúes y si algo llevamos conversando prácticamente desde nuestra noche de bocas, es la idea de hacer un trío.
El gran problema es que los dos somos hetero y no hemos podido encontrar la forma de que alguno de los dos ceda a estar con otra persona del mismo sexo. Hasta intentamos hacerlo de una forma diferente en un intercambio de parejas así cada uno hacía lo suyo con otra persona, pero las dos veces que nos reunimos con parejas a intentarlo no hubo química y no pasamos a más que tomarnos unas copas e intercambiar besos.
Así la idea del trío se fue enfriando, hasta que ni siquiera volvimos a tratar el tema.
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En nuestro aniversario número 7, decidimos escaparnos a una de las discotecas de la ciudad sin amigos o familiares, queríamos ese día solo para nosotros, relajarnos, bailar y beber hasta caer desmayados.
Cada que entrábamos a la pista, empecé a notar como una pelirroja de cabello ondulado, ojos claros y una boca gruesa con labial carmín se nos quedaba viendo, cuando se encontraba con mis ojos no disimulaba para nada y con más decisión me sostenía la mirada, encorvaba una ceja y torcía esa boca denotando interés.
La mujer sin duda era toda una diva, rodeada de hombre muy guapos que la atendían como una reina y a duras penas la dejaban sentar entre canciones. Estaba sonando una de mis bachatas favoritas y al ver que la invitaban a salir a bailar, cogí a Arturo de la mano y lo interné en la pista para quedar lo más cerca que se pudiera de ella.
- Mira disimuladamente
- ¿A dónde?
- A donde no, a la pelirroja --le apreté la cintura cuando lo hizo demasiado evidente--
- ¿A cuál de todas?
- Espera un momento y te darás cuenta
- Oh ya, ¿la que no nos quita los ojos de encima?
- Esa misma
Empezamos a bailar despacito, seductoramente, regalándonos unos deliciosos besos y algunas manos acariciando justo entre el límite entre la coquetería y lo vulgar. Las personas que estaban alrededor nos abrieron campo porque nos estábamos robando el show y ellos encantados no daban más ánimos. La canción terminó, nos fundimos en un beso entre aplausos y la deliciosa pelirroja se acercó de la nada y nos quedó muy cerca de la cara.
- Wow, que delicia ustedes dos, exquisito
Nos dio de a pico en la mejilla y se retiró a la mesa a cumplir con su papel de diva. Nosotros nos quedamos asustados y sorprendidos por su reacción. Nos retiramos a la otra esquina para volver a tomar energías y continuar la fiesta.
- Con ella si amor --le dije bajando una copa de tequila hasta el fondo y chupando el limón lleno de sal-- ojalá se dejará robar
- Lina --levantó sus cejas-- estás segura de lo que acabas de decir
- Demasiado, segura
Nos serví otra copa, la volteé a mirar y cuando ella volteó a mirarnos, sonreímos como un par de adolescentes y levantamos la copa para brindar. Ella respondió a lo lejos con una sonrisa, levantó su coctel y nos respondió moviendo los labios: "Salud".
- ¿Te gusta? --me preguntó mi esposo--
- Uff no sé qué tiene, pero me encanta
- Quién lo creyera, mi esposa antojada de una mujer
- Si, mejor lo dejamos así --le hice mala cara y estiré mi mano para coger el bolso dando la señal de irnos--
- Ya --me tomó de la muñeca-- te estoy molestando
- Obvio que estas molestando, sé que no dejarías pasar esta oportunidad
- Nunca. Tal vez el 7 si es el número de la suerte
- Prefiero convertir ese 7 en un 3 con ella --solté la carcajada--
- Definitivamente estas dispuesta a todo
- Yo sí, pero ¿a vos te gusta?
- Mi amor, imposible decirte que no, es una mamacita. Aparte se le nota que es bien necia
- Con esas miradas --nos clavamos los ojos de un extremo a otro y sonreímos-- de diabla seguro que si
Le pasé la mano por la pierna y al llegar a su muslo pude notar como su miembro había crecido de tamaño y lo acaricié un par de veces ante la mirada interesada de ella desde el otro lado. Arturo, trató de quitarme la mano porque no era la única que podía vernos, pero yo me aferré con más fuerza de su miembro y sin dejar de mirarla me mojé los labios con la lengua.
Ella se levantó de su mesa, le abrieron paso y se dirigió a la barra. Le entregaron otra botella de tequila, varios limones partidos y empezó a caminar hacia nosotros.
- ¿Viene para acá?
- Si --les respondí con la boca cerrada, simulando una sonrisa--
- ¿Qué hacemos?
- Nada, calla y disimula
Se detuvo al frente de nosotros y descargó la botella en la mesa. Al fin podía verla completamente y que cuerpazo el de esa mujer, sé que se me notó demasiado cuando los dos nos quedamos clavados en ese escote.
- ¿Puedo acompañarlos?
- Claro que sí --le sonreí--
Me corrí un poco y le pedí a Arturo que se corriera hacía mi para que ella se pudiera sentar a su lado. Pobre mi esposo, se le notaban los nervios en cada movimiento al sentirse acorralado entre las dos y yo encantada más agarraba su miembro debajo de la mesa para enloquecerlo.
- Mucho gusto, Arturo
- Jenny Paola, el gusto es mío
- Lina Maria --le estreché la mano--
Estuvimos hablando un buen rato de música, rumba, licor, ropa y hasta viajes. No se nos agotaba el tema y ella no paraba de rechazar invitaciones a bailar por quedarse con nosotros hasta terminar la botella.
- Ustedes dos hacen muy buena pareja, son guapísimos
- Gracias, precisamente estamos celebrando nuestro aniversario
- No ¿y qué demonios hacen acá y no en un motel?
- Eso no es tan fácil, primero me tiene que reconquistar
- Definitivamente saben de relaciones
- Claro, una buena dosis de amor, abre los pies al sexo
- Ni que lo digas --se mordió los labios mirando por debajo de la mesa como lo acariciaba--
Los tres soltamos la carcajada y en un momento de arrebato tomé su mano, la coloqué sobre su miembro y con la mía la guiaba para que lo tocara y le diera unos buenos apretones.
- Uff --se sacudió el calor con su otra mano-- que envidia
- ¿Te gustaría compartirlo?
- Señorita golosa --retiró su mano-- me encantaría, pero...
- No quites la mano --traté de sostenerla--
- En serió que si --le dio un último apretón-- pero ustedes aún no se han dado cuenta ¿cierto? y no quiero problemas
- ¿De qué? --volteé a mirar al grupo con el que antes estaba reunida-- ¿tu novio está acá?
- No --rio nerviosa, se separó un poco y agachó la mirada-- yo no soy del todo...
- ¿Lesbiana?
- Mujer
Nos quedamos de una sola pieza, completamente sorprendidos por lo que estaba diciendo y por más que la miraba de arriba a abajo, no pude encontrarle algo que me demostrara que esa idea era cierta.
- No, imposible --le dijo mi esposo--
- Se que no lo parece, pero, soy trans --se levantó de la mesa--
No les puedo explicar la emoción que me dio cuando escuche esa palabra salir de sus labios, esa era una alternativa que nunca se me había pasado por la cabeza y era aún mejor que la idea de que fuera solo mujer.
- ¿Espera a dónde vas? --me pasé por encima de mi esposo y la tomé de la mano-- quédate
Corrí con mi mano a Arturo para que se hiciera en mi lugar, sin soltar su mano le supliqué con la mirada, hasta que se decidió a volverse a sentar.
- Lo siento, por lo general no dejo que avancen tanto las cosas sin que...
- Fresca, que, aunque tenga esa cara lo estaba disfrutando
- No te preocupes --contestó mi esposo--
La idea del trío se esfumó, nos quedamos hablando y bebiendo mientras ella nos contaba un montón de cosas de su mundo, de los problemas que tuvo que sortear en su adolescencia viviendo con esa dualidad y como encontró la felicidad al decidir convertirse en Jenny Paola.
No les voy a negar que la historia me impactó, pero también me hizo terminar más interesada en que la idea inicial, continuará. Le contamos todas las historias fallidas de nuestros intentos de hacer un trío y hasta nos dio risa que justo cuando ya pensábamos que todo estaba listo para que se diera ella nos dio esa noticia.
- Pues --jugaba con sus dedos de forma nerviosa-- yo soy como un hada madrina, tengo una varita mágica --riendo al mirar su entrepierna-- que concede deseos
- Deseo --respondí muerta de risa-- que nos vamos los tres de acá
- Deseo concedido --volteó a mirar a Arturo-- bueno, si los dos quieren
- Yo sí --contesté emocionada-- claro que quiero con esta mamacita
- Yo --fruncía sus cejas de forma nerviosa y se mordía la boca-- no sé --contestó Arturo--
- Dale amor, es como tener lo que los dos queremos en una sola persona. Dale porfis...
- Es que yo no tengo problema que estes con ella, pero yo no...
- No, si vos no queres yo no... --insistió ella decepcionada--
- Lo único que quiero --interrumpiendo-- es hacer morir de placer a mi esposa
- Bueno --se le iluminó de nuevo el rostro-- entonces vamos a darle una noche inolvidable a esta mujer --contesto Paola--
Le sonreí a mi esposo emocionada y me le tiré a darle un beso mientras acariciaba su entrepierna y sentía como su miembro crecía. Giré hacía el otro lado, me quedé mirándola a la boca y me mordí los labios, ella se acercó a besarme y casi me muero de la emoción.
Apretaba el miembro de mi esposo y buscaba el de Paola en su muslo, hasta que llegué a su entrepierna y ella sonrió.
- Esta escondido
- Upss --me reí avergonzada-- claro
- Pero si sigues así se va salir de su escondite y esta falda no se va a ver tan hermosa
- Es cierto --no reíamos mientras nos dábamos besos--
Mi esposo se levantó de la mesa y nosotras las seguimos cogidas de la mano para ir a pagar la cuenta. Yo ni en la calle me aguantaba las ganas de besarla y agarrarle las nalgas. El primer taxista de la fila nos abrió la puerta, Paola fue la primera en subirse y aunque traté de que Arturo quedará en el medio, insistió en hacerme subir primero.
- Uff esa fiesta va estar buena ¿para dónde los llevó?
- ¿A la casa? --me preguntó Arturo--
- No, a un motel para que podamos hacer escándalo --contesto Paola con decisión--
- Esta mujer si sabe --dijo el taxista empezando la marcha--
Él hombre no dejaba de ver por el retrovisor encantado en ver como se besaban un "par de mujeres" y hacía comentarios de más que se pudo haber evitado. Arturo estaba serió y por más que trataba de que se animara a estar con nosotras conservaba la distancia solo mirando.
Afortunadamente no estábamos lejos de uno de los mejores moteles de la ciudad y no tuvimos que aguantar más los comentarios desafortunados y las miradas morbosas del conductor que seguro tuvo que buscar algún oscuro después para masturbarse y quitarse las ganas.
Arturo pidió una suite, sacó la tarjeta de crédito y a petición mía dejamos la cuenta abierta sin restricción de tiempo.
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La habitación estaba en el último piso del edificio. Toda una delicia, amplia, acogedora, elegante y con una cama ancha digna para una orgia con varias personas, una sala grande para tomarse unos tragos y bailar, un balcón con jacuzzi y vidrios polarizados que no se dejaban abrir.
Arturo fue directo al minibar a servir algo de tomar, se sentó en la sala en un sofá de dos plazas y yo me encaramé a horcajadas de frente. Lo empecé163Please respect copyright.PENANABLXXeqhObP
a besar y desnudar. Paola se sentó al otro lado de la sala hasta que sentí un olor particular y volteé a mirar.
- Sorry, no pregunté ¿les molesta?
- No que rico, rótelo
Ella se levantó caminó hasta un mueble más cercano me tiré hacía atrás, ella le dio una calada y me paso el humo a la boca mientras me metía su mano entre mi escote acariciándome los senos. Me incorporé y le di un beso a Arturo pasándole el mismo humo desde mi boca.
- ¿Cómo hacemos pues pa' que este papacito se relaje? --dijo Paola--
- Eso es fácil --dijo él extendiendo sus manos para recibirle el cigarro de hierba--
Me dio una palmada en las nalgas para que me levantara y me direcciono de la muñeca para que me fuera a divertir con ella mientras le daba unas163Please respect copyright.PENANARAdmQzIJ68
buenas caladas hasta quedar volando.
Paola y yo no parábamos de tocar, besar e ir aflojando las ropas. Ella se pasó la mano por detrás y cuando me sonrío sabía que era el momento que tanto estaba esperando para al fin poder tantear su miembro. Que morbo me daba estar ahí encima de ella, besando su cuello, escuchando sus gemidos y sentir como su miembro se endurecía en mis manos.
Me hice de espaldas refregándose las nalgas sobre su erección y estiré mi mano para recibirle el cigarro a mi esposo que por lo achinados que tenía los ojos se notaba que ya estaba en otro planeta. Las dos fumábamos de mi mano, mientras que ella me desvestía, metía sus dedos en mi sexo y me daba unos pellizcos deliciosos en los pezones que me hacían gritar.
- Quiero verlo --le dije a mi esposo--
Él se abrió el pantalón y dejó aparecer su miembro erecto, con las venas brotadas y su cabeza brillante. La boca de Paola se llenó de saliva y pude saborear sus ganas de metérselo a la boca. Lastimosamente creía que eso no iba a pasar.
Arturo ni siquiera se masturbaba, solo nos veía a nosotras disfrutar y su miembro dar saltos cada vez que se endurecía. Volvió a coger el cigarro, me di la vuelta para terminar de quitar la camisa a Paola y salieron un par de deliciosas tetas hechas de forma perfecta por algún cirujano que seguramente se cree un dios por lograr semejante perfección.
Me metí entre ellas a chuparlas, Arturo se acariciaba el miembro encantado mientras que Paola no le quitaba la mirada de encima a su gran erección. Me le acerqué al oído y le dije:
- Imagina que sos vos
Me bajé de rodillas al tapete, caminé en cuatro como felino, alejé sus zapatos, le terminé de quitar el pantalón y la ropa interior, subí acariciando sus muslos y pasando la lengua por sus piernas hasta meterlo en la boca. La volteé a mirar de reojo, le piqué el ojo y la deje ver como se lo chupaba.
Anhelaba que mi esposo se soltara y permitiera que pasaran más cosas. Para mi agrado al levantar la mirada, ahí estaba Arturo mirando fijamente como 163Please respect copyright.PENANA5GFYH76hc8
ella se acariciaba los senos y su abultada entrepierna.
- Quítate la falda --le dije y le di unas palmadas a la plaza al lado de Arturo--
Ella se levantó de su puesto y de forma muy sensual se empezó a desnudar, mientras que yo me ocupaba de volver lo más loco posible a mi esposo llenando de saliva toda su longitud y metiéndome sus testículos en la boca.
Ahí estaba esa deliciosa diosa desnuda, con cuerpo perfecto y cara angelical, cruzando sus piernas para evitar poner incomodó a Arturo. La tomé de la mano para guiarla y se le escapó su gran pecado, se sentó tímidamente tan apartada de él para no incomodar. Llené mi mano de saliva y mientras Arturo me agarraba de la cabeza para meterme su miembro hasta el fondo yo disfrutaba masturbando el miembro de nuestra nueva amiga.
Levanté la mirada y sin expresión alguna le pedí permiso para satisfacer mi antojo, él me quitó su mano y con una mirada pervertida me confirmó curvando su labio. La hice correr un poco más para que quedaran más cerca y me metí su delicioso miembro en la boca, chupando insaciablemente hasta sacarle unos deliciosos y agudos gemidos femeninos. Pasaba de uno a otro, juntando sus glandes tanto como me lo permitieran, le daba lametazos en el glande y disfrutaba como me miraban llenos de placer en los ojos.
Me metí entre ellos dándole la espalda a Arturo, su miembro pasaba por debajo de mi sexo y se asomaba hasta el otro lado acariciando su glande contra mi clitoris. Paola me llenaba de besos mientras que yo masturbaba con fuerza su miembro. Arturo se me pegó a succionar el cuello con fuerza, sabe que eso me vuelve loca. Atraje a Paola hacía mis labios y se quedaron mirando, ella sonrió y por iniciativa propia empezó a bajar entre mis senos, por mi vientre y cuando se llenó de duda y se detuvo, la empujé hasta sentir su lengua interponerse entre mi clítoris y su glande.
- Lina así no --me dijo Arturo respirando profundo claramente satisfecho--
- Espera --ahhh-- espera amor un segundo, un segundo porfa
Gemía durísimo, todo mi cuerpo temblaba. Arturo me apretaba por la cintura para acelerar mi orgasmo y al sentir su otro brazo pasar por mi cuello empecé a venirme como loca dejando todo su miembro empapado. Yo tenía los ojos cerrados, pero por la forma en que gemía y por los movimientos de la cabeza de Paola, seguro tenía su miembro en la boca saboreando mi orgasmo.
- ¡No, así no!
Lo empujé para hacerlo sentar, le tapé los ojos para que no pudiera ver e invité a Paola para que se inclinara y volviera a mamar. Él gemía demasiado delicioso, me encantaba verle esa cara de perdición y dualidad.
- Lina, te dije que así no
- Shh --le cerré los labios con mis dedos y me acerque a su oído-- yo quiero ver
Ella era una maldita artista para comerse un miembro, como jugaba con sus labios y enrollaba su lengua era magistra. No soporté por mucho tiempo las ganas de compartirlo. Volví a decirle en secreto.
- No abras los ojos ¿recuerdas esa pelirroja que nos coqueteaba?
- Pero ella no es...
- Shh --volví a sellar sus labios-- ¿recuerdas cómo la mirabas cuando no lo sabías y cómo se te paraba de rico?
- Ay amor, me estas matando
- Quédate con ese recuerdo --chupé el lóbulo de su oído-- y no abras los ojos
Me deslicé besando su cuello, sus pectorales, jugando con sus tetillas con mi lengua, bajando por su abdomen hasta hacerme campo al lado de ella.
- No los abras
Paola se hizo a un lado para poder compartir su miembro, encantadas pasamos saliva, besos, miradas y gemidos. Ella me enseñaba trucos y yo le mostraba lo que a él siempre le había gustado. Sonreímos cuando alguna de las dos los hacía gemir más fuerte o pedir que nos detuviéramos por un segundo para poder disfrutar más tiempo antes de venirse.
Levanté la mirada y él estaba con sus ojos bien abiertos mirándola y con su mano en su cabeza guiando la intensidad. Cuando se dio cuenta de que yo estaba viendo como disfrutaba, regresó a su realidad, apenado se levantó a toda prisa alejándose de nosotras.
- No, Lina lo siento, así no
Me levanté hasta donde él estaba, lo hice sentar en la cama y le di un beso, pero él agachó la cara un poco avergonzado.
- Mírame --le levanté la cara-- ey mírame --lo besé en la frente--
- Lo siento, no soy capaz
- La idea del trío es probar cosas nuevas, relájate que yo no te estoy juzgando, solo quiero que pasemos bueno
- No quiero que después pienses que me gustan los...
- Paola, es todo menos un hombre
Me abrazó super fuerte, metiendo su frente entre mis pechos. Yo hice lo mismo de forma maternal, besé su frente y le hice levantar la cara hasta mirarme.
- Mira la mamacita que tenemos para los dos --me corrí un poco para que la pudiera ver-- ¿vamos a desperdiciar esta oportunidad?
- No, tienes razón
- Mi vida, pero en serio, relájate que quiero que los dos nos comamos esa delicia
- ¿Nos comamos? ¿Quieres decir que yo...
- Si, los dos ¿sabes que te amo? ¿cierto?
- Si yo también y mucho
- Bueno --me bajé de la cama y lo hice levantar-- vamos
Caminamos hasta la sala donde estaba Paola. Ella se puso de pie y se tomaron de los antebrazos.
- Discúlpame, mamacita, no te quería ofender
- Tranquilo cosita rica que yo entiendo
Ella se inclinó hacia adelante para darle un beso y Arturo lo recibió gustoso. Ese morbo de ver sus miembros juntos mientras se agarraban de las nalgas me volvía loca. Me dejé caer de rodillas y aprovechaba para dar chupadas de un glande a otro y mamar como si quisiera tragarlos por la garganta.
- Te quiero partir el culo Paola --le dijo y mi cuerpo se estremeció con la idea--
- Yo dichosa --se dio la vuelta--
Una cosa era escucharlo, otra ver que se hacía realidad. Se me movió todo el piso, nunca pensé que él fuera a decirle semejante propuesta tan rápido. Al fin estaba dispuesto a dejar vivir el momento, a que pasara de todo. La cogí de la mano, la llevé hasta la cama y la hice acomodar en cuatro.
Busqué en el closet de juguetes sexuales un lubricante y varios condones, le entregué uno a Arturo para que lo vistiera y luego llené abundantemente el agujero de Paola. Arturo se acercó por detrás, le pasó el miembro entre las nalgas para llenarlo de lubricante y le pegó un par de veces con su erección
. Ella se abrió las nalgas y su miembro fue directo hasta el fondo entre deliciosos gemidos de placer.
Me hice a un lado para poderlos ver y el morbo era total. Nunca se me va borrar la imagen de las tetas y el miembro de Paola rebotando a causa de las penetraciones de Arturo.
- Ay que rico, culea este hombre
Ella lo miraba por encima del hombro y él le regresaba la sonrisa con una palmada en las nalgas. Me acerqué para besar a Arturo y meter la mano por debajo de Paola para masturbarla y la pobre estaba que se moría.
- Los quiero ver
Se dio la vuelta y se acostó de espaldas a la cama. Arturo la jaló hasta el borde, le levantó las piernas encima de sus hombros, yo agarré su miembro para que pudiera ver por dónde meterlo y después de acomodarlo se lo empezó a meter suavecito y rico. La cara de placer de esa mujer era espectacular, se inclinó un poco hacía adelante y mientras Arturo y yo nos besábamos, ella me succionaba los senos al ritmo de la velocidad que la masturbaba.
Me encantaba verle la cara de morbo a Arturo, estaba encantado con ella y se excitaba aún más cuando yo soltaba su miembro y veía rebotar el miembro de ella al ritmo de sus penetraciones.
Paola se deslizo metiéndose entre mi sexo y me levanto una pierna para que mi vagina quedara sobre su cara. Me encantaba estar frente a frente, compartiendo al fin una persona con mi esposo, dejándonos llevar por la locura y el morbo. Me agarró del cabello, me dio un beso y me separó con fuerza.
- ¿Te lo quieres tragar? --dijo esquivando su mirada al miembro de ella--
- Si, sabes que me encanta
Le agarró el miembro a Paola de la base y le daba duro por el culo mientras que me obligaba a ver como se lo metía. La saliva chorreaba de mi boca, cuando la primera gota cayó sobre su glande me empujo hasta hacerme atragantar. Empujaba detrás de la cabeza contra su miembro para meterlo hasta el fondo de la garganta y a la vez empujaba sus pelvis para obligarla a levantar sus nalgas y se metiera más adentro.
Paola detuvo su ataque a mi sexo, no era capaz de hacer ambas cosas al tiempo. Sus gemidos iban en aumento.
- Ay dios
- Ay diioooosss no paren
- No paren
- Ay dios me muero
- Me mueroooooooooooo
Vi como sus testículos se apretaron y alcancé a sacar su miembro de mi garganta antes de que explotara. Su semen caliente chocó contra mi paladar y mis papilas gustativas sintieron el particular sabor, tragué un poco y me levanté a ver a mi esposo. Él no es asquiento y por lo normal compartimos su semen, pero no sabía cómo iba a reaccionar esta vez. Ni siquiera lo dudo y lo disfrutamos tanto que terminamos viniendo al mismo tiempo.
Me bajé encima de la cara de ella, le di una última chupada a su miembro, mientras observaba cómo Arturo se lo sacaba del culo. Subí rápido hasta 163Please respect copyright.PENANADhDD89p4TL
su cara y la llené de besos compartiendo lo poco que había quedado del sabor de su orgasmo y probar de sus labios el mío.
- Ay dios, ustedes son terribles
- Apenas comienza la noche mamacita
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Nos relajamos un rato acostados en la cama completamente desnudos, sin pudor alguno o muestras de arrepentimiento. Ya no era para nada incómodo tenerla entre nosotros porque dejó de ser un título: él, ella o la chica trans, dejamos de verla de la forma en que nos encasilla la sociedad. Ella era simplemente otra persona que también sueña y disfruta de su sexualidad.
Comimos, bebimos, nos inundamos de energizantes y fumamos hierba hasta el descontrol.
Nos metimos a bañar y relajarnos un rato en el Jacuzzi, metía mis manos por debajo de las burbujas y los masturbaba al tiempo mientras se besaban y163Please respect copyright.PENANA6Qirot5Zlm
mi esposo le acariciaba los senos.
- Mamacita, que sexy eres --le decía--
- Ven acá
Arturo abrió un condón, ella levantó las caderas para que saliera del agua y mi esposo lo vistió con un preservativo, por un segundó pensé que se iba a animar a darle una mamada, pero solo se corrió al otro extremo de la bañera tomó una copa y se acomodó para ver cómo nos comíamos.
Me lo monté a horcajadas, me lo metió suavecito y gentil mientras. No podía ser más perfecto sentir la delicadeza de los besos de una mujer y el roce de nuestros senos con el agua jabonosa. Ella miraba a Arturo, me levantaba y me separaba las nalgas cuando salían del agua.
Mi esposo no tardó en llegar, sentí sus besos en mi cuello, sus caricias en mi cuerpo y Paola guiando su miembro hacía mi trasero. Sentir entrar y salir de sus miembros me llevó al cielo, era la primera vez que vivía algo así, me encantaba esa sensación de estar entre la delicadeza y sensualidades de Paola y la rudeza y masculinidad de Arturo. Perdí la cuenta de cuantas veces me hicieron venir.
Les tuve que pedir tregua o me iba a desmayar, nos acostamos entre las burbujas respirando agitadamente y nos mirábamos muertos de la risa sin decirnos nada. Ellos al parecer no se habían podido venir de nuevo, pero sabía la forma perfecta en que lo podía hacer llegar. Me levanté de la tina, lo invité a salir y le arranqué el preservativo.
- Te quiero sentir adentro
Un lujo que si me pudiera dar con ella también habría querido disfrutar, pero sin protección es algo que solo hago con mi esposo. Me acomodé en cuatro en la cama y él se hizo detrás jugando con su glande separando mis labios hasta humedecerlo con mis fluidos.
- Ya amor, métemelo
Me torturo varias, veces y me hizo suplicarle hasta que al fin sentí su rigidez en mi sexo y su glande llenando mi placer al rozar mi zona erógena al entrar y salir. Ella seguía en la tina viendo el show desde la distancia y con mi dedo índice le pedí que se acercara.
Se levantó, siguiendo el mismo rastro mojado que habíamos dejado prestando atención a no resbalarse, se hizo de frente, le arranqué el condón y me apoderé de su miembro con mi boca. Ay dios, que morbo, que placer, sentir que uno lo sacaba mientras el otro lo metía. Mi cabeza ya pensaba otras locuras, la atraje hacía mí levantando el cuerpo y me la comía desesperadamente a besos.
- ¿Le chuparías el culito a mi esposo? eso le encanta
- ¿Quieres? --preguntó dirigiéndose a Arturo--
Confirmó afirmando con la cabeza sin mediar palabra. Ella se acomodó detrás, apretando sus senos contra su espalda y obviamente su miembro entre sus 163Please respect copyright.PENANABXTRvCtVzl
nalgas, besando su cuello, su espalda, acariciando sus pectorales y llegando hasta sus nalgas.
- Yo encantada
Se hizo de rodillas, le separó las nalgas y trató de meterse, pero no era capaz de llegar hasta donde quería. Le hizo subir una pierna a la cama y empezó a darle lametazos desde las bolas hasta su asterisco. Me encanta como resopla entre gemidos cuando le hago lo mismo.
Ella jugueteaba con su lengua en su trasero, dando vueltas en círculos, moviendo la punta tan rápido como podía y yo podía sentir cuánto disfrutaba por la dureza de su miembro en mi interior. La miraba a ella entre mis senos que no dejaban de moverse apuntando hacia la cama y ella se reía haciéndome muecas como si le fuera a meter un dedo. Se estiró para alcanzar un condón y todo mi cuerpo se estremeció al pensar en la posibilidad de que Arturo aceptara.
Se acomodó boca abajo entre los dos, se pesaba entre mi sexo y sus bolas, nos separaba un poco y chupaba su miembro mientras él me metía solo el 163Please respect copyright.PENANAOtr68j6P13
glande. Una vez más, no pude aguantar el orgasmo y exploté.
- Eres adictiva, corazón
Subió por mi vientre llenándome de besos, metiendo mis pezones en su boca, mordisqueando, pasando por mis clavículas, mi cuello hasta capturar mis 163Please respect copyright.PENANASiM7QUpaxd
labios. Ella frotaba su miembro contra el de Arturo y luego lo subía hasta mi clítoris.
- Me van a matar
- No amor, esto te va matar
Arturo le abrió paso para que ella lo metiera, lo sacaba y volvía a entrar Arturo. Uno entra otro sale de mi vagina y cuando se encuentran me vuelven nada. Hay momentos en los que me muevo y sin querer sus miembros terminan adentro al tiempo. Arqueo la espalda, enrollo los ojos hacía atrás de placer y aprieto mis puños en las sábanas.
- Ahora si me voy a morir --grité--
Sentir ese roce, esa presión, tu vagina estirada al límite al tenerlos los dos en el mismo agujero me hace desfallecer. Suelto mis manos, caigo con la163Please respect copyright.PENANA3rSP8Lqo6M
cara sobre su hombro, mirando al colchón, gimiendo sin control. Ella me lleva las manos a la espalda y mi esposo las agarra con una de sus manos para que no me mueva.
- Quiero que se lo metas --solo el morbo de decirlo me hace venir-- por favor --gimo en su oído mordiendo su pabellón--
- Eso no lo decido yo --con tono romántico y provocativo--
Se que ellos se estaban mirando a los ojos, no podía verlos, pero sé que hubo un momento de tensión, provocación, coqueteo y sonrisas en ese instante. Paola sacó su miembro de mi interior y Arturo arremetió con el suyo queriendo demostrar que era el único dueño. Su glande me acarició entre los labios, lo empujo contra mi clítoris hasta hacerme gritar y cuando lo tuvo embadurnado con mis fluidos paso directo a masajear en medio de sus testículos.
Levanté mis caderas un poco para ayudarlos a que pasara más atrás. Arturo me apretaba las manos y se impulsaba hacía adelante y al regresar hacía atrás gemía al sentir su miembro pasar entre sus nalgas. Levanté la cara para mirar a Paola y su sonrisa me confirmó que algo estaba pasando.
Ella se deslizó un poco más abajo, chupando mi cuello como un vampiro. Esperó pacientemente a que Arturo fuera el que decidiera qué hacer con lo que le ofrecía.
- Es delicioso amor, inténtalo --grité con desespero--
En vez de dejar pasar de largo su miembro, empezó a jugar con la presión que ejercía en su asterisco y más me apretaba las manos. Paola me hizo saber que ya había entrado porque me mordió el cuello dejando las marcas de sus dientes y las sábanas mojadas por mi fuerte orgasmo.
El sonido de su cuerpo chocando contra mis nalgas y el movimiento de Paola levantando su pelvis era mágico, los tres gemíamos perdidos en una nube de placer. Arturo no tardó en castigarme de vuelta, con una mano sostenía las mías detrás de la espalda y estiró la otra para meter su pulgar en la boca a Paola para que se lo llenara de saliva. Me separó las nalgas escupió y me metió ese dedo agarrándose con sus otros dedos de mi cadera. Me levantaba el cuerpo usando su pulgar como un gancho para indicar la velocidad a la que quería que me moviera.
Paola empezó a mordisquear mis senos y a chuparlos dejando las mismas marcas que había dejado en mi cuello. Arturo me lo metía durísimo hasta el fondo y de vuelta se dejaba caer disfrutando de toda la longitud del miembro de Paola.
Como la reacción en cadena de una bomba nuclear Paola liberó su orgasmo en el culo de mi esposo y él no tarado en llenar mi sexo con su tibio liquido blanco que me hizo temblar y explotar por última vez mientras mi cuerpo se retorcía y temblaba sin control.
Los tres caímos tendidos en la cama muertos de risa y placer. Agotados no tardamos en caer dormidos.
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Al otro día cuando despertamos, Paola ya no estaba. Nos dejó una linda nota agradeciendo por la hermosa velada. Tratamos de volver al mismo bar a buscarla y repetir la experiencia, pero al parecer solo había estado de visita por una noche en la ciudad y nunca más la volvimos a ver.
Ella marcó un antes y un después en nuestra relación. En mi caso ya no me importa si es una mujer o un hombre quien nos acompaña, me importa más la persona y lo que transmite. Arturo pese a lo que vivimos y a que lo disfrutó, prefiere las mujeres y aunque cuando hacemos trios con otros hombres lo he convencido de dejar que se lo mamen o de darles por el culo, solo lo hace para complacerme, pero me ha dicho hasta en sano juicio que si Paola llega a aparecer encantado repetiría la experiencia y hasta sería capaz de darle una buena mamada entre los dos.
No juzgar es la clave, porque igual todos tenemos nuestros deseos oscuros reprimidos.
Nuestro matrimonio subió a otro nivel, sin que lo que hagamos dicte nuestro camino, sin que nos etiquete como hetero, gay, lesbiana o bisexual. Simplemente somos Lina y Arturo, un par de esposos que cuando se antojan de algo lo prueban y si les gusta lo repiten.
Cada pareja es diferente, pero para nosotros no existe una experiencia igual a ese día en el que logras tener la confianza con tu pareja de compartir con una hermosa chica trans. En fin --profundo suspiro-- qué locura de noche. Espero y les deseo de corazón que algún día puedan vivir algo igual o aún mejor.
Donde quiera que estes Paola, gracias.
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Escrito: Natasha163Please respect copyright.PENANAZ910CRD4Gh
Edición: Agata
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