Estaba en shock, no podía ni entender lo que acaba de pasar «¿Marica de donde apareció este man?» no sabía si reírme o llorar.
Respiré profundo tanto como pude y me limpié las lágrimas disimuladamente, aún no dejaba de sentirme en peligro y quería permanecer atenta a lo que fuera.
El man me tomó de la mano, me ayudo a sentar y al fin fui capaz de levantar la mirada y ver de quién se trataba. No me cabía la sonrisa en la cara. El misterioso hombre que tantas veces había visto en la unidad. No lo podía ni creer.
- ¿Estas bien? --me preguntó con su voz varonil--
- Si, si --tratando de dármelas de valiente-- fresco que no pasó nada
Dije tocándome las costillas disimuladamente sin que él lo notara para ver si me había alcanzado a sacar sangre.
- ¿Te puedo revisar?93Please respect copyright.PENANAdwJvPaqRdk
- No paso nada, fresco93Please respect copyright.PENANAY2mmyBQ6dQ
Se inclinó para quitarle la botella a uno de mis amigos y rasgando un pedazo de la camiseta la empapó en licor.93Please respect copyright.PENANA6FgaBpmhqu
- Mejor estar seguros
Se sentó a mi lado, me levantó caballerosamente la camiseta y me hizo girar un poco para ver con la luz de la fogata. Marica, cómo es que uno puede pasar uno de sentirse en el peor peligro del mundo a sentirse intimidada y casi excitada por la forma tan delicada en que me acariciaba con sus manos por las costillas.
- Si afortunadamente no te hizo nada, pero por si las moscas limpiemos eso
Volteo la botella en el trapo llenándolo de licor y luego con mucho cuidado y delicadeza me trato de limpiar con mucho cuidado. Me bajó la camisa y se sonrió, volvió a llenar el trapo de alcohol.
- Ahora venga yo la limpió que si no se me enferma
- ¿La? ¿Es una hembra?
- Si --hizo su acostumbrada cara de seriedad-- ¡Lilith salude a la señorita!
Se sentó y me levantó la pata derecha para que yo me presentara.
- Mucho gusto Lilith --volteé a mirarlo--, Elizabeth
- Gabriel
Él se rio, le hizo señas para que se le acercara y le empezó a limpiar toda la boca, lengua, dientes y pelo al rededor, mientras ella resoplaba renegando por el fuete aroma a alcohol.
- No señora, quieta pues, hasta que no la limpie no la dejo tranquila. Reniegue todo lo que quiera, pero no se va
La aseo con más delicadeza, cuidado y paciencia que a mí. Se notaba que era un tipo que amaba a los animales y mientras se ocupaba de ella y sin siquiera voltear a mirar me empezó a interrogar.
- ¿Con quién viniste?
- Con unos amigos --señalándole los que estaban borrachos en el piso--
- Pues déjame decirte ¡que gonorrea de amigos!
- ¡Total!
Volteó a mirarme con un dejo de preocupación en su mirada.
- ¿En serio estas bien? no te tenes que hacer la fuerte
- El susto nada más, pero gracias a Lilith y a vos, estoy bien
- Sigo sin creerte, pero bueno, igual se nota que sos verraquita
Nos quedamos ahi un rato en silencio solo viendo como limpiaba a su perra que la verdad por el tamaño y el porte no parecía para nada una hembra. Al fin la dejo en paz y ella se fue a revolcar la trompa contra la manga.
Se inclinó hacia adelante recogiendo la navaja del piso, mirándola contra el fuego, notando que había perdido la punta mucho antes.
- Tenes algo que te cuida
Levanté la piedra que llevaba en mi cuello con la marca de la runa y le sonreí.
- Lo que haya sido, te salvaste por poquito
- Una historia más para contar --levanté los hombros y rei coquetamente--
Relámpagos rompían el cielo en dos y los truenos aturdían vaticinando una fuerte lluvia, casi como si nos quisiera advertir de que era hora de partir.
- ¿Vas para la unidad? --me preguntó--
- Si mas tarde, cuando despierten estos pendejos
- Si queres yo te acompaño, pero nos toca caminando porque con esta belleza --acariciando a su perra en la cabeza-- los taxistas no me paran93Please respect copyright.PENANAhEwq0h1whC
- Dale, rico una caminadita lloviendo
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