-Un segundo, -Dijo la pelinegra- eres tu.
El chico reconoció la voz, y levanto la mirada, parpadeando.
-¡Tu! -Exclamo Ryan, confundido- ¿Que hacen aquí? ¿No las habían enviado a detención?
-Escapábamos de... ¡Algo intento...!
-¿Que haces tu aquí? -Pregunto Clarissa.
Ryan no logro responder, al tiempo en que sus P.M's emitían chirridos como gritos mecánicos.
-¿Que esta pasando? -Pregunto Alexia, dándole golpecitos a la pantalla.
Clarissa acerco su muñeca a su rostro; se habia vuelto tan roja como la sangre, y escupía números incoherentes.
Un ruido recorrió todo el sótano, un grito ahogado que hizo vibrar las paredes.
-¿Q-que demonios es eso? -Pregunto Alexia, apegándose a Clarissa con la espalda.
-Busquen una salida, -Ordeno Clarissa, apartándola con el codo- ¡Rápido!
Movieron las cajas y desempolvaron con los pies, tanteando las paredes e intentando gritar por ayuda.
-¡Allí arriba! -Grito Ryan, y ambas levantaron la mirada- ¡Hay algo en el techo, y creo que...!
Acerco las manos a la pared, y unos escalones metálicos brotaron de esta.
Alexia pego un salto y subió a brincos de conejo.
Clarissa le siguió, dejando a Ryan al final.
El chico miro en derredor, temeroso, con los escalofríos carcomiendole los intestinos.
Una vez Clarissa estuvo a una altura considerable, pego un salto y escalo en pos de ella, alejándose del sótano.
Ryan miro hacia abajo, viendo al suelo pedregoso cada vez mas lejos.
Y se detuvo, de pronto.
-¿Que esperas? -Le pregunto Clarissa a Alexia- ¡Ábrela!
-¡N-no puedo! -Exclamo la rubia, tirando de la compuerta con los brazos- ¡E-esta atascado!
Ryan seguía con la mirada gacha, entornando los ojos; ahora, que su vista se habia adaptado a la oscuridad, podía divisar una figura al fondo del sótano, abandonada.
Tenia una silueta humana, postrada inconscientemente, como un cuerpo cosido a la pared, soltando espasmos e intentando moverse.
Cada movimiento en vano, era un nuevo error en su P.M.
Y estaba gritando; algo tras varias capas de metal y acero, estaba rogando por ayuda.
Una luz insoportable le aplasto el rostro, y Ryan se cubrió con un brazo, intentando no perder equilibrio.
-¿Que? -Pregunto Alexia, cuando la compuerta se abrió por fuera.
Una mano apareció del exterior, y jalo del cabello de Alexia, mientras ella gritaba.
Y de un momento a otro, los tres se encontraban yaciendo en mitad del pasillo, con los ojos vidriosos por la luz.
Spencer cerro la compuerta con un estruendo, y una baldosa blanca la oculto como si jamas hubiera estado allí.
-¿Que era todo eso? -Pregunto Ryan- ¡Ow!
El profesor sostuvo del cabello a Ryan, y le hizo lo mismo a Alexia.
-Ustedes tres, -Y de tener un brazo de sobra, le habría hecho lo mismo a la pelinegra, pero esta tenia una mirada tan helada que decidió tan solo usar las palabras- ¡¿Se puede saber que, EN NOMBRE DE DIOS, hacían allí dentro?! ¡¿Como entraron?!
-¡Ow, algo intento asesinarnos en detención, ow! ¡Suéltame!
- ¡Boris Page y sus retardados intentaban golpearme, -Dijo Ryan- me escondí tras una maquina expendedora, y caí allí dentro!
El los miro a ambos, apretando con fuerza.
Dirigió su mirada a Clarissa.
-La rubia dice la verdad, -Dijo- estaba con ella. Había un calentador de queroseno emanando monoxido de carbono en la habitación, alguien habia bloqueado las puerta por fuera.
-¡Y los P.M's están defectuosos! -Dijo Alexia.
De pronto, el profesor de filosofía los dejo caer a ambos, y ellos volvieron a sentir como sus cerebros volvían a sus cabezas.
-Muéstrenmelos. Ahora.
Clarissa estiro la muñeca, y el la tomo, entornando los ojos.
-Todo esta normal, -Dijo- no le veo nada de raro.
-¿Que?
Los tres se amontonaron, y al ver el pequeño aparato en su muñeca, no notaron nada mas que el menú de opciones y la cantidad de puntos de la pelinegra.
Spencer suspiro, y se llevo las manos a los bolsillos.
-Chicos..., -Soltó una mirada atrás, como si temiera que algo lo estuviera mirando- tengan cuidado. De ahora en adelante. Están solos...., y no confíen en nadie, menos en el, si llegan a verlo. Iré a..., ver lo del aire toxico en detención.
Se alejo caminando sin darles tiempo de contestar.
-Pero... Pero.. ¡No! -Exclamo Alexia- ¡Estaba todo desordenado! ¡Igual que en la mañana!
Clarissa frunció el ceño.
-¿Igual que en la mañana?
Ambas se miraron, y Alexia se ruborizo.
-Bueno..., supongo que no me diste tiempo de contarte, me dijiste que me callara en detención así que...
-Habla de una vez.
Alexia quedo perpleja por un momento, por el filo de cada palabra que esa chica podía decir.
-V-vale, vale. Desperté en la mañana, y no por mi alarma o algo parecido, mi P.M soltaba un sonido horroroso, y me mostraba un texto, -Se aclaro la garganta- me ofrecía 16 puntos por rociarte con aceite hirviendo.
Clarissa y Ryan se sobresaltaron, confundidos.
-¿Que? -Preguntaron.
-¡Yo tampoco podía creerlo! Pero era lo que rezaba..., y ademas, eran 16 puntos. No pude aceptar lo del aceite hirviendo, por lo que solo accedí con aceite común y normal, de esos que usa la cocinera para el salmón que siempre sabe a culo.
Ryan miro a Clarissa, la cual no apartaba la vista de Alexia.
-¿No lo estas diciendo para caer bien de pronto, no, pelo de alga?
Alexia apretó los puños, ofendida.
-¡Claro que no! ¡No tengo razones para eso! Algo realmente raro esta sucediendo por aquí.
Clarissa suspiro, y se llevo la mano a los bolsillos.
-Como sea. Las clases terminaron -Dijo la pelinegra finalmente, dándoles la espalda a ambos y marchándose.
-¡Hey! ¡A-aun tenemos que limpiar lo del pasillo!
-Tu aceptaste -Fue lo único que dijo, girando por el recodo, a la siga de su cabellera negra.
Alexia apretó los dientes, y se dio la vuelta en dirección contraria, musitando maldiciones.
Ryan se quedo solo, de pie, intentando procesar todos los eventos de aquel día.
Quizá debería..., haberle dicho algo a Clarissa, y esta se habría quedado un poco mas.
Solo un poco mas.
En algún lugar de Northern Heaven, desde las profundidades del incendio que lo empezó todo hace 10 años atrás, algo volvió a intentar moverse.
Las cosas estaban recién comenzando.
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