Esas dos palabras juntas son el coco de mi esposo. Le da mal genio y busca miles de excusas para no tener que asistir a esos eventos.
Su papá ya lo había hecho comprometer para que en Noviembre lo acompañemos. La forma de obligarlo, fue pagar todo por adelantado: transporte, estadía, alimentación y licor. Todo con tal de comprometernos a ir. Llevaba 10 años sin ir a las famosas reuniones familiares y al papá era al que le tocaba aguantar la preguntadera de todos por Thomas.
No tuvo escapatoria, hasta a mi me dio pesar del papá y le hice los cuartos para ayudar a convencerlo.
***
En la mañana a eso de las 10 de la mañana nos estaba recogiendo un bus que había contratado para llevarlos a todos. Lo gracioso es que cuando nos montamos, mi esposo me miró extrañado y cuando nos sentamos me dijo:
- Te lo dije no conozco ni al diez por ciento ¿para qué vinimos?517Please respect copyright.PENANAXzAVtK0fA4
- Ya relax, vamos a divertirnos por nuestra cuenta y listo
El lugar para el que íbamos era a las afueras de la ciudad, no muy lejos, a los 30 minutos ya estábamos entrando por una carretera destapada, el bus apenas cabía. Cuando abrieron la portada de madera.
- wow -no pude evitar mi expresión-
La finca era un lujo tremendo. Parqueadero en piedras fijas como las calles de Santa Fé de Antioquia, una casa grande de una sola planta de varias habitaciones, ventanas amplias que permitían el flujo de aire y a un costado una cocina enorme una ventana y barra americana de casi todo un costado mirando hacia la piscina.
Al entrar a la casa, pasas a través de un corredor entre la sala y el comedor y te encuentras con una vista aún más espectacular. Una piscina de varios niveles, jacuzzi incluido separado de la piscina por un vidrio templado que permite ver a través. A un costado un sauna con duchas y unas escalas que van a dar a una terraza con sillas para tomar el sol. La piscina era todo un lujo tenía chorros de hidromasaje, chorros externos tipo fuente que pasan de una lado al otro.
El tío adinerado de la familia, nos saludaba desde el otro costado, mientras apretaba unos botones encendió el climatizador y comenzaron a salir burbujas por toda la piscina.
Pasamos de largo hasta un kiosko con una sala y dos mesas largas, dos baños y una barra. Detrás del kiosko, se podía ver una cabaña como a cuadra y media, no tan lujosa como la principal, pero sí muy bien escondida.
- No lo puedo creer -vino el tío estirándole la mano a Thomas- se digno a venir517Please respect copyright.PENANAVmfdWvwO9a
- Tío, usted sabe que me mantengo ocupado517Please respect copyright.PENANAeLrdyOTTHn
- Güevón tan bobo, yo me mantengo peor que usted. No se puede perder tanto -lo abrazó-517Please respect copyright.PENANACkpXIkLi5x
- Te presentó a mi esposa, Erika517Please respect copyright.PENANAWpgRiAy3XE
- Uy sobrino -me extendió la mano y dio un beso en la mejilla- que hermosa mujer -me alcancé a sonrojar- 517Please respect copyright.PENANAF7qh1boaK5
- ¿Dónde nos podemos acomodar? -le preguntó Thomas-517Please respect copyright.PENANAKFItFTnm2j
- Donde quieran ¡están en su casa!517Please respect copyright.PENANAUIVA8ZBiod
- Puede ser allá -señalándole la cabaña al fondo-517Please respect copyright.PENANAnjHNLJBmAW
- Esa es la que usan mis nietos cuando vienen, pero hágale, de una
Era mucho más pequeña que la principal, pero con todos los lujos deseados, habitación con aire acondicionado, baño con tina, cama king size y una televisor LED enorme. ¿Qué más le podíamos pedir a la vida? íbamos a poder dormir aislados de los demás.
Ahora lo maluco… un par de Rockeros a integrarse con la familia guapachosa y rumbera. Excusa perfecta irnos para la piscina, salíamos solo por ratos, para la comida, picadita, almuerzo, chorro y otras vez al agua. Nos integrábamos solo lo necesario.
Ese día había clásico Nacional vs Medellin y les dio la brillante idea de ponerlo en el TV del kiosko a todo taco. Si hay algo que no soportamos ninguno de los dos, son los fanáticos de fútbol, gritando, hijueputeando y discutiendo de forma exagerada.
***
Activando plan de huida de la multitud. Nos salimos de la piscina, nos colocamos algo de ropa ligera y nos fuimos a conocer el resto de la finca.
Había una serie de senderos de piedra escondidos por vayas de verdes. Seguimos el camino entre los arbustos y fuimos a dar a nuestro lugar favorito: animalitos.
Alimentamos y sobamos a todos los que pudimos, era como estar en un mini Panaca. Hasta que un alma solitaria se nos unió, al parecer huyendo de lo mismo.
Literalmente, toda una señora, de unos treinta y algo de años, con una figura envidiable por cualquier veinteañera. Blanca, estatura media, un poco mas alta que yo. Cabello tinturado rojo naranja completamente cepillado y brillante, ojos claros color avellana y contorno verde.
Vestía una sandalias tres puntadas, jeans apretados, camisa con estampado de flores y los hombros al descubierto. Demasiado amable y respetuosa, se presentó.
- Hola ¿Cómo está?517Please respect copyright.PENANABp9BjPTFNa
- Escapando de la multitud517Please respect copyright.PENANAyAcyNwnb7P
- Si, yo igual517Please respect copyright.PENANA0J7FVlnZkE
- Mucho gusto Pilar517Please respect copyright.PENANAZeHe1jS4Vk
- Mucho gusto Erika, el es mi esposo Thomas -se acercó para darle la mano-
Después de mucho hablar y desenredar mitad del árbol genealógico, resultó ser prima segunda de su papá. Intercambiaron temas de sus estudios y hasta resultó un buen contacto para el proyecto de Thomas debido a que trabaja en un cargo ejecutivo de una de los bancos mas reconocidos de Colombia.
Igual que nosotros no le gustaba el ruido excesivo, los borrachos y menos el fútbol. Así que de ahí en adelante nos hicimos compinches. Luego con su carisma y trato de canciller, logró sin darnos cuenta, integrarnos con casi todos en el asado nocturno. Esa familia rumbea sin descanso.
Al final la convencí de acompañarme un rato en la piscina y nadar un poco.
- No traje vestido de baño517Please respect copyright.PENANAVPC3x2iZM8
- Una camiseta y un short y listo, no estamos en un reinado
Fue a cambiarse y cuando regreso, wow que mujer. Figura cuidada por el ejercicio, músculos macizos pero no definidos. Senos naturales de envidia, culo perfecto, enmarcados por una cintura envidiable. Ya quisiera tener el mismo cuerpo cuando tenga su edad. Ni siquiera tenia traje de baño, tenia una camiseta y unos shorts cortos que dejaban ver la curva entre sus piernas y sus nalgas.
Se empezaron a desaparecer cada vez más personas, hasta que mi esposo a eso de las 2 de la mañana bastante prendido, me hizo caras para irse a dormir. Mientras que a nosotras se nos pasaban las horas y no parábamos de cotorrear.
***
A eso de las 4 de la mañana solo quedaban dos parejitas en el kiosko y ella me dijo que ya le estaba empezando a hacer efecto la migraña así que se iba a acostar. Le conté que yo sufría de migraña crónica y que en la cabaña tenía la única medicina con la que me la habían podido quitar. Sin pensarlo me tomó de la mano para ponernos de pie.
- Vamos, sino mañana termino en urgencias
Solo hasta ese momento, caminando tras ella, no sé si por culpa del licor me fije en ella de forma diferente. Me entraron unas ganas irresistibles de verla desnuda, pero ni modo, toca disimular con "la prima". Eso si disfrute cada contoneo de su cadera mientras iba tras ella del kiosko hacia la cabaña.
Entramos lo mas silenciosamente posible, algo prácticamente imposible cuando estás con tragos encima y le haces señal a la otra persona de silencio con el dedo indice en los labios. Entre risas llegamos hasta el baño, rodeamos la cama donde estaba mi esposo tendido de par en par, solo con los boxer y sin camisa.
Ella se estaba quedando atrás, así que la tome de la mano y la lleve hacia el baño, pero se seguía distraída viendo algo. Entramos al baño y cuando encendí la luz la cual le permitió confirmar lo que estaba viendo. Ya iba a cerrar la puerta, pero me detuvo y me hizo señas para que lo mirara. Tenía una erección deliciosísima, tan fuerte que hasta el glande se salía de su boxer.
Su expresión fue abrir los ojos lo más grande posible y voltear a mirarme. Mientras tratábamos de contener las risas, cerrábamos la puerta. Ella haciéndose la chistosa, pero evidentemente interesada, volvió a abrir varias veces para mirar. Era casi imposible contener las risas y menos cuando ella me hacía señas con su antebrazo imitando lo parolo que estaba.
Finalmente cerramos la puerta y del kit migrañoso saqué los dos vaporizadores portátiles con extractos de aceite y le ofrecí uno.
- Vas a ver como desaparece el dolor de cabeza casi de inmediato
Le explique que contenían aceite de marihuana y la primera reacción fue de negación. Así que para que quitara el miedo yo fume primero y mientras le enseñaba como respirar.
- No pierdes nada con probar, sus efectos medicinales estaban comprobados
Tímidamente aceptó en un principio, pero luego se tomó confianza y fumamos por unos quince minutos. Una vez ya estaba "más tranquila", las risas desaparecieron y entramos en un estado de relax total, hizo señas para despedirse y al abrir la puerta la volvió a cerrar de inmediato, sus ojos de sorpresa y la boca completamente abierta completaron su expresión de asombro.
- ¡¿Todavía lo tiene igual?! -nos atacamos de la risa-517Please respect copyright.PENANAovkfqKAiYv
- No te vayas todavía, aún falta parte del tratamiento
Le ofrecí cambiar de vaporizador y le explique que el primero era para actuar de inmediato y este era más analgésico y relajante. No lo dudo, acepto sin pensarlo y después de varias fumadas.
- Esto es genial, ademas que no tiene efectos secundarios nocivos por tratarse de aceites -ella asintió con la cabeza mientras seguía fumando- y aumenta el libido517Please respect copyright.PENANAP59HUh84fC
- ¿Hasta ahora me lo dices? -hizo una mueca de preocupación- vos al menos tenes con quien bajarte las ganas, yo vine con mis papas -con tono de reproche-.
No sé de donde saque valentía, pero la miré y a modo de chiste le dije
- Eso no es problema, acá estamos nosotros para ayudarte en un tratamiento completo -seguida de una risa-
Tan diplomática como lo fue toda la noche, me tomo con su otra mano y me dijo:
- Tu eres hermosa y una persona espectacular, pero no me gustan las mujeres
No me esperaba tremendo baldado de agua fría, pero con las ganas que tenía de verla desnuda, sin pensarlo mucho, solo salieron de mi:
- Me halagas, pero ¿quién dijo que es conmigo? -volteé a sacar del kit migrañoso una tira de condones- desde que entramos a la habitación no has perdido interés por el pene de mi esposo
Lo blanca que era, ponían en evidencia su pena cuando bajó su mirada y se le subieron todos los colores en su cara.
***
Tenía que aprovechar que mostró su debilidad y arriesgarme. Apague el foco y la tomé de mano hasta el lado de la cama. Me ubiqué tras ella y le dije cerca al oído:
- ¿Cómo no vas a aprovechar todo esto? -señalándole el pene de mi esposo que parecía que fuera a reventar- te prometo que mañana te vas a levantar como si la migraña no existiera. Además yo solo voy a ver
Con mis manos en sus hombros la senté a un borde de la cama, me aparté un poco y me ubique en la cabecera. Ella aún indecisa me miraba sin saber qué hacer, lo miraba a él y miraba la puerta de la cabaña queriendo escapar.
Me volví a acercar, le tomé la mano, se la puse encima del boxer y con la mía apretando la suya, la hice disfrutar de toda su erección. Yo estaba que me moría, cuando vi su cara y cuanto lo estaba disfrutando. El chip de celos se activó «¿qué demonios estás haciendo? ¿le estas entregando a tu esposo en bandeja de plata?».
Ella se lamió los dedos y comenzó a pasarlos lentamente sobre su cabeza brillante, su pene se estremeció dando tumbos queriendo escapar del boxer. Me le acerque al oído y le dije:
- Nada de sentimientos, esto es solo sexo antimigraña. ¿OK?
Queriéndome convencer de que nada malo iba a pasar y que no lo iba a perder por hacer esto. Asintió con la cabeza, mientras que con sus dedos jugueteaba con el elástico del boxer, de un lado para otro lentamente, hasta lograr liberar gran parte de su pene. Volvió a salivar sus dedos jugueteando desde su cabeza, recorriendo las venas abultadas. Se inclinó para recorrerlo con su lengua por varios minutos hasta tomarlo con su mano y meterlo lentamente en su boca para saborearlo. Su cabeza aparecía y desaparecía en su boca, mientras su lengua y dedos recorrían toda su erección.
Esa dualidad entre celos y excitación es muy difícil de controlar. Tratar de convencer a tu cerebro de no cogerla del pelo y tirarla fuera de la cabaña era una batalla interna cada minuto que pasaba. Ya estaría de patitas en la calle, si no fuera tan hermosa y mis ganas de verla desnuda no me superaran.
Estaba disfrutando como se lo chupaba con esas miradas que me hacía de aprobación; a las cuales yo respondía aun sin estar segura con la cabeza. Thomas comenzó a despertar y sin abrir los ojos una sonrisa apareció en su rostro, disfrutó por varios minutos como le daba placer.
Cuando abrió los ojos y la vio a ella, se asustó, no se percató que yo estaba a su lado. Seguro pensó que ella se le había metido a la cabaña y que en cualquier momento yo iba a entrar y los iba a pillar.
Ya se iba a incorporar, cuando le puse una mano en el pecho para devolverlo a la cama y otra en su boca. Su cara de susto fue peor, seguro no se lo esperaba. Le quite la mano le di un beso luego me acerque a su odio:
- Shh no pienses, solo disfrutémoslo ¿Sabes cuánto te amo, cierto?517Please respect copyright.PENANA1JchUdC4IQ
- Si, como yo a ti -me tomó del cuello y me dio un beso-
Aproveche para ayudarle a levantar la cadera y ella pudiera quitarle los boxer. Subió besando sus piernas, hasta que su lengua se apoderó de sus bolas completamente depiladas. Con una mano frotaba su glande liso por la salivas y con la otra la movía de arriba a abajo todo su miembro.
No sé cual de los dos se veía mas delicioso, si ella chupando o él disfrutándolo. No me había equivocado con esta preciosura, esos años de experiencia iban a deleitar a mi esposo, cuanto lo envidiaba y cuantas ganas quisiera de estar en su lugar.
Parecía disfrutar tener a mi esposo para ella, tanto como que yo los estuviera viendo. Entre mamada y mamada, se quedaba viendo mi cara y sin apartar su mirada, jugueteaba con él hasta hacerlo gemir, soltaba una sonrisa y lo repetía una y otra vez.
Sé lo sacó de la boca y más tardo en ofrecérmelo que en yo estar chupando. Se me acerco al oído y me dijo:
- De verdad que tu tratamiento funciona, me tiene volando y más excitada de lo que esperaba -me dio un beso en la mejilla- ¡Gracias!
Pude disfrutar de mi esposo por un momento y al menos sentir el sabor de su saliva juntarse con la mía. Se acostó a un lado de mi esposo para besarlo y tomar su mano para ponerla en su trasero. Con lo amante de culos que es, no desaprovecho en agárralos con ganas. Ese hombre parecía un pulpo, no quería desperdiciar centímetros de su cuerpo en recorrer, la tomaba fuerte de la cabeza para besarla y lamer su cuello.
De repente se puso de pie sobre la cama, con un pie a lado y lado de mi esposo. La música del kiosko estaba muy fuerte aún y la aprovechó para comenzar a bailar. El show sin duda era para los dos. Él le ayudó a quitarse las sandalias, bailando sensualmente se quitó el short y lentamente dejó ver unos cacheteros con encaje que la hacían ver más deliciosa. Mi esposo se sentó, agarrándola las nalgas y metió su boca en su sexo. Más tardó el en acercarse que ella en empujarlo de nuevo a la cama.
Esos cacheteros comenzaron a bajar lentamente siguiendo su baile sensual. Cuando estaban a la rodilla él le ayudo a levantar un pie, sus piernas se abrieron y vaya vista la que yo tenía. Como me moría por meter mi lengua en esa rajita rosadita un poco curtida por los años. Me babee de solo pensar en su olor y sabor, toda esa saliva la descargue en el miembro de mi esposo.
Levantó la otra pierna y cuando volaron los cacheteros se dejó caer sobre el abdomen de mi esposo para besarlo. Su nalgas se abrieron y apareció ante mis ojos un asterisco cafecito que hacía contraste con su piel. Si no era suficiente con antojarme con la visión anterior, está si era prácticamente el colmo. Aún peor cuando apareció la mano de mi esposo para juguetear en el guiado por ella.
Intente tocarlo, subiendo mis manos por sus muslos, pero inmediatamente me la retiró y sin voltear a verme me recordó:
- Me dijiste que solo ibas a ver ¿cierto?
Se levantó y yo del susto pare de chupar, pensando que se iba a ir. Se dio media vuelta y volvió a montar, esta vez sobre la cara de mi esposo quién recibió con apetito voraz su vagina. Ella agarrándose los senos, con su indice me ordenaba seguir chupando.
Tenía todo el vestido de baño mojado viendo como mi esposo le hacia sexo oral y se paseaba entre su vagina y su culo, ella se mojaba sus dedos y se frotaba el clítoris sin siquiera quitarme la mirada de encima. Me pasó uno de los condones y cuando estuvo puesto me señaló un sofá pequeño de un solo puesto que estaba cerca a la pared.
¿Qué más podía hacer que obedecer? Iba a ver por primera vez en vivo y en directo como otra mujer se comían a mi esposo, sin que yo pudiera hacer nada. Me senté algo desconsolada y ella al notar mi desanimo me dijo:
- No tan lejos, tráelo cerca de la cama para que le puedas verle la cara
Aproveche para tomar los vaporizadores del baño y sentarme casi en la cama. Ella de una sola hundida se lo tragó hasta la base. Quedaron en un 69 de envidia, que no demoró mucho, pues ella solo quería humedecer el condón.
Levantó sus piernas y mirando entre sus cuerpos me dijo:
- Vamos, dale un beso, se lo merece
Mientras ella se levantaba para quedar frente a él yo ya tenía sus fluidos y su olor recorriendo mis sentidos del olfato y del gusto… era una tortura saboréala y saber que no la podía tener directamente para mi.
Un gemido ahogado por los besos me hizo entender que su vagina estaba apoderándose del miembro de mi esposo.
- Ay jueputa, si que lo tiene grande y duro
Seguido de un gemido y sus manos ordenándome volver a la silla.
Encendí los vaporizadores y mientras ella se movía suavemente sobre mi esposo, disfrutando cada centímetro de su pene entrar y salir, yo le daba de fumar a él sin ocupar sus manos que estaban en sus caderas disfrutando volverla a hundir cada que ella se levantaba.
Me sentía como una idiota, ahí sentada, mientras ellos disfrutaban. Así que decidí quitarme el vestido de baño y desnuda comenzar a masturbarme. Ella en vez de verlo a él, gemía y se mordía los labios cada que introducía uno de mis dedos y luego lo chupaba. Me estaba matando con esa dualidad, negándose primero, pero mandándome señales contrarias cada que podía.
Dejándose guiar por los movimientos de él, cerró los ojos mirando hacia el techo y después de varios gemidos apoyó las manos sobre el pecho de mi esposo para llegar al primer orgasmo. Él la tomó de la cintura y la taladro hasta que vinieron más de ellos, uno tras otro. Entre gemidos y una sonrisa de placer, cayó rendida sobre su pecho con su respiración entrecortaba.
Se recobró y sin sacarlo de su vagina, me señaló el vaporizador. Mientras ella volvía a cabalgar me hizo sentar detrás en la cama, le dio unas fumadas de mi mano. Me pidió que me acercara como para decirme algo y tomándome del cuello me robó un beso que me dejó sin aliento.
- Estoy muy volada -me miró con un poco de pena- dame mas que no quiero tener conciencia para lo que estoy a punto de hacer
Mi esposo se incorporó para fumar con nosotras
- Uy que rico se vio eso, a ver, otro besito
A lo que ella no dio espera y mientras jugueteabamos con las lenguas, una tercera se nos unió. Ella cambió de expresión, muy seria nos dijo:
- Nunca he estado con una mujer, pero esta berraca me encanta. No sobra decir que esto nunca pasó ¿listo?
Fumamos de nuevo y entre una bocanada de humo respondimos
- Lo prometo
***
Las cosas con ella son muy naturales, es como conocerla de toda la vida, así que nos acostamos un momento los tres en la cama a fumar varias tandas, como yo estaba en el medio, les robaba besos cada que podía. Cuando estábamos listos o más bien ya no estábamos en este planeta ella me dijo:.
- Veni, yo cumplo lo que ahora me estaba imaginando cuando entramos
Le quitó el condón y le empezamos a hacer sexo oral. Ella se deleitaba atragantándose con su miembro
- Picarona, bien guardadito te lo tenias... y yo sufriendo
Ella solo se reía buscando como besarme sin dejarlo de mamar. Se me acercó al oído y me dijo:
- Lo que me imaginaba, es que me lo tragaba enterito
La tomé del cuello y le dije fuerte para que mi esposo escuchara
- No vas a parar de chupar… y que no se escape ni una sola gota
Me acomode sobre mi esposo en un 69, dejando mi culo a voluntad de su lengua. Ella se apoderó de su glande, mientras yo jugaba con sus bolas y lamia de lado a lado su miembro. Sus bolas se comenzaron a recoger, pronto llegaría el momento. La tomé de la cabeza para que no pudiera escapar y la leche brotó en su interior.
Ráfaga tras ráfaga las tragaba con gran maestría y sus mmm mmm me hicieron venir al ver como disfrutaba de su semen. Al fin paró de venirse, se sacaba el pene de la boca, dándole lametazos.
- mmm que rico esta -para volverlo a desaparecer en su garganta-
Su pene seguía erecto, su cara me pedía continuar. Le monté un condón. Le hice señas con el dedo índice a ella para que viniera, cuando estaba arriba tome con una mano el miembro y le abrí camino entre su vagina.
Me ubique tras de ella, abrazándola, besando sus hombros, cuello y lóbulos. Le levanté las manos y le quite la camiseta mojada. Esperé para asegurarme que mi esposo nos estaba viendo y desabroche su sostén. Salió a flote un delicioso cuerpo blanco y unos senos naturales no muy grandes, con pezones prominentes y decorados por un mar de pecas que me volvía loca.
Sabía que él lo estaba disfrutando como yo y mientras los acariciaba desde atrás lo invite a chuparlos. El se acercó y ella lo rodeo con las piernas, mientras él se hundía en sus senos. Entre gemidos de ambos, comencé a acariciar su espalda, hasta alcanzar lo que momentos antes había anhelado.
Lo empujé de nuevo a la cama y ella quedó tumbada encima sobre las espinillas lo que hacía levantar su cadera. Una mano compinche la tomó de sus muñecas y otra muy fuerte la tomó de la cintura. Ella estaba inmóvil, pero mi esposo no paraba de meterlo y sacarlo levantando la pelvis, mientras yo recorría con mi lengua cada rincón, cada arruguita del contorno de su ano.
Los gemidos no se hicieron esperar, estaba gritando tan duro, que de no ser por la música del kiosko todos la hubieran escuchado. Empecé a penetrarla con la lengua a la misma velocidad que el pene y no nos detuvimos hasta que de tanto venirse perdiera la fuerza y dejará de tratar de liberarse de mi esposo.
Pobrecita, pero sí de algo más me antoje, fue de chupársela hasta que me llenara con sus fluidos.
- Ayúdame a voltearla -le pedí a mi esposo hasta que quedó boca arriba sobre él-
Solo ver la posibilidad de poder hacer sexo oral a los dos al mismo tiempo me hacía mojar. Sus labios vaginales ya estaban hinchados, pero cuando me hundí en ella, su aroma a sexo activo mis glándulas salivales creando un lago húmedo entre mi boca y su vagina.
Entre murmullos, aun si recuperarse del todo le decía a mi esposo:
- Estoy tan volada, que le siento la lengua hasta el cerebro
Lo besaba y su cuerpo comenzaba a agitarse nuevamente. Luego me apoderaba de su pene, sacándolo de su vagina. Untándolo en sus jugos rozaba su clítoris, los volvía locos a ambos. El pene busco su camino natural y entró sin ningún impedimento abriendo los labios de par en par, dejando expuesto su clítoris para ser atendido por mi lengua... hasta que comenzaron a brotar los orgasmos que inundaron mi gusto provocándome llegar a un nuevo orgasmo.
Ese culito no podía quedar inmune, el clítoris palpitante aún seguía en mi boca sin escapatoria. Saque el pene, lo coloque la cabeza en el culo, con el mar de saliva y la complicidad de ella, fue fácil de penetrar hasta el fondo. Estaba fuera de control, gemía tan duro pidiendo:
- ¡Parteme el culo! ¡parteme el culo!
Gritaba tan fuerte que a mi esposo le tocó taparle la boca. Mientras él no paraba de meterlo y sacarlo, yo jugueteaba con su clítoris en mi lengua. Su pelvis se movía de arriba a abajo, así que le metí el dedo anular y corazón en su vagina para estimular el punto g.
Después de unos minutos, los gemidos pararon, la respiración se entrecortó y cuando recuperó el aliento, metió un grito de placer que sin temor a equivocarme escucharon los del Kiosko. Un temblor incontrolable se apodero por todo su cuerpo y sus dientes comenzaron a castañear. Buscó como alejarse de nosotros y quedar tendida a un lado de la cama. Ya no podía más.
Con una mirada aun perdida, palmoteando la cama me pidió acostarme a su lado. Me hice encima para poderla abrazar, darle calor y consentir. No había terminado de acomodarme cuando… siento a mi esposo detrás quitándose el condón y escupiéndome el culo. Ahí encima de ella me lo metió hasta el fondo, lo tenía demasiado grande y duro que hasta dolía. Lo metía y sacaba sin piedad mientras me daba palmadas en las nalgas. Yo le gemía a ella en el oído sin poderme mover.
No sé de donde saco fuerza, pero ella me pasó las manos sobre la cintura hacia su cuerpo y yo solo podía escuchar como le decía a mi esposo.
- ¡Eso, eso, culeatela bien rico! ¡No pares! ¡No pares!
Me chupó el cuello y tras mi orgasmo, caí a su lado en la cama… sacó el pene y masturbándose nos bañó la cara. Después de vernos besar sus fluidos cayó rendido y jadeando en el espacio libre de la cama.
***
Hasta ahí recuerdo esa noche. Al otro día nos levantamos como a las 12, nos bañamos y salimos a almorzar. A ella no la vimos por ningún lado, tampoco había miradas inquisidoras, así que el licor y la música hicieron muy buen trabajo ocultando nuestra lujuriosa noche.
Volvimos a la cabaña a empacar para regresar a Medellín y cuando iba a guardar los vaporizadores en el kit encontré una nota:
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Ustedes dos y su medicina son un peligro. 517Please respect copyright.PENANAjkpGq7tk7n
Gracias por el tratamiento, la migraña desapareció. 517Please respect copyright.PENANA2JElEv6euE
Si vuelvo a tener una crisis te llamo.
Besos M.P.517Please respect copyright.PENANABqbOgQvbOU
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A veces muchos piensan que las cosas deben pasar de inmediato y las fuerzan para que se den. Nosotros esperamos nueve años para tener nuestro primer trio y fijo el día que menos lo estábamos esperando sucedió.
Fue simplemente espectacular, no se me borró esa sonrisa como en un mes, me había gustado demasiado y al fin le había cumplido la promesa que le había hecho a Thomas desde que éramos novios.
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