Casi un mes alistando todo para el viaje, organizando con los otros compañeros del club, rutas, paradas, presupuesto y lugares. Que locura, nunca me imagine todo lo que tocaba hacer.
Sobre todo que en esa época, aún no existía nada de Smartphones, ni de GPS en el celular, era la gloriosa época del Nokia 1100 con el juego de celebridades y la super linterna. Se compraron varios mapas impresos de Colombia y se repartieron entre varias motos. Definimos lugares de control, para reagruparnos en caso de que alguno se retrasará y verificar que todos estuvieran bien.
Salimos un viernes a las 4 de la mañana aprovechando que iba a ser puente festivo, 10 motos en total aparecieron, cargadas como mulas arrieras.
No fue muy divertido pasar tan temprano por Santa Rosa de Osos, el frío de la madrugada era terrible, nos tocó parar a ponernos los impermeables encima para aguantar y eso que ni siquiera estaba lloviendo.
Seguimos escalando y paramos a desayunar en Yarumal, obligado una tasa de Chocolate hirviendo y pan de quesos recién hecho. Empezamos a descender y el cambio de temperatura nos hizo detener en Caucasia a quitarnos impermeables y demás protección para el frío; de estar congelados, ahora nos estábamos derritiendo. Aprovechamos para hidratarnos un poco, estirar y continuar.
Llegamos a Planeta Rica y paramos a almorzar, nos había tocado bajarle la ritmo debido a que uno de ellos se había tragado un hueco, el esfuerzo extra que tuvo que hacer para no caerse lo dejó con un dolor de espalda terrible. Como siempre, ellos andan al ritmo del mas lento, nunca dejan a nadie a la deriva y menos si tiene alguna molestia.
Tocó cambiar de planes, pasar la noche en Corozal (el pueblo donde filmaron la Telenovela Las Juanas). Dos de las motos lo escoltaron a Montería para ir a Urgencia a que lo revisaran.
Nosotros nos encargamos de conseguir posada para todos. En una casa hotel, nos alquilaron toda el piso de arriba, eran como 4 cuartos pero sin divisiones, muchas camas una junto la otra. A eso de las 11 llegaron y afortunadamente no fue nada grave, solo un espasmo muscular, le inyectaron antiinflamatorio y le recomendaron descanso, pero con la terquedad motera, dijo que aguantaba hasta Santa Marta y allá descansaba.
A las 5 de la mañana ya estábamos todos listos, bañados, desayunados y retomamos rumbo a Santa Marta. Pasando por Carmen de Bolivar, Calamar, Soledad. No entramos a Barranquilla, bordeamos la ciudad buscando el puente Pumarejo, el cual pasamos despacio admirando la inmensidad del rio Magdalena. Al otro extremo paramos un momento a refrescarnos y ver como seguía el compañero. Su expresión era de dolor intenso, le aplicaron un gel en la espalda, lo ayudaron a ponerse una vendas, una faja y continuamos.
Las rectas de Cienaga son algo hermoso, a un lado agua dulce y al otro agua salada. Teníamos el mar cerca, se llenaban los pulmones con su aire cargado y grueso.
Estábamos a unas cuantas horas de nuestro destino, llegamos justo a medio día a la taquilla de El Zaino sin más contratiempos. Mientras hacíamos la fila aprovechamos para almorzar por grupos, unos cuidaban las motos y otros llenaban los estómagos en un restaurante que quedaba al frente.
Al fin, la bienvenida al parque es mágica y toca pasar un pequeño riachuelo de agua dulce con las motos, levantando los pies para no mojarse.
La primera noche la pasamos en Cañaveral, una playa cerca de los parqueaderos, bastante bonita y calmada. Armamos las carpas y no desempacamos mucho, para poder continuar al día siguiente nuestro camino, eso sí todos nos quitamos la parafernalia motera, guardamos chaquetas, rodilleras, cascos, guantes, botas y demás en los baúles rígidos de las motos, no podíamos cargar ese peso extra a la playa de destino.
Mientras armábamos carpas para pasar la noche y preparábamos la comida nos cogió la noche.
Unos pocos ansiosos que hace años no íbamos al mar, nos montamos la pinta playera, pantalonetas, camisetas y las mujeres con la parte superior del bikini, el calor era abrumador.
Aprovechamos una luna creciente y grandota para ir a la playa en la noche. La idea era solo ir, conocer y volver, no habían muchos ánimos. Nos recostamos a hablar, relajar el cuerpo, sentir la arena en los pies y el agua un poco. Solo los pies porque el mar estaba bastante picado.
Algunos se sentaron en unas sillas plegables y ahí cayeron fundidos, hasta que decidieron regresar a dormir. Thomas y yo somos bastante noctámbulos y decidimos caminar otro rato por la playa, alejándonos de las personas.
Caminamos unos 20 minutos bordeando la costa, ya no se veía un alma y lo invite a sentarnos a ver el mar y dejarnos refrescar por la brisa.
Se tiró hacia atrás, acostándose muerto del cansancio. Yo me quedé un rato junto a él y luego me le monté encima a horcajadas para darle algunos besos, restregando mi sexo con el suyo.
- ¿Qué haces necedad?593Please respect copyright.PENANATHrgiE1ZxL
- ¿Yo? -con cara de inocente y llevándome la mano al pecho- nada593Please respect copyright.PENANA7cEePrr3MU
- Si claro, nada593Please respect copyright.PENANAayi9XHDPIS
- Aprovechemos593Please respect copyright.PENANAky9bidOjng
- No amor, te lo juro, estoy muerto593Please respect copyright.PENANAmwmmpXaZBY
- Si, has manejado dos días seguidos593Please respect copyright.PENANAjOXcmqqu8C
- Si preciosa, mañana nos desquitamos593Please respect copyright.PENANAMqOLwpvAMQ
- Yo creo que se como te puedes -soltando el nudo de la pantaloneta- relajar
Empece a deslizarme hacia abajo sin dejar de mirarlo a los ojos y sonriendo
- ¡Erika! nos ven593Please respect copyright.PENANAzpyXf22gOa
- Yo no veo a nadie -volteando a mirar para todos lados-593Please respect copyright.PENANAy1xGio4Hq7
- Pues en este momento no, pero alguien puede...
Saque su miembro y metí su glande en mi boca.
- Entonces no te demores -le dije-
Fui directa a masturbarlo con rapidez, girando ambas manos y generarle placer extra.
- HP ¿por qué no traje la cámara? -me dijo-
Levanté los hombros y continué en mi propósito. Se escucharon unos ruidos en unos matorrales y del susto lo tape con la pantaloneta de inmediato. Una parejita muerta de la risa estaba saliendo, obviamente estaban en las mismas.
Levantaron la mano, disculpándose por la interrupción, pasando tras nosotros, la nena se tapó la cara apenada y el man nos dijo.
- ¡Que pena! ¡Ustedes sigan que nosotros ya terminamos!
Se perdieron por la playa caminando rápidamente. Nos cogió el ataque de risa y Thomas me regaño.
- ¡Te lo dije!593Please respect copyright.PENANApgeJmWX2f7
- ¿Qué importa? -volví a sacar su miembro y me lo metí hasta el fondo-593Please respect copyright.PENANAMRqv8eP9AJ
- Estas loca593Please respect copyright.PENANAoYambWeIsQ
- Si, -corrí la parte superior de mi bikini y froté su glande en mis pezones- por vos 593Please respect copyright.PENANAhyr55eR2st
- ¿Te aviso?
Me lo metí de nuevo chupando con fuerza sin responderle, quería que lo disfrutara, que de verdad se relajara un poco. No tardó mucho en llenar mi boca con su leche, succioné asegurándome de tragar todo el contenido y guardar su miembro. Le dí un pico en la mejilla y me recosté sobre su pecho. Por poco y nos quedamos dormidos así toda la noche, afortunadamente una ola llegó tan fuerte que nos mojó los pies y despertó.
***
Con la primera luz salimos de las carpas, preparamos sándwiches y a bañarnos, el agua era helada directo de la sierra nevada, una delicia que hasta mi esposo disfrutaba. El calor era tan intenso que hasta en la madrugada se hacía notar.
A eso de las 7 de la mañana había llegado el guía con unos caballos donde montamos el equipaje de todos y emprendimos camino a través del bosque tropical.
La caminada fue tremenda y el calor no menguaba. Afortunadamente caminando entre árboles teníamos sombra, pero casi no nos alcanzaba la brisa. Estaba sudando a cántaros y entre más agua tomaba más sentía que salía de mi cuerpo. Si yo sentía que me moría, veía esos pobres caballos con todo ese equipaje y me parecía una crueldad.
Finalmente llegamos a una playa que se llama Arrecifes, con unas mangas que parecen tapetes. Nos recomendaron hacer camping en ese lugar porque la del Cabo se llena mucho. Descargamos y después de descansar un poco armamos las carpas. Buscando quedar juntos pero no demasiado cerca como para escuchar los "ronquidos" de los demás.
Thomas tiene un equipo de camping muy completo. Una carpa para tres personas para clima dual, sin la sobre carpa entran ráfagas de viento por todos lados, apenas para refrescar las noches, pero si empezaba a llover fácilmente se podía montar y cubrirnos. Acomodamos los térmicos en el piso para aislar el calor, sleeping para acolchar la dureza y sabanas encima para el evitar se nos pegaran. Podíamos dormir, uno al lado del otro, en en el tercer puesto acomodamos las alforjas y lo que íbamos a usar a diario.
Ahora sí listos para playa, brisa, mar. Nos metimos a la orilla porque el mar no es apto para nadar y disfrutamos el primer atardecer, esa vista mágica que solo te regala el océano. En el Tayrona no hay como ver el sol desaparecer en el mar, lo tapan las montañas, pero la gama de colores en el agua y cielo son hermosos.
En la noche comíamos, hablábamos de cualquier tema y nos reíamos. Habían personas de todas las regiones del país y muchísimos extranjeros. Afortunadamente Thomas habla inglés fluido y se convirtió casi que en su intérprete. Intercambiamos comida, historias y canciones con algunos que tenían guitarra.
Íbamos frecuentemente a Cabo San Juan. Me enamoré de ese lugar paradisíaco y único. Toda persona debe conocerlo antes de morirse. En serio, solo busquen en internet y se van a enamorar.
Parque Nacional Natural Tayrona593Please respect copyright.PENANADu0wa5K46n
CaboSan Juan de Guía593Please respect copyright.PENANA9fzrpOiiCw
Magdalena, Colombia
Allá mismo entre nosotros y algunos extranjeros pagamos un guía que nos llevó hasta pueblito, el primer asentamiento de los Kogi, una de las tribus que habita la sierra nevada.
Nos tomamos algunas fotos y nos explicaron sobre la arquitectura, terrazas y forma de cultivo. Masticamos hojas de coca y nos explicaron todos los valores nutricionales, energéticos, medicinales de la planta. La historia de como los nativos mascaban la hojas para evitar el mal de altura al subir a Ciudad Perdida. Es de verdad una lástima satanizar una planta tan hermosa y que haya terminado convertida en "algo malo" gracias al narcotráfico.
Comimos un fiambre que cada uno llevaba. Asegurándonos de no dejar nada de basura. La pregunta del guía fue la mejor
- ¿Nos regresamos por el bosque o entre playas?
Obviamente decidimos ir entre playas. Tomamos una ruta con descenso rápido y la primera playa que nos recibió fue la nudista. La gente campante andando como si nada, recibiendo el sol cual playa europea.
Las extranjeras con las que íbamos ni lo pensaron, de una se quitaron la ropa la parte de arriba de lo más de natural, nosotros con el acostumbrado pudor y morbosidad latina lo pensamos un poco más.
Yo ya estaba lista a hacerlo pero ¿Adivinen a quién no la dejaron empelotar delante de todos sus amigos?. Efectivamente, a mi, debido a que habían personas del combo motero que él no conocía tanto.
Así que tocó relajarse, solamente brincar olas y disfrutar de la "agradable vista" que me daban algunos pechos al desnudo que iban y venían caminando por la playa. Lo difícil fue tratar de disimular delante de todos que me gustan las mujeres y creo que si tuviera miembro habría sido imposible ocultar una erección.
El mar en esa playa es muy fuerte y se debe saber nadar muy bien para arriesgarse a meterse. Luego de que nos revolcó a varios entendimos el nombre "playa nudista", o te empelotas o sus olas se encargan de hacerlo, el mismo Thomas terminó más de una vez con las nalgas al aire.
El mar literalmente nos sacó a todos. Continuamos el camino entre playas, para pasar entre una y otra tocaba escalar sobre formaciones rocosas. Toda una aventura. Hasta que llegamos a nuestra playa base. El cansancio era total, nos dolía todo el cuerpo y los pies estaban a punto de estallar. Ni que decir los que se fueron de zapatillas playeras en vez de usar tenis, llegarán con una ampollas asquerosas.
***
Pasamos varios días relajados, escuchando a Thomas de traductor contando historias de los nuevos amigos de otras latitudes, leyendo, o acostados en una hamaca recibiendo la brisa. Nadando cada que se nos antojaba y tragando pescado frito día y noche.
El lunes en la mañana un primer grupo que solo podía estar el fin de semana se preparó para regresar y nos levantamos a despedirlos. Nosotros por el contrario, teníamos planes para quedarnos toda la semana, solo quedamos 4 motos, dos parejas, un man y una nena.
A todos los que quedaron ya los había conocido desde el encuentro en Valparaiso pero la nena no era tan cercana al combo. Adriana, una mujer alta y fuerte, para manejar esos grillos de motos de alta cilindrada en los que andan debe cumplir esas características.
No es una mujer que llame mucho la atención. Poco vanidosa o delicada, como le dicen ellos, en un parcero mas. Eso sí es muy amable y buena conversadora. Su piel color canela, le sentaba de maravilla el sol, no como a mí que ya estaba roja como un camarón.
Ella atraía a todos los extranjeros con sus ojos color miel, dentadura perfecta, cabello negro liso brillante y sus grandes senos que lucía orgullosamente con sus pequeños bikinis.
Nunca fue muy allegada a Thomas, hasta me confesó que le caía medio mal, pero día tras día nos conocimos mejor. Se volvió más cercana a nosotros, sobre todo a mi y desde ese viaje se convirtió en mi compinche cada vez que salíamos a rodar con las del club. Inclusive parte del trayecto de regreso lo hice en su moto para poder conversar.
Como me conozco a mis queridos lector@s ya estarán pensado que le estaba echando los perros, pero no, nada de eso. Tanto nos acercamos que fue la primera del club en saber que me gustaban las mujeres. Ni le dio importancia, le pareció natural la cuestión y nunca fue prevenida conmigo, ni siquiera cuando nos bañabamos juntas, era claro que nos veíamos como amigas.
Día tras día, todo el combo nunca nos perdíamos el atardecer, era un placer obligado entre nosotros. Una vez nos cogió la noche hablando en la playa y de regreso vimos una grupo reunido escuchando a un grupo de cuenteros. La mayoría de campistas terminamos allá compartiendo licor y bailando reggae. No sé de dónde salió tanta marihuana pero ninguno evitó probar.
Entre en calor, el sudor y el roce con Thomas me agarró la excitación. Nos perdimos entre la gente hasta la carpa a darnos placer. Era la primera vez que la hacíamos bajo efectos de la dopamina, fue delicado y sensual. Yo estaba encima cabalgando lentamente, conteniendo los gemidos tanto como podía.
Escuchamos unas risas aproximándose y tocó bajar la intensidad.
- ¡Oeeee Thomas! ¡Erika! 593Please respect copyright.PENANArF1fT4wZ2s
- ¿Pa' dónde se fueron este par?
Decían sus amigos. Yo seguí en lo mío, cerré los ojos y apreté los labios para guardar silencio. Se empezaron a escuchar una risas y cuando abrí los ojos me percate que tenían una linterna alumbrando la carpa, se podía ver nuestras siluetas. Me quedé quieta y recosté encima de él para ocultar mi figura.
- ¡Ey, No jodan! dejen follar en paz -les gritó Thomas-
Más se reían y no hacían caso. Adriana que estaba bastante prenda se acercó a la carpa.
- Erika, así quieta se le aburre -volvieron a soltar la carcajada-593Please respect copyright.PENANA7L6TXYWMqz
- ¿Nunca han visto o qué? -le respondí- vea pa que calmen la goma
No me iba a dañar el momento y con lo volada que estaba menos. Apoyé las manos en el pecho y retome las movimientos sensuales, levantando un poco las caderas y volviendo a meterlo despacito, disfrutando cada centímetro de su miembro. Me tiraba el cabello hacia atrás y pasaba las manos por mis senos.
- ¡Uuusssshhhhh!
Gritaron casi en coro, silbando como salvajes. Estuvieron en las mismas por uno minutos y entendieron que la broma no nos iba a amedrentar. Apagaron la linterna y nos dejaron en paz, disfrutando nuestro momento.
***
Al otro día me desperté desnuda y sola en la carpa, con un solazo tremendo que me estaba cocinando a fuego lento. Ya era como la 1 de la tarde.
Me vestí, recogí un poco de desorden antes de que a Thomas le diera el mal genio. Es cuadriculado hasta de paseo.
Salí de la carpa, estaban preparando algo de comer. Los saludé a todos con la mano, mientras sacudía las sábanas para después doblarlas.
Estaban con un secreteo y un misterio raro que me molestaba. Cerré la carpa y me fui para donde estaban.
- Buenos días593Please respect copyright.PENANAuWLPxY1lT3
- ¿Días? Oigan a la bella durmiente, buenas tardes
Soltaron la carcajada y después de gozarme me pasaron un plato de atún con verduras, arroz y sopa de fideos.
- ¿y Thomas?593Please respect copyright.PENANAlv50hdRhAT
- Se fue a.... -se miraban estén ellos- conseguir... algo de tomar593Please respect copyright.PENANAlVuRmkzP5T
- Si -contestó Adriana- ¿Por qué no vas a ver porque se está demorando tanto? -codeando a uno de ellos-
Cómo a la media hora volvieron caminando con un galón de agua y varias cervezas.
Mientras almorzaban el ambiente seguía como tenso, me acerque a Thomas y le pregunté.
- Mor ¿estos que tienen?593Please respect copyright.PENANA5qD6sme12G
- Nada ¿Por qué?593Please respect copyright.PENANAkOUBiTEbT8
- No sé, están como raros593Please respect copyright.PENANA0LrSf6435m
- Ah debe... ser... por la puteada que les pegue por lo de anoche -con tono inseguro-593Please respect copyright.PENANAVUx9SFa78T
- No amor, no jodas, eso fue molestando593Please respect copyright.PENANAr271aLTvHs
- Si, pero igual tenía que decirles
Terminamos de comer, arreglamos todo y propusieron plan de caminata nocturna, aprovechando la luna llena podíamos ir a Cabo San Juan.
Pasamos todo el día relajados, recuperando energías de la noche anterior. Vimos el acostumbrada atardecer y acordamos vestirnos todos de blanco.
Emprendimos la ruta. El camino nos era conocido y ni en penumbra fue difícil llegar. Se veía hermoso de noche.
Fuimos hasta el cabo, donde se pueden divisar ambas playas. Se podía contemplar todo el paisaje bañado por un monto de estrellas.
La otra pareja que se había quedado en medio hippie, nos invitaron a buscar un lugar alejado de los demás para meternos al mar cogidos de la mano en círculo, con el agua hasta las espinillas.
- Cierren todos los ojos, suelten sus manos y relájese, dejen que la energía del universo los recargue
Me dejé llevar por sus palabras y recargué mi cuerpo con las buenas energías de la madre naturaleza.
- Ya pueden abrir los ojos
Lo hice lentamente dando el último suspiro. Me lleve las manos al pecho y se me salieron las lágrimas no lo podía creer, en serio me provocaba pellizcarme «¿Esto si será verdad? ¿O es un sueño?»
Ahí estaba Thomas frente a mi, de rodillas con un anillo entre sus dedos mirándome fijo.
- Erika, no existe una mujer más perfecta para mi vida ¿Te quieres casar con migo?
Estire la mano para que lo colocará sin poder decir nada, las lágrimas me salían de la emoción. Lo acerque para verlo de aún incrédula, caí de rodillas en el agua.
- Claro que si
Me tomó con sus manos y nos fundimos en un beso inolvidable mientras ellos aplaudían. Me despegaba riendo para mirarlo y lo volvía a besar.
Se acomodaron al rededor y empezaron a tirarnos agua con sus manos. Nos abrazamos cerrando los ojos, la risa no me dejaba cerrar la boca y lo salado del agua se me metió hasta ponerme a toser.
Al final nos dejaron en paz, nos ayudaron a levantar. Abrazos y picos, todos nos felicitaban y nos deseaban lo mejor. Se nota de inmediato cuando un amigo te lo dice de verdad, de corazón.
- Alcahuetas ¿Todos sabían cierto? ¿Con razón tanto misterio?
Le pegué a Thomas un puño en el brazo.
- Y yo hasta me creí lo del regaño
Abrí las manos y todos vinieron a abrazarme. Les monté los pies encima y me deje caer hasta que todos nos fuimos al agua.
- Por descarados, me tenían sufriendo
Estuvimos nadando un rato en las aguas cristalinas aprovechando que lo la luna llena nos dejaba ver el fondo.
Agotados, retomamos camino a nuestras carpas, me fui pegada como una garrapata a él, con una sonrisa imborrable.
Obviamente toda la noche le hice el amor y prometieron no molestar a los "recién casados" en su "noche de bodas".
***
Thomas y yo nos levantamos temprano, nos fuimos solos a ver al amanecer.
- Thomas593Please respect copyright.PENANApIi1VodYww
- Dime, amor593Please respect copyright.PENANASoycdiu9R9
- Todavía no me lo creo -estirando la mano, viendo mi hermoso anillo-593Please respect copyright.PENANA5oy1QoPiab
- Yo sí, te amo mucho593Please respect copyright.PENANAKqOpY5HB0O
- Yo también, pero nunca me imaginé casada593Please respect copyright.PENANADLEj2aWf0I
- Yo sí, afortunadamente "el destino" como tú lo dices me permitió esperar para elegir la correcta
Recosté mi cabeza en su hombro y suspiré.
- ¡Te amo, te amo mucho Thomas!
Volvimos al campamento para desmontar las carpas y prepararnos para el regreso a Medellín.
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