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Un sábado que andábamos cortos de dinero, estábamos en la casa de mi novio arrunchados, haciendo pereza y "viendo" Netflix. A eso de las 11 de la noche, sonó el timbre y a los dos nos extrañó.
- ¿Pediste domicilio?
- No
- ¿Quién sera entonces?
- NPI
Él se levantó a abrir la puerta y yo por cogerme el chisme me senté en el mueble al lado de la puerta. Miró por el ojo mágico y la cara de sorpresa fue rarísima. Abrió la puerta con prisa.
- ¿Lizzete? ¿Qué haces vos acá?
- Vengo a que me cumplas la promesa --respondió claramente alcoholizada--
- ¿Promesa? ¿Qué promesa?
- Usted me prometió, me prometió y prometió que terminábamos pero que íbamos a ser amantes para toda la vida
A él se le notó el susto al escuchar que ella le estaba pidiendo semejantes cosas en mi presencia.
La mujer por poco se cae y a Juan le tocó tomarla por la cintura para que no se fuera a ir de espaldas contra el suelo.
- Siempre me encantó tu olor
Le empezó a besar el cuello y le mandó la mano al miembro. Yo nunca he sido celosa y hasta me daba risa ver lo embalado que estaba él tratando de lidiar con esa mujer borracha, sin embargo, traté de mantenerme seria.
- Ey ey Lizz, acá esta mi novia
- No me importa HP, no me importa, igual todos ustedes son unos perros HPs y les encanta montar cachos, malparidos todos
Ahora tenía sentido la borrachera y el despecho, seguro descubrió a su pareja mal parqueado.
- Amor, éntrala mejor --le dije siendo un poco condescendiente-- que no demoran en salir tus vecinas chismosas
Ella no estaba en condiciones de caminar, así que la cargo pasando sus manos detrás de su cintura y camino por la sala con ella tratando de besarla hasta que la pudo descargar en el mueble largo.
- Mucho gusto, Lizzete --dijo con desgano--
- El gusto es mío, Diana
Me cambié de puesto para ayudarla a que no se fuera a caer y para que mi novio pudiera guardar distancia de ella.
- Por favor prepárale un café --le pedí a mi novio--
- No, más bien destapen otra botella, ¡bebamos hasta el amanecer HP!
Juan Felipe se fue a la cocina colocó a calentar la cafetera y al rato volvió con una taza de café y algunos fritos que nos habían quedado de la comida.
- Un poco de grasa no le caería mal
- No ustedes me quieren bajar la borrachera, ni por el putas --se le cerraban los ojos y se iba de lado--
- Ey ey mujer --le di unas palmaditas para tratar de despertarla-- aquí, aquí --tronaba mis dedos--
Mi novio le colocó un trozo de chorizo en la boca y empezó a hacer arcadas como si se fuera a vomitar. Alcanzó a correr al baño, quitarle la bolsa a la papelera del baño y poner el bote delante justo en el momento que empezó a vomitar.
- Nos va tocar llevarla a urgencias --le dije--
- Na fresca, ella siempre fue malísima para beber, apenas vomita se compone
Le sostuve el cabello para que no se fuera a ensuciar y cuando terminó Juan se encargó de botar por el sanitario los desechos.
- Parce, ahora me va tocar llamar el esposo pa' que la recoja y ese man me odia
- ¡Noooo! Noooo vas a llamar ese HP --le gritó--
Trató de levantarse para quitarle el teléfono de las manos, pero estaba demasiado mareada y por poco se cae del mueble. Entre los dos la tuvimos que sostener para regresarla a su puesto.
- Ya, ya está bien --se guardó el teléfono--
- Yo no necesito a ese HP, lo que necesito es una buena dosis de verga
No pude evitar estallar de risa por la cara de asombro de mi novio.
- Oíste Lizzete respeta a mi novia ome, no ves que la tenes al frente
- Ella entiende, yo sé, porque todas sabemos lo que se siente que le monten a uno los cachos y tener que buscar la reserva pa desquitarse
- Yo sí sé --le respondí-- pero también sé que el sexo por venganza es un error, más si estas borrachas y no sabes lo que haces
- ¿Un error? error, fue casarme con ese imbécil que tenía otra hace años
La nena me abrazó se soltó a llorar en mi hombro. Traté de sobarle la espalda para tratar de calmarla, lo que necesitaba era desahogarse.
Le hice señas a mi novio para que se fuera y mejor nos dejara solas. Este era un tema de mujeres y el como hombre y ex, no tenía nada que aportar.
Logré calmarla, me acosté con ella en el mueble hasta que por fin se quedó dormida. Fui a la habitación por una almohada, una cobija y la dejamos acostada de lado con la papelera del baño en el suelo por si le daban ganas de vomitar.
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Nos fuimos a la habitación y nos acostamos, con la cara de preocupación que no se le borraba a mi novio.
- Parce que pena con vos
- Na fresco que ella está muy borracha y yo entiendo
- Gracias mi vida --me dio un abrazo y un beso en la boca--
Me le quedé mirando a los ojos y me acomodé de lado para poder hablar.
- ¿Cómo es eso de la promesa?
- No parce, cuál promesa, esas son bobadas de adolescente
- Contame
- Nada Diana, que cuando terminamos nos prometimos que íbamos a ser amantes para toda la vida, sin importar si estábamos con alguien más, si alguna vez queríamos trines, pues llamar y listo, lo hacíamos sin excusas
- Quedaron en automático ¿pues?
- Algo así, pero nunca pasó. Cada quien, por su lado, además se suponía que ella estaba feliz en su vida de casada
- Hasta hoy
- Bueno si, hasta hoy, pero parce está loca ¿cómo se me va aparecer así de la nada con vos acá?
- Ah ¿ósea que si hubieras estado solo...
- No, no, no, pues como mi amor, no quise decir eso. Ella es parte del pasado y vos sos mi presente y mi futuro
Lo apreté con fuerza y le estampé un beso con mucha energía y alegría.
- Vea pues, solo faltaba una ex-loca pa que me pidiera matrimonio
- ¿Matrimonio? ¿Que? Ey nooo...
Lo volví a callar con un beso y el trataba de quitarse para decirme que no.
- Diana quise decir...
- Ya bobo, lo estoy molestando
- Pendeja
Me cogió a cosquillas y sabe que las odio. Le pegué en las manos y hasta patadas le di para quitármelo de encima.
- Pero sabes que, yo entiendo porque te buscó
- ¿Por qué? --pregunto extrañado--
- Si te la comías tan rico como me comes a mi --me rei con picardía-- yo volvería ¿así eras con ella?
- Ah no amor, no me preguntes esas cosas
- Es que pa' prometer ser amantes para toda la vida tenía que ser que al menos en esa parte si se entendían y muy bien
- Los dos perdimos la virginidad juntos y nos acostumbramos el uno al otro, lo que estábamos era encoñados
- ¿Por qué terminaron entonces?
- No amor diferencias de la vida
- ¿Como cuáles?
- Como que ella se quería casar rápido, tener una familia, hijos, ir a la iglesia y esas vainas que le meten en la cabeza a la gente
- ¿Osea que vos no te pansas casar nunca?
- No, yo no tengo raye con eso, pero no lo voy a hacer porque me lo imponga la sociedad, sino porque de verdad sienta que sea la persona correcta
- ¿Y cómo es esa persona?
- Ah Diana no, cambiemos de tema
- ¿Por qué? ¿te sentís presionado?
- Si, pero, no es difícil. Es una combinación de amor con razón ¿me hago entender?
- La verdad --hice una pausa-- No
- Pues parchados, pero no como enjaulados, viviendo bueno
- Ah ya, ósea que quieres novia eterna y si no vive con vos mejor
- No, si ve, por eso no me gusta hablar del tema
- No relax, que no te estoy atacando, solo quiero deber que piensas
- No es novia eterna, sino que no me quiero ver como mi mamá y mi papá que ya no se quieren, pero viven juntos, o como todas las parejas después de años que se montan los cachos y lo saben, pero siguen juntos por la costumbre o por los hijos. Yo quiero es una relación parchada, que seamos amigos, novios, amantes pero que no nos prohibamos vivir
- ¿Una relación abierta?
- Yo no sé si abierta, es que como te digo yo no he pensado del todo ese tema y no se --se rascó la cabeza-- es complejo
- No le veo nada de complejo, yo tampoco quiero terminar como Lizzete enamorada pero decepcionada por unos cachos. Es que una cosa es el amor y otra el sexo
- Ahora si no te entendí un carajo
- Yo te amo, eso seguro, pero no creo en la fidelidad total, el instinto del ser humano nos domina
- ¿Cavernícolas pues?
- Si actuara como cavernícola le habría dado un garrotazo y la tiraba por las escalas
- Eso habría sido menos peligroso que esta conversación
Me senté en la cama cruzando las piernas y lo tomé de las manos.
- Vos no sos celoso y yo tampoco ¿o sí?
- No, afortunadamente
- Me gustaría probar algo
- Ombe Diana, mejor dejamos esta conversación así
- No, hablemos esto de una vez. ¿Sabes qué? hasta agradezco que ella apareció y paso todo esto, porque nos dio pie para hablar cosas que tal vez no nos atrevimos antes
- ¿Qué es lo que quieres probar?
- Deberías cumplirle la promesa
- ¿Que? --se levantó de la cama y se sentó frente a mi-- ahora si te enloqueciste
- No, en serio, quiero saber que siento y si sería capaz, eso sí, yo también quiero lo mismo
- ¿A qué te refieres con eso?
- Que yo te veo cómo te la comes, pero vos también me vas a ver a mi
- ¿Ver?
- Si ver, quiero ver cómo te la comes
- Parce ¿me estás hablando en serio?
- Si en serio --le respondí seria-- bueno, pues faltaría que ella acepté
- Diana --se quedó pensativo-- parce yo no sería capaz de verte con uno de tus ex, menos con David, lo mato
- Yo no quiero estar con ninguno de mis ex, no me interesa
- Entonces si no es con uno de tus ex ¿con quién sería?
- No tengo ni idea, pero así como yo apruebo que lo hagas con Lizzete, tu aprobarías la otra persona
- Uy Diana, no sé ni que decirte
- Juancho a ninguno de los dos nos han funcionado las relaciones tradicionales, probar algo nuevo no es tan descabellado
- Si tienes razón, está bien intentémoslo
- pero eso si ¿prometes que tú también me dejas a mi probar?
- Si, te lo prometo
Me le encaramé de un abrazo y le di un delicioso beso.
- Cuidado con lo que prometes, que eso te persigue para toda la vida --me reí con picardía--
- Si eso veo, hasta se quedan a dormir borrachas en tu casa
Me besó agarrándome las nalgas con ganas de otra cosa. Su miembro se endureció y me miró com hambre.
- No señorito, a guardar energías pa ella que seguro va querer repetir y quiero que la atiendas bien
- Mujer, en serio ¡estas loca!
- Y así me quieres
- Una mamadita y ya, no me dejes así --mostrando el gran morro de su erección--
- No le voy a hacer nada, antes mejor que quede con ganas pa' que se la coma bien rico
- Si, confirmado, estas re-loca
Nos reímos con complicidad, nos acostamos a dormir con él abrazándome por la espalda en cucharita con su erección entre mis nalgas y su mano en mi pecho.
- Te amo mamacita, hasta mañana
- Te amo mi amor
El cayó dormido en segundos y aunque había sido yo la que había propuesto hacerlo, no dejaba de darme vueltas en la cabeza un montón de preguntas buenas y malas, finalmente el cansancio me pudo y caí dormida.
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El despertador sonó a las 8 de la mañana y desperté a Juanfe para que se metiera a bañar y se arreglar para quedar bien guapo.
Ella seguía dormida, así que tratamos de preparar el desayuno sin hacer mucho ruido y un buen caldito levantamuertos para ella.
De vez en cuando le daba una ojeada a ver si seguía dormida. Hasta que me di cuenta de que ya estaba despierta, pero se escondía detrás de la cobija simulando tener los ojos cerrados.
Servi medio vaso de agua, le preparé una sal efervescente y me acerqué hasta el mueble.
- Buenos días Lizz ¿cómo te sientes?
- Buenos días, como la mierda
- Tomate esto, ya casi está el desayuno
- No que pena, yo creo que es mejor que me vaya, de verdad que pena con vos todo lo que pasó anoche
- No, de acá no te vas hasta que no sepa que vas a estar bien
Le eché llave a la puerta y guardé las llaves en mi bolso.
- En el baño hay una toalla limpia y te saqué un cepillo de dientes, una ducha te va a hacer sentir mejor
Juanfe trataba de disimular sus nervios, pero yo lo conozco demasiado como para no darme cuenta de que estaba ansioso por no saber qué iba a pasar.
Servimos los platos en la barra americana, no tenemos mesa y ella salió con la misma ropa con el cabello enrollado en la toalla.
- Buenos días Juan --dijo sin mirarlo a los ojos--
- Buenos días Lizz, siéntate porfa antes de que se enfrié
Todos nos acomodamos en las sillas altas en un silencio casi sepulcral. Nadie se animaba a decir o preguntar nada.
- ¿Estas mejor? --le pregunté--
- Si gracias, pero esta que se me explota la cabeza ¿tienen aspirina?
Juan se levantó de la mesa, sirvió un vaso de agua fría con unas gotas de limón y trajo las aspirinas del botiquín en el baño.
- Con limón
- Tan bello, te acordaste
Los miré extrañada porque no entendía de lo que hablaban.
- No le gusta el sabor del agua, toca saborizarla con algo
- Ah ya, ok
Sacó un par de pastillas del tarro y las metió lo más atrás que pudo de su lengua, creo que se tomó toda el agua a tragos largos para no tener que hablar más.
Todos nos quedamos en silencio mientras comíamos el desayuno. Cuando recogía los platos decidí arrancar la bandita de la herida de una vez.
- ¿Ahora que no estas borrachas todavía te queres comer a mi novio?
- Ay no, que oso --se tapó colocando su mano sobre las cejas-- de verdad que pena con ustedes
- ¿Pena? ¿por qué si a mí me gusta compartir?
Levantó su mirada, frunciendo el ceño con una interrogante marcada en las facciones de su rostro.
- Todos somos débiles mujer, prefiero que nos tengamos la confianza de decir a quien nos queremos comer y no --carraspeé-- bueno vos me entendés
- HP ni me hagas acordar que me da tanta rabia, maldito idiota --refiriéndose a su esposo--
- En serio, ahora que estas lucida, si ustedes dos quieren follar y queres desfogar todo eso que sentís, adelante
Me levanté de la silla para no quedar en medio de ellos y con mis manos la invité a pasar libremente.
- De verdad ¿ustedes dos no tiene problema con eso? ¿no les dan celos o algo así?
- La verdad, es que sería la primera vez que lo haríamos --contestó mi novio--
- No gracias, ahora quedo peor entusada y cascada
Nos reímos los tres y a mí me pareció un buen síntoma, íbamos por buen camino rompiendo el hielo.
- Nosotros no somos celosos --le conteste--
- Si, yo sé, cómo es él --dijo irónicamente-- me echaban los perros de frente y no decía ni mu
- Saben lo que pienso --dijo mi novio colocándose a la defensiva-- yo no...
- No obligo a nadie a quedarse donde no quiere --respondimos las dos en coro y nos volvimos a reír--
Esa era una típica frase de él que no se cansaba de repetir. Aun sabiendo que gracias a esa frase es que la había perdido a ella.
- Exacto chicas, la libertad es la que decide donde estar, no una cadena imaginaria
- Osea que, si ella te dice que se quiere comer a un man, vos le decís que si
- Si, eso fue lo que acordamos anoche
- ¿Anoche? --regresó el interrogante a su cara--
- Lizz, ¿te puedo llamar Lizz? ¿cierto? --le dije con amabilidad---
Moviendo su cabeza de forma afirmativa.
- Lizz, todo se dio por lo que querías hacer ayer y yo fue la que saqué el tema, le dije que si te lo prometió te lo debe cumplir
- ¿Y vos estás de acuerdo?
- Una vez más, YO fui la que le dije que debe cumplir sus promesas. Además, por algo viniste a buscarlo a él y no a otro, así que adelante es todo tuyo... bueno, solo por hoy
- ¿Y vos te vas a quedar o te vas a ir?
- Aca me quedó, pero solo seré un espectador y no te tienes que preocupar por mi
Se empezó a reír a carcajadas y se sostenía el estómago. Nosotros dos nos mirábamos sin entender.
- Nos cuentas el chiste a todos Lizzete --dijo mi novio con tono amargado--
- Por un momento pensé que este man todavía seguía con la idea incansable del trio
- ¿Trio? no yo soy hetero --le respondí--
- Cuéntele --contestó mi novio amargado--
- Un 28 de diciembre en una finca con mi familia, con una prima nos lo llevamos pal monte y nos dimos unos besitos, lo hicimos empelotar
- ... y después las HP's me dijeron feliz día de los inocentes y salieron corriendo con mi ropa
Me acerqué a ella, levantando la mano para que la chocara y nos partimos de la risa.
- Después de eso me molestó con que, si había sido capaz de darle besos a mi prima para una broma, era porque quería probar y me molesto por meses con que hiciéramos un trio
- ¿En serio Juanfer?
- Si, yo que culpa, rico si se veían, no lo voy a negar
- En fin, no te hagas ilusiones conmigo --le respondí--
- Yo sé
- Pero si quieres estar con Lizz y su prima no tengo problema, si quieren la llaman
De nuevo levantamos la mano para chocarla y secarnos de risa, hasta me hice su lado para abrazarla y quedar viéndolo.
- ¿Qué dices Lizz? dicen que un clavo saca otro clavo
- Y que clavo tiene este pendejo
Volteamos a mirarnos y las dos afirmamos dibujando una leve sonrisa. Ella estaba totalmente en lo cierto, si algo me gustaba de él era la vigorosidad de su miembro.
La empujé disimuladamente de la cintura para que se bajara de la silla y le hice dar la vuelta hasta dejarla de frente a él. Tomé las manos de él, se las coloqué en la cintura de ella y me acerqué a su oído casi en secreto.
- Que lo disfrutes, querida
Se fundieron en un beso demasiado tierno para mi gusto, se podía notar que siempre había existido algo único y especial entre ellos. No les niego que al principio el corazón se me quería salir y la adrenalina iba a mil por todo mi cuerpo, pero no me disgustaba, pero cuando bajo sus manos y la agarró de las nalgas para apretarla contra él, la reacción de mi cuerpo fue muy diferente.
Ella de repente, se separó colocando sus manos en sus pectorales para poner un espacio entre los dos.
- Lo siento, no puedo
Se fue en dirección a la puerta, agarró el bolso y trató de abrir la puerta desesperadamente sin lograrlo porque tenía seguro.
- ¿Por favor me abres? --dijo angustiada--
Tomé las llaves y le quité el seguro, abriendo la puerta solo unos centímetros. Esperando que se arrepintiera.
- Lizz no te vayas así, fresca que si no quieres, no lo hacemos, pero quédate acá hasta que te calmes
- No, no --terminó de abrir la puerta-- es mejor que me vaya. De nuevo, discúlpame por lo de ayer, no era mi intención...
Se le salieron las lágrimas, camino al corredor presionó el botón del ascensor y al ver que no llegaba y como me quedé viéndola, eligió bajar corriendo por las escalas.
- Pobre mujer, esta destruida
Dije cerrando y apoyándome de espaldas contra la puerta.
- ¿Me regalas un abrazo?
Juanfer acudió a mí, me agarró con fuerza por la cintura y con los ojos cerrados se me venía a la mente las imágenes de esas mismas manos recorriendo el cuerpo de ella y hasta pude sentir la humedad en mi entrepierna.
- Prométeme que nunca me vas a montar los cachos
- Amor, acabo de besar una mujer
- Lo que digo es que nunca vas a estar con otra mujer sin que yo lo sepa
- Te lo prometo
Tocaron la puerta de forma afanada, nos separamos y nos miramos extrañados.
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Juanfe abrió la puerta y ahi estaba ella respirando agitadamente apoyando su mano contra el marco, recuperando la respiración.
Los pisos que había alcanzado a bajar, también los había subido a la misma velocidad, después de darse cuenta que necesitaba volver y sacarse de la cabeza tantas dudas.
- Esta bien, si
- ¿Está bien? --pregunté-- ¿si qué?
- Si, si quiero hacerlo, pero si voy a hacer una locura, que sea total
Se me acercó de frente dejando sus labios muy cerca de mi boca.
- Espera, espera --la detuve colocando mi mano en su pecho-- ¿qué haces?
Entró y cerró la puerta apoyándose de espaldas a ella. Se notaba que estaba nerviosa e insegura.
- 1 año después de casarme con mi esposo ya me estaba pidiendo que hiciéramos un trio, llevamos 12 años de casados, dos hijos encima y todavía sigue insistiendo. Siempre ha tenido la otra persona, la otra mujer dispuesta para hacerlo, solo estaba el momento adecuado. Pero ayer cuando los vi en ese bar como un par de tortolos, me di cuenta que siempre la había tenido como moza, que no solo me quería tener como una esposa cornuda, sino que también me quería ver la cara de estúpida.
- Lizz, de verdad lo siento, porfa siéntate y hablamos
- No, no quiero hablar, quiero que me folle, que me coma duro y salvaje, quiero sacarme toda esta rabia y parte de eso es hacer un trio, hacer con otras personas lo que él tanto quería
- Lizz otra vez estas tomando decisiones con la cabeza caliente y eso es un error, te vas a arrepentir
- Le quiero ver la cara a ese imbécil cuando le cuente que me comí a el ex que más odia y a su novia que es una mamacita
- Ay Lizz ¿ósea que vas a hacer todo esto por venganza?
- Si, quiero que él sienta lo mismo que me hizo sentir --se le salieron las lágrimas-- pero también por mí, no quiero ser nunca más solo un ama de casa llavero, la perfecta para mostrar en público... yo también quiero vivir y experimentar cosas nuevas, por eso es que volví porque me los quiero comer: a los dos
- Lizz, pues aprovecha y te lo comes a él y yo los veo
- No, si me lo como a él vos tenes que estar también, es todo o nada
HP el corazón se me quería salir del pecho, lo podía sentir bombeando con fuerza por todo mi cuerpo.
- Lo siento Lizz, no soy capaz
- Okey, lo entiendo
Se secó las lágrimas de los ojos, se dio la vuelta, colocó su mano en el picaporte y actué sin pensar. La hice girar colocando mi mano en su hombro.
- Ni por el putas pienso bajar a darte lengua --le respondí--
A ella se le iluminaron los ojos, se emocionó tanto que se lanzó a darme un abrazo.
- Yo tampoco sé si sea capaz, me voy a enfocar él, pero si pasan cosas pues que pasen
- ¿Como qué?
Se separó con su rostro frente al mío, mientras se acercaba con su boca entreabierta.
- Como esto
Me empezó a dar besitos sobre los labios. Estaba pasmada sin saber que hacer, ella cerró los ojos colocando su mano detrás de mi cuello, girando su cara unos grados para tomar mis labios y meterlos entre los suyos.
Cerré los ojos y me dejé llevar por ella. Era tan agradable, tan tierno, tan cálido... no sé, por un momento hasta se me olvido que estaba besándome con otra mujer.
Tenía un estilo único y delicioso para besar, empiezan tiernos y poco a poco terminan haciendo que un escalofrió te recorra todo el cuerpo.
Se separó de mí y me quede ahi con los ojos cerrados esperando que continuara. Hasta que los escuché muertos de risa y sentí el calor en mis mejillas por la vergüenza.
- ¡Malos! ¡No me gocen!
- Me tomo con sus manos el rostro y se me acercó para darme otro beso, suspiré y aunque nos dio risa ella no se detuvo.
- Besa rico ¿cierto? --pregunto mi novio--
- Muy --smuak smuak-- rico
Nos dejamos llevar del todo y nuestras lenguas bailaban juntas, mezclándose de un lado a otro de nuestras bocas, hasta que me hizo gemir y abrí los ojos asustada. Nos estallamos de risa ahi abrazadas y volteamos a mirarlo.
- No se imaginan, lo rico que se ve eso mamacitas
- Yo también te hice una promesa --le dijo ella--
- Si
- ¿Cuál promesa? --pregunte--
- No quiero que lo hagas por obligación --él interrumpió--
- No lo es
- ¿Cual promesa? --insistí-
- Cuando terminamos, la hice prometer que iba a experimentar también con las mujeres, yo estaba seguro que le gustaban
- Pues, tenías razón --le contestó y volteo a mirarme-- siempre la tuviste, fui una maldita cobarde. Nunca fui capaz de intentarlo, pero eso se acaba hoy
Me provocó tanta ternura al fin verla calmada y sonriente que esta vez fui yo la que tomé la iniciativa. Le abri el brazo a mi novio para que se nos uniera, se sentía muy rico pasar de una boca a otra y en ocasiones ni siquiera pensar quien era de quien.
Apoyamos las frentes y nos quedamos mirando muertos de risa.
- Uffff creo que estoy en el cielo --dijo mi novio--
- Pues angelito, ya es hora de que te quites la ropa --dijo ella con una risa picara y dudosa--
Las dos nos miramos a los ojos y nos estallamos de la risa
- No --él se rio recordando su pasado y se separó de nosotras-- ahora entiendo todo jajajaja casi caigo par de hijueputas y dos veces no se castra un marrano
Los agarré de las manos y me los llevé por el corredor hasta nuestra habitación. Nos paramos frente a la cama.
- No Juanfer, esta vez no es broma --le dije-- es de verdad. Quiero verte con otra mujer, quiero que te la comas bien rico y si para que eso pase tengo que participar, lo haré.
Le metí mano a los dos en su entrepierna, primero la besé a ella y luego con los labios húmedos lo besé a él. Cuando les abrí campo se miraron, sonrieron de forma cómplice y se besaron, mientras que su mano se encontraba con la mía en su miembro.
- Juanfer, créele esta vez sí es verdad --ella confirmó--
Se abrió los botones de la camisa y con sus manos atrás dejo caer su sostén. Quedaron al aire un par de senos grandes con una aréola amplias como las mías, tal vez uno de los gustos en mujeres de mi novio que nunca me había contado.
Nos empujó del pecho hacía la cama y caímos sentados. Ella de un brinco se montó a horcajadas entre las piernas que quedaron unidas y sus rodillas apuntando a nuestra entrepierna, nos pasó las manos detrás de la cabeza y guio nuestras bocas hasta sus senos.
Se cómo me gusta que me las chupen a mí, pero ni idea de cómo hacerlo con ella, me tocaba confiar en replicar lo que alcanzaba a ver de Juanfer.
- Ammm --se mordía los labios-- ammm ammm... mierda que rico es esto
Se mecía entre nuestras piernas y su jean nos impedía llegar a lugares más específicos. Ella iba de boca en boca, con sus manos nos unía para vernos besar.
- Mucha ropa --nos señaló con su índice--
Le ayudó a quitar la camiseta a él y luego con prisa sacó la mía. Pasando sus manos detrás de mi espalda mientras me besaba para soltar mi brasier.
Al ver mis grandes senos al descubierto, blancos con las venas marcadas y la similitud en nuestras aréolas, tuvimos una risa que confirmaba el fetiche de mi novio. Se me ocurrió una idea.
Traté de levantarme y me abrió campo, moviéndose ella para su pierna derecha y yo quedando sobre la otra. Empecé a acariciarme los senos y ella hizo lo mismo, mi novio casi que se babeaba de la emoción por chuparlos.
Ella y yo nos miramos sonriendo, colocamos nuestras manos debajo ofreciéndole a chupar. Él levantó las manos para tomarlos y miraba como un niño en una dulcería de un lado a otro sin saber por cual empezar.
Juntamos nuestras manos detrás de su cabeza y lo empujamos ahogándolo entre nuestros pechos.
- Éste es el cielo --dijo mi novio--
Justo antes de atragantarse, agarrando con sus manos, chupando y estirando nuestros pezones con mordiscos mientras nosotras nos besábamos entre risas.
En ese momento me empecé a dar cuenta de que las dos éramos muy parecidas físicamente y hasta algunos ademanes casi copiados. Coincidencia, no creo, al menos ya sabía en un futuro que tipo de mujer buscar para él.
Me acerqué a su oído para poder hablarle sin que nos escuchara.
- ¿Lizz? ¿te gusta mamar?
- Me encanta ¿todavía tiembla cuando le pasas la lengua por los lados?
- ¿Tiembla?
- Ya vas a ver
Nos separamos, lo empujamos para que se acostara en la cama, le abrimos el pantalón y cada una se encargó de jalar una de las botas.
Nos acomodamos de rodillas y su miembro solito se levantó para recibirnos.
- Hola cosita rica --dijo empuñándolo-- te extrañe mucho
Se metió su cabeza a la boca y le dio un par de deliciosas e intensas mamadas que lo hicieron gemir de inmediato.
- No puedo negar que es el mejor pipi que me he comido
- Estoy completamente de acuerdo, tamaño y grueso perfecto
Respondí mientras pasaba mi lengua desde la base hasta enrollarla en su glande.
Estuvimos jugando las dos con su miembro, ella me guiño un ojo y cuando empezó a pasarle la lengua entre la ingle y las bolas daba un pequeño saltico que le ponía a temblar las piernas y al fin entendí lo que me había querido decir antes.
- Ya sabes, le encanta
- Claro que sí, no se me va a olvidar ese truco
Le dije mientras compartíamos un beso con su miembro en medio de nuestros labios.
- Te dejo solita, para que me enseñes más trucos. Que lo disfrutes
Tomé un poco de distancia. Aprovechó para apoderarse de su miembro dándole una deliciosa mamada y golpearse la lengua mientras lo miraba a los ojos.
Yo me acomodé en el lado donde duermo cerca a la cabecera, saqué mi vibrador, jugando por encima de mi sexo mientras los veía.
Cuando ella estuvo lista, le pasé un condón y se encargó con la boca de ponérselo. De un salto fue a dar encima de él y con su mano lo acomodó y me miro a los ojos. Las dos nos reímos al vernos la cara de placer, mientras ella se metía su miembro y yo el vibrador.
La nena era toda una delicia, tomó totalmente las riendas de lo que quería, lo cabalgaba despacito y como que perdía el control de las emociones, dejaba salir un poco de esa rabia cumulada con su esposo y se lo comía cabalgando salvajemente mientras se apretaba los senos y él encantado, porque ama que uno los agarré para verlos rebotar cuando se sueltan.
Las miradas de deseo, las caricias y la forma en que se besaban eran demasiado potentes. Ella lo invitó a sentarse, le paso las piernas por detrás y se movían super delicioso en círculos mientras se besaban y le chupaba los senos.
- Ay flaco, extrañaba tanto esto
Se besaron y rieron de una forma muy íntima, tenía una conexión que me hacía dudar un poco de si nuestra relación llegaría a ese nivel. Me dieron un poco de celos de ella.
Juan volteo a verme, se me quedó mirando a los ojos y luego sonrió mirando mi sexo. Se lo metía a ella con fuerza como si me pidiera hacer lo mismo con el vibrador y lo hice.
- Te amo mamacita
Ahí entendí que el sentimiento no era mutuo, él se la estaba pasando bien pero no tanto como para olvidarse de mí.
- ¿Por qué no nos acompañas?
Se dejó caer de espaldas a la cama para que me montara encima de su boca.
- Porque quiero verlos
- ¿Estas bien?
- Si, mi vida muy bien
Me incliné para darle un beso y dejarlos disfrutar.
Él trató más de una vez darle vuelta, pero no lo permitió, ella quería llevar las riendas encima, decidir la velocidad, fuerza y profundidad. Me excitaba más verla así empoderada, sometiendo a mi novio a su voluntad.
Subiendo sus manos por encima de su cabeza, apretando sus muñecas con una sola mano y golpeando su rostro con sus senos. Se dejo caer sobre su boca, mordiendo y estirando sus labios de forma brusca.
- Tócalo, tócalo
- ¿Te quieres venir ya? --le preguntó Juanfer--
- Si, si porfa
Mi novio la apretó de la cintura y ella levantó la cara al cielo. Estaba con los ojos cerrados y la boca abierta a merced de los movimientos de mi novio.
- ¿Ya?
- Si, ya, ya
La agarró de las nalgas, apretándolas entre sus dedos.
- Tócalo, tócalo
La apretó más fuerte de la cintura para que no se pudiera mover, la empezó a penetrar con fuerza, levantando su pelvis (algo que me habría gustado ver desde otro ángulo), con la otra mano apenas y le acarició su asterisco. Ella vocifero un gemido entrecortado que la dejo sin aliento.
Bajó su mirada hacia él, le sonrió y sus ojos se fueron hacía atrás, mordiéndose los labios al llegar.
- Ay dios ay diossssa si sii siiiiiii hijuepuuuuu
Cayó rendida sobre él con una risa de placer envidiable.
- Malditos dedos magicosss... hace 15 putos años que no me venía de esa forma
Le dio un gran abrazo a mi novio, lo miro a los ojos y le dio un beso tierno y erótico.
- ¡Gracias! --le dijo-- !gracias a los dos! --volteó a mírame-- lo necesitaba
- Con gusto mamacita --le respondí quitándole delicadamente el cabello del rostro--
Ella volteo a mirar a mi novio un poco angustiada.
- No te viniste ¿Cierto? --le preguntó--
- No --le respondió mi novio riendo malévolamente--
Juanfer se levantó de la cama, de un pie la jaló y le hizo dar la vuelta dejándola al borde de la cama. Que la tratara así brusco al parecer la hacía más feliz. La acomodó en cuatro y se lo metió de una.
- Ay HP que rico, como te extrañaba
Sus senos grandes bailaban rozando las sábanas y en cada embestida ella enrollaba sus ojos hacia atrás, gimiendo cada vez más y más fuerte.
- El dedo, el dedo
Se mojo el pulgar en la boca, le separó las nalgas y le escupió en su asterisco. Lo que me calentó verle la cara de pervertido al hacer eso fue indescriptible, porque estando en cuatro cuando me lo hacía a mí nunca se la había visto.
Mientras se la comía con todas sus fuerzas presionaba su asterisco con el dedo, pero sin meterlo. Creo que ya sé desde donde venía esa maniobra que también me volvía loca a mí.
- Maldita sea ahhhhhh ahhhhh cuanto te extrañaba
Saqué el vibrador, me concentré en mi clítoris moviéndolo en círculos. Juanfer la penetraba durísimo y ella se agarró de mi pierna descargando su boca cerca de mi muslo. Abrió su boca y le di a chupar el vibrador llenó de mis jugos.
Lo regresé a su lugar y cuando ella me empezó a besar el muslo en dirección a mi sexo, lo metí para ocupar ese lugar, aun no me sentía cómoda con eso.
Ella lo notó y como alternativa decidió quitarme la mano tomando el control del vibrador. Con la mirada fija de mi novio haciendo esas particulares muecas mientras la penetraba llegué al orgasmo y por los gemidos de ella pude asumir que también.
Nosotras nos separamos claramente agitadas pero sonrientes, ella se dejó caer de espaldas, completamente exhausta en la cama. Le abrimos campo a Juanfer para que se acomodara en el medio, abrió las manos y nos acostamos sobre sus pectorales mientras nos abrazaba.
---
No me esperaba una conversación intima en ese momento, pero la verdad me gustó ese tipo de cercanía y confianza con ella.
- No se vino ¿cierto?
- No
- No va a dejar ese vicio tan feo --volteó a mirarlo--
- Ah ya, ¿ósea que siempre ha sido así?
- Si, hasta que no lo ve a uno llevado del putas y se asegure de sacarte todos los polvos atrancados, no le da la gana de hacerlo
- ¿Cuál es el afán? La idea no es divertirse --respondió él--
- Si, pero fresca --me reí levantando una ceja-- que yo tengo unos truquitos, vos ya me enseñaste uno, yo ahora te enseño otro
- No amor, eso es algo entre nosotras y nada más --dijo él--
- Yo confío en ella --le respondí-- seguro que sabe guardar secreto
- ¿Qué cosa? cuenta, cuenta
- ¡No! --grito enojado--
Bajé la mirada, le guiñe un ojo sin que él viera y ella sonrió haciendo lo mismo de vuelta. Mas tarde se lo iba a contar.
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Nos quedamos así un rato sin hablar, las dos acariciábamos sus pectorales, jugando con nuestros dedos en sus tetillas.
- ¿Cómo te sentiste? --me pregunto ella--
- Bien, un poco raro al principio, pero bien, disfruté verlos juntos
- ¿No te dieron celos?
- Un poco, si, un poco no digo que no, pero es porque se nota que ustedes dos tienen una conexión especial
- ¿Qué tipo de conexión?
- No sé, esperaba que fueran más sexuales, pero ustedes lo hacen muy diferente
- Na fresca, eso son secuelas y mañas de cuando éramos novios. Los dos nos queremos mucho ¿cierto? --respondió mirando a mi novio-- pero por eso mismo es que sabemos que no servimos para tener una relación sin hacernos daño
- No lo pudo describir mejor --complementó mi novio-- eso que viste fue solo algo sexual
- Ok, creo que no hablamos de esto anoche --dije mirando a mi novio--
- Si amor y quien sabe que más cosas pasamos por alto, lo importante es que siempre hablemos para mejorar
A Lizz se le salieron las lágrimas, yo se las quité con los pulgares y me acerqué para darle un beso.
- Ya princesa, no pasa nada
- Ay parce, me da tan duro ver esa confianza que ustedes se tienen y saber que...
Se soltó a llorar y entre los dos la abrazamos. Ella se secó las lágrimas, nos dio de a pico y sonrió.
- Olvidemos esas cosas malucas, sigamos acá en el presente, que lo que necesito es buena experiencia y buen ejemplo para seguir con mi vida
- ¿Segura? ¿Estás bien?
- Si si, no voy a permitir que él siga manejando mi vida ¿en que íbamos?
- En que te iba a contar un truco
- ¡Que NO! --refutó mi novio--
Las dos nos soltamos a reír con complacencia.
- Esta bien --le guiñe un ojo-- no le voy a contar
Las dos nos reímos en silencio.
- ¿Lizz y que te hizo regresar? --preguntó mi novio queriendo cambiar de tema--
- Cuando llegué al primer piso, me di cuenta de que me iba arrepentir toda la vida si no aprovecha a esta oportunidad, como las otras que siempre me torturan. Me di cuenta que no quiero vivir más así, a toda hora arrepentida de lo que podría haber sido y no fue, como estar con una mujer --mirándome con deseo-- y esta mamacita me hizo dar de todo desde que la vi
- Verdad Diana --interrumpió mi novio-- ¿Qué tal tu primera experiencia con otra mujer?
- No es tan malo como me lo imaginaba, pero tampoco como para estar solas ¿y vos? --le pregunté--
- A mi si me gustó --respondió feliz-- y mucho, sentí de todo
Yo bajé la mirada para no corresponderle sus intenciones, prefería no abrir demasiadas posibilidades a las cuales no me sentía dispuesta.
Estuvimos unos minutos en silencio, recibiendo caricias de Juanfer en nuestras espaldas y brazos. Se le volvieron a salir las lágrimas.
- Ojalá hubiera podido tener algo como esto con mi esposo
- Todavía pueden Lizz
- No mujer, el rompió toda posibilidad de confianza y para hacer esto debe abundar
- Eso es verdad. Igual cuando quieras repetir --bajé su mano a su miembro-- sabes que eres bienvenida
Ella le arrancó el condón que ya no se ajustaba correctamente al relajarse su miembro, se mojó la palma de la mano y lo masturbó hasta tener su erección completa de nuevo.
- ¿Tienen lubricantes? me gustaría darle un masaje especial... con tu ayuda
- Claro que si
Fui a sacar la botella de mi nochero y cuando me di la vuelta ella estaba sentada con las piernas cruzadas un poco encorvada masajeando su miembro con ambas manos.
Me acomodé frente a ella en la misma posición le llené las manos de lubricante y cubrió toda la longitud de su miembro. Colocaba una mano en su glande, la bajaba lentamente hasta su base y luego hacia lo mismo con la otra.
Mi novio cerraba los ojos y se tapaba la boca con la mano para que no lo pudiéramos escuchar.
- Necesito tus manos Diana --se rio--
Nos tomó un par de intentos poder sincronizarnos completamente, para que a cuatro manos intercaladas y con mayor frecuencia lo hiéranos sentir entre las dos como si estuviera teniendo una penetración infinita.
Nunca lo había visto tan excitado solo con una paja, me encantaba poder conspirar entre las dos uniendo nuestros conocimientos sobre él para volverlo loco.
Deslicé mi mano acariciando sus bolas y se le escapaban los gemidos, cuando ella siguió mi mano como espejo. Le guiñe el ojo, le sonreí y empujé su mano para que fuera más atrás y su dedo acarició su trasero. Abrió la boca en señal de sorpresa y se rio sin producir sonido al descubrir por si sola el truco.
- Diana, así no
- No soy yo amor y nadie te dio permiso de hablar shhhh
Bajé mi mano también y entre las dos jugamos entrelazando nuestros dedos en su asterisco sin parar de masturbarlo con las otras dos.
- Méteselo --le dije gesticulando--
- ¿Segura? --ella respondió de la misma forma--
- Si --me incliné hacia adelante a su oído-- ese es el secretico del que te hablé para hacerlo venir
La cara de maldad y placer de esa mujer fue demasiado excitante, ni siquiera fui capaz de evitar darle un beso.
Su dedo índice se empezó a abrir paso por detrás mientras que el gemía más fuerte y ronco. Ella me miraba con los ojos completamente abiertos por la sorpresa y una risa enorme.
Luego sacó su dedo y yo ocupé su lugar, estuvimos turnándonos unas cuantas veces, hasta que ella tomó la iniciativa de meter su dedo cuando el mío aún estaba adentro.
- Uy no, así no necias
Nos empujó las manos para que las sacáramos y trato de tomar el control, pero las dos casi sincronizadas lo empujamos del pecho para que se volviera a acostar. Nos inclinamos hacia adelante y besamos su miembro de forma erotica pasando la lengua por su glande, chupando suavemente mezclando las lenguas.
- Tengo una idea --me acerqué a su oído para que él no escuchara-- ¿Cómo se llamaba tu prima?
- Claudia ¿por qué?
- Solo sígueme el juego
- Listo
Asintió con su cabeza. Nos acomodamos lado a lado y nos llenamos los senos de lubricante, el extrañado de no sentir nuestras manos abrió los ojos.
Ahí estábamos besándonos y acariciando entre las dos nuestros senos la una a la otra, asegurando que estuvieran mojados. Lo mirábamos, juntábamos nuestras bocas sin tocarse y sacábamos la lengua para juguetear.
- Hola prima --dije con doble intención, levantando una ceja--
Le dije entre risas, comenzando el juego de roles y el sueño con el que seguro mi novio se hizo más de una paja.
- Hola Claudia
Juanfe se rio al darse cuenta de lo que estábamos haciendo y por la forma en que nos miraba le encantaba.
- ¿Claudia? --se rio--
- Si, la prima Claudia --le respondí--
- Ok prima Claudia ¿sabes que estas jugando con fuego?
- Lo sé, es la idea
- Flaco --le dijo ella-- la compartimos, pero no se lo puedes meter ¿Ok?
- Claro que si, como quieran
Las dos nos inclinamos hacia adelante, le dimos una buena chupada dejándolo ver nuestros senos apuntando hacia la cama.
Lo miramos a los ojos, nos tomamos los senos por debajo y nos hicimos de frente con su miembro en medio, haciéndole una deliciosa paja entre los senos de las dos, mientras le dábamos un buen espectáculo de besos.
No les niego que besarla si lo disfrutaba demasiado y encarnar ese papel de ser su prima me excitaba mucho más. Ella se metió entre mis senos para chupárselo y mi novio moría de placer.
- No puedo creer esto
Era momento de ejecutar la siguiente parte del nuestro plan. Me monté a horcajadas sobre su cuerpo e instalé mi sexo encima de su boca apoyando mis manos en la cabecera.
- ¿Quién soy? --le pregunté--
- La prima Claudia
- Exacto y la prima Claudia quiere que se la chupes hasta que la hagas venir
Descargué mi pelvis y sentí su lengua abrirse paso entre mi sexo. Cerraba los ojos y trataba de gemir diferente, pero estaba tan excitada que no pude mantener esa farsa mucho tiempo, sobre todo cuando sentí que ella ya estaba en posición, dándome la espalda, juntando sus nalgas contra las mías, h en un delicioso 69 con mi novio.
Me levanté un poco para que se sexo, pudiera reemplazar el mío en su boca mientras yo me masturbaba mirándolo a los ojos entre mis senos y mis piernas. Escuchaba como se la chupaba y sus gemidos ahogados por el miembro en su boca.
Ni tengo como describir lo que sentía cuando él pasaba su lengua desde su sexo hasta el mío. Desesperado iba por la una y por la otra sin descuidarnos demasiado.
- A las primas les gusta que les chupen el culito ¿cierta prima?
- Si --contesté separándome las nalgas--
Paso de mi sexo a mi trasero y me pareció excitante, saber que él debía estar pensando en su deseo reprimo de haberle hecho lo mismo con su prima.
Se dedicó a lamernos el trasero, ella estaba tan excitada que no fue capaz de seguírselo mamando. Nuestros agujeritos estaban tan cerca que él con la punta de la lengua alcanzaba a estimularlos al tiempo.
La empujé de las nalgas y ella atenta a nuestro plan se dejó desplazar. Quedé con mi cara frente a la de Juanfe con su miembro entre mis nalgas y ella empujando sus glúteos contra los míos lanzando chorros de lubricante entre ambos.
Nos mirábamos a los ojos, nos llenábamos de besos y caricias de forma muy erótica. Ella era la copiloto perfecta, se movía a la misma velocidad y entre nuestras nalgas le hacíamos una muy excitante paja cubana.
Ella mamaba sus pulgares pasando de uno a otro como si tuviera dos miembros para ella y esperábamos que todo esto lo hiciera hacer venirse, pero por más excitado que estaba no lo íbamos a lograr.
- Lizz --dijo mirándome-- me quiero comer a tu prima
Entrecerré los ojos mientras lo besaba porque me hizo reír al respetar mi papel. Ella brincó encima de los dos acostándose sobre mí y apareció al lado de mi rostro. Empujaba sus nalgas como si me lo estuviera metiendo por detrás y me mordía el lóbulo gimiendo al oído.
- ¿Qué dices prima? ¿Te quieres comer a MI novio?
- Si no te molesta... si
Ella bajó por mi cuello y mi espalda llenándome de besos, pasando entre mis nalgas apoderándose de su miembro con la boca, lo llenó se saliva y luego lo acomodó usando su mano para guiarlo a mi sexo.
- Esta bien, pero solo la puntica
Me lo metió sin quitar la mano impidiendo que me lo pudiera meter hasta el fondo, masturbándolo al mismo tiempo.
- Prima no seas malita
- Me quedas debiendo una
- Esta bien
- Lo prometes
- Si
Sacó su mano y me lo metí bien despacito y sentir cada milímetro de su miembro abrirse paso dentro de mí.
- Ay prima
La nena se quedó en la misma posición viendo cómo me lo metía y me lo sacaba. Acariciando mi espalda, empujándome hacia abajo de las caderas.
- Ay prima que rico
- ¿Rico MI novio?
- Si, tu novio y todo lo que me tiene adentro
Me tocó taparme la boca al sentir como me separaba las nalgas y me acariciaba con su dedo en el asterisco tal y como lo hacía Juanfe. Me hizo arquear tanto la espalda que terminé sentada sobre él.
Ella me abrazo por detrás sin quitar sus dedos de ahi, junto su cuerpo pegado sus senos a mi espalda y sincronizó los movimientos de su pelvis con la mía.
- Te envidio Diana --me dijo al oído--
Bajando su mano entre mis senos hasta mi veinte. Me besaba el cuello, me apretaba los senos y se reía sin quitarle la mirada a Juanfe.
Yo estaba tan ida que ni fui capaz de responderle. Cerré los ojos y me dejé llevar por la pasión, su miembro al entrar y salir acariciaba justo mi punto g y con una mano de Lizz adelante y otra atrás me sentía volando.
Me empecé a mover más y más rápido, ella se ajustaba a mi ritmo. Juanfe me tomó de las caderas para poderme penetrar más fuerte y lo sentí tan adentro que le tuve que poner una mano encima a Lizz para que no me tocara más por delante, me excitaba mucho pero no me dejaba venir.
- ¿Diana? --se me acercó al oído besando mi lóbulo--
- Dime
- ¿Puedo? --haciendo presión con su dedo en mi trasero--
- ¡Si!
Le subí la mano a mi pecho, volteé a besarla sobre mí hombro, empujé mis nalgas hacia atrás para que su dedo se metiera en mi culito.
- Ay diooossss que rico
Se acercó más a mi oído.
- Nunca lo he hecho --mirándolo a él-- ¿dejarías que me culee?
Esa imagen me estalló en la mente, le clave las uñas a Juanfe apoyada en su pecho y sentí ese delicioso calor concentrado en mi vientre.
- Hijueeepppuuuuuu..... ahhhh ahhhh ahhh
Mientras me venía, no era capaz de dejar de sonreír y despegarme de su boca, me le comía los labios con fuerza, hasta que perdí todas las fuerzas y caí tirada a un lado de él.
Al abrir los ojos lo único que pude ver fue a ella mamando con intensidad, masturbándolo muy muy rápido esperando le llenara la boca y Juanfe estaba con los ojos cerrados y en camino.
- No, todavía no
Le dije cogiendo su rostro con mi mano, atrayendo su mirada hacia mí. Trató de contenerse, pero ya estaba demasiado cerca.
- ¡Que no! --le grité apretando su mandíbula--
Ella se levantó intrigada y al detenerse a él se le esfumaron las ganas de venirse.
- ¿Por qué Diana? --preguntó con rabia--
- Porque quiero que te le vengas adentro
- No, pues como --respondió con cara de asustado-- es no se pude
Apenas nos vio la cara risueña a las dos y caer en cuenta de lo que realmente le estábamos diciendo se le dibujo una sonrisa endiablada.
- Ya venimos ¿me acompañas al baño?
Le dije con entonación sugerente para que entendiera que necesitaba hablar con ella. Juanfe se fue a la cocina para traer algo de tomar para los tres y recobrar algo de líquidos.
---
Orinamos sin pudor alguno en turnos, como si fueranas amigas de toda la vida acostumbradas a nuestra desnudez.
Nos recogimos el cabello y abrimos la llave de la ducha para que no nos escuchara y para darnos un baño rápido.
- ¿Nunca, nunca, nunca has intentado siquiera?
- Intentado sí, pero no he sido capaz, mi esposo es muy brusco y no me tenía paciencia entonces le decía que no y se enojaba. Seguro que se iba pa donde la otra que esa le debe decir que si a todo.
- Ah no mujer, es que pa eso se necesita es paciencia --no le contesté nada del esposo para que no se fuera la conversación por otro lado--
- ¿Vos ya lo has hecho? ¿Qué tal?
- Muy bien, la primera vez lo hice con Juanfe
- ¿Te dolió mucho?
- Si, un poco, pero después es una delicia
- Cuando éramos novios no fui capaz, porque como lo tiene tan grande me daba miedo, pero es que cada que le toca a uno el culito con ese dedo le dan a uno ganas de probar
- jajajajajajaja si, si, así fue que una noche termine poniéndomele en el cuatro y le dije que me lo metiera
- ¿En serio?
- Si, pero ese fue un error de novata. Ya sabes cómo se enloquece él cuando lo pone a uno en cuatro, se emociona y lo desbarata a uno
- Ay dios, ni me digas que me dan ganas se repetir, que rico
- Pues si quieres dale, pero te recomiendo que te hagas vos encima, así decidís cuanto y como meterlo
- No sé qué hacer. Ya me dio miedo otra vez
- No mamacita, tampoco, créeme que vale la pena. Una vez lo probas vas a querer que te den por el culo siempre jajajajajaja. Además yo voy a estar ahi para guiarte
- Esta bien, ojo pues
Se llenó la mano de jabón y se lavó muy bien estregándose el trasero procurando dejarlo impecable.
Salimos de la ducha y nos secamos el cuerpo compartiendo la unica toalla que había dentro.
- ¿Lista?
- Si, lista
Se detuvo antes de abrir la puerta y me miro con duda en su mirada.
- Oye ¿qué fue eso de que quieres que se me venga adentro?
- ¿Me supongo que ustedes lo hicieron sin condón cuando eran novios?
- Si, yo planificaba entonces preferíamos no usarlo
- Entonces seguro debes recordar que él aguanta un montón y que solo se viene una vez...
- ...pero cuando lo hace, se viene un montón, si claro que si ¿Por qué crees que se lo estaba chupando?
- jajajajaja ¿quedaste con hambre después del desayuno?
- No, pero ¿quién no va querer un buen postre de leche?
- Siiiii es verdad, pero sabes qué, cuando sientas que te llene el culo calientico con su semen me lo vas a agradecer
- Cada vez me haces antojar mas
La tomé de las manos y me quedé mirándola a los ojos.
- Ay Lizz, ya te veré por acá volviendo a pedir exclusivamente que te preste a Juanfe para que te rompa el culo
- Ya veremos. Lo que, si estoy segura, es que voy a querer repetir con ustedes dos
Se me acercó para darme un beso. Se sintió un poco inusual, más íntimo sin la mirada de mi novio. Estábamos a punto de tocar nuestros labios cuando nos interrumpió tocando la puerta.
- Señoritas ¿será que puedo usar el baño?
No se detuvo, me dio un corto beso en los labios mirándome a los ojos y sonriendo.
- Una última cosa
- Claro, dime
- No le digas que soy virgen ¿sí?
- Se va dar cuenta igual
- Solo no se lo digas, no quiero que se ponga nervioso por eso
- Esta bien, como digas
Le abrimos la puerta y lo dejamos pasar. Trato de besarnos y entre las dos lo empujamos hacia adentro y le cerramos la puerta.
Ella me ayudó a volver a estirar las sábanas, recoger la ropa del suelo y doblarla. Otra maniática del orden como yo.
---
Servimos un poco de jugo de naranja que había exprimido Juanfe y lo esperamos sentadas en la cama recostadas con las almohadas en la cabecera. Juanfe salió del baño después de darse una ducha con la salida de baño.
- No señor, nosotras no tenemos ropa eso es trampa --dijo ella--
- No hay problema --se la soltó para desvestirse--
- Momento
Dejé mi vaso sobre la mesa de noche muerta de risa y alcancé el teléfono. Juanfe al ver que me tomaba demasiado tiempo se abrió la salida para quitársela y lo regañe.
- No, momento, espera, espera ya casi, y,a casi, ya
Empezó a sonar: "You can leave your hat on" de "Joe Cocker"... tarara rara tarara raraa tan tan
- Nooooo jajajaja --se rio mi novio--
Nosotras dos nos miramos, chocamos la mano en el aire muertas de risa.
- ¡Que baile! ¡Que baile! --aplaudíamos siguiendo el ritmo--
- No, están locas si creen que voy a hacer eso
- ¿Por qué no? No sea malo --le hice un puchero--
- Porque me da pena
- Tan bobo que es, hágale pues papacito a bailar
Nos volvimos a reír. Él se apoyó con una rodilla en la cama queriendo montarse y las dos nos levantamos para empujarlo de vuelta.
- Si no hay baile con empelotad sexy, no hay cama --le dije--
- Y si no hay cama --se volteó en cuatro mostrándole la nalga-- no hay...
Se dio la vuelta rápido, muerta de la risa a mi lado, tomándome el brazo como si necesitara protección.
- Entonces, ¿si entendí lo que entendí?
- ¿Qué entendiste? --preguntó ella con picardía--
- ¿Me estaban ofreciendo ese culito rico que acabo de ver?
- ¿No te gusta la idea?
- ¿Cómo no voy a querer comerme ese culito tan rico?
- No sé, si te gustara tanto, tal vez lo habrías intentado cuando éramos novios --le dijo tratando de hacerse la tonta--
- Ay Lizz, no te imaginas las ganas que le llevaba
- ¿Y todavía se te antoja? --le pregunté--
- Amor, no se puede negar lo evidente
- Yo quiero ver --le respondí--
Trato de montarse de nuevo a la cama y entre las dos lo empujamos fuera.
- Ya sabes que debes hacer --reinicié la música--
- En serio, me da mucha vergüenza chicas
- ¿Sabes qué? subo la apuesta --me di vuelta, meneando el trasero-- dos culitos por el precio de un baile
Alcanzó a pegarme una palmada antes de que me volviera a dar la vuelta. Me quedó ardiendo, pero ni le reproché con tal de que lo hiciera.
- ¿Vas a bailar?
Se rio como un niño tímido, cuando por primera vez le gusta una mujer. Dio un par de movimientos y se partió de la risa.
- Nooooooo, no soy capaz
- Vas muy bien --dijo ella mordiéndose el labio--
- Muuuuuy bien --lo miré con lujuria--
Abri mis piernas y coloqué su mano en mi sexo. Ella hizo lo mismo con al mía y eso lo convenció.
Bailaba delicioso, siguiendo la tonada, abriendo la salida de baño sin dejar ver demasiado. Solo nos antojaba y nosotras celebrando sus payasadas.
- Le podes pedir que me dé una nalgada de esas cuando me esté comiendo --me dijo en secreto--
- Pedicela vos --le va a gustar más--
Le guiñe un ojo, compartimos nuestros fluidos desde los dedos de la otra y los volvimos a llenar de saliva. Solo hasta que los sacó de mi boca es que fui consciente de que había probado a otra mujer y su sabor no me había disgustado para nada.
A él pareció excitarle bastante lo que acabamos de hacer, su miembro erecto se asomaba por entre la tela y tonteaba haciéndolo menear entre la tela.
- Yaaa libéralo --grito Lizz saboreándose--
Él se dio vuelta, mostrando su espalda ancha dejo caer la salida de baño por sus piernas y luego la colocó debajo de sus nalgas apretándolas y las dos gritamos como locas.
Nos volteamos a mirar, afirmando con la cabeza claramente emocionadas. Nos dimos cuenta que a las dos nos encantaban el cuerpo de ese hombre, nos excitaba su figura, sobre todo esas nalguitas duras y deliciosas de agarrar cuando te está penetrando de frente.
Tiró la salida de baño, hasta el perchero y que no lo hiciera en el piso con un par de maniáticas por el orden creo que nos terminó de hacer mojar más. Solo las que tengan un TOC con la limpieza y el orden lo van a entender.
Se empezó a masturbar así de espaldas, apoyado con una mano en la pared haciendo movimientos como si la estuviera penetrando.
No nos aguantamos más, las dos nos levantamos, lo agarramos de las manos y lo montamos en la cama en medio de nosotros. Quedando con las rodillas al borde y los pies en el suelo.
Ella fue por su miembro y yo por su boca.
- Papacito tan rico
- No más rico que tu
Me lo comí a besos y al rato llegó ella también a besarlo.
- No te conocía esos dones artísticos --le dijo--
- Yo tampoco --se rio a carcajadas--
Paso sus manos por nuestras cinturas y nos agarró de las caderas, dando unas suaves palmaditas.
- Bien pueda papacito, se los gano bien ganaditos --le dije dándole un beso-- pero... ella va primero
Me estiré a la mesa de noche, recuperé la botellita de lubricante y se la coloqué a mi novio en la mano.
- Trátala bien ¿sí?
- Si, claro
- Te conozco Juanfe, en serio suave
El afirmo con su cabeza, mientras que ella me miraba inquisitivamente, casi revelando su secreto.
---
Me hice a un lado y los deje divertirse, llenarse de besos y caricias, calentar la temperatura.
Ella decidió seguir mi consejo, se quedó arriba dominando la situación y como le encanta mamar, aprovecho para darse la vuelta y que quedaran haciendo un 69.
Me encantaba verle la cara de hambre a esa mujer, se notaba que llevaba años en una cama fría, mal cogida por su esposo que tal vez solo se la comía por obligación o para que no sospechara de su amante.
Se tragaba el miembro de mi novio enterito en la boca aguantaba el aire y lo sacaba lleno de saliva tomando aire. Para ella era como un juego y siempre estaba sonriente.
Mi novio estaba también muy calladito pero concentrado, pasando su lengua desde su sexo hasta su trasero, concentrándose en ese delicioso agujero apretadito y virgen. Cada que le pasaba la lengua a ella se le escapaba un delicioso gemido agudo.
La verdad es que estaba disfrutando demasiado ver cómo le chupaba el culo, el mío ya estaba palpitando de la envidia.
Mi novio me vio muy atenta, se metió debajo de ella concentrándose en su sexo y agarró sus nalgas para separarlas. Una clara invitación.
No sabía que hacer, pero hasta se me chorreaban las babas de las ganas. Recordaba esas noches en que Juanfe me había dejado jugar con mi lengua en el suyo.
Insegura decidí solo mojarme los dedos y acariciarla, ella volteo a mirar y me sonrió, podia ver su culito palpitar de excitación como si se quisiera tragar mi dedo y no lo pude soportar, me metí entre sus nalgas a compartirla con mi novio. Mi lengua recorrió cada pliegue, cada arruguita y le arranqué unos cuantos gemidos penetrándola con la puntica de la lengua.
Busqué lubricante en la cama, le di vuelta y apreté el frasco rebosando su agujero. La empujé de la cabeza para que se atragantara con su miembro, metiéndoselo hasta la garganta y aproveche al mismo tiempo para meterle el dedo índice.
Ella apretó las nalgas cuando lo sintió adentro y tardo un momento en volverse a relajar y empezar a menear su cuerpo de adelante hacia atrás para meter y sacarlo.
Por lo mojada que tenía la cara mi novio podía apostar que ella se había vuelto a venir. Le metí otro dedito a hacerle compañía y levantó su cara volteando a mirar y quejarse por mi brusquedad.
- Suave --vocalizo únicamente para que mi novio no se diera cuenta--
Le empuje la cabeza de nuevo y mande de vuelta a mamar, a ocuparse de lo suyo para dejarme hacer bien mi trabajo.
Estuve ampliando en círculos su trasero dejando su esfínter dilatado y preparado para recibir su miembro, sino no iba a ser capaz. Trabaje arduamente en círculos, girando los dedos sobre su propio eje, metiéndolos y sacándolos hasta que deje de percibir que entraban con más libertad.
Me bajé de la cama me senté en el piso frente a ella. Le levanté la cabeza jalándole el cabello y me miró chorreando saliva de su boca con los ojos perdidos.
- ¡Lista mamacita¡ es todo tuyo
Ella se levantó quedando apoyada en sus rodillas, agarrando su miembro, frotando su sexo un par de veces con su glande mirándome a los ojos, casi rogando por permiso.
- Esta bien una metidita y ya
Se dejo caer sobre su miembro, cerrando los ojos y sonriendo al sentirlo dentro sin condón como cuando eran novios. Se movía en círculos, agarrándose los senos, acariciando el clítoris, pasándose las manos hacia atrás abriéndose las nalgas para que él le acariciara el asterisco.
- Ay HP me encanta que hagas eso mientras te como ¡Me encanta!
Empezó a cabalgarlo y de la nada abrió los ojos y se me quedó mirando sorprendida, cuando mi novio le metió el pulgar por detrás. No sintió ningún dolor y eso la sorprendió en buena manera, lo cual la excito mucho más y estuvo a punto de hacerla venir.
- Ay HP me encanta la verga de este hombre
- Espera que la tengas en el culo, la vas a amar
Me miró agradecida por dejarla vivir eso y sin pasarse de confianza levantó las nalgas apoyadas en la rodilla, agarró su miembro colocándolo en su trasero e hizo una mueca entre placer y dolor cuando lo tarto de meter.
Se iba a levantar y acudí a ella para tranquilizarla, colocando min manos en sus hombros. Disimule que la estaba besando para que mi novio no se diera cuenta y poder hablarle.
- Duele, al principio, pero créeme pasa muy rápido
Ella se agarró de mis brazos y mientras la empujaba hacia abajo, me agarraba con fuerza enterrándome las uñas, apretando los ojos y quejándose un poco de dolor.
- Ay no no no, no soy ca...
- Shhh shhh ya va pasar, créeme
Le mordí el lóbulo bastante duro tratando de redireccionar el dolor a un lugar diferente. Cuando grito aproveche para usar el peso de mi cuerpo y terminar de metérselo.
- Ayyy juepuuuuuuuuuu!!!
Se quedó ahi pasmada, quieta, apretando cada musculo de su cuerpo con los ojos abiertos como si estuviera a punto de morir luego de ser apuñalada.
- No, no, no, no soy capazzz --dijo en voz alta--
Mi novio la sostuvo de la cintura para que no se moviera, era más que obvio que ya se había dado cuenta que era su primera vez.
- Lizz no tienes que hacer esto
Ayudando a que se levantara para sacárselo.
- Tu, te quedas quieto y no dices nada. Nada es nada ¿ok? --lo miré furiosa--
Ella respiraba entrecortado como si estuviera a punto de dar a luz y eso no le iba a ayudar para nada, porque eso sirve es para hacer expulsiones, no para que algo se quede adentro.
Pegué mi frente a la suya y le coloqué su mano en mi corazón para que se diera cuenta que no era la única que estaba asustada.
- Shhh shhh mirame, mírame a mí, eso, sí, bésame, relájate, vamos relájate, suelta las manos, los músculos, suéltate toda, no jagas fuerza, no aprietes nada, respira profundo, eso, si, asi, asi mamcita, asi asi
Al fin sonrió un poco.
- Eso es mamacita, entre más te estreses más te va a doler, relájate, relájate todita y lo vas a disfrutar, te lo prometo
Poco a poco, lentamente nos perdimos en los besos y ella cambió su cara hasta que al fin fue capaz de dejar de pensar en el dolor y concentrarse en nuestros besos. Ahi estaba de nuevo, esa mujer de besos deliciosos y excitantes.
- Ya está pasando ¿cierto?
- Si, tal como decías
Le di otro beso, mirando por encima a mi novio. El me giño un ojo para indicarme que no se iba a mover ni un centímetro.
- Los voy a dejar solos para que disfruten, pero tómatelo con calma, aún falta un poco para que te acostumbres del todo
- Ok, gracias "prima"
Me senté en el suelo contra la pared y las piernas abiertas. Ella se movía muy suavecito, se acariciaba los senos, se llenaba de saliva los dedos, se masturbaba y le acariciaba las bolas.
Trataba de levantarse un poco para dejarse caer y cabalgarlo, pero su cara de dolor regresaba.
- Suave, suave no te apures
Poco a poco, poco a poco fue de menos a más, disfrutando la diferencia de la experiencia. Lo diferente que se siente cuando lo sacas sintiendo algo de alivio, pero lo delicioso que es volverlo a meter y sentir que ese miembro enrome te está penetrando.
- Ay marica, ay marica que rico es esto --reía con los ojos cerrados--
Los movimientos empezaban a ser más y más fuertes. Se sintió valiente, levanto las nalgas casi a punto de sacarlo y se lo metió del todo hasta el fondo.
Se agarró de las piernas de mi movió y se quedó ahi quieta con los ojos casi a punto de llorar.
- Te dije que suave, espera que se acostumbre, es diferente que por delante, disfruta eso
Le valió madres lo que le dije, le gusta la brusquedad y después de un par más de intentos ya estaba lista para cabalgarlo.
- Ay marica, ay marica que es esto tan rico
Me asomé por un lado y le di una mirada a mi movió, dándole autorización para moverse, ya se había dilatado lo suficiente y se la podía culear como quisiera.
- Ay dios, ay dios
Movía sus caderas de adelante hacia atrás, sonreía y me miraba juntando sus cejas como con rabia cada que se lo volvía a meter, cerraba los ojitos y me volvía a mirar demasiado provocativo.
Nunca llegué a pensar que me iba a gustar y excitar tanto ver como se comían a mi novio, menos excitarme viendo lo que sentía esa mujer.
Él se levanta tomándola por la cintura, ella levanta su mano para poderse agarra de su cabello y besarlo.
Me acerque a ellos, de rodillas a compartir sus besos, escuchar sus gemidos de cerca y ver su miembro entrar y salir a toda prisa.
Lo empujé a la cama y me le monté encima de la boca, estrujando mi clítoris en círculos y en segundos me estaba viniendo. No lo podía creer.
Me estiré a mi mesita de noche y saqué el juguetico mágico. Un vibrador de masaje prostático que guardamos en silencio porque a él no le gusta que nadie se entere, ya saben por la idiotez de que crean que es del otro equipo.
- Diana, ¡no!
Ella estaba demasiado metida en los suyo como para darse. Me lo trato de arrebatar, pero moví más rápido mis manos y lo deje fuera de su alcance.
Me incliné hacia él le di un beso.
- Yo también, quiero pasar rico
- No amor, eso es solo para nosotros dos
- Ella es de confianza, pasemos rico sí, yo te quiero comer ese culito ¿sí? ¿me dejas?
- Ay Diana, estas loca
Le di un beso, corrí a hacerme delante de ellos, ella abrió los ojos, me beso y cuando se lo mostré se sonrió.
- Lo que pasa acá... --le dije--
- Se queda acá --respondió--
Encendí el vibrador y se lo coloqué directo en su clítoris y la pobre mujer casi se muere, como si la hubiera cogido la luz se dejó caer hacia atrás sobre él y empezó a temblar.
La dejaba en paz y cuando me miraba con rabia, se lo volvía a meter. Al tiempo yo estaba llenando de lubricante con mi otra mano el trasero de mi novio y él ya estaba tan excitado que hasta levantaba su pelvis para que el dedo saliera y volviera a entrar, lo que me indicaba que ya estaba listo.
Baje el pequeño vibrador a su trasero y apenas lo presionaba gemía super delicioso. Ella se levantó sentándose sobre su cuerpo para ver como se lo metía sin parar de montarlo.
Cogí una de sus manos y la invité a ayudarme a metérselo y vi como su sexo se mojó tanto que varias gotas rodaron pro sus muslos.
Juanfe se levantó, tomándola de la cintura, le agarraba los senos con fuerza y los dos me miraban como esperando algo de mí.
El olor que emanaba su sexo, era casi como aromático, no era capaz de dejar de oler. Solo por molestarlos con mi cercanía saque la lengua y me acerque a ella como si se la fuera a chupar, ella cerro los ojos gimió delicioso y luego al ver que no lo habia hecho se rio.
- Que mala
Volvi a sacar mi lengua, riéndome con maldad y esta vez mi novio me empujó detrás de la cabeza. Probarla de verdad fue como una droga, abri sus labios con mi lengua degustando sus deliciosos fluidos hasta llegar a su clitoris endurecido, rodearlo con mis labios y acariciarlo con la punta de la lengua.
Por lo general solo le meto el vibrador encendido a Juanfe, pero esta vez estaba tan loca y el tan ocupado para impedirlo que aproveche para sacar y metérselo, sacar y metérselo, empujárselo hasta el fondo, la vibración pasaba a través de su miembro hasta ella.
Senti una segunda mano débil tratando de separarme, empujándome de la frente.
- Diana, Diana, ohhhh oohhhhh Diaaanaahhhhhh
Ella me explotó con un orgasmo en toda la cara y en vez de molestarme me encantó. No me detuve hasta saciar mi gusto. Se dejó de mover, no sé si exhausta o porque ya no se podía venir más.
Mi novio quedó ahi sentado con una super erección que hacía palpitar su miembro. Se levantó, me tiró a la cama, empujándome en cuatro, le dio vuelta al tarro de lubricante en mi trasero y me lo metió de un solo empujón.
Ni siquiera me dio espera de acostumbrarme, me tomo de la cintura y me culeo de la forma más salvaje que nunca había hecho. Me jalaba del cabello y me daba nalgadas. Me tocaba cerrar los ojos y morder las sábanas para no quejarme por el dolor. Me lo había buscado... y me encantaba.
Abrí los ojos y ahi estaba ella, muerta de risa.
- ¿Te parece gracioso?
Me confirmo con la cabeza, mientras metía su mano en mi sexo, darme unas cuantas palmadas en me hinchado clítoris y metiendo un par de dedos en mí interior.
Juanfe hace un sonido muy particular cuando se va a venir. Con todas mis fuerzas lo empuje para que me lo sacara y casi no lo logro, se quedó ahi mirándome con rabia por detenerlo justo en ese momento.
La tomé de la cintura, le di la vuelta y le levanté las nalgas abriéndole su agujero.
- Quiero que te vengas dentro de ella, que se lo llenes tanto que hasta se derrame
Acomodó su miembro, la tomó de la cintura e igual que a mí se la empezó a culear con toda, esta vez sin tener ni una pizca de cuidado o compasión.
Ella levanto la cara y se quejó, me miro angustiada, con sus senos rebotando de aquí para allá de lo duro que se lo metía.
- Dile, dile por favor --se mordía la boca-- ahhh ahhh ahhh
Levanté una ceja con maldad y agité mi cabeza hacia los lados.
- Me ahhh ahh ahh debes ahha ahhh ahh una
Me levanté, le recogí el cabello y lo sostuve para mi novio hasta que se lo enrollo en la mano. Él me miró curvando sus labios.
- Que si por favor te la comes más duro, le jalas el pelo y le das unas buenas nalgadas que le queden bien marcadas
- Como mandes, mi amor
Voltee a mirarla, él le jalo el cabello y su cara quedo a la altura de la mía, plasf, le pego la primera nalgada, ella arqueó la espalda y cerró los ojos sonriendo de placer.
Me acerqué a darle un beso, me tomó de las manos y las colocó en su cuello.
- Ahórcame, ahórcame, por favor
Miré a mi novio un poco sorprendida, pero atendí su pedido. Mientras mi novio la azotaba y se lo empujaba tan duro que la cabecera de la cama golpeaba contra la pared, yo apretaba con todas mis fuerzas su frágil cuello dejando las marcas de mis dedos.
Juanfe, me miraba con deseo fijo a los ojos, tal vez tenía físicamente su cuerpo, pero era yo la que estaba presente en su mente.
Junto sus cejas, cerro los ojos y se vino tan fuerte que el vibrador anal salió disparado de su trasero. La cara de Lizz se llenó de placer al igual que su culo con su semen. Le penetró unas cuantas veces más hasta terminarlo de escurrir y se lo dejo adentro unos segundos más para que sintiera todo su calor.
Ella abrió los ojos, me miro fijo. Apenas y los podia tener abiertos, su pupila dilatada apoyando sus manos como pudo.
- ¡Gracias! ¡Gracias por esto!
Dejo caer su cara en el colchón, su torso con la nalga en alto sostenida por mi novio. Me acerqué para darle un beso y me dirigió la mirada para que viera algo.
Sacó su miembro, su trasero se quedó abierto por unos segundos y casi como magia se fue cerrando lentamente. Se había venid tanto que su semen como lava empezó a fluir fuera rodando por sus piernas.
- Me encanta ver esto cuando te culeo
- Con razón te quedas mirándome el culo
- Me gusta verte toda y por todas partes, porque me encantas
Colocó su salida de baño sobre la cama y ayudó a acostarla de lado y terminara de escurrir todo su semen.
- Ya volvemos --le dije--
Ella ni abrió los ojos, estaba casi dormida y no se le borraba la sonrisa que tenía en la cara.
- No te preocupes, que así quisiera no me voy a mover de acá
Nos metimos a bañar y como es costumbre en nosotros después de hacer el amor, nos mimamos el uno al otro, enjabonándonos y haciendo masajes capilares en el cabello.
Al rato salimos y la pobre seguía en la misma posición dormida tan profunda que ni todo lo que hablábamos mientras nos vestíamos la hizo despertar.
Nos fuimos a ver la TV en la sala y allá terminamos de caer nosotros también.
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Nos despertó un rico aroma que venía de la cocina, ella estaba arreglada y maquillada preparando la cena.
- Al fin despiertan tortolos
- ¿Lizz que estás haciendo?
- La cena
- No qué vergüenza
- Fresca, los vi dormidos y como no me quería ir sin despedir aproveché para prepararle algo
- Ay no, hasta lavaste la cocina, eso era tarea de Juanfe
- jajajaja me salve
- Oigan a me salve, ahora le toca limpiar esta --le dijo Lizz con tono de regaño--
- Vea pues lo que me faltaba, se me juntaron las dos más bravas
Las dos volteamos casi calcadas con las manos en la cintura y el ceño fruncido. Él se dejó caer en el mueble de la risa y termino por contagiarnos.
Servimos la mesa, destapamos un vino y nos quedamos celebrando y agradeciendo a la vida por todo lo que habíamos vivido.
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Lizz en efecto le mostró a su esposo las fotos que le tomó con la moza en el bar y le restregó en la cara lo que había hecho con nosotros, las marcas en su cuello y nalgas, junto con la solicitud de divorcio.
Al man, se puso furioso y hasta llamo a amenazar a mi novio. Se calmo porque Lizz le dijo que si lo volvía a llamar o tocar publicaba las fotos ella misma.
Para él era algo inaceptable, como trabaja en la política, le negó el divorcio para poder mantener su figura pública y su imagen de tener una familia católica y perfecta.
Lo tenía en sus manos y le toco aceptar cederle la mitad de sus bienes y una pensión vitalicia para sostenerla a ella y los hijos. Ella lo único que tenía que hacer era aparecer de vez en cuando en eventos importantes, es decir, la misma pantomima que habían actuado por años.
Lo buenos es que él ya no tendría que disimular más para quedarse con su moza y ella se iba a quitaba un peso de encima al no tener que vivir nunca más bajo el mismo techo con ese hombre.
Se prometió nunca más permitir que sus sueños y deseos quedarán en un segundo plano.
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Juanfe cumplió más rápido de lo que pensé su promesa de permitirme vivir lo mismo con un hombre.
Su mejor amigo fue el elegido, el único hombre al que fue capaz de confiarle su mujer. Pasamos rico, sí, me dejaron experimentar todo lo que quise con ellos dos... incluyendo la experiencia de una doble penetración, pasé delicioso y esa semana creo que hasta caminaba raro, pero no fue lo mismo.
No se entablo esa conexión, como la que tuvimos com ella y nosotros tampoco nos terminamos de sentir cómodos. Decidimos dejar a un lado la idea de una relación abierta y enfocarnos en nosotros, sin negar a hablar del tema después.
Lo que paso con Lizzete es especial, sigo considerándome hetero, no es que me atraigan las mujeres, pero con ella es diferente, no voy a negar que me encanta meterla a nuestra cama.
Nos volvimos muy buenas amigas y cuando no estoy con Juanfe, salgo con ella a tomar algo por ahi. Lo del sexo no es algo frecuente, solo ocurre de vez en cuando y siempre cuando los tres coincidimos y queremos. Eso si, me sigo sorprendiendo lo que me encanta verlos follar primero entre ellos mientras yo hago mi parte como una buena cuckquean.
A nosotros nos cambió la vida una tonta promesa que se hizo sin pensar hace muchos años, así que ya saben, tengan cuidado con lo que prometen, los puede perseguir por el resto de sus vidas.
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Relato: Diana142Please respect copyright.PENANA6ur3G8l5BP
Escrito: Ágata
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