Claudia y Marcela fueron las primeras mujeres de mi vida, no fue la unica vez que estuvimos juntas. Estuvieron siempre ahi para mí, inclusive nos volvimos muy buenas amigas y no solo aprendí con ellas sobre temas sexuales, sino también a creer un poco más en mí y aceptarme, además de tenerlas como una pareja ejemplar.
Yo también serví como una especie de catarsis para ellas, fui la primera que aceptaron compartir. Gracias a eso entendieron que se amaban demasiado como para no entender que ambas tenían necesidades adicionales que no siempre iban a poder suplir, eso sí se prometieron siempre estar juntas para disfrutar y aprender cosas nuevas.
Algún día espero encontrar una mujer igual de abiertas y sinceras que ellas. Aunque... por ahora estoy extremadamente contenta y feliz con mi hermosa novia Lorena, si la mi profe de italiano de primer semestre. Aunque me demore varios semestres en sacar fuerzas y valentía para declarármele, ella prefirió renunciar a dar clases en la misma universidad con tal de poder estar juntas y en estas vacaciones me va a presentar con su familia en Milán.
No cambio por nada mi vida, al fin me siento bien conmigo misma, con lo que soy y como me siento. Soy una mujer que le encantan las mujeres y estoy tranquila de decirlo a los cuatro vientos, aun cuando me haya causado tantos problemas con mis padres de los cuales esperaba un poco más de comprensión.
Espero que les haya gustado un poquito de mi historia y que, si se encuentran en ese proceso de duda, encuentren fortaleza en estar letras para que puedan tomar su decision o al menos arriesgarse, el miedo nos enceguece e intentar nos llena de luz y verdad, sea para bien o para mal.
Gracias a Agatha y Axel por ayudarme a contar esta historia, no habría podido hacerlo sin su ayuda. Me encantan como escriben, los detalles que le imprimen para hacernos suspirar y hasta acalorar. ¡Sigan así chicos! ¡Los amo!
¡Un abrazo grandote. Besos, Dayanna!
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