Busqué el cigarro en el piso y le estiré la mano a Ana para que me pasara el encendedor. Le di unas cuantas fumadas hasta que tomara un color rojizo y las invité a fumar también a ver si así se relajaba.
Era raro tener tanto silencio, ninguna se animaba a decir nada y hasta nos mirábamos con un poco de vergüenza. El problema es que mi mente no dejaba de pensar una y otra vez en la misma idea.
- Bueno, como yo ya respondí es hora de ser la que pregunté
- No, ya no más con eso --dijo Ana--
- Me dijeron que si yo contestaba, ustedes también y con la verdad
Le pasé el cigarro a Eli que se veía menos nerviosa y dispuesta. Esperé a que Ana se llenara los pulmones y se relajara un poco.
- Ya que HP, pregunte pues --dijo Ana envalentonada-- pero solo una pregunta
- Vela tan avispada como cambia las reglas del juego
- Una --mostrando su dedo índice--
- Cinco
- Dos
- Tres
- Parce esta mujer es imposible, dos y punto
- Ok. ¿Te gusto?
- ¿Qué cosa?
- No, no podes responder con una pregunta --le dijo Eli-- vela, lo que quiere es que le preguntes de nuevo y ahi te gastas las dos preguntas
- ¿Ah sí? Por tramposa le subo una pregunta
- No, oigan, nada dos preguntas y ya
- Conteste pues
- ¿Cuál era la pregunta? --dijo con una risa picara tratando de engañarme de nuevo para gastar otra pregunta--
- Ya la sabes --conteste a secas y mirada recia--
- ¿Y por qué no le preguntas a Eli? ¿por qué yo primero?
- Porque ya se la respuesta de Eli a esa pregunta y tengo otras preguntas para ella más interesantes
- ¿A mí? --dijo Eli un poco ansiosa y asustadiza--
- Si a vos, pero ya te llegara tu turno
Me senté con los pies abiertos, apoyando los codos en los muebles mirando a Ana fijamente.
- Si --contestó con rabia-- si me gusto. ¡Ya! ¿contentas?
- Si, es bueno que lo aceptes, así la próxima vez no sufres tanto y lo disfrutas más
- No va a haber próxima vez...
Eli y yo nos volvimos a burlar de ella. Nos miraba con rabia y fuego en sus ojos porque sabía que era verdad.
- ... y esa fue tu segunda pregunta
- Yo no pregunté nada, vos sola abriste la boca
- Si exactamente igual que lo hizo hace un momento, porque ella fue la que me beso --dijo entre risas Eli--
- De verdad me están haciendo dar rabia
- No te creo que sea la primera vez que besas a otra mujer
- ¿Eso es una pregunta? --me miró levantando la ceja--
- No, no es una de mis preguntas, pero no te creo --levanté mi ceja igual que ella--
- Vos pareces una maldita bruja. No, no es la primera vez, una prima me dio un pico en la boca una vez pero yo salí corriendo
- Ah ya ¿ósea que desde eso tienes la duda?
- Eso sí es una pregunta, la segunda y la última
- Okey, entonces contéstala
. Si, maldita sea sí. El HP problema es no saber con quién hablarlo
- Pues con nosotras lo podías hablar --se estiró a recibirle el cigarro y darle una calada-- para esos somos tus amigas, solo tenías que preguntar y no ponerte a apostar --respondió Eli botando el humo--
- A no ser que --hice una pausa-- que quisieras usar la apuesta como una excusa y perderla, porque era más que obvio con las miradas que nos dábamos ésta --señalando a Eli-- y yo que la ibas a perder
- Saben que, no me voy a poner a decirles mentiras a ustedes. Así que maldita sea Sara, como siempre, tenes la puta razón
- No te tenes que enojar --le dije– no me importa tener la razón. Lo importante es cómo te sentís vos y lo que decidas hacer con la experiencia
Pidió que le pasáramos el cigarro, le dio una gran calada mientras miraba al cielo, soltó el humo como si al mismo tiempo sacara una carga pesada que llevaba en su pecho.
- Si me gusto y saben qué, si, si me da la HP gana lo voy a volver a hacer cuando quiera y con quien quiera --mirándome de forma desafiante–
Primera vez que veía a Ana en mi vida descompuesta, contestando si esa sonrisa, paz y tranquilidad que la rodean.
- Ya mamacita, no te enojes que esa no es la idea, vos sabes que lo hacemos es para que te confrontes y no te sigas diciendo mentiras
- Superemos esto, no tiene sentido darle más vueltas. Más bien --se cruzó de brazos como medida de defensa-- pregúntele a ella que aprovechó para ponerme de foco de atención y ella hacerse la boba
- Fresca que Eli no se salva de esta
-Ay dios, ya en que me metí --se hizo la señal de la bendición encima--
- ¿Cuál es el miedo?
- Eso cuenta como pregunta
- Okay, respóndela entonces
- Es que vos haces unas pregunticas de esas que lo sacuden a uno todo por dentro, vea como tiene a la maestra de la paz mental --dejando en evidencia su cuerpo cruzado--
- No es tan malo, después de todo --dijo Ana con ironía y una risita burlona--
Se acomodó de nuevo en la silla bajando las barreras físicas, tratando de hacerse la valiente y disfrutar ver el sufrimiento de Eli.
- ¿Aceptaste esa apuesta por qué te quieres comer a Ana?
- Comer no --respondió nerviosa-- pero si le quería ser la primera en darle los picos, nunca había sido la primera vez de otra mujer
- Vamos Eli, la verdad
- Es la verdad lo juro por diosito santo --besando sus dedos en forma de cristo--
- Jurar en vano es pecado
Volteo a mirarla y se le subieron los colores a la cara al mirar a Ana.
- Sara --me miró Eli con reproche-- ¿en serio?
- Si --abrí los ojos-- yo dije la verdad, Ana dijo la verdad
- Si, me encanta la tonta esta, me dan ganas de hacerle de todo
- ¿Tú qué dices? --volteé a mirar a Ana--
- Digo, que se acabaron mis preguntas y como todo lo que diga puede ser usando en mi contra, no pienso hablar sin un abogado presente
- ¡Jose que si puede bajar! --grite sabiendo que no nos estaba escuchando--
- !No! ¡¿Qué?! ¿Qué haces?
Ana se me tiró encima a tratar de taparme la boca y la silla se fue de para atrás, cayendo las dos en la manga. Mientras nos reíamos y nos quejábamos del dolor, le dije en tono jocoso.
- Jose es abogado
- No idiota, era un decir
Pobre Ana siempre tan inocente creyéndolo todo, por eso nos encanta molestarla tanto, mi esposo ni de cerca estudiaría leyes, es malísimo para memorizar cosas.
Me dio la mano para ayudarme a levantar y me quedé mirándola a la boca por unos segundos, de verdad que esta mujer después de probarla se convierte en una tentación demasiado irresistible.
Se apresuró a sentarse en su silla y volvió a cruzar sus manos, pero rápidamente se dio cuenta de su actitud inconsciente y las soltó de manera forzada e incómoda dejándolas caer a los lados y aprovechando que estaba vulnerable, volví a ella.
- Ya boba, conteste --la increpé--
- No sé
- ¿Cómo es que dicen ustedes los psicólogos? ... que uno siempre sabe --con entonación de filósofo griego--
- Sara Mejia no seas tan HP y usar mi carrera en mi contra, de verdad que ruin --se le escapó una sonrisa--
- Ya boba, hable pues
- Una cosa es un beso otra cosa es --hizo la señal de tijeritas con sus manos-- ya saben, eso
De verdad esa noche iba a salir con el estómago como una chocolatina y con cuadritos perfectos ¿cómo iba a hacer la señal de las tijeritas? por poco nos hace tirar al suelo de tanto hacernos reír.
- Ay Ana, vos sos un caso. Ósea que te intrigaba un beso, pero ¿nunca pensaste que pasaría después? --me reí haciendo la misma señal de tijeritas--
- Pues no, yo juraba que eso ni siquiera iba a pasar
- ¿Y ahora qué pasó?
- Ay no Sara, ya no más. Soltame pues que yo ya contesté y hasta más de lo que debia, dije 2 preguntas y llevas como 10
- Esta bien, te dejare tranquila --hice una pausa dramática-- por ahora
- ¡Sara! maldita...
Mientras Ana me insultaba de todas las maneras inimaginables volteé a mirar a Eli, me froté las manos y curvé la boca. Ella se volvió a persignar y levantar la cara encomendándose a dios.
- Sara --me miró con ojos de cachorro-- ojo pues --pidiendo que le tuviera compasión--
- ¿Alguna vez has estado en un trío?
- Esa es fácil. No --respiro con tranquilidad-- ¿y vos? --me la devolvió sin que me lo esperara--
- También es fácil. Casi, pero no--respondí de inmediato–
- ¿Cómo así? Explicate
Esta vez Ana fue la que me salvó de dar un poco más explicaciones porque estaba retorciéndose en la silla mientras que se tapaba la boca tratando de contener la risa. A kilómetros olía a pecado.
- ¿Annnnnaaaa? --le preguntó Eli intrigada--
- Si --se volvió a tapar la boca con las dos manos como una niña chiquita y no paraba de reírse--
- ¿Acabas de decir que no habías estado con otra mujer? --la cuestinó--
- ¿Quién dijo que con otra mujer? --se volvió a tapar la boca riendo con más fuerza--
- Ana Milena Lopez --dije con tono regañón de mamá-- ¿en serio? ¿Vos? --enjarrando mis manos en la cintura--
- ¡¿Qué?! ¿por qué no?. Además, eso fue hace mucho, yo que culpa
- Culpa no, que rico, cuente a ver --dijo Eli intrigada--
- No, ni por el putas. Yo jure que nunca iba a contar, es un secreto
- Cual secreto ni que nada. Ya nos dejó con las ganas de saber --dije--
- Si, ni por el putas nos vas a dejar así --Eli la reprochó--
- Juren, juren por lo más sagrado que no le van a contar a nadie, nunca es nunca, ni siquiera si las torturas
- Lo juro --contestamos al unísono--
- Ojo pues que ni mi esposo sabe de esto
Nos hizo acercar a ella para podernos contar en voz baja, tanto que en algunas ocasiones era hasta difícil entenderle.
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