Mis queridísimos amores, aunque solo lo fueran una noche, nunca los olvidare, espero que ustedes tampoco me olviden a mí.
Nunca en la vida, sentí lo que sentí ayer cuando los vi juntos, están hechos, perfectamente, el uno para él otro, para amarse... y me alegra que haya sido yo la que los juntara.
(la tinta estaba corrida por una lagrima)
Me habría encantado quedarme, pero no puedo, porque también sentí mucha envidia de no poder amar, ni ser amada de la misma forma. No quiero que por mi culpa lo que acaba de nacer entre ustedes se termine.
Junto a esta carta van a encontrar las escrituras de esta casa, la casa de mis abuelos donde crecí junto a mis otros hermanos y primos. Siempre fue una casa familiar donde cada fin de semana, fecha especial y navidad no reuníamos.
La dejo en sus manos para que la llenen de hijos, de mucho amor y para que vuelva, en algunos años, a ser la casa de los queridos abuelos. Cuidenla mucho y tengan sexo en todos los lugares, al menos hasta que lleguen sus hijos... al menos la primera ya debe venir en camino y espero que si es mujer, la llamen Ingrid en honor a esta buena amiga que estuvo presente y ayudó en su concepción.
Camilo, cuídala es una mujer hermosa con un corazón infinito, no la dejes sola ni en el parto de sus hijos, ni cuando crezcan, siempre te va necesitar a su lado y va querer que le des tu mano en los momentos más difíciles. Ah y que sepas que cuando refunfuñe y se ponga de mal genio, es mejor que la dejes calmar sola, siempre se le pasa y después va querer que la abraces, la mimes y le des un beso.
Aleja, no te pongas triste, me enseñaste demasiadas cosas y una de ellas es amar sin condiciones y yo, te amé con todo mi ser y mi corazón. Que los orgasmos acompañen sus noches con ese mismo amor que tuve la fortuna de ver. No olvides meterle un dedo en el culo de vez en cuando, eso le encanta.
Los amo, con todo mi ser y mi corazón.
-- Ingrid
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