- ¡Allá! ¡Allá están esas gonorreas! ¡Fue el HP del perro!
Desde la carretera destapada y poco iluminada se veía como él man que minutos antes habíamos desterrado nos señalaba. Llegaron media docena de motos con personajes encapuchados, se bajaron de las motos y taz taz taz se vieron varios destellos cerca de la carretera y el man cayó al suelo muerto.
- ¡Agáchate! --me cogió Gabriel y me tiro al piso--
Todo el mundo o al menos los que aún tenían un poco de conciencia se levantaron, la adrenalina les bajo la borrachera del susto. Algunos otros empezaron a correr y hasta los que estaban teniendo sexo con la nena sin pantalón.
- ¡Al suelo, al suelo!
taz taz taz otra ronda de disparos que iluminan con destellos en la oscuridad.
- ¡HP me dieron, gonorreaaaaaa!
Se escuchó un grito agudo de un man que se agarraba la pierna y de uno de sus amigos queriendo arrastrarlo por el suelo.
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Los encapuchados con brazaletes de las AUC disparaban a diestra y siniestra hacía donde estábamos, mientras que subían corriendo la loma.
No iba a ser suficiente con la lluvia de balas, el cielo también quería ser partícipe de esta caótica noche con una tormenta que de algún modo nos ayudó a poder escapar.
taz taz taz otra ronda de disparos taz taz taz y una más. Traté de despertar a mis amigos estrujándolos con fuerza, pero estaban completamente idos.
Gabriel silbo y Lilith apareció de una a su lado, me agarró de la mano y me hizo correr en medio de unos matorrales loma arriba.
- Parce, mis amigos
- Nos abrimos o nos matan
- No los puedo dejar
La nena que hasta hace unos segundos estaba disfrutando de su orgía se había levantado completamente drogada y el cuerpo cubierto en semen de cabeza a pies. Abrió las manos gritando "Welcome to Hell gonorreeeeeaas!" taz taz taz la vimos caer de espalda con un disparo en la cabeza.
Me quedé pasmada no sabía ni cómo reaccionar. Gabriel me jaló de la mano arrastrándome hasta que el instinto me llevó a seguirlo. Entre la lluvia, resbalándonos en el pantano, corrimos sin descanso como locos hasta que llegamos a otra carretera destapada.
Él miraba para todos lados buscando donde escondernos o para donde correr, pero al escuchar los disparos cada vez más cerca, decidimos meternos detrás de una construcción, bajamos como una especie de sótano y aprovechamos para escondernos debajo de unos plásticos gruesos con los que cubrían los materiales.
Colocó a Lilith en medio de los dos, le cerró el hocico para que no fuera a ladrar y me hizo señas para que hiciera silencio total.
«HP ya me quiero despertar de esta pesadilla» me repetía continuamente, una y otra vez en la mente, esperando despertar juagada en sudor en mi cama, pero por más que apretaba los ojos y los volvía a abrir no sucedía.
Me tapaba los oídos tratando de no escuchar ni los gritos ni los disparos, pero se escuchaban tan cerca que juraba que en cualquier momento nos iban a encontrar a nosotros también.
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