Del diario de Camille Bathory 4 de junio.
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Cronos y Scarlett regresaron al castillo Belvedere con buenas noticias. Demian demostró estar a un buen nivel en sus habilidades siendo lo más resaltable su regeneración y agilidad pero es inmaduro en actitudes, lo que podría ser una debilidad a futuro. La misión de Malice es confirmada como un éxito. Hay detalles que fueron inesperados: Demian quiere conservar su familia humana evitando fingir su muerte como hace la mayoría de ghouls. He decidido ir a los Cárpatos. Solo espero que los actos de mi madre y míos hayan redimido los pecados de mi abuela.
El sonido suave del tocar en la puerta me interrumpe.
—Adelante. —Ordené con tono autoritario.
—Disculpe la interrupción mi lady, pero tenemos información urgente. —Scarlett mi dama de compañía se acercó a mí con una tableta en manos y unos papeles.
—¿Qué sucede señorita Ekimmu?
—El príncipe Demian y el Alfa de los licántropos Chrisaor Kiranen tuvieron en los últimos días batallas contra un acólito poderoso a quienes le confirieron poderes de fuego y regeneración. —Tosió para aclarar su garganta y continuó. —Creen que este acólito cuyo nombre es Nala Stinkerman planea mediante algún ritual despertar a Belcebú en el bosque de Hoia Baciu.
—En ese caso vamos a tener que enviar un equipo de apoyo y en caso de confirmar su teoría usar todos nuestros recursos para detenerlo. Si el mismo Chrisaor está alineado con Demian la amenaza parece ser muy real.
—¿Cuáles son sus órdenes mi lady?
—Envía a Bucarest un grupo de caballeros negros, me comunicare con políticos humanos asociados con nosotros para prepararlos ante cualquier situación, en el peor de los casos evacuar a sujetos de interés. Son criaturas volátiles si dejamos que se hagan cargo van a terminar matando más inocentes que los demonios con sus armas.
—Tiene razón. Mi lady ¿Hay algún rubro en especial del cual quiera que me encargue?
—Medios de transporte, en especial barcos.
Me retiré dejando a Scarlett en mi habitación sé que los caballeros negros son más que suficientes pero preferí no dejar cabos. Cronos será mi escolta en esta empresa. Por suerte estaba preparando su viaje de vuelta a Bucarest. El vuelo fue largo ya que para proteger a mi escolta debimos viajar con escalas para asegurarnos de partir y arribar durante la noche, Las lascivas miradas de los hombres sobre mi figura me aseguraba alimento fresco entre tantos ávidos voluntarios ansiosos de que hunda mis colmillos en su piel. Decidí usar un atuendo moderno y más discreto que mis vestidos victorianos. Al anochecer salimos del aeropuerto después de hacer tiempo para que Cronos no sufriera quemaduras y nos dirigimos al hotel Saint Marius.
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5 de junio:. Según los empleados del hotel era una empresaria muy importante del turismo de Estados Unidos con propiedades en Central Park, por supuesto debí cambiar mi apellido por Karnstein para evitar sospechas. Una vez acomodados decidí salir a cazar.
Había mucha actividad policíaca por un supuesto ataque terrorista. Subí a la cima de un edificio para tener una vista de todo el lugar. El helado viento que descendía mecía mi cabello «Que sensación más agradable» Bajé a las calles, podía sentir el aroma de los hombres que me miraban deseosos. Había uno de ellos que resaltaba, él era el único que parecía no notar mi presencia. Me acerque a él de forma sutil y me senté a su lado. El hombre al principio se comportaba receloso pero una pequeña conversación le quito toda guardia. Lo fui arreando como al ganado de forma sutil hasta un lugar íntimo donde saborearlo. Lo acomodé poniendo una abandonada botella de licor en sus manos y los mensajes de despedida de su ex novia en la otra. Cuando me incorporé sentí a alguien detrás de mí, solo sentir su energía abrumadora me daba escalofríos.
—Bienvenida a Bucarest se nota que eres nueva ¿Qué te parece el sabor de la sangre Rumana? —La voz era juvenil y masculina.
—Buenas noches, es sabrosa tiene un sabor más suave que el de una persona neoyorquina.
Al darme vuelta y saludar a quien me dio la bienvenida lo reconocí inmediatamente, cabello azabache cayendo sobre los lados tapando parcialmente sus ojos, facciones juveniles, su nariz curva y sus ojos rojizos.
—¿Príncipe Demian? —«Pese a que era obvio decidí sacarme la duda además sería más educado preguntar»
—Soy yo… ¿Quién eres? —Me miró fijamente a los ojos, en gesto desafiante.
—Soy Camille Bathory, a sus servicios alteza. —Le ofrecí una leve reverencia.
—No es necesario que hagas eso y menos en un callejón con un humano desmayado, guarda tu protocolo para reuniones más formales. —«¡Pero que arrogante!»
—Discúlpeme señor. —Demian solo me miró con el rabillo del ojo, su mirada me detallo como un escáner que se detuvo en mis pechos más que en todo lo demás, en ese cortísimo tiempo al terminar solo dio un suspiro para luego alejarse.
—¡Espera! ¿No tienes modales para despedirte?
—Supuse que me seguirías y no lo vi necesario… —Lo perseguí varias calles hasta llegar a un parque. Se apoyó en un poste de luz con los brazos cruzados mirando hacia mí. —Bueno… tengo entendido que eres mi equivalente del nuevo mundo ¿Qué te trajo a Rumania?
—Hoia Baciu.
—Entiendo… de seguro Malice o Kraven te avisaron de mis planes de atacar el bosque ¿Verdad? —La actitud que mostraba al comienzo cambio a una más relajada y respetuosa. Se mostró receptivo desde entonces.
—Sí, pero en unas noches vendrán refuerzos y podremos atacarlos más ventaja. — Cuando respondí su rostro mostró decepción suspiro antes de responder.
—El ritual lo harán mañana. —Mencionó mientras fruncía su seño.
—¿Por qué mañana?
—Seis de junio de dos mil seis, seis, seis, seis. Los sellos externos fueron rotos mientras que solo conocíamos la ubicación de uno de ellos. Además mañana parece ser la fecha perfecta para hacer un ritual.
—Entonces haré que todos los caballeros negros se presenten lo antes posible, si estas en lo cierto no solo nosotros sino toda la población estaría en peligro.
—Antes que te retires Camille. ¿También puedes estar en la luz verdad? Es un gusto conocerte después de haber escuchado tanto sobre ti la próxima vez tratare de recibirte como la dama que eres.
—El gusto es mío Demian Drago príncipe de la casa Dracul último del linaje de los Basarab.
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6 de junio: Nos reunimos, En la fábrica posesión de Cronos. Kraven y Malice nos dieron una formal bienvenida mientras que Demian se encontraba al fondo con un grupo de licántropos entre ellos Kiranen. Me acerque para saludar pero antes de decir palabra alguna vi como Chrisaor golpeaba molesto la mesa.
—¡Maldición! Ese bosque es enorme no tenemos idea de donde comenzar y restaurar los sellos ahora es imposible. —El lobo gruñía.
—Creo que se cómo ayudarlos, debemos encontrar el claro llamado el circulo. — Dije interrumpiéndolos.
—¿El circulo? —Cuestionó uno de los licántropos un joven de cabello castaño.
—Es donde se encuentra encerrado Belcebú un claro donde no crece vegetación alguna. Si van a liberarlo significa que las cinco llaves fueron abiertas, sabíamos que una era en el cementerio de Bucarest las otras cuatro estaban en lugares desconocidos.
—Es muy posible que una de las llaves halla estado en la reserva. Esa fue la razón por las que nos atacó. —Dijo una mujer licántropo de cabello plateado.
—Lo más probable que sí, pero ahora puede que no tenga importancia. Debemos llegar al círculo antes del anochecer. —Asintió el licántropo más corpulento.
—Entonces debemos atacar ahora mismo no voy a permitir que esos humanos liberen a ese ente. ¿Tú vienes verdad Camille?
—Por supuesto, después de todo sin poder entrar con vehículos y con las brújulas inútiles soy la única que conoce un método que puede guiarnos.
—Bien Camille y Malice ya que nosotros tres somos los únicos que podemos soportar la luz del sol iremos de inmediato con Chris y su jauría. Si nos encontramos con acólitos atacamos a matar.
—Demian una vez que la luz del sol no sea una molestia los caballeros y yo entraremos al bosque. Pero antes. —Cronos saco de una valija una katana. —Esta es la “Blacksnake” hecha de acero bendecido en su hoja y lomo de plata, untada en aceite hecho del veneno de mamba negra destilado, la saya está decorada con piel de serpiente sintética. Solo un inmortal soporta su corte. Confío en que haz pulido tus habilidades desde la última vez que te vi.
—Muchas gracias Cronos.
Nos dirigimos a Cluj-Napoca en Transilvania para ubicarnos y dirigirnos a la entrada más cercana al “círculo”. Estábamos equipados con armaduras bajo la ropa para reducir la necesidad de regeneración y nuestro armamento estaba compuesto de hierro para repeler a los demonios con excepción de mi látigo.
Desde el exterior parecía un bosque bastante bello a decir verdad. Como dije antes al ser inútiles los artículos de orientación como los GPS o brújulas, es imposible guiarse en el lugar. Solo hay una forma segura: Me quite mi collar, la radiestesia es el único método seguro de hallar el objetivo. Conforme íbamos atravesando el lugar la luz del sol se perdía en el follaje al igual que el bello color verde del exterior opacándose cada vez más y los arboles tomaban formas extrañas, similares a un número seis, dándoles una apariencia aterradora. La neblina se comenzó a hacer presente al igual que una sensación de incomodidad. Se escuchaban lamentos a nuestro alrededor, pedidos de auxilio alguna vez reales que los espectros dejaron como recuerdos de su fatal destino. Se veían luces las llamadas orbes o fuegos fatuos, anunciando la presencia de espíritus a nuestro alrededor. Malice se veía nerviosa al igual que Demian al no poder golpear las manifestaciones, al parecer no tienen experiencia con este tipo de fenómenos.
Sabía que faltaba poco, los árboles en forma de número seis cada vez más retorcidos lo confirmaban. Los sonidos se hacían más fuertes conforme avanzamos hasta llegar a un camino donde un grupo de figuras nos esperaba. A simple vista parecían humanos pero no eran acólitos eran algo peor. Comenzaron a gritar y correr hacia nosotros usando con una expresión deformada eran seis y estaban poseídos por demonios. No había tiempo para exorcismos. Ordené a Malice que los acabara. Demian se veía molesto con mi decisión, incluso intentó detener a Malice. Tuve que hacerle entender que perder un par de vidas en pos de un bien mayor lo correcto cuando no hay otra opción.
Otro pequeño grupo nos atacó por detrás, los licántropos dudaron y justo cuando la mujer de su grupo estaba por ser alcanzada por el poseso Demian usando su espada lo corta a la mitad.
—Camille… maté a un inocente solo por haber priorizado la vida de nuestra compañera pero sigo sin estar de acuerdo. —La mirada de Demian se volvió hostil hacia mí, entiendo que estas acciones drásticas atentan su moral. —¿Estás bien? —Preguntó a la loba mientras envainaba.
—Si gracias… —La mujer evitó contacto visual.
—Te debemos una, los licántropos siempre devolvemos los favores. —Mencionó el castaño.
Pregunté a Chris los nombres de sus compañeros, se me hacía incómodo recordarlos únicamente por sus características: El más grande y corpulento del grupo pero también el más joven es Bear Herzog. El licántropo castaño de contextura ágil y furibundo se llama Jean Talbot y la mujer rusa de pelo plateado con hermosos ojos celestes es la segunda al mando: Ivy Snegkova.
Continuamos, esta vez fue menos tiempo antes de volver a ser atacados. Un demonio creado a partir de las osamentas de todas las pobres almas perdidas de este lugar. Este tenía la función de ser el centinela de los acólitos de más adelante. Tenía la apariencia de un cadáver putrefacto, alas huesudas y la boca llena de afilados dientes retorcidos en su frente. Este a paso firme se impuso en presencia ante nosotros lanzando un horrible grito que parecían los alaridos de terror de almas condenadas. Demian y Chris se adelantaron y atacaron sus flancos. Chris con sus garras de hierro le daba violentos golpes arrancando partes de su pútrida carne maloliente mientras Demian usaba sus garras en busca de puntos débiles. El demonio parecía haber sido superado pero cuando el licántropo intento darle el golpe final este utilizo una onda psíquica que alejó a ambos inmortales de su ser. Extendió sus alas momentos después elevándose sobre el follaje. Demian se incorporaba y desenvaino su espada para contraatacar. Chris por su parte comenzó a subir a los árboles para intentar golpearlo en el aire. Malice, los demás licántropos y yo nos mantuvimos en un círculo cerrado para evitar cualquier tipo de ataque sorpresa. Chris una vez a la altura necesaria saltó hacia el pero el demonio anticipo sus movimientos tomándolo de la pierna y arrojándolo hacia el suelo provocándole fracturas en su intento de aterrizar. La criatura fijó blanco en nosotros esta vez ignorando a Demian, intente dispararle las balas de hierro de mi revolver pero no podían penetrar su cráneo. Estuvo a centímetros de nosotros, cerré los ojos esperando el doloroso impacto, pero nada sucedió solo un sonido seco sobre nosotros y luego el impacto contra unos árboles a la distancia cuya densa niebla no nos permitía percibir lo que sucedía. El demonio había desaparecido Chris al igual que Demian se veían confundidos.
—¿Que sucedió? —Preguntó Ivy.
—No lo sé fue muy rápido. —Respondió Malice.
—Era una especie de sombra, es como si alguien estuviera cuidando nuestras espaldas. —Jean quien no cerró los ojos pudo verlo.
—Es cierto se veía como un acólito pero su túnica era café y bastante destrozada. —Continuó Demian.
—Qué importa que haya sido, nos salvó. ¿Alguien podría llevarme mientras mis piernas se curan? —Se quejó con molestia el líder de los licántropos.
Un grito en la profundidad del bosque se escuchó confirmando la destrucción del demonio. Las piernas de Chris regeneraron en poco tiempo mientras Bear lo llevaba en sus espaldas. La niebla estaba desapareciendo y podíamos escuchar múltiples llantos. Estos no eran espectros, eran horribles y desesperados en conjunto con el sonido de primitivos tambores. Poco a poco fueron silenciados hasta que no se oyeron más, lo cual indicaba que habían sido asesinados por la secta momentos después fueron reemplazados por gritos de jóvenes mujeres y hombres aullando de dolor y pidiendo misericordia.
Un temblor se sintió bajo de nuestros pies y millares de insectos comenzaron a volar. El sol se puso, habíamos llegado tarde. Nos acercamos hasta el claro denominado El Circulo para ser testigos de un altar improvisado sobre el cuerpo de una mujer desnuda y el pilar que representa la prisión de Belcebú rodeado de los cuerpos destrozados de sesenta y seis bebes sin bautizar. Habían sido mantenidos con vida con este propósito. Un grupo de acólitos ultrajaba a unas jóvenes rehenes para luego matarlas y devoraban la carne de los niños sacrificados junto con la de ellas. La música de aquellos tambores hacía que algunos sectarios bailaran descontrolados.
Los licántropos habían tenido suficiente, sus corazones se encontraban llenos de odio y sed de venganza. Atacaron el culto haciendo gala de su salvajismo. Los acólitos respondieron con armas pero la fuerza y velocidad de los lobos los abrumó. Haciendo que hagan lujo de una hipocresía que me revolvió las vísceras al pedir clemencia.
—¡Llegan tarde! ¡El ritual fue completado Belcebú está despertando con la sangre de los niños!
—No vivirás para verlo. —Chris lleno de rencor se agazapó mientras sus compañeros se arrojaban contra el líder del culto. Estos fueron repelidos por las llamas de Nala quien cuidaba las espaldas de su líder.
—¿Dónde estás Demiancito? Sé que estas por aquí ¡Lucha conmigo!
—Aquí estoy Nala, no vas a salir con vida de este lugar. —Demian apareció al lado de Nala decapitando a su líder en el proceso.
—Como siempre solo sirves para ahorrarme molestias pensaba matar a ese inútil después de que Belcebú este despierto. Hablando de eso…
La gran piedra comenzó a rajarse provocando un sismo más intenso y la sangre derramada de los infantes era absorbida desde el centro por una fuerza sobrenatural. Los insectos volaban en círculos de forma vigorosa rodeando la tumba. Las aves de todo el bosque se alejaban en conjunto con otros animales presintiendo el peligro y los lamentos de las almas se escuchaban en forma de canto a nuestro alrededor. El pilar explotó seguido por un horrible rugido dejando en su lugar un profundo pozo donde los insectos se metían. El pozo se llenó de sangre pútrida que brotaba dibujando un círculo con un extraño símbolo.
—¡Ba'al Z'vûv, Burach-Bhadi, señor de las moscas te libero para que destruyas este mundo! —Recitaba a gritos.
Del centro del círculo salió un enorme gusano de color blanco con hoyos a los lados. Tenía un aspecto baboso con una boca que se abría en cuatro partes y dos espeluznantes ojos negros. Demian y Chris lo pero su regeneración era instantánea y rechazo a ambos inmortales embistiéndolos con su cuerpo a una velocidad imposible.
—Drácula… Ha pasado más de un siglo pero tu sangre sigue existiendo, de todos los vástagos de Lilith ¿Estos tres son lo mejor que tienen para ofrecer? —Una voz profunda se escuchaba en nuestras mentes.
—Deberían ver sus caras, son testigos del principio del fin y no pueden hacer nada, Demian me pregunto. ¿Cómo harás cuando tu querida hermanita será alimento de bestias salvajes hasta que esté totalmente seca?
—Estoy hambriento sirviente después de siglos de encierro, tráeme mi primer comida de verdad. —El gusano demoníaco interrumpió minimizando nuestro conflicto.
—A sus órdenes mi señor. —El acólito se inclinó ante la larva y se volvió a levantar dedicando una sarcástica sonrisa a Demian.
El gusano se movió hacia donde estaban los cadáveres para beber la sangre derramada. Comenzó a envolverse en los restos dando acelerados giros sobre sí mismo destrozando su cuerpo y regenerándolo una y otra vez provocando una mutación. Belcebú tomaba una forma más antropomórfica. Lo atacamos pero solo parecíamos acelerar el proceso con cada herida. El demonio había dejado atrás su forma larvaria para verse como un humano sin pigmentos: cabello, ojos, piel todo era blanco. Sus venas se veían a través de su piel como gusanos moviéndose por todo su cuerpo y una cicatriz cruzaba su rostro.
—Señor aquí la tengo, no era a quien quería traer pero ya habrá oportunidad de encontrarla.
Nala trajo a una joven arrastrándola con la cabeza cubierta, estaba desnuda y su piel mostraba moretones, había sido tratada con crueldad. Parecía amordazada por los sonidos que emitía. Belcebú descubrió la chica, Demian y Malice se intentaron mover apenas vieron los asustados ojos verdes se dirigían a ellos. Entonces una patada del pecado los dejo en el suelo, con sus costillas quebradas.
—¡Samantha! —Gritó Malice desesperada. —¡Suéltala no tiene nada que ver con esto Nala!
—Qué pena todo el tiempo siendo amigas y nunca le dijeron su secreto. Samantha antes de morir te presento a Malice y Demian vampiros…
Nala la tomó del cabello haciendo que los mire a ambos. La chica estaba aterrorizada y sus ojos lagrimeaban al verse rodeada de monstruos. La mordaza le impedía emitir gritos de terror que se entendían perfectamente con esos mudos sonidos desesperados.
—Pero eso es el menor de tus problemas compañera, él es mi señor quien será lo último que veras en tu vida.
Samantha lloraba mientras Belcebú se acercaba y sus amigos gritaban, tomó su rostro, disfrutando su agonía, su miedo. Nala nos rodeó con un círculo de fuego. El demonio sostenía de la cabeza a la chica levantándola del suelo la combinación de miedo y dolor la hacía gritar mientras Belcebú abría su boca. De su lengua salió una larga aguja de hueso que se clavó en su garganta. Samantha cayó muerta en suelo con su cuerpo blanco. Demian en un bestial rugido embistió al demonio ignorando por completo las flamas que envolvieron su cuerpo al salir, haciéndolo impactar contra un árbol para luego golpearlo de forma desesperada y apuñalarlo con su katana.
—Al parecer la ira es tu pecado. Pero no importa jamás podrás matarme, ni siquiera con ese hierro bendito.
Malice también ignoro las llamas de Nala y dirigió su cuerpo hacia el demonio también estaba dominada por un frenesí de violencia. Fue detenida por Nala quien la mando hacia atrás con un potente golpe en el estómago.
—Es inútil, ya eligieron luchar entre si yo seré tu verdugo zorra.
—Voy a drenar tu cuerpo y devorarme tu maldita carne… ¡Sufrirás tanto que le pedirás a Dios que te mate!
La velocidad de Malice superaba a su enemigo quien recibía cortes con cada salto de la albina a su alrededor.
—¿Te crees valiente por ser hombre, acólito?— La mujer lobo salto liberada de las llamas dispuesta a luchar junto a Malice.
—¡Yo que hago en este lugar, sin ayudar!— Chris se levantó también saltando de las llamas —¡Belcebú! Demian solo no será tu rival, seremos ambos.
—Sean cuantos quieran cuando ella despierte será la muestra de lo que tendrán que enfrentar, seremos la plaga, un enjambre incontrolable que lo devorará todo. —Sostenía a Demian mientras lo golpeaba en el estómago.
Una risa femenina se escuchó. Lo habíamos olvidado, los upier. El cuerpo de Samantha comenzó a moverse en pequeños espasmos dando risas silenciosas que parecían murmullos. Samantha o lo que así parecía intento acercase con pasos torpes, su castaño cabello no era más que fantasmales hebras de seda blanca que se movían como telarañas en la brisa. Su voz parecía mecánica habiendo perdido su naturalidad. La Upier extendió su brazo hacia Malice y está casi hipnotizada se acercó.
—¡No te acerques es una trampa! —Malice reacciono y se alejó con lágrimas en los ojos horrorizada.
La Upier descubierta se lanzó sobre la vampiresa dando inicio a otra batalla. Los licántropos luchaban contra las flamas que Nala usando su magia diabólica les lanzaba y a lo lejos Demian y Chris destrozaban los árboles en su combate contra Belcebú. En un impulso de valor me aferré a mi látigo y decidí unirme a la batalla. Malice, una asesina elite siendo dominada por un demonio neófito me hacía estar consciente de su poder. Corrí hacia Malice y use mi látigo para alejar a Samantha poniendo mi cuerpo para protegerla y darle tiempo a curarse. La upier se acercaba como si nada hubiera pasado. Tomé mis armas de fuego y comencé a disparar con ambas manos haciendo que uno de sus brazos se cayera mostrando su carne llena de larvas. No sentía dolor solo quedaba decapitarla. La inmovilice con mi látigo derribándola con el rostro contra el suelo para que no pudiera picarnos, apenas podía contenerla.
—¡Malice córtale la cabeza!
—¡No, no puedo hacerlo Camille ella es mi amiga!
—Mírala bien Malice, Samantha está muerta es solo un cuerpo poseído por demonios.
Samantha torcía su cabeza para luego sonreír y lanzarme el aguijón el cual esquive de suerte. Malice me alejó de un empujón del cuerpo de su amiga y con una de sus navajas la apuñalo varias veces en el pecho buscando su corazón mientras lloraba y gritaba expresando su dolor. La upier quedó inmóvil, recuperando los colores de su cuerpo como último vistazo a su belleza antes de que rápidamente comenzara a descomponerse. Creí haber visto una mosca salir de la boca del cadáver mientras gusanos parecían devorarla desde adentro. Malice abrazó el cuerpo sin vida de su amiga llorando desconsolada entre gritos y lamentos sin importarle el estado en que esta se encontraba. Decidí dejarla sola con su pena y ayudar a los demás.
Los licántropos continuaban luchando contra el hechicero esquivando sus ataques de llamas. Demian y Chrisaor ya se encontraban cansados de tanta regeneración, estaba segura que sus cuerpos pronto colapsarían pero Belcebú aún estaba como si nada hubiera pasado su poder era aterrador. Chrisaor recibió un duro golpe que lo derribo dejándolo en el suelo paralizado. Belcebú se acercaba alargando sus garras hasta convertirlas en cuchillas era obvio que planeaba cortarle la cabeza. Demian quien se puso en medio de ambos fue mutilado perdiendo uno de sus brazos y pies en un solo movimiento de las garras de su enemigo. Intenté protegerlo siendo atravesada y tirada en el suelo. Todo parecía perdido para el licántropo. El demonio preparaba su golpe cuando este fue despedido a varios metros por un desconocido. Parecía un acólito por su vestimenta pero no era humano, tampoco un demonio se sentía diferente. «¿Que rayos era el, sería quien nos ayudó?»
—De los de tu clase no pensé que tu serías el último Dagon... —Belcebú se paró frente al sujeto desafiante.
—Te lo he dicho durante milenios no moriré hasta ver al último de ustedes dejar de existir. —Su voz siseaba como un lagarto. Solo se veía esa vieja túnica marrón.
—¡Humano! Retirémonos por hoy esto se va a poner cada vez más entretenido.
—A sus órdenes mi señor —Nala se acercó a Belcebú y ambos desaparecieron a través de un sello.
—¿Quién eres? —Preguntó Demian. El sujeto se quitó su capucha mostrando fue una fila de dientes afilados.
—Soy el último draconian, soy Raptor. —Su piel era verdosa con líneas oscuras, no tenía labios, su nariz eran dos pequeños orificios y carencia de orejas, sus ojos tenían escleróticas negras con un iris verde y pupilas verticales.
—¿Draconian? ¿Eres aliado?. —Pregunté.
—No, pero tenemos un objetivo en común. —No movía su boca al decir palabras.
Demian lo ignoró y se acercó al cuerpo de Sam, Malice se abrazó a él sollozando mientras el contemplaba el cuerpo de su amiga. Raptor apoyó su mano sobre ella como si absorbiera algo. La dejó con un cuerpo casi nuevo.
—Si va a dejar este mundo que al menos sus restos la recuerden como la humana que fue…
—Te prometo que vamos a vengarla. Por usarla contra nosotros y por todo el sufrimiento que paso.
—Pareciera como si durmiera, ¿Está dormida verdad?
—Si Malice, incluso sonríe porque vamos a esperarla cuando vuelva a nacer pero ahora la vengaremos.
—¡Esto es el comienzo! Fue solo una prueba de lo que vendrá, no estaré cubriendo sus espaldas. —Raptor desapareció de nuestros ojos en un parpadeo.
Se escuchaban helicópteros, Cronos llegaba en ellos junto a los caballeros negros. Malice estaba en silencio observando el cadáver de la chica sin mostrar expresión más que las lágrimas que se asomaban por sus ojos y recorrían un rostro inmóvil. Lo mejor sería retirarnos del lugar lo antes posible.
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