Estaba tan perdida que ni siquiera me di cuenta que Marcela se había levantado detrás de mí. Metió sus manos por mi cintura, sus pechos se pegaron a mi espalda y su boca besaba mi cuello dejando chupetones.
Su mano se deslizo desabrochando diestramente el botón de mi jean, su mano empezó a viajar hacia mi sexo y por instinto tire las nalgas hacia atrás chocando contra su pelvis, extrañe no sentir algo erecto en medio como con cuando lo hacía mi ex-novio.
Su escurridiza mano se metió a toda prisa y sentí como presionaba mi sexo por encima de la tela del pantie, se me escapaban los gemidos que terminaban ahogados en los besos de Claudia.
Metió mi lóbulo entre sus cálidos labios, corrió mis panties a un lado y su dedo se lubrico de inmediato con mis fluidos. Marcela sonrió mordiendo mi oído y tirando un poco. Se abrió paso por mi rajita empapada hasta alcanzar mi clitoris y cuando se encontró con ese bultico duro y erecto, empujo su pelvis hacia adelante y....
- Oh por dios, oh rayosss...... ahhhhh ohhh
No pude contener el orgasmo, nunca en la vida me había venido tan rápido. Inclusive cuando me había acostado con algunos hombres ni lo lograba o hasta me costaba venirme. Me avergoncé por ello.
- Lo siento, lo siento40Please respect copyright.PENANApMtOfhEBeX
- Entre mujeres, eso no es un problema, todo lo contrario, es toda una delicia
Sacó su mano y le dio a probar a su novia, Claudia los chupo y su cara se transformó el placer.
Marcela me tomo de los hombros me hizo dar la vuelta y me beso con pasión desenfrenada, metió su rodilla entre mis piernas, tomó a su novia de la cintura y me apretaron en medio de las dos mientras se movían suntuosamente.
Los besos de la una y de la otra venían de todas partes, veía sus bocas y lengas pasar frente a mis ojos y en un segundo otra vez estaba mi lengua a merced de las suyas.
Sus manos combinadas como tentáculos, terminaron por quitaron la ropa sin demasiado afán, se tomaban el tiempo para disfrutar acariciar y hasta besar cada centímetro de piel que iba quedando al descubierto.
Perdida entre besos, me giraban de un lado para otro como una muñeca, me disfrutaban como un postre exclusivo, uno de esos que no pruebas a menudo. Ni siquiera me di cuenta cuando ellas terminaron igual de desnudas, sus pezones erectos provocaban escalofríos al roce con mi piel y sentía como los míos estaban tan duros que hasta dolían.
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