Valaquia siglo XV.
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El hombre había caído, lo había perdido todo. Su país, su familia, su reino, sus leales soldados habían muerto, su hijo primogénito lo único que le quedaba estaba protegido como el próximo sucesor al trono mientras los otros se mantendrían ocultos y privados de su pasado por su propio bien. Ahora herido y derrotado era arrastrado por sus enemigos al lugar de su ejecución. Sería decapitado y su cabeza el trofeo de los enemigos de su Dios. Su fuerza prodigiosa era contenida por grandes grilletes de hierro, ya no podía hacer gala de su habilidad con la espada que lo había convertido en un guerrero temible. El príncipe de la oscuridad había caído. Pero una voz llegaría directamente a su alma deteniendo el tiempo a su alrededor.
—Vas a morir este día. Pero te ofrezco venganza. La oportunidad de tener la fuerza para enfrentar ejércitos y de controlar a las bestias. Si aceptas mi propuesta, morirás pero despertaras como si de un sueño se tratase, no podrás volver a morir a menos que un hombre de Dios te mate. Dejaras de ser el príncipe de tu tierra para ser el rey de mi pueblo. Y tanto como tú, tu linaje será maldecido con tu destino si ellos como mortales reciben nuestro beso.
—¿Y qué querrías a cambio?
—Que venzas a mis enemigos… los que me redujeron a un espíritu errante, los que le dan poder a quienes te derrotaron, los enemigos de esta tierra y la vida misma. Tendrás la mitad de mi espíritu en ti dándote poder pero debes de cuidar de no caer en las tentaciones de ese poder o te maldecirás convirtiéndote en una bestia maligna.
—Correré el riesgo para salvar a mi pueblo… ¿Qué debo hacer?
La silueta de una mujer de piel clara y largo cabello negro que cubría su rostro y su busto se acercaba a él. Agachándose para estar cara a cara con el hombre su rostro era inmaculado, bellísimo y al mismo tiempo extraño no tenía facciones que indicaran una etnia específica y al mismo tiempo las tenía todas. La combinación de todas las razas por igual como si fuera una mujer primigenia. El príncipe llegó a pensar que estaba frente a una especie de figura religiosa pero todo cambio cuando ese rostro tan hermoso abrió sus labios mostrando dos largos y agudos colmillos y ojos como los de una serpiente. La mordida fue dolorosa como la de una víbora. El hombre gritó de dolor y como respuesta recibió un latigazo. Todo había vuelto a la normalidad. Pero la marca estaba ahí. Y una semana después el cuerpo decapitado abandonó su tumba con una nueva cabeza buscando sangre.
Ese hombre que se había levantado de la tumba actuaba como un vigilante asesinando y alimentándose de delincuentes. En tiempos de guerra atacaba los ejércitos enemigos. Con las guerras santas menguando, decidió establecerse en las ruinas de su hogar. Los lugareños le temían como una manifestación incapaz de descansar. El héroe amado y temido era ahora un demonio en el imaginario popular. Familias que conocían el mito del strigoi lo desafiaron por generaciones, jamás lograron matarlo. Su mente de gobernante le impulso a tomar la sociedad a la que pertenecía y reformarla creando de forma inconsciente una nación secreta. Descubrió que sus enemigos eran los demonios de los que tanto había oído hablar a los clérigos. Con la motivación de tener un enemigo al cual combatir su pasión había regresado.
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Del diario de Maya Silver 6 de marzo.
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Otra vez el mismo sueño, al menos sucede una vez al mes, siempre en mí semana fértil, es tan recurrente que asusta pero me hace despertar con una sonrisa: Era un día de tormenta, los truenos siempre me dieron miedo pero me alegraba detenerme y poder mirar juguetes en la tienda dos calles antes de llegar al jardín de infantes. Siempre llevaba en brazos una muñeca de trapo que hizo mi abuela. Ese día me separé de mis padres y me apresuré para ver los juguetes corriendo. Amaba ver las nuevas muñecas. ¿Qué cosa podría pasar? Las calles eran seguras en contraste al mal momento del país...
Llegue y vi a otro niño que miraba la vidriera, lo miraba mucho supongo que me pareció lindo. Tenía el pelo negro y corto, ojos grandes y marrones que expresaban amabilidad mientras se fijaban con gran emoción en los dinosaurios de Jurassic Park. El notó que lo miraba y simplemente sonrió con timidez. Antes de que intentara hablarle dos niños mayores se acercaron a mí y tomaron mi muñeca para pasársela entre ellos al mismo tiempo que me llamaban con palabras hirientes debido a mi etnia. Quería llorar para que mis padres vinieran a retarlos.
El niño intentó recuperarla pero recibió una fuerte patada en el estómago que lo dejó en el piso enrollado por el dolor. Comencé a llorar al verlo así, mis padres aún no llegaban me adelante mucho y estaban a la vuelta de la esquina, el niño estaba lagrimeando por el dolor pero no lloraba y de repente su mirada perdió todo ese brillo que le había visto antes. Ahora era sombría, los chicos dejaron de jugar entre ellos y de a poco sus caras empezaron a empalidecerse. El solo dijo:
—Devuélvansela ahora mismo... —Arrastraba sus palabras casi siseando. —¡Háganlo ahora!
Su grito coincidió con un trueno, la luz del relámpago hizo brillar sus ojos en tonos rojizos. Su sombra, extendida bajo el hasta la pared. Esa no era la sombra de un niño, era algo aterrador, un fantasma alto y decrepito con largos brazos en posición amenazante. Volvió a repetir sus palabras, con un grito en coincidencia con un trueno. Nuevamente un relámpago se reflejó en sus ojos haciendo que brillen. Asustados le arrojaron al rostro mi muñeca y corrieron perdiéndose entre la gente. El niño la tomó, la observó sonriente y me la dio volviendo a verse amable pero con las lágrimas de aquel golpe. La tomé y cuando quise darle las gracias lo vi irse en dirección a la escuela primara vecina de mi jardín, jamás lo volví a ver, jamás pude agradecerle.
Han pasado diez años desde aquello pero cada tanto vuelvo a soñarlo, quisiera darle las gracias, es un deseo de cerrar ese capítulo que si bien podría ser sin importancia fue algo muy lindo que recuerdo con cariño. La alarma suena dando ese insistente pitido electrónico. Pero siempre que sueño con el me despierto antes de lo planeado ganándole a la alarma. Hoy también es un día tormentoso. Las calles cambiaron, ahora los niños no corren solos sin sus padres. La juguetería de mis recuerdos quebró hace ya varios años ahora hay un mercado. Desastres de la era Ceaușescu. Quisiera volver el tiempo atrás, ser una niña de jardín jugando con muñecas en lugar de dedicar todos mis días a los estudios. Pero al menos puedo tener mi pasatiempo el lugar donde más brillo, debo esforzarme la competencia de patinaje es a solo unos pocos meses aunque aún no me decido que canción usar.
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Del diario de Malice Latos 16 de febrero.
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Es un día especial. Mi primera misión importante. La primera vez que estoy frente a los nobles. Las compuertas de madera se abren con un grave rechinar y el sonido de las cerraduras está invitándome a pasar. Nerviosa camino el pasillo, mientras los murmullos a mí alrededor son el único sonido audible que apenas son opacados por el tacón de mis zapatos. Al final del corredor hay un trono custodiado por un enorme guardia al que creo conocer, donde está sentada una mujer de abundante pelo negro en lacio perfecto, rojizos labios carnosos, ojos como dos rubíes brillantes con un cuerpo voluptuoso envuelto en un bello vestido carmesí con detalles negros.
—Malice, hija de John C. Latos Barón de Neustadt.
—Estoy a su servicio mi condesa. —Me puse en reverencia con un puño y una rodilla tocando el suelo.
—Fuiste iniciada recientemente después de tu contribución, y al tener sangre aristocrática de distinción. La misión que te encomendamos no es de una importancia menor. Confío en que podrás cumplirla. —La voz de la condesa Bathory es imponente pero al mismo tiempo apacible me despejó de toda sensación de incomodidad.
—Así lo haré, mi lady le agradezco la oportunidad.
—Muy bien, la misión es esta: Como sabes hace más de cien años que el príncipe Vlad fue derrotado por humanos cuando por razones desconocidas se fue a Londres. El, quien heredo el poder de la madre Lilith desapareció pero su familia humana: sus descendientes deben existir en la actualidad. Debes buscar al más adecuado para intentar convertirlo quizás la sombra de Lilith está también en sus descendientes.
—Como usted ordene, elegiré al descendiente de Drácula más adecuado y haré que se una a nosotros.
—Informaras cada novedad inmediatamente, Orlok será tu compañero como siempre, pero la conversión debes hacerla tú. Te deseo suerte en la misión señorita Latos.
Me retiré de la sala del trono luego de mostrar mis respetos a Camille y me dispuse a viajar a Rumania. Es la primera vez que intentaba transformar a alguien. Puede que la misión sea fácil pero viajar a Europa, la tierra natal de mis padres me daba una intensa nostalgia.
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17 de febrero: El avión volaba sobre el atlántico camino a Bucarest, un jet privado con ventanas cubiertas por gruesas telas. Kraven mi compañero estaba rastreando a los candidatos para hacer una elección precisa. La pantalla brillaba en su calva mientras leía los registros.
—Estos son los descendientes de los que tenemos registros fiables: Dio Drago, el jefe de la familia y padre de los tres candidatos Diego, el hermano mayor creemos que tiene una vida sexual activa, no es compatible. Demian, el hermano medio, es la mejor opción y la última: Diana, la hermana menor, es muy joven sería perjudicial para su salud mental.
Miraba atentamente cada retrato y la información correspondiente, para un genio como Kraven entrar en los registros civiles, historiales médicos y otros datos de interés es pan comido. De pronto la foto del hermano medio llamó mi atención. Su mirada más hostil que la de sus hermanos, se me hizo atractiva por lo que decidí elegirlo.
—Demian se ve justo como me gustan estoy ansiosa por conocerlo. —No pude evitar relamerme mientras acariciaba la pantalla.
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