#trio #mhm #anal
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Como agradecimiento a mis padres por mantenerme mientras terminaba la universidad sin dejarme trabajar, les había conseguido con mi primera prima un viaje al mar.
Pero no pudieron ir, porque mi padre se enfermó, nada grave, pero tampoco iba a poder aguantar cómodamente un viaje.
Traté de posponerlo, pero en la agencia de viajes me dijeron que ya era muy tarde y me tocaría pagar una multa de casi la mitad.
Mis padres muy comprensivos me dijeron que aprovechara para no perder ese dinero y que más bien luego nos desquitábamos con otro viaje.
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Llamé a mis dos mejores amigos Maria Camila y Juan Camilo, casi tocayos. No creo que sea coincidencia que mis mejores amigos tengan el mismo nombre, fue el que siempre quise tener desde niña, Camila a secas en vez de Luisa.
A los dos los conozco de lugares diferentes Camila desde el colegio y Camilo desde la Universidad. Viven en dos mundos que trato de mantener separados, porque cuando en un mundo todo va mal tengo al otro para ir a consolarme.
Soy de las personas que piensan que la amistad se refuerza con sexo y no solo con palabras bonitas. Asi que con ambos tengo relaciones sexuales, les tengo demasiada confianza, inclusive entre nosotros ni siquiera usamos preservativos, eso solo lo hacemos cuando nos metemos con alguien diferente.
Esta vez, no tenía mucho tiempo y me arriesgue a juntarlos. Solo me veía embarcada en un viaje express con las únicas personas con las que sería capaz de dormir en la misma habitación.
Nos encontramos en el aeropuerto una hora antes. Los presenté y afortunadamente se llevaron muy bien desde el inicio.
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El lugar no era lujoso ni mucho menos unas 5 estrellas. Se trataba de una cabaña cerca al mar, básica y no muy grande, un solo cuarto sin divisiones donde encontrabas habitación, sala y cocina. La verdad era muy acogedor, limpio y organizado, pero si extrañé que en vez de aire acondicionado solo tuviera un ventilador enorme en medio.
El primer día nos la pasamos en la playa, nadando un poco, tomando margaritas y tirados sobre toallas mientras Camilo nos aplicaba bronceador.
Bufff esas manos en la espalda me ponían mal y por la cara de Camila cuando le tocaba su turno estaba segura que lo estaba disfrutando aún más que yo. Pa qué, pero el man es especialistas haciendo masajes de esos que te la ponen a gotear.
En la noche nos fuimos a un bar, pero no tomamos demasiado para poder madrugar y hacer un tour. Hablamos delicioso, sobre todo ellos que tenían más para contarse y conocer mejor.
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El sábado fuimos a visitar la ciudad, algunos museos de arte, ir de compras y llenarnos de comida de mar que abundaba en cada esquina.
Después del almuerzo nos atacó la somnolencia. Encontramos unas esteras a la sombra, cerca del mar. Solo nos recostamos y caímos dormidos.
Los vendedores ambulantes nos despertaron ofreciendo unas cervezas heladas y nos enteramos que esa noche había fiesta en la palaya.
Nos fuimos a la cabaña a bañar y nos vestimos con ropa ligera para poder bailar sin preocuparnos demasiado del calor.
La privacidad del lugar era demasiado limitada y como ambos ya me conocían desnuda solo les di la espalda y me vestí como si nada.
Creo que le di la confianza para hacer lo mismo y el pudor se fue al carajo. Los dos hicieron lo mismo en su momento y cuando Camilo nos dio la espalda las dos nos miramos y Camila hasta se mordió el labio.
El muy maldito es toda una delicia y siempre provoca acercarse por detrás cogerle las nalgas y luego pasar las manos para adelante y abrazarlo cogiéndole el miembro.
- Ya estoy listo ¿vamos?
Dijo mientras se colocaba una camiseta y se revolcaba el cabello retirando la humedad frente al espejo.
- Si vamos --conteste en voz alta--
Pero la verdad había quedado tan caliente que, en vez de ir, lo que quería era venirme y no precisamente a dormir.
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La rumba en la playa en medio de fogatas gigantes es una delicia, bebes más de lo normal tratando de recuperar los líquidos que pierdes.
La estábamos pasando delicioso, los tres bailábamos juntos, aunque a veces se notaba un poco más la química entre ellos, tengo que aceptar que me daba un poco de celos y me sentía un poco arrepentida por haberlos presentado.
Notaron mi incomodidad, guardaron un poco de distancia. Una buena tanda de reggae que empezó a tocar el grupo en vivo nos regresó a la buena onda.
No se Camila de donde resultó con un cigarro de weed pero entre risas aprovechamos para darle unas cuantas fumadas y luego pasarlo al siguiente grupo. Asi como llegó, se fue.
El calor era insoportable, nosotras nos quitamos las camisetas quedando con la parte superior del bikini, entre las dos entre risas le quitamos la camiseta a él.
Bailar semi desnudos entre tanta gente me enloquecía, Camilo atrás restregándome su miembro entre las nalgas y los senos de Camila apretados contra los míos, me ponía a pensar demasiadas cosas sucias.
Ella me conoce demasiado bien, sabía que estaba excitada y esas miradas que nos dábamos eran fuego. Igual trataba de disimular porque Camilo no sabía de mis gustos por las nenas.
Él se fue a por más licor y nosotras nos quedamos bailando, yo con las manos en su cuello y ella dibujando figuras en mi espalda que me hacían retorcer.
- Cami, no hagas eso
- ¿Por qué no?
- Porque ya sabes de qué me dan ganas
- Es que hoy no te salvas
- Difícil, porque si no recuerdas tenemos compañía
- No creo que sea difícil conseguirle una amiguita y nos deje solitas
- ¿Y si lo invitamos?
- Luisa que zorra --se toteo de la risa-- ahora entiendo esto del viaje, ya lo tenías todo planeado ¿cierto?
- No no, te lo juro por mis papas que no
- No me creas idiota, a ver confiesa, maldita zorra
- Cami te lo juro que no... --me sonroje y rei bajando la mirada--
- ¿pero?
- Pero no te niego que me encanta la idea
- Ya sabes que no soy idiota y que si no me decís la verdad me enojo
- Te estoy diciendo la verdad --la mire directo a los ojos y le coloqué la mano sobre mi pecho para que sintiera mi corazón--
- Hasta estas asustada
- Si, no te niego que me da de todo. Me gusta, pero me asusta, porque no sé que vas a decir Camilo, ni como va a reaccionar
- Tan bobita, apuesto que...
Camilo llego con tres cocos con sombrillita llenos de licor, nosotras nos sepáranos, disimulando hablar de otra cosa y le ayudamos a recibir los tragos.
No volvimos a tocar más el tema, pero esa conexión de miradas y risas cada que él no nos estaba viendo eran de lo mejor.
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El concierto terminó, él inocente de lo que habíamos hablado nos invitó a caminar por la playa, a dejar que las olas nos alcanzarán los pies y ver las estrellas en la parte más oscura cercad del rompe olas.
Todo me temblaba, ya me imaginaba revolcándome en esa arena con los dos, los tomé de la mano me les hice de frente para proponerles unirse a mi locura... y de la nada empezó a caer una lluvia.
Al inicio nos encantó por la sensación de frescura, pero muy pronto el viento empezó a soplar con demasiada fuerza y los truenos nos terminaron de espantar.
Corrimos a toda prisa hasta la cabaña, el calor húmedo se nos pegó al cuerpo como un manta y nos hizo transpirar demasiado.
Entramos a la cabaña. Camilo se quedó justo debajo del ventilador de la sala para refrescarse, nosotras fuimos directo a la cocina a buscar algo de beber.
Apoyando las manos de espalda me sente en la isla dándole la espalda, mientras Camila se metía dentro del refrigerador para sacar una botella de jugo de naranja.
Se llenó un vaso y se lo tomo hasta dejarlo vacío, me sirvió en su mismo vaso y volvió a meterse dentro del refrigerador con la puerta abierta tratando de refrescarse.
Un par de truenos cayeron dejándonos deslumbrados y segundos después tras escuchar el estallido de algún transformador se fue la luz dejándonos en penumbra a merced de las sombras y los destellos de la tormenta.
Ella completamente tranquila, abrió la heladera, saco un par de hielos y se los paso por el cuello y en medio de sus senos. Si antes tenía calor, esto me termino de dejar mal.
- Si, esto es lo que necesitas
Se acercó a mí con los hielos los paso por mi cuello con una mano, mientras que con la otra jalaba el nudo en el cuello de mi bikini y mis pechos quedaban al aire.
- Wooow ¿qué haces?
- ¿No tienes calor? yo sí, estoy super caliente
El cuerpo me temblaba, no era capaz de voltear a ver a Camilo. Ella paso una mano a su espalda se soltó su sostén y de lo más natural del mundo se pasó los hielos sobre su pecho desnudo haciendo círculos en sus pezones hasta que de derritieron.
- ¿Te molesta? --le preguntó a Camilo desabrochando sus shorts en seña de quitárselos también--
- No, no --con vos nerviosa-- claro que no
En segundos se desnudó, saco la cubeta de hielos, le dio la vuelta y salieron los cubos restantes sobre la isla.
- Este calor me está matando
Se paso un par de ellos por el cuello, recogiéndose el cabello hacia arriba. Maldita sea mis pezones iban a explotar, se veía demasiado sexy la muy maldita.
Se acercó a mí, me tomó el brazo y empezó a pasar un cubo lentamente. La sensación de frescura que dejaban a su paso era increíble. Llegó a mi hombro y los deslizó por mi espalda provocando que me arqueara y se me saliera un pequeño gemido y al inflar mi pecho ella tomo uno de mis pezones en su boca.
- Cami no --dije tratando de disimular--
Ni siquiera quería dar la vuelta, tenía la cara completamente roja y me imaginaba que mi mejor amigo estaba pensando lo peor de mí.
Me empujó de los hombros, quedé apoyada en los codos. Con los truenos veía como ella empuñaba los hielos en su mano y dejaba caer gotas frías entre mis senos que por la gravedad se metían entre mis shorts.
Me miraba a los ojos, torcía los labios y sonreía. Esa carita de maldad, me ponía a mil.
Bajo con su lengua siguiendo el camino húmedo, me quitó los shorts y montón mis pies sobre la encimera dejándome pati abierta, se hizo de rodillas y con un hielo en su boca me lo empezó a pasar por los muslos y por mi sexo, dando pequeños lengüetazos a través de él.
- ¡Ay dios Cami!
Coloqué mi mano detrás de su cabeza, me dejé caer por completo, cerré los ojos y me tapé la boca para no gemir demasiado duro.
Él se acercó, pude sentir su presencia, pero aun así no me atrevía a abrir los ojos. Una manos grandes y fuerte tomaron mis senos, sentí su perfume y sus besos. La verdad no se si en ese mismo momento me vine, pero por lo mojada que estaba era casi seguro.
Busqué con mi mano quitarle los jeans, pero él ya estaba desnudo. Al mandarle la mano a su miembro me encontré con una deliciosa erección.
Abrí los ojos, él me sonrió y al fin me pude relajar, no estaba en condiciones de juzgarme. Dejé caer mi cabeza hacia atrás de la barra, abriendo la boca, él ya sabe que me encanta mamárselo en esa posición para podérmelo tragar enterito hasta las bolas.
No podía estar más excitada y demente, justo en medio de mis dos mejores amigos y amantes. Todo esto parecía un sueño, si lo era, no quería despertar.
Camila hizo muy bien su trabajo, ella acostumbra mojarse toda la cara con mis fluidos. Me pasaba la lengua entre los labios, con su nariz me frotaba el clitoris y con su pulgar visitaba mi interior. Le entregue todo mi placer sin dejar de meterme su miembro hasta el fondo de la garganta.
Ella se levantó, me cerro las piernas y se montó a horcajadas sobre mi vientre.
- ¿Quieres probarla? --le dijo--
Ni siquiera contestó, la atrajo del cuello y se empezaron a besar. Camila gemía delicioso, se acariciaba su sexo y cuando estaba mojadita se levantaba un poco para frotarse contra mis pezones endurecidos.
Lo besó en el cuello, pectorales, abdomen y empezó a besarme en el cuello y las comisuras de mis labios metiendo su lengua para tocar su miembro.
- No sea amarrada
Saqué su miembro de la boca y ella cual ternero hambriento después de estar lejos de su madre se lo chupó con ganas como si no se lo fuera a prestar de nuevo.
Yo aproveché para enfocarme en sus bolas, lamerlas y chuparlas, para empujarlo de las nalgas para que se lo metiera a ella más al fondo y para poder alcanzar su delicioso trasero. Le encanta que mi lengua vaya en círculos y después trate de meterla.
Los gemidos roncos de Camilo eran más fuertes. Nosotras nos acariciábamos el cuerpo y yo aproveché para levantar mi pierna entre su sexo y empujarla de las nalgas para estimular su clítoris, gemía delicioso mientras se lo mamaba y la humedad de su sexo ahora corría por mi pierna.
Camilo tomó distancia de nosotras caminando alrededor de la isla, deteniéndose unos segundos a ver como nosotras nos divertíamos. Lo miré de reojo e hizo una mueca de estar pensando alguna maldad.
Terminó de dar la vuelta y el corazón se me aceleró. Trató de no interrumpir, me levantó las piernas y las colocó debajo de las de ella para que no las pudiera bajar. Se hizo de rodillas, nos separó las piernas con las manos y sacó su lengua para pasar desde mi trasero, pasando por mi sexo, hasta el suyo y terminar con su lengua en punta en el culo de ella que no se lo esperaba y dio un pequeño brinquito.
Ella me miró a los ojos y se quedó sorprendida, sentí la lengua de Camilo de nuevo en mi trasero empezando a hacer el mismo recorrido, ahora mientras subía ella apenas sintió su lengua en su sexo la hizo fue apretar sus labios y soltar un pequeño gemido.
Sentí a Camilo de nuevo en mi sexo con su lengua abrirse paso hasta mi clitoris, moviendo con rapidez la punta en mi clítoris. No entendía la cara de placer de Camila hasta que mientras se levantaba me hacia lo mismo a mí, acariciando con sus dedos mis labios externos esparciendo mis fluidos hasta abrirse paso con sus dedos del medio acariciar mi clítoris con su pulgar y acariciar mi trasero.
- Ahhh --gemía desinhibida-- es bien necio este HP --dijo mirándolo por encima del hombro--
Los besos y gemidos eran una delicia, cuando ella se clavaba en mi cuello aprovechaba para mirarlo, él muy desgraciado movía sus dedos como él sabe que me enloquece para hacerme cerrar los ojos.
- ¡Méteselo! --le dije agarrándola de las caderas--
Camilo curveo su boca y levantó su ceja, metiéndome el dedo meñique antes de sacar sus manos de nuestro interior. Pasó su glande de arriba a abajo de su sexo y acomodó su miembro, colocó sus manos sobre las mías.
La inercia del movimiento de sus caderas hacía que su cuerpo se meciera sobre el mío, ella se apoyó en las manos levantando su torso y cerrando los ojos cuando su miembro entró por completo.
- Ahhh ahhhh HP vida que delicia
Sus pezones rozaban con los míos y me enloquecía verle esa carita de placer. Volvió a dejarse caer llenándome de besos, bajando su mano a mi sexo y colocando su rostro al lado del mío.
- ¿Quieres compartir?
Me preguntó casi en secreto con un poco de picardía en su tono, mientras me chupaba y mordía el lóbulo.
- ¿Compartir?
- Si, que me lo saque y te lo meta a vos y después a mi
Se excitó demasiado con solo decírmelo y gemía más duro.
- Porfa Luisa, porfa --dijo en voz alta--
Se apoyó en sus manos y se me quedó mirando a los ojos mientras veía sus senos tambalearse por las penetraciones.
- Ahhh ahhhh ¿sí?
Me mordí los labios, pensándolo unos segundos y le confirmé moviendo la cabeza. Ella cerró los ojos con una sonrisa pícara, se dio la vuelta sobre su hombro.
- Méteselo a ella
Camilo se lo sacó, lo colocó en mi sexo dispuesto a recibirlo, pasó su mano por el torso de ella y mientras me lo metía ellos se besaban. No fue nada delicado, sabe que a mí me encanta que me lo meta bien duro.
Su pelvis chocaba contra sus nalgas y sus senos bailaban sobre mi boca, ella reía al ver mi cara de placer mientras se los chupaba.
- HP que rico, yo también quiero duro
Le mandó la mano al miembro, se lo sacó y lo apunto a su sexo.
- Ay HP siiii que rico
Sus cuerpos chocaban y se confundían con los truenos de la tormenta. La habitación se iluminaba con los relámpagos y pudiendo ver mejor su cara de placer. Abri la boca succionando con fuerza sus senos y al dejarlos salir le daba un pequeño mordisco al pezón.
- Lu no noooo nooooo ahhhhhhhhhh
Tuvo un delicioso orgasmo, Camilo le dio un par de penetradas más para asegurarse de no dejarla empezada y de inmediato fue a buscar el mío.
Pasó sus manos por el lado de ella para agarrarme de las caderas y me lo metía tan duro que me hacía dudar de la resistencia de esa isla que ahora cirugía con el peso de los tres.
Camila se acercó a mi boca, mezclamos nuestras lenguas y nos quedamos mirando a los ojos. Me agarró los senos abriendo sus manos, apretando con fuerza, llevó una de sus manos hasta mi clítoris y con la otra tomo mi pezón empezando a retorcerlo.
- Quiero ver esa carita de placer139Please respect copyright.PENANABW2jIIH700
--me dijo--
Se clavó en mi cuello chupando con fuerza, ella sabe que es mi debilidad. Giró mi pezón jalandolo y no aguanté más.
- Ahhhh diossss siii ahhhhhh ahhhhhhhh
Camilo no dejo de penetrarme con la misma intensidad, cuando abri los ojos ella estaba ahi mirándome con una hermosa sonrisa, le di un beso y se la correspondí.
- ¿También quieres compartir el...
- Claro que si --ni me dejó terminar--
Ella al bajarse de la isla se lo hizo sacar, me tendió la mano para ayudarme. Nos hicimos de rodillas y agarrándonos los senos le abrimos la boca moviendo la lengua.
Camilo se rio, se cogió el miembro, nos lo metía a la boca, de la una a la otra para que se lo chupáramos, se apartó un paso y se empezó a masturbar hasta dispararnos su semen a la cara y bocas.
Nosotras entre risas intercambiamos el sabor de su semen viscoso en nuestras bocas pasándolo de una boca a la otra.
Él se quedó apoyado con la espalda en la nevera tomando un poco de aire, el calor era infernal y los tres estábamos transpirando por montones. Se me quedo mirando fijo a los ojos y me sentí un poco juzgada.
- ¿Qué pasa?
- Nada
- ¿Nada? Algo te pasa
- Estas loca
- Loca ¿por qué? ¿por esto?
Me acerqué a Camila y la volví a besar con todas las ganas.
- Por no contarme
Me levanté, caminé hacia él y también le di un beso con la misma intensidad.
- No hay nada que contar
Le tendí la mano a Camila para ayudarla a poner de pie y me los llevé al baño a darnos una buena ducha de agua fría y refrescarnos.
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Ni siquiera nos secamos nos acostamos los tres en una de las camas a recuperar un poco de fuerzas.
- ¿Es primera vez que ustedes dos...
- No --respondió Camila--
- No --confirmé-- y no sé por qué te extraña, los dos saben que me encanta el sexo
- Pues sí, pero no sabía que con otras...
- ¿Mujeres?
- Si, mujeres
- No son mujeres, es ella y sos vos, los dos me encantan como amigos y también para meterlos a la cama
- No entiendo, ósea que no sos...
- ¿Lesbiana? --dijo Camila entre risas--
- Como te lo explicó, hetero no soy, pero tampoco me considero lesbi. Es más, algo que me inspiran ustedes dos. No soy de tener pareja, pero tampoco de las que se mete con cualquiera, me tienen que gustar primero demasiado como persona antes de querer algo más
- ¿y esto ya lo habían hecho antes? --moviendo su mano en circulo para incluirnos en su pregunta--
- No, al menos yo no --dije mirando a Camila--
- No, yo menos, la lanzada acá es ella ¿y vos?
- Tampoco, nunca, ni me imaginaba que fuera algo posible, menos con Luisa
Me solté a reír y los dos me miraban como si estuviera loca.
- ¿De qué te ríes? --preguntó Camila--
- Acabamos de perder la virginidad de trio
Al entender el chiste los tres nos soltamos a reír y terminamos con el estómago doliendo y lágrimas en los ojos.
- Yo tengo una pregunta --dijo Camila, mirándome de reojo--
- Ya con que vas a salir --respondí sentándome en la cama--
- Es que no pude evitar ver que Lu te chupo hasta el culito --mirando a Camilo-- y según vi lo estabas disfrutando
- Bueno es que esta niña no acepta un no por respuesta, afortunadamente. Ojo que lo digo en el buen sentido, porque si, es rico
- Te creo --se rio Camila-- a mí me hizo lo mismo hasta que me convenció
- Ya me conocen, soy adicta a los culitos, chupármelos bien rico, meter lengua y hasta dedito --levantando mis manos con el dedo índice-- y la noche es larga --con cara de picardía--
Camila se levantó de un salto y se hizo de rodillas.
- Hoy deberíamos vengarnos --le dijo a Camilo--
- Estoy de acuerdo, deberíamos meterle de a dedo por detrás
- Oh no --levanté la mano en mi frente- por favor, no me hagan sufrir
Los tres nos soltamos a reír, me le acerqué a Camilo metiéndole la mano a coger su miembro flácido.
- Si quiere me mete un dedo más grande papacito
- Ese sí que te gusta ¿no?
- Me encanta --empezó a resucitar y endurecer-- y si esta mamacita me da besitos a la vez mejor
Eso volvió a calentar los ánimos de todos y ahora con más confianza las cosas fluían un poco mejor, caricias, besos y miradas. No fuimos directo al sexo, aprovechamos para disfrutar nuestros cuerpos sin penetración alguna.
Ni sé como terminamos haciendo el 369 para un lado y para el otro. Si no saben a qué me refiero, es a hacer un triángulo de sexo oral.
Los dos cuando quedaron dispuestos a darme placer fueron directo a chuparme el culito y yo encantada les hice lo mismo, pero no me aguante de también meterles dedito. Si hay algo que me encanta es atragantarme con el miembro de Camilo mientras juego con el dedito en su trasero.
Camila me vio hacerlo y entendí con su mirada que quería probarlo así que decidí cambiar a chupársela, ella a divertirse con Camilo y él a preparar mi trasero para lo que seguía.
Por lo mojada que estaba ella y lo concentrada en hacer su labor, se notaba lo que le había gustado hacer por primera vez eso con un hombre, no se aguantó la emoción y empezó a meter y sacar su dedo más rápido.
- Seguís con eso y también te parto el culo a vos --le advirtió Camilo--
Ella ni le contestó, chupó con más fuerza su miembro, le metía y sacaba el dedo moviéndolo en círculos. Camilo me dio una mirada y entendí que me encargaba prepararla a ella también.
Él se levantó rompiendo el circulo y ella se me acercó para hacer un delicioso 69 llegando directo a hacer lo mismo que estaba haciendo con él.
Ella me abrazó de la cintura y me hizo rodar para quedar debajo, Camilo se acercó, ella se dedicó a mi sexo y el a chuparme el culito.
- Ay HP que delicia, no paren, no paren
Por sus risas me daba cuenta que estaban planeando algo, sentí primero el dedo más grueso de Camilo y luego llego ella a hacerle compañía.
Movían sus dedos dentro de mi trasero, se besaban y turnaban para darme lengua en mi clítoris. Ni sentándose encima de mi cara hizo que mis gemidos se escucharan menos y la verdad ni me importaba que me escucharan.
Camila que si estaba un poco más consciente y sabía que las otras cabañas no estaban tan lejos, se dio la vuelta, me tapó la boca con la mano.
- Ey Lu, no tan duro
Cerré los ojos tratando de contenerme al sentir que Camilo me había metido también el pulgar adelante y a la vez me daba lengüetazos en el clítoris.
- Sí, sí, pero no aguanto mas
- ¿Quieres que te parta ese culito ya?
- A las dos
- Te quedo gustando eso de compartir ¿no?
- Me encantó, sobre todo verte esa carita
- Esta bien, me convenciste
Nos acostamos de lado, dándonos un candente beso, mezclando nuestras piernas y presionando nuestros sexos uno contra el otro.
Camilo se quedó de rodillas sin interrumpir, disfrutando solo ver como nos comíamos con tanto deseo.
- Uffff que rico se ven así
Camila colocó su pie debajo del mío, levantando mi pierna junto con la suya como si le estuviera extendiendo la invitación a unirse. Se levantó del suelo tomando cada pie y descargándolo sobre sus hombros.
Tomó con su mano su miembro acariciando con su glande nuestros sexos, dibujando una línea entre ellos, metiendo solo la puntica y volviéndola a sacar, yendo de la una a la otra.
Nosotras abrazadas solo nos dedicábamos a mirar con delicadeza, acariciar nuestros cuerpos, disfrutar de unos deliciosos besos y gemidos.
Su miembro poco a poco iba más y más adentro y nuestros cuerpos a extrañar cuando salía para ir a la otra.
Camilo acomodó una vez más nuestros pies para dejarlos cerca de su cuello, bajo las manos acariciando las piernas, los muslos, tomando dirección a nuestras caderas. Nos agarró las nalgas con fuerza, llenó sus dedos con nuestros fluidos y nos metió un par de dedos a cada una por detrás.
Las dos nos retorcíamos de placer, moviendo nuestras pelvis hacia adelante, llenándonos de besos, caricias y gemidos. Camilo no se podía ver más sexy y delicioso con esa mirada lujuriosa y letal.
- Ella primero --voltee a decirle--
Camila entre cruzó sus dedos con los míos y mostró algunos rasgos de angustia. Yo sabía que ya había probado antes el sexo anal y no lo había disfrutado mucho. Acerqué mi cara a la suya y le dije que se relajara, la llené de confianza y le di todo mi apoyo.
- Esta bien, hagámoslo
- Suave --le lancé una mirada fatal a Camilo como advertencia--
El dejó caer mi pierna, montó una rodilla a la cama y con su miembro lubricado con nuestros jugos empezó a acariciar su agujero.
Ella de inmediato apretó los ojos, sus manos y hasta su cuerpo se había endurecido.
- Shhh shhh --le di un beso-- relájate, respira, lo vas a disfrutar más si estas tranquila
Le pedí que me abrazara, coloqué mis labios cerca de los suyos y dibuje líneas imaginarias en su espalda mientras la calmaba. Camilo fue paciente, espero sin moverlo de lugar a que yo le diera la señal.
Su respiración agitada, besos y caricias regresaron. Afirmé con mi cabeza y seguí encargándome de mantenerla bien distraída, lo trato de meter y se notó en su cara que había vuelto a apretar todo su cuerpo.
- Shh shhh, bésame, bésame y olvídate de todo lo demás, bésame y disfruta de una nueva sensación, no te va doler si te dejas llevar
Me abrazo con fuerza, casi montándose encima de mí, girando un poco su cuerpo hacía abajo, me agarré de sus cadera y Camilo entendió el mensaje sin siquiera mirarlo.
Se llenó el miembro de saliva y lo volvió a intentar de una forma diferente. No empujó de una para meterlo, sino que le fue dando pequeños y ligeros empujones, casi imperceptibles.
- Ay dios, si así así, un poco más --pidió Camila--
Su esfínter se fue ajustando gradualmente, hasta que sintió el glande entrar en su trasero. Abrió los ojos muy grande me enterró las uñas en la espalda y sus dientes en la clavícula.
Camilo se quedó completamente inmóvil y espero a que se volviera a recuperar.
- Ay no no, no soy capaz sácalo, sácalo
Le lancé una mirada y negué con la cabeza para que no lo fuera a hacer o sino perderíamos todo el avance.
- No, espera, respira, respira muñeca, relájate que ya va pasar, te prometo que lo que sigue te va volver loca
- Duele, Lu
- Yo sé, relájate, respira y te va doler menos, deja que tu cuerpo se acostumbre a tenerlo adentro
Cerró los ojos, respiró profundamente un par de veces, mientras yo le llenaba tiernamente el rostro de besos. Abrió sus ojos de nuevo, me lanzo una risita nerviosa y nuestras lenguas se fundieron en una.
Yo misma anime su cuerpo a moverse lentamente, unos cuantos gemidos quejumbrosos llegaron a mis oídos y luego ella misma al empujar su cuerpo hacia atrás me entregó uno desgarrador cargado de placer.
- Ay Lu, maldita sea
- Te lo dije
- Ay Lu, dile que me lo meta todo
- Calma, calma ya llegaremos a eso
Todo se tornó un poco más erótico y lento. La otra mano de Camilo regresó de vuelta a buscar mis agujeros, lo que me hacía mover mi pelvis de adelante hacía atrás provocando lo mismo en ella.
- Ay dios, que rico es esto Lu
Camilo cogió su pierna con la mano y al verla tan excitada empezó a empujar más fuerte y más al fondo, hasta que al fin sus cuerpos chocaban en cada penetración.
Era hora de vengarme de ella, le di un par de palmadas en la nalga, chupé sus pezones estirándolos con los dientes, metí una mano en su sexo frotando en cirulos su clitoris y me pegué a chupar su cuello hasta dejarle una marca.
- Luuuu Luuuuu, espera, espera, espp.... ahhhhh ahhhhh ayyyy diiooooosssss que rico no pares no pares
Camilo no lo hizo, hasta que ella misma después de venirse varias veces seguidas pasó su mano hacía atrás y se lo sacó. Volteó su rostro mordiendo las sábanas y gritando.
- Ahhh HPPPPP te odio, te odio
Me solté a reír, pasando mi lengua por el lóbulo de su oído
- Me odias porque ahora solo vas a pensar en que te den por el culo ¿cierto?
- Luisa, maldita sea me hicieron venir demasiado --jadeaba-- esto es imposible
- Te lo dije... quiero que veas como me culea a mí, porque cada vez es mejor y nada como un buen polvo en el culo
La voltee boca arriba, me monté sobre ella a horcajadas, con las piernas abiertas colocando sus manos en mis caderas para que las separara y mostrarle mi agujero a Camilo.
- ¿Ya sabes cómo me gusta a mi cierto?
No respondió, sentí el peso de su cuerpo al apoyarse en la cama. Me dio un par de palmadas en las nalgas, paso su lengua por mi agujero escupiendo un par de veces, lo colocó detrás y me agarró de las caderas.
Estoy acostumbrada a que me lo meta de una, me gusta esa sensación de dolor, me excita, sin embargo, por falta de lubricante, prefirió usar la misma técnica.
Cortos y pequeños empujones, pero una vez que su glande entro, no tuvo piedad de mí, jalándome con sus manos hacía atrás.
- ¡HP Camilo, que rico culeas malparido!
Me dio un par de palmadas en las nalgas, me solté el cabello y le pedí con una mano que lo cogiera. Le dio un par de vueltas en su mano y me hizo levantar dejando a Camila asombrada al ver como entre más duro más lo disfrutaba.
Se levantó, ambas quedamos apoyadas de rodillas, se mojó los dedos y los metió en mi sexo. Me daba besos y yo ni siquiera era capaz de recibírselos, pero Camilo aprovechó para robárselos para él.
Camila, la verdad, no estaba ayudando demasiado, en ese momento quería más sentir la rudeza de él y ella nerviosa sin saber que hacer me alejaba del orgasmo.
Camilo lo notó, la empujo de los hombros y ella entendió rápido lo que debía hacer. Se acostó boca arriba y él se encargó se acomodar mi sexo justo en su boca.
Camilo pasó su brazo por delante de mí cuello, apretando con fuerza mientras respiraba fuerte en mi oído como un toro de rodeo.
Con la poca fuerza que me quedaba, la empujé de la barbilla para que se metiera más atrás, primero entendió que era para que le chupara las bolas, pero con el último empujón le quedó claro lo que yo quería.
- Mmmm mmmmmm
Se escuchaba el sonido del placer de Camilo en mi oído al sentir la lengua de ella en su trasero. Me apretó el cuello con más fuerza haciendo más difícil el poder respirar.
- ¡Méteselo!
Le dije con mi último aliento y sonreí al escuchar sus gemidos roncos. Me agarró del cabello, me soltó el cuello y me empujó hacía adelante metiendo mi boca en su sexo.
Camila, había hecho lo que yo nunca había podido lograr, meterle dos dedos sin que chistara mientras le chupaba las bolas como si las fuera a tragar.
- ¡CULEAME! ¡CULEAME! ¡SI SI CULEAME CULEAME DURO! ¡DURO!
Entre más duro me lo metía a mí también hacía que el mismo se metiera y sacara ese par de dedos. Me excitaba de solo pensarlo.
Me lo metió tan duro que ya no pude meter mi lengua más en su sexo, mi cara quedó aplastada contra el colchón y al fin explotó regalándome un delicioso y potente polvo tibio en mi interior que derivo en un delicioso orgasmo, que ella al sentir su pecho mojado acudió a saborear con su boca.
Camilo me dio una palmada en las nalgas que me quedó ardiendo, se tiró a la cama completamente agotado boca abajo.
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No nos dirigimos palabra, tras recuperar el aliento, cada uno se fue a tomar una ducha por separado, por la falta de luz y el calor tan infernal cada uno se fue a acostar a su cama, aunque yo la verdad me soñaba con haber dormido esa noche con los dos.
Al día siguiente, Camilo nos despertó con el desayuno a la cama y pudimos hablar un poco más calmados y sin efectos del alcohol encima de lo que había pasado.
No estábamos arrepentidos de nada, pero igual prometimos nunca contarle a nadie lo que había pasado. Se iba a convertir solo en un buen recuerdo.
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Meses después, me invitaron a salir y ya ni podía esperar la hora de verlos para repetir esa locura.
Resultó que en secreto sin que yo me enterara, esa noche repitieron ellos solos yo estaba tan cansada y dormida que ni me enteré.
Además, después del viaje no se habían dejado de ver y el motivo de la reunión era para preguntarme si quería ser su madrina de bodas.
- ¿Me están jodiendo? ¿cierto?
- No, es en serio --respondió Camila mostrándome el anillo--
Salté de mi silla, les di un gran abrazo y sin importarme estar en público les estampé un beso con mucho cariño en la boca.
Me alegraba saber que dos personas tan increíbles y hermosas, iban a terminar juntas gracias a mí. Lo único que les pedí es que nunca me fueran a dejar a un lado.
Es algo que han cumplido a cabalidad y no solo para estar los tres, sino para que atender mis necesidades por separado. Lo cual es un alivio porque a veces necesito más de Camila a solas.
Eso si me encargué de prepárales una despedida de solteros que fue una maldita y total locura... pero esa, es otra historia.
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Escrito: Natasha139Please respect copyright.PENANAJY4E7SrfAF
Edición: Agata + Axel
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