Del diario de Malice Latos 16 de mayo.
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Estábamos en el descanso de clases pero ni rastros de Demian. Suspire aburrida y con preocupación mientras descansaba en una de las bancas del patio. Samantha estaba ahí para escucharme, pero no lo necesitaba ahora. No puedo dejar de pensar en las imágenes que vi en la mente de Demian. Esos recuerdos, no estaba celosa, no como al principio más bien decepcionada. No esperaba que se fijase en una humana. Siendo realistas estaba segura que con el pasar del tiempo terminaría siendo pareja de Camille. Espero que no intente convertirla hay algo importante que olvide explicarle. Maldición, Demian no será capaz de soportar la culpa si lo hace antes de poder advertírselo.
—¿Estas bien Malice? Te notó preocupada.
—Solo estoy pensativa— Le respondí. «Por supuesto que no estaba bien pero que podría decir»—Sam ¿Tu bailas con una chica llamada Maya Silver verdad?
—Sí, es muy dedicada me ayudo a entrenar.
—Creo que ella y Demian... ¿Sabes algo de eso?
—No, ayer tuvimos práctica solo eso, aunque ahora que lo mencionas antes de llegar me pareció ver a Demian pero como pensé que sería imposible no le di importancia.
—Ajam eso explica por qué lo noté tan distraído.
—Yo creo que harían linda pareja si Demian no fuera tan frío. La otra vez que llegaron juntos se veían lindos uno al lado del otro.
—Cuando entra en confianza no es tan antisocial, es hasta adorable en cierto punto cuando lo conoces. —No pude evitar sonreír al pensar en él.
—Incestuosa degenerada, no te culpo el primer amor a veces se encuentra en la familia, mas entre niños de la misma edad. —Bromeó mientras contenía una carcajada.
—¡Tonta! Jamás voy a admitir algo así. —Reí de buena gana aunque si supiera lo cerca que estuvo.
—¿Entonces te gusta? ¿Sino es el quien? ¿Te gustan hombres o mujeres? —Sam se puso muy curiosa, supongo que lo que quería era animarme un poco.
—Ambos, mujeres y hombres tienen su encanto. Lo que importa para mi es que me quieran como yo lo haría. Cuando me reencontré con Demian el quedó sorprendido por como soy pero su cariño va más allá es por eso que es especial para mí. ¿Y a ti quien te gusta? —Decidí devolverle las atenciones solo por diversión.
—Me cuesta decirlo pero creo que contigo puedo hacerlo: Soy lesbiana. Nunca sentí deseo o amor hacia a un hombre pero cuando veo a una mujer sensual siento que no puedo contenerlo. Mi cuerpo es delgado por eso deseo por una mujer con grandes curvas que me complemente.
—Es como si me describieras, tengo miedo de que me comas. —Bromeé. «¿Fue una indirecta?».Samantha nerviosa tomó mi brazo y me miro demostrando alegría.
—Gracias por la noche que pasamos juntas fue muy divertido, lástima que Demian y el otro chico quisieran irse a una discoteca. —Comentó sonriente.
—Los chicos lo complican todo ¿Verdad? desde que conozco a Demian solo sabe meterse en problemas. ¿Me pregunto por qué habrá a clases?
—Si tienes razón. Capaz quedó algo asustado por lo que pasó en la discoteca, justo paso ese incendio.
—Él está bien, lo primero que hice fue ir a verlo apenas me enteré no parecía haberle pasado nada.
—No te preocupes entonces o esa preciosa cara tendrá arrugas deberíamos salir de compras tú y yo el fin de semana vi unos vestidos hermosos que quisiera probarme.
—De acuerdo iremos tú y yo pero me niego a aceptar que algún día tendré arrugas. —Le respondí guiñándole un ojo. Tal vez con el tiempo le confiese que soy.
—¿A solas? —Me preguntó sorprendida sus bellos ojos verdes se hicieron enormes.
—Si, a solas los chicos sufrirían si los lleváramos además eres mi única amiga mujer eres especial para mí.
—Tienes razón los chicos odian estas cosas.
—Bueno entonces quiero que este fin de semana sea para nosotras y nadie más. —Me sentí emocionada, nunca un humano me hizo sentir tan cómoda ni siquiera pensaba en morderla, solo disfrutar el momento.
Samantha se ruborizó con ese comentario, se veía tan tierna. Estuvo a punto de contestarme cuando vimos a Maya pasar los pasillos, parecía buscar a Demian también. Decidí mirarla sin mis prejuicios. Es tan opuesta a mí, parecía estar hecha de luz, dejando pequeños destellos en ese andar tan femenino. Pude entender lo que él vio una elegancia propia de Camille pero sin su sensualidad. Maya miró hacia nosotras y se acercó a paso firme.
—Buenos días Samantha y… ¿Malice cierto?
—Buenos días Maya ¿Necesitas algo? —Respondió con amabilidad Samantha.
—Buenos días Silver. —Le respondí usando su apellido para fingir formalidad y no darle confianza.
—¿Han visto a Demian?
—Demian faltó a clases ni siquiera yo sé por qué lo hizo. —Le respondí tranquilamente.
—Esperaba verlo hoy… —Dijo agachando su cabeza con decepción. No sé cómo lo logró pero sentí pena.
—Si quieres podemos ir a su casa.
—¡No! Es decir no podría ir aun… No tengo el valor.
—No creo que sea nada, mañana volverá. —Sam frotó su mano en su espalda para animarla un poco.
—Tienes razón, nada malo podría pasarle. —«Sus palabras me sorprendieron. ¿Será que ella sabe la verdad?».
—Eh, Maya quisiera hablar contigo después de clases hay una cosa que quisiera saber.
Ella abrió los ojos, la adrenalina corría por su cuerpo logré que me temiera. Estaba por responderme cuando el timbre sonó. Raro porque no había terminado el descanso. El profesor de biología se acercó a nosotros.
—Rose, Drago vallan al salón y recojan sus cosas las clases terminaron.
—¿Sucedió algo profesor? —Samantha le preguntó.
—En el centro de la ciudad los edificios están siendo destrozados se cree que sea un ataque terrorista.
Eso me pareció muy sospechoso, en ese momento recordé ese ridículo plan. Salí corriendo a buscar mis cosas. Debía encontrar a Demian antes de que hiciera más problemas. Una pelea de inmortales a plena luz del día es lo peor que puede pasar. Estaba dirigiéndome a la puerta del salón para ir pero mi paso estaba bloqueado.
—Malice, por favor llévame con Demian.
—Si Demian está involucrado es peligroso para una humana.
—No me importa. Quiero estar con él.
—Entonces tendremos que aclarar las cosas aquí mismo… Soy la sire de Demian, yo lo convertí y solo finjo ser su prima para protegerlo, porque es el especial para mí… como hombre.
—¿Quieres decir que tú y el son pareja?
—No… ¿Y sabes por qué? Porque tú existes, él te ama, no me importa. Los vampiros pueden tener muchas parejas pero no me conformare siendo su cortesana, aparte eres humana cuando mueras tomare tu lugar solo por eso dejare que hagan lo que quieran.
—No me agrada como lo dices, pero tienes razón yo algún día moriré y prefiero estar segura de que el tendrá a alguien que lo quiera cuando ya no esté a su lado.
Me puse rápido detrás de ella y apoyé mi navaja en su cuello, no planeaba matarla, Demian jamás me lo perdonaría, pero como su sire debo poner a prueba que clase de mujer está en el corazón de mi cachorro.
—Es bueno que entiendas razones… tu sangre virgen debe ser exquisita, deberías usarla para encadenarlo a ti, yo lo haría pero no soy humana, en cambio tengo mi aroma algo que como mujer no comprendes pero si fueras hombre estarías enloquecida por mí. —Me miró desafiante sentí admiración hacia ella por hacerlo.
—Llévame hacia Demian y esta conversación nunca ocurrió.
—Bueno será con una condición: Si Demian está involucrado y lucha con alguien llamado Chris podremos quedarnos pero si se trata de un demonio o algún encapuchado nos retiramos, aunque yo sea su sire mi poder no se compara al de él y no podré protegerte.
—De acuerdo.
Tuvimos que robar un auto para dirigirnos hacia el lugar de los destrozos. Maya se veía decidida, aunque su olor no me engañaba, estaba tan asustada como esos humanos a nuestro alrededor. Realmente no sé si era amor pero en sus ojos se notaba su voluntad, su valor. Esa decisión me hizo respetarla. Nos detuvimos una calle antes cuando sentí la presencia de Demian. La batalla había comenzado hace rato por los destrozos pero en cierto modo era tranquilizador ver que no era tanto como nos hicieron creer. Pude oler a Chris así que tomé la mano de Maya y comenzamos a acercarnos entre los callejones. Conforme nos acercábamos el sonido de los impactos combinado con sus rugidos calaban los huesos.
Ahí estaban arrojándose entre sí inconscientes de lo que sucedía a su alrededor. Sus zarpazos cortaban la carne haciendo que la sangre de los depredadores se derramara en el suelo. Su estilo era una mezcla de artes marciales con la brutalidad de dos animales salvajes cada golpe era a matar. Maya estaba pálida al ver como se mutilaban entre sí.
No tuve otra opción más que buscar refugio, había una capilla cerca. La conocía, el sacerdote es un nosferatu. Le ordené que me siguiera y entramos abriendo las dos enormes compuertas. El clérigo guardián de la casa de Dios encendía enormes velones mientras rezaba en voz baja dándonos la espalda. Se escuchaba el impacto de los golpes, cada segundo oyéndose más fuertes en combinación con los rugidos de ambos inmortales.
—Bienvenidas hijas mías soy el padre Marius Yorga les doy la bienvenida a la casa de Dios.
—Discúlpenos por irrumpir así padre— Dijo Maya persignándose.
—No debe disculparse hija mía vino por temor y la casa del señor siempre le dará consuelo, en este momento se está cumpliendo la voluntad del altísimo.
—¿Voluntad del altísimo?— Pregunte extrañada.
—Aquel niño quien lleva en sus venas la sangre del dragón ha venido a hacer la guerra, una guerra que es necesaria para que la paz sea eterna en dos familias apenas reconciliadas por política más no en hermandad.
La batalla había llegado hasta nosotros, el cuerpo de Chris impactó con fuerza contra las paredes del templo. Escuchábamos como corrían hasta la terraza y seguían la pelea. El techo era relativamente frágil los fuertes impactos lograban debilitarlo haciendo caer la arenilla desde arriba. En los vidríales se notaban las siluetas combatiendo.
—¡Hay que detenerlos, destruirán la capilla!
—No te preocupes niña así debe ser. —Respondió el sacerdote a Maya.
—¡No es correcto que se deban hacer sacrificios para traer paz! —Replicó ella indignada.
—Eres humana y no lo sabes pero esta batalla tiene un legado de miles de vidas perdidas, ellos le pondrán fin.
—¡No voy a permitir que Demian se convierta en un mártir, no me importa lo que sea importante para ustedes!
—Debes entenderlo, es un sacrificio de sangre por un bien mayor, ellos son el sacrificio para la paz de todos.
—No pienso aceptarlo, prefiero un mundo en guerra antes de perderlo. Voy a detener esto…
—¡Maya! —Intenté detenerla pero termine empujada contra la pared cuando intente alcanzarla.
Me adelante a ella saltando y atravesando los cristales. La imagen me horrorizo Demian casi inconsciente Chris acercándose a él dispuesto a apuñalar su corazón con una especie de garra ninja. Maya salió por la puerta no pude reaccionar lo suficientemente rápido.
—¡Deténganse! —Gritó con todas sus fuerzas casi sentía como se desgarraba su garganta.
Chris se detuvo mirándola unos segundos, volteo a Demian de nuevo dispuesto a asestarle el golpe mortal. Con todas mis fuerzas me pare en medio de ambos con los brazos abiertos. El lobo me observaba fijamente, sus labios temblaban por la tensión y los deseos de atacarme, los bajos instintos habían tomado control de él llevándolo a un frenesí. Sus ojos me analizaban mientras mostraba signos de recuperar el control. Maya se acercó a Demian cubriéndolo con sus brazos. Su regeneración era lenta, había consumido toda su de sangre lo que debilito mucho su cuerpo.
—¿Tanto quieren a ese vampiro? ¿Incluso una humana? —Los zafiros de Chris se posaron en la chica esperando su respuesta.
—Este vampiro me salvo de un demonio y me salvo de los de mi propia especie, este vampiro me abrió sus sentimientos más que cualquier otra persona. Si quieres matarlo tendrás que matarme a mi primera. — Las palabras aunque exageradas eran firmes, haciendo que mi concepto de ella mejorara aún más.
—Que chica más interesante, aunque algo tonta.
—Maya… ¿Por qué viniste a este lugar? —Expresó Demian entre quejidos de dolor.
—No pensaba matarlo, solo apuñalarlo y dejarlo ensartado contra la pared. —Sarcásticamente se excusó encogiéndose de hombros el lobo.
—¿No lo mataras? —Le pregunte sorprendida.
—Decidí no hacerlo él no ha matado a nadie que no lo mereciera no es un peligro, además escuché las cosas que me dijo mientras luchábamos estoy seguro que quien era su amigo y el acólito que me atacó son la misma persona. Solo luchaba con él para saber si era un guerrero que pueda considerar como un aliado.
—¡Pero antes quisiste matarlo!
—Si es cierto pero digamos que alguien me hizo reconsiderar muchas cosas. —De repente observó a Maya quien sostenía en brazos a Demian. —¡Oye humana! Deja que se alimente un poco de ti así se recupera.
—No. —Fue la débil respuesta de Demian.
—él tiene razón, quiero que tomes de mí. —Maya estaba por hacerse un corte con un vidrio en la parte superior de su pecho.
—Maya, esa parte no por favor. —Demian estaba ruborizado creo que eso le recordó lo que sucedió aquella vez cuando bebió la sangre de mi pecho.
Ella abrazó a Demian mientras él trataba lo más cuidadosamente posible de morderla con suavidad. El olor de su sangre virgen era muy tentador. Chris nos observaba con curiosidad mientras entraba lentamente en su estado de reposo. Los labios de Demian se separaban de su cuello para luego unirse con los de una Maya debilitada por la pérdida de sangre.
—Para ser humana es bastante valiente. Pero me sigue pareciendo tonto que se arriesgue así. —Comentó Chris mientras la detallaba con curiosidad.
—Ella no es una humana común, lo supe el día que la conocí. —Demian se incorporó tomándola en sus brazos.
—Si hubieras luchado en serio no hubieras tenido que morderla.
—Si hubiera luchado en serio, no me hubieras escuchado porque estaríamos disfrutando el combate.
—¿No luchabas en serio Demian? —Intervine en la conversación.
—Nunca fue la idea hacerlo, solo tener la oportunidad de que vea mis intenciones.
—Recuérdame el nombre del sujeto que me ataco en el bosque.
—Nala, Nala Stinkerman él fue quien invocó al demonio de la discoteca y provocó el incendio.
—Debo asegurarme de que pague por ello… —Chris golpeo una de sus palmas como muestra de decisión.
—¿Cómo está tu jauría?
—Ellos volverán pronto fueron a otros territorios en busca de recursos eso si vamos a atacar el Hoia Baciu.
—Debemos detenerlo antes de que logre romper los sellos de Belcebú.
—¡Ustedes no podrán detener nada!
Una oscura silueta vestida como monje irrumpió derribando la cruz de la capilla y pisándola con desprecio mientras miraba hacia el cielo. Se sacó la capucha que cubría tu túnica revelando el cabello en forma de cresta con flequillo hacia un lado y barba cubriendo su mentón ambas de color zanahoria. Muchos aros en sus orejas y una mirada con ojos esmeralda calmada pero aun así se notaba su maldad. Chris volvió a tomar su forma real arrojándose sobre el seguido por Demian pero ambos fueron rechazados con patadas. Me quedé al cuidado de Maya pero con los muchachos en el suelo Nala fijo su atención en mí.
—¿Malice Drago? ¡Patrañas! Siempre supe lo que eran ustedes seres repugnantes. Mestizos de humano y draconian la basura se junta con basura para crear basura peor. ¿Verdad? Hijos de Lilith.
—¿Nala por qué haces esto?
—¡Demian me preguntas pendejadas que ya sabes! Siempre fui satanista, siempre busqué como servir a mi señor Lucifer ser miembro de su culto y convertirme en acólito era para mí simplemente el siguiente paso.
—¡Voy a hacerte pagar humano por haber destruido mi bosque!
—Kiranen el más joven descendiente de Anubis pero no el más débil tu mayor error fue aislarte de los tuyos.
—¡Nala! ¿Así que solo se reduce a esto? Chris me hizo regenerar tres veces mi columna, tener un brazo nuevo, cambiar una vez mi par de ojos y media mandíbula. ¡Vamos a ver si logras hacer algo parecido!
—Siempre quise hacer esto. ¡Arde en el infierno Demian!
Nala lanzó una bola de fuego, Demian se cubrió usando cruzando ambos brazos. Chris aprovechó el momento y atacó golpeando el rostro del humano con un fuerte zarpazo. Este respondió tomando su brazo y golpeando fuertemente su estómago derribando al lobo. Su rostro gravemente lastimado se regeneraba lentamente. «¿Un humano regenerándose?» Quería unirme a la batalla pero sostenía a Maya en mis brazos por lo que me era imposible. Ambos estaban débiles sé que el sol pese a estar atardeciendo restringía mucho la fuerza de Demian. Kraven ni siquiera debe saber lo que sucede estábamos perdidos.
Las quemaduras en los brazos de Demian no fueron un impedimento para que intente golpearlo, la velocidad del vampiro era superior por lo que logró asestarle varios golpes en el rostro y en el estómago. La defensa de Nala había sido superada por la velocidad de Demian haciendo que este caiga arrodillado. Demian se detuvo solo lo contemplaba mientras su cuerpo lentamente se regeneraba. Chris se levantó, se puso en guardia junto a Demian esperando el contraataque. La temperatura subía lentamente, noté como se reía los chicos se prepararon para lo inesperado. Nala iba a pararse mostraba en su rostro una sonrisa triunfante, un resplandor salió de él. Cerré los ojos y use mi cuerpo para proteger a Maya no pude ver nada, solo oír el sonido de dos cuerpos pesados cayendo al suelo.
El sacerdote yacía junto al humano. Nala estaba muy molesto, se incorporó y tomó al vampiro santo de los cabellos. Mientras lo pateaba en sus órganos sexuales con desprecio, tomó la cruz de su colgante y sin que ninguno de nosotros pudiera hacer algo lo estaqueo con ella. Su último grito se convirtió en un rugido lleno de dolor, mientras sus células entraban en combustión. Su cuerpo se redujo a una pila gris de huesos carbonizados y cenizas. Demian y Chris observaron la escena paralizados. En caso de Demian era la primera vez que veía morir a un vampiro.
—¡Malice llévate a Maya ahora! —Ese era el Demian berserker que destruyó a ese demonio aquella vez.
—Demian espera… —Le reproché preocupada.
—¡Es una orden! ¿Vas a desobedecerme?
—Cúmplelo, considéralo su último deseo. —La voz burlona de Nala me hacía enfurecer. Era la primera vez que lo veía actuar conforme a su posición.
—¡Tú cállate humano despreciable!
Tomé a Maya poniéndola sobre mi espalda y salté desde la terraza hacia el suelo alejándome lo más rápido posible. Tomé de nuevo uno de los autos haciéndolo arrancar con los cables debajo de la consola. Abroché a Maya y nos dirigimos a mi departamento. La histeria había acabado, muchos camiones de bomberos, ambulancias y policías se paseaban de un lado a otro buscando a los terroristas que habían provocado esto. Al llegar Maya recuperó la conciencia, coci unos dientes de ajo en aceite para que comiera y prevenir cualquier efecto secundario que pudo haber creado Demian con su mordida.
—No tenía idea de que fuera así de grave… ese tipo de la capucha me resulta conocido pero no sé por qué.
—Nala Stinkerman, un acólito, un hechicero que sirve a los demonios a cambio de poder mágico.
—Su nombre me hace doler la cabeza.
—Eres valiente debo admitirlo, pero esto es el principio. Deberás estar lista para lo que viene.
—¿Y eso por qué?
—Nala sabe quién eres y lo significas para Demian vas a meterte en el mundo de la oscuridad olvida tu vida y tus problemas de adolecente. No sabes cuándo podrías ser asesinada debes vivir sin dudar como si fuera tu último día a partir de ahora.
—¿Hay algo que pueda hacer? Siento que soy peso muerto, no quiero que Demian piense que soy una inútil.
—Si llegan a aparecer demonios, significa que fracasamos. No va a funcionar contra acólitos como Nala pero podrás protegerte con cruces y agua bendita es lo que puedo aconsejarte ahora descansa, luego te llevaré a casa.
—Supongo que… gracias por cuidarme.
—Hace unos meses no me imaginaba que iba a terminar refugiando a la humana de la cual se enamoró mi propio vástago pero está bien.
—Si no te importa, voy a formalizarlo siguiendo tu consejo de vivir al límite.
—Como dije, hagan lo que quieran yo tengo mucho tiempo para ser paciente.
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Del diario de Chris Kiranen 16 de mayo.
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Furia, venganza y confusión. He atacado en el pasado a los vampiros para proteger a humanos pero ahora termine haciendo todo lo opuesto. Estaba cansado por la batalla con Demian pero aun así me sentía confiado sabía que luchando codo a codo con ese vampiro podríamos tener una oportunidad. Demian salto hacia, sus rugidos similares a los de un caimán eran acompañados por rápidos cortes de sus garras y patadas.
El humano encendió sus puños y antebrazos con esas mágicas llamas infernales en un intento de protegerse del salvaje ataque. Tomé valor e irrumpí en la batalla para ayudar al vampiro instintivamente nuestros ataques se combinaban a la perfección Nala hizo una onda expansiva de calor que nos hizo retroceder. De adentro de su túnica sacó varios cuchillos de plata a los que hizo calentar hasta enrojecerlos con sus manos y los arrojó hacia nosotros. Demian supo que eso me debilitaría así que uso su propio cuerpo para cubrirme recibiendo el las ardientes cuchilladas un acto de valor que se ganó mi reconocimiento. El vampiro gritaba por el ardor mientras lentamente quitaba los puñales de su cuerpo. Nala aprovechó para incorporase, pero no le daría lugar. Corrí hacia el para morder con todas mis fuerzas su cuello, su asquerosa sangre invadía mi boca. Sacudí mi cabeza logrando arrancar parte de su garganta. Me incorpore y me acerque a Demian quien estaba sacando sus últimos cuchillos. Sus heridas cauterizadas por las quemaduras tardaban más en regenerarse que puñaladas normales pero se lo veía dispuesto a seguir combatiendo. Nala yacía en el suelo convulsionando en un charco de su propia sangre dando gritos ahogados por la mutilación en su tráquea, sonaba una especie de sonido burbujeante al entrar la sangre en su tracto respiratorio mientras su cuerpo hacía un intento por gritar de dolor.
—¿Estas bien Demian?
—Sí, pero no debiste matarlo…
—No está muerto yo que tú me prepararía para lo que se viene, ese humano es peor de lo que parece.
La sangre comenzó a burbujear, lentamente hervía inundando todo de un asqueroso olor a muerte. En menos de un segundo el cuerpo de Nala se incorporó haciendo poses imposibles para un humano una vez de pie una especie de alquitrán sello su cuerpo regenerándolo.
—No importa cuántas veces me maten, ustedes jamás podrán alcanzar un poder como este.
—Interesante… voy a matarte una y otra vez hasta que no puedas hacerlo.
Demian sonrió sádicamente y atravesó su abdomen con la mano izquierda. Mandó a volar a Nala de una patada mientras sostenía sus intestinos. El cuerpo del acolito quedó colgando a un lado de la capilla. Demian soltó los órganos y a los segundos se escuchó el sonido del cuerpo contra el suelo. Ambos nos acercamos al borde para divisar un cuerpo que ya había desaparecido, ambos estábamos débiles. Logramos hacer que se retirara eso era un logro.
—No eres luchando después de todo. —Me senté en el suelo y apoyando mi espalda contra la pared
—Tampoco lo haces mal, debes aceptarlo somos un buen equipo. —Demian se sentó a mi lado. Con nuestras ropas destrozadas parecíamos un par de mendigos.
—Como digas, pero no pudimos matarlo. Aunque debo agradecerte lo que hiciste al recibir las cuchillas.
—Era lo mejor que podía hacer en ese momento… ¿Siempre eres así de impaciente? Ya lo atraparemos.
—Discúlpame por haberte quebrado los huesos aquella vez, cuando sentí tu poder pensé que controlabas tus habilidades y que eras un peligro.
—No soy más peligroso que tú, los únicos humanos que maté se lo merecían. —Sacó un cigarro y comenzó a fumar para sacarse el stress.
—Oye, ¿Quieres una cerveza? Yo invito.
—Discúlpame yo nunca bebo, alcohol. Cuando era humano lo hacía ahora que soy vampiro me da nauseas.
—No sabía que ustedes no pudieran beber alcohol.
—No es un problema de los vampiros pero cuando me convertí mi nuevo olfato se hizo intolerante al alcohol.
—Bueno yo las veces que intente fumar nunca pude, así que en cierto modo estamos iguales.
—Lo que digas saco de pulgas. —Demian intento reír pero al poco tiempo el dolor lo hizo quejarse.
—Vete a la mierda conde chocula. —Odio admitir que me paso lo mismo al reírme.
Nos miramos y comenzamos a reír a carcajadas incluso con el dolor de nuestras heridas, Demian es un imbécil pero es un buen sujeto. Luego de descansar nos retiramos. Me dirigí a casa de los Adams.
—Me alegra ver que estas bien, excepto que pareces un mendigo cariño.
Selena tomo una suave toalla con en agua tibia y se dispuso a limpiar la sangre de mi espalda mientras descansaba en la bañera. El agua tomaba un tono rojizo mientras que con la dedicación de una enfermera, seguía higienizándome.
—¿Sabes algo? Tuviste razón todo el tiempo, no tenemos por qué luchar entre nosotros.
—Sabía que lo entenderías al final, pero es bueno que no pierdas tu encanto salvaje que tanto me gusta.
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