Del diario de Demian Drago. Escrito para el 24 de febrero.
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La sexta noche, otro sueño extraño, me siento flotando desnudo en una especie de tanque. Mi cuerpo está lleno de sondas y cables. Apenas puedo ver hacia el exterior el líquido rojizo que me rodea me impide ver con claridad, cada vez que cierro los ojos veo algo diferente, una niña pequeña y sonriente me observa. Me habla pero no puedo escucharla luego está llorando y desaparece.
Vuelvo a abrir los ojos, ahora veo unas siluetas observándome puedo notar que son muchos, están vistiendo batas blancas, quiero salir, quiero matarlos, me torturan electrificando el tanque que me contiene mientras solo toman notas. Uno de ellos se acerca a mí y posa su mano en el tanque mientras sonriente me contempla.
Desperté agitado. Estaba sudando y temblaba en la soledad de la oscura habitación que pase a no haber luz alguna se veía muy clara como si no hubiera anochecido del todo cosa que no es cierto ya que al mirar el reloj supe que eran pasadas las tres de la mañana, mire mis manos, me revise buscando esos cables en mi cuerpo con las cuales soñé, por suerte no había nada aunque tenía aún la sensación de estar conectado a ellos, pero mis dedos en sí y mis uñas crecieron un poco peor aún si tensaba mis dedos estas se alargaban aún más, similar a lo que hacen los gatos pero estas están dentro de mi dedo. «¿Será uno de los tantos cambios que debo pasar?».
Me levanté a buscar algo de leche lo único que al parecer cuando me da esa sed incontrolable por sangre se siente como si mi garganta y esófago se secaran. Abro el refrigerador y bebo directamente del envase de cartón con avidez. No tengo tiempo para modismos sin sentido estando a solas, y menos a mitad de la madrugada. Una conocida y molesta voz femenina irrumpe en mi cabeza.
—La leche de vaca no calmara tu sed de sangre por siempre, solo retrasaras un poco lo inevitable. Debes cazar por ti mismo antes de que tus instintos tomen el control y termines haciendo algo de lo que te arrepientas.
—¿No existe otra cosa que pueda beber en lugar de sangre? No quiero atacar a nadie. —Pregunte resignado.
—¡Pervertido! —Fue su rápida respuesta.
Antes de que retruque sus palabras con el obvio hecho de que es algo muy hipócrita de su parte llamarme así, ella continúo con su molesto tono de profesora.
—Sí, hay otras cosas que reemplazan la sangre humana pero como dije es algo pervertido y no es fácil de conseguir es mejor que bebas sangre, en la tarde te enseñare como hacerlo.
—Morder a un humano en la garganta hay miles de libros y películas que lo retratan además de que recordé como paso todo…
—Serás idiota… bueno lo admito es hacer eso, pero hay toda una técnica detrás o lo aprendes o terminaras matando a alguien y no creo que te guste tener eso en tu conciencia… Jamás he matado a un inocente y no permitiré que tú lo hagas.
Después de mi “amistosa” conversación con mi sire decidí volver a la cama, al menos mi reloj biológico no sufrió muchos cambios. Esta vez pude dormir tranquilo y a la mañana siguiente fui rutinariamente al colegio.
Clases de educación física, tal vez la clase que más odio y no es por el hecho de ejercitarme esa parte de hecho me gusta sino porque nos obligan a jugar al fútbol. Mis compañeros son felices con eso excepto por mí y Nala quien prefiere el basketball. «Ser alto supongo que influye» Yo me inclino por el baseball, pero la única vez que propuse jugarlo solo recibí burlas montones. El único deporte que me gusta y soy bueno no puedo jugarlo, el sistema educativo es injusto, omite todas las cosas en las que soy bueno y tendría mi oportunidad de destacar.
En la clase pude descubrir que soy mucho más rápido que antes al menos el triple de antes, pero no tengo más resistencia es decir, me canso por todo, soy una especie de guepardo con mi nueva condición. También soy más ágil puedo saltar más de dos metros, mis reflejos están mejorados pero pese a todo eso me canso muy fácil quizás sea por no beber sangre. Obviamente no salté frente a mis compañeros ni siquiera frente a Nala solo corrí, pero en casa estuve comprobando esas cosas y termine golpeándome la cabeza contra el techo, no es gracioso. Jamás podría ser como Mario duele mucho golpear cosas con la cabeza.
Mientras desvariaba pude ver que Nala me observaba con sospecha, no debe saber los cambios que estoy teniendo quien sabe lo que podría pasar. Es raro yo soy el vampiro pero quien en verdad odia lo cristiano es el por alguna razón desconocida. Supongo que es su espíritu de rebeldía que le hace oponerse, curioso ya que sus padres no son cristianos.
—Son unos idiotas, mira como corren me dan ganas de “Pumped Up Kicks” con ellos ¿A ti no? —Me dijo mientras jugábamos videojuegos en la banca.
—Si son solo unos idiotas. —Dije algo distraído ese Mewtwo no se iba a capturar solo.
—¿Oye que te pasa? Estas más distraído que de costumbre además estas pálido pareces un fantasma… ¿No me digas que te moriste y ahora vienes a la escuela como un cadáver? —Esas palabras me molestaron por lo exactas que fueron, como si se burlara de mi situación y supiera todo.
—No, no es nada… ¡Ah carajo lo maté!
—Anímate, si estás bien del todo recuerda que nos iremos de parranda a un bar el fin de semana a conseguir una buena borrachera.
—Quizás no pueda beber, el médico me prohibió las bebidas un tiempo. —Obviamente mentía pero el olfato como vampiro me hizo perder la tolerancia a las bebidas.
—¡Suicídate entonces! De qué sirve vivir si no puedes divertirte como debe ser. Quizás sea el momento para que pruebes alguna droga.
—Sabes que no probare esa mierda.
—Se un hombre deja de actuar como un marica ¿Quieres? ¡Vuelve a hablarme cuando encuentres tus bolas puto conservador!
Aburrido Nala tomo sus cosas y se dirigió al salón de clases con molestia. Sabía que no era eso si no perder a su compañero de fiestas lo que en verdad lo ponía así, yo hubiera actuado igual. Las clases terminaron. Quería volver a ver a la asiática, si tan solo supiera su nombre. Resignado al hecho de que no la vería ese día me dirigí al parque a encontrarme con Malice aún era temprano aunque ella es inmune a la luz del sol. Supongo que aun estaría durmiendo, así que solo me senté en una de las bancas mientras escuchaba música con mi teléfono.
No llegue a la mitad del tema que me puse en alerta había alguien observándome, tenía un mal presentimiento, sea quien sea aunque no pudiera verlo emanaba peligro. Todos mis sentidos se encontraban en guardia. Todo paso muy rápido vi una estela azul doble acercándose a mí a gran velocidad por suerte logre esquivarlo, la banca en la que estaba quedo hecha pedazos y entre el polvo que volaba divise su silueta. Cuando el polvo se fue verlo era claro para mí era un joven aproximadamente de mi edad con el cabello largo desmechado, tenía una piel muy clara y rosada claramente un tono nórdico, rubio y sus ojos muy azules como zafiros, vestía una chaqueta de jean estilo motociclista, sobre una camiseta azul, pantalones jeans del mismo tono oscuro de la chaqueta y borsegos militares.
Me estuvo observando fijamente a los ojos mientras caminaba alrededor mío, acechándome como un animal salvaje. Intente patearlo, fue inútil esquivo todos los golpes que intente darle, golpes que estoy seguro serían letales contra cualquier ser humano, al último ataque me trabo la pierna y antes de que pudiera reaccionar me envía hacia atrás con un golpe de su palma. Casi caigo al suelo por el dolor de mi esternón sentí que lo había quebrado. Antes de atacar puse atención a mi oponente como estaba mirando hacia arriba a la luna creciente. Estuvo así pocos momentos antes de volver a verme y finalmente hablo.
—Estas de suerte, aún eres solo un novato aburrido que no descubrió su potencial. Vendré a buscarte la próxima luna llena. Descendiente del empalador, no deberías ser un debilucho estoy decepcionado, más te vale ser más fuerte la próxima vez o te mataré…
—No sé quién diablos eres ni por qué me atacas, pero si tan seguro estas de tu fuerza ¿Por qué no lo resolvemos ahora mismo vampiro?
—¿Vampiro? No me compares con basura mocoso ignorante…
Se inclinó mientras gruñía, sus labios se retrajeron revelando su boca llena de dientes afilados en especial sus enormes colmillos, su cabello antes revuelto se movió hacia atrás revelando sus largas orejas puntiagudas cubiertas de un suave pelaje dorado como el de su cabeza, su nariz se arrugo y oscureció y noté como los bordes traseros de su mandíbula le crecía barba dorada hacia atrás haciendo aparentar al maxilar ser más grande, su manos tenían dedos cortos y gruesos pero sus brazos eran largos, muy fuertes y musculosos. De pronto note que su pantalón se movía y por el borde una cola felpuda a juego con el cabello de su cabeza salió. Simplemente estaba escondida en su ropa.
—No soy un vampiro… Escúchame descendiente del empalador, soy un orgulloso descendiente del dios de la muerte, Anubis. ¡Te haré recordarlo en tus huesos!
El lobo se arrojó sobre mí estrellándome contra un grueso árbol cercano escuchándose en ese momento varios crujidos húmedos dentro de mí, paralizado podía sentir el insoportable dolor de mis huesos destrozados. No podía moverme, aún menos hablar, ni siquiera gritar. Mi atacante una vez que me tuvo asegurado me golpeó repetidamente en el abdomen hasta que me hizo escupir sangre. Estaba seguro que me dañó órganos internos. El licántropo volvió a erguirse mientras me miraba con decepción y luego se puso de espaldas hacia mí dio un par de pasos antes de detenerse y mirarme por sobre su hombro con aires de superioridad, el dolor no me permitía moverme, pero quería hacerlo pedazos nunca me sentí así de humillado. Algo dentro de mí me pedía seguir peleando. Mi propio cuerpo muy mal herido se oponía a mis deseos, la furia era intensa el dolor de la impotencia de no haber podido hacer nada frente a él me dolía más que mis huesos rotos.
—Pese a ser solo un nosferatu sé que con el tiempo harás algo mejor que este patético intento de luchar contra mí, hasta entonces. —Dijo eso y desapareció de mi vista.
Ese tipo es demasiado fuerte. Los bullys del colegio necesitarían golpearme en grupo para lograr lo mismo. Malice llegó y al verme estaba tan pálida que logró ser más blanca de lo que era. Me intentó ayudar a pararme, pero al darse cuenta de mis fracturas me ordenó con dulzura que no me moviera. No es que quiera hacerle caso pero no tenía opción. Aunque no pareciera hacer nada solo estaba a mi lado observando el parque mientras acariciaba delicadamente mi cabello para calmarme, estaba intentando hablar pero antes de poder decir algo, pasó un muchacho y cuando miré hacia Malice no estaba, volví a mirar al joven y la vi desmayándolo de un golpe en la nuca, lo cargo en su hombro como una costal y lo acerco a mí.
—Es hora, transfórmate te alimentaras. Haz tu cara fea. —Me ordenó en tono suave con una mirada afectuosa.
—¿Transformarme? —Le pregunté con mis escasas fuerzas ignorante de lo que intentaba decirme.
—Debes tensar los músculos de tu cara en especial el ceño, la presión hará salir tus colmillos hacia delante y el resto de tu cuerpo liberará toda su fuerza contenida. —Me explicó en un tono calmo.
Lo intenté, me sentía raro haciendo ese gesto. Lamí mis colmillos y en verdad estaban más largos. Cuando lo hice también sentí como todos mis músculos se tensaban de golpe. Malice tomó su teléfono y me saco una foto, supe inmediatamente que quiso decir con cara fea.
—Bien ahora muerde pero no en la yugular, más atrás donde está el musculo. —Ella puso los dedos en la zona indicada. —Si muerdes en la vena solo harás un desastre manchando todo con sangre y matándolo. Vas a sentir un impulso parecido a escupir en la herida , nunca lo hagas, si lo haces esta persona morirá de forma horrible. Tenemos una combinación de tétanos y rabia que se halla en las hormonas anticoagulantes de los colmillos, en el caso de no ser virgen como el, pero si lo es enfermara para luego convertirse en un ghoul a tus órdenes.
Mientras escuchaba seguí sus indicaciones la sangre sabia rara, pero no podía parar. Sentía que mi cuerpo se curaba muy rápidamente mientras bebía, por más que quisiera no paraba era como un poderoso analgésico. Las instrucciones de Malice eran agradables de escuchar su tono era muy cariñoso.
—Bien hecho amor, nada mal para ser tu primera comida. —Me dio un suave beso en la frente.
—Gracias… ¿No lo mate verdad?
—No te preocupes tenemos estómagos del mismo tamaño que el de los humanos. Te llenaras mucho antes de lastimarlo gravemente solo le dolerá el cuello varios días.
—¿Pero entonces el mito de que matan a las personas de dónde salió?
—Homicidio es cuando alguien mata a otro de su misma especie, lo que hacemos es depredar, técnicamente no es nada malo, pero como dije mientras nos alimentemos de esta forma no matamos. Así que la depredación se vuelve parasitismo. Para matar alimentándonos es posible solo si son varios nosferatu bebiendo del mismo individuo al mismo tiempo, alimentarse varias veces seguidas del mismo en poco tiempo o beber de los vasos sanguíneos principales. —Explicó tranquila. —Aunque hay vampiros que han matado humanos, especialmente en la antigüedad, por diferentes motivos principalmente el no conocer la anatomía. Los “Nelapsi” son vampiros que lo hacen por odio. Son criminales que mataban aldeas enteras, como tales son castigados con la muerte por matar de forma innecesaria.
—¿Qué más debo saber? ¿Por qué necesitan sangre?
—Puedes morder casi cualquier parte, pero es mejor evitar partes blandas como el abdomen o en el caso de las mujeres los pechos, las mejores partes son el cuello y las extremidades siempre evitando las vías principales. La necesitamos porque además de tener un metabolismo más alto que nos da nuestra agilidad consumimos mucho oxigeno cuando tenemos actividad física. Nuestra sangre es deficiente, nuestros glóbulos rojos mueren más rápido por un déficit de la hemoglobina eso junto con otros nutrientes es lo que necesitamos de la sangre de otros.
—¿Porque la leche me alivia la sed? —Pregunté recordando la noche anterior, mientras me recuperaba el daño físico estaba curado pero la conmoción aún no..
—Las leches tienen los nutrientes de la sangre es como sangre destilada o concentrada. Cuanto más cercana genéticamente sea mejor será, la leche humana es preciada porque reemplaza y supera a la sangre. Tienes la opción de la sangre de animales, no lo recomiendo, tendrías que alimentarte todos los días y ni aun así te nutrirías, aunque la sangre de cuervo es exquisita.
—Supongo que ahora tendré que acostumbrarme…
—¿Te gustaría morderme y probar mi sangre? Puedes hacerlo si lo deseas para practicar tu mordida.
Me miró a los ojos jalando del cuello de su camisa mostrándome su pálida garganta y la profunda línea de su escote. Mis esfuerzos por no mirar más de la cuenta en esa dirección eran hercúleos y las pequeñas gotas de sudor casi microscópicas que se desplazaban con suavidad en la piel nacarada de su redondo seno lo hacían una tortura.
—Deberíamos alejarnos pronto despertará… a todo esto ¿Sabes quién me hizo esto verdad? —La miré serio.
—Que aburrido, solo piensas en ti mismo ¿Sabes? eres un pésimo novio. —Suspiró con pesadez cuando la mire a los ojos. —Bueno él se llama Chris Kiranen no es humano y tampoco un nosferatu, es un licántropo como dicen los humanos un hombre lobo. Este chico al igual que tu es inmune a las debilidades de su raza, en este caso la plata lo que lo hace casi invencible, es un enemigo, un rebelde, ha atacado nosferatus incluso después de que la guerra de nuestras especies llego a una tregua de paz.
—Que tengo que ver yo… ¿por qué me ataco a mí?
—Sabemos que busca pelear con tipos fuertes, es su única motivación, eso lo lleva a atacar nosferatus ignorando el tratado. Debe ser que te considera poderoso.
—Qué bueno que te adaptes, pronto descubrirás que no es tan malo. A ninguno de nosotros nos gusta que nos comparen con ficción, pero no nos queda otra. Nuestra “leyenda” le viene perfecta a la economía humana. —Dijo Kraven mientras calmadamente se acercaba a nosotros.
—¿A que se dedican, sus vidas son tan calmas? No les creo que no sean violentos, porque yo también siento esa agresividad, no la tenía cuando era humano.
—Es verdad que matamos, a veces puede que nos dejemos llevar por nuestros instintos. Los criminales cruentos son los humanos con los cuales no tenemos piedad, seguimos el legado de nuestro líder quien no toleraba crímenes en sus tierras, ajusticiándolos con crueldad y efectividad. Dedicamos nuestra vida a castigar a los humanos, en especial los cultos ellos son los humanos más crueles. —Explicó Kraven mientras me analizaba.
—Entonces son como vigilantes que matan a los criminales que las leyes protegen. Admito que la idea me agrada. ¿Por qué me miras así, tengo algo extraño? —Dije incomodado ante su penetrante mirada.
—Tu regeneración, es muy rápida, sanaste una columna y costillas en menos de una hora. Si, alimentarte ayudó a que fuera más rápido, es sorprendente para alguien que nunca ha tenido antes un combate. ¿Ya puedes pararte?
—Creo que si… —Respondí mientras me paré con relativa facilidad para las heridas que tuve.
—Sorprendente… ves Kraven es un prodigio lo supe desde que lo vi es un digno descendiente. —Expreso jubilosa Malice.
—Un momento. ¿Descendiente de quién? ¿Por qué no me lo dicen todo? —Dije molesto a ambos vampiros.
—¿Tu apellido es Drago acaso sabes de dónde viene, la historia de tu familia? —Preguntó curiosa Malice.
—En verdad no y creo que mi familia nunca le dio importancia. —Dije encogiéndome de hombros.
—Tu familia en los últimos cuatro siglos llevó el nombre Drago, una abreviatura de su versión anterior Dragulia, versión romanizada de Draculea el apodo de Vlad III. Tu familia es la rama humana de la familia de Vlad Tepes, Drácula es tu ancestro. Fuiste elegido para esto la atracción de Malice a ti fue secundaria. —Ella agachó su rostro apenada. —Es esa la razón real por la que te convirtió y es la razón por la que no pudimos convertirte, te elegimos con el objetivo de que nos dirijas. Queremos que seas el nuevo Drácula. Hemos esperado durante un siglo que surja alguien como tú. —Kraven explico con su usual calma.
—¿Cómo? ¿No podré volver a ser humano nunca? Esto es una pesadilla… —Dirigí una mirada a Malice de la que no fui consciente, al ver su expresión se no fue linda.
—Demian por favor cálmate no es su culpa, Malice solo hacia lo que creía correcto, estaba siguiendo órdenes.
—Esto es una pesadilla… esto es una pesadilla… —Me arrodillé en el suelo mientras repetía esa frase cual mantra, sintiendo como el destino me derrotara, borrando todo mi futuro. Jamás podría graduarme, todo se derrumbó.
—Te pido perdón por haberte hecho esto sin tomar en cuenta tus deseos. Mi nombre completo es Malice Latos de Draculea, soy vasalla de la casa Drácula, Vlad durante siglos acogió a clanes menores durante eras oscuras bajo su casa los Latos hemos sido sus vasallos y aceptamos llevar su nombre como reconocimiento. —Dijo con lágrimas y extendiendo su mano. —Entenderé si decides odiarme no volveré a molestarte jamás. —Ella evitó hacer contacto visual conmigo al decir eso mirando al suelo.
—¿Por qué lloras? Quien debe despedirse de todo soy yo. —Su tristeza me confundía.
La expresión llena de arrepentimiento esa mirada de Malice no podía fingirse. Tenía culpa, remordimiento y decepción de mí mismo. Tomar su mano ahora era darle la espalda a mi humanidad y aceptar esto. Estaba en shock, no sabía qué hacer. No mentían lo sé, aunque la situación me daba miedo por todo lo que he leído y visto sobre vampiros durante mi vida. Tenía frente a mí a las pesadillas de mi infancia, lejos de actuar como los demonios que imaginé. Ahora yo no era humano y no podría volver a serlo, el aceptar ese hecho con mucho pesar me hizo dar un giro completo, ya no veía al vampiro sabelotodo veía a alguien que intentó ayudarme aclarando mis dudas. Y a ella, ya no veía a la mujer que me arruino la vida, veía a una chica asustada y rechazada con una forma curiosa de dar afecto, solo recibiendo insultos como recompensa. Las lágrimas de que caían por sus hermosos ojos felinos, eran sinceras. Y yo le mostré mi desprecio. No eran monstruos me cuidaron, incluso intentaron devolverme a ser quien era, el monstruo era yo, solo me quedaba intentar disculparme por el trato que le di, no lo merecía.
—Perdóname, en verdad lo siento. Estaba asustado por lo que me pasaba. —Me sentí destrozado, me odiaba, no solo tome la mano de Malice si no que la abrace. En mis brazos se sentía mucho más delicada de lo que esperaba. Ahora se lo buena que ha sido conmigo al cuidarme estando herido.
—Demian… son grandes, me aplastas, duele… —Dijo entre suaves gemidos, tenía razón como soy más fuerte aún no se controlarlo.
—Discúlpame pero seca esas lágrimas. —La solté y solo acaricie su rostro ahora enrojecido pero sonriente, húmedo por las lágrimas que cayeron. Extendí mi mano hacia Kraven quien en silencio la tomo con firmeza, sentí como si fuera un amigo y tal vez lo seria a partir de ahora.
—¿Ahora si estaremos juntos? —Malice se sonrojó dándome una mirada digna de su nombre.
—No… no tientes a tu suerte blanquita. —No pude evitar comenzar a reír. Kraven solo tapaba su rostro con su mano para ocultar la vergüenza que le daba la vampiresa.
Malice infló sus mejillas como una niña pese a que tiene la edad de una anciana su comportamiento era más infantil que su edad física. Ahora que no sentía asperezas decidí intentar algo. Era un salido antes pero convertirme en vampiro no lo cambio, creo que aumento mi libido así que sabiendo que ella lee lo que pienso le pregunté.
—No quiero ser tu pareja pero…¿Quieres ser mi primera vez? —Dije en pensamientos siendo tan seductora sería un idiota si no aprovechara tal regalo del cielo.
—Lo pensare… de acuerdo, no será mi culpa si te vuelves adicto a mí. —Respondió al mismo tiempo que abofeteaba la calva de Kraven por reírse de ella.
—Bueno debo irme... —Ya era tarde y mi teléfono había sonado varias veces.
—Nos veremos muy pronto. —Saludó igualmente Malice con una sonrisa en su rostro que me dio escalofríos.
—Buenas noches Demian.
Llegando a casa meditaba sobre lo que sucedió esta noche, entre vampiros y hombres lobo con una paz frágil por el asedio de grupos rebeldes en ambas especies. Yo descendiente de sangre de Drácula. Como sea cuando llegué el interrogatorio de mis padres no fue muy largo aunque si intimidante simplemente dije que estaba viendo si había llegado el juego “Devil May Cry 3: el despertar de Dante” juego que había conseguido días antes de conocer a Malice. Pero desde luego mis padres ni cuenta se dieron. Cené normalmente, esperé alguna reacción extraña como enfermarme o querer vomitar pero nada de eso sucedió así que mantuve mi secreto sin problemas. Mis hermanos Diego y Diana solo estaban preocupados por terminar su cena e invadir mi habitación para continuar jugando. Debo reconocerlo los tres somos gamers el más adepto de los tres es Diego él es como yo, solo que tiene un físico más atlético y el pelo mucho más corto que el mío es el mayor de los tres con 22 años está en la universidad otra diferencia entre nosotros es que el adora los deportes, se nota en su físico y Diana tiene once años pero es bastante madura… diría que es más madura que Malice ella tiene el pelo lacio y largo es bastante popular en su escuela y a diferencia de Diego que viste ropa deportiva al estilo de los populares de las películas y yo que visto con un estilo rockero ella viste a la moda digamos que soy el raro de la familia.
—Demian aún te ves pálido, ¿Seguro que te sientes bien?—Preguntó mi madre preocupada.
—Si ma te aseguro que estoy bien, no te preocupes.
—Re conviene ir al médico para que revisen y evitar secuelas… —Dijo mi padre él no es muy expresivo, creo que mucho de mi personalidad es por su parte aunque se nota cuando realmente es necesario lo protector que es.
—De acuerdo la próxima semana iré… claro si es que me siento mal, sea lo que fuese que tuve ya estoy bien no se preocupen. —Dije mientras luchaba por tomar los últimos espaguetis de mi plato.
—Te sigues viendo pálido ¡Demian parece un zombi!
—Y tu pareces una rata pero nadie te lo hecha en la cara hermanita…— Le respondí reduciéndome a su nivel.
—Si jugaras soccer no estarías tan flaco, además ya tendrías novia. —Dijo con incómoda sinceridad Diego.
—Si en verdad me consiguiera novia me conseguiría una chica superficial no me interesa. —Le respondí con la misma sinceridad.
—Vas a morir virgen. —Dijo mi padre seguido por las risas de mis hermanos.
—¿Hey tú también papa?
—Es divertido. —Se excusó mi viejo encogiéndose de hombros.
—Tu solo piensas en deportes y apenas te arreglas cuando sales, no resaltarías jamás en una foto grupal y tú eres un rarito que se viste como Batman que además solo se queda jugando videojuegos encerrado en su habitación, yo soy la única de los tres que es popular y tiene buen gusto para vestirse si alguno de los dos tuviera una cita sin duda seria el fin del mundo.
—Hijos pórtense bien en la mesa y tu Dio no deberías alentar sus discusiones.
Todos los Drago presentes no tuvimos más opción que disculparnos ante la jefa del hogar incluyendo a papá. Es curioso que cuatro personas en esta mesa seamos descendientes de Vlad Tepes y yo sea el único que lo sepa. Me dirigí a la habitación para descansar, mejor dicho meditar entre sabanas, estos cambios… se sienten tan repentinos, tan ajenos a la concepción que siempre tuve del mundo. Me resulta tan irónico haberme convertido en la criatura a la que más miedo le tenía en mi infancia. Ahora que todo esto sucedió me pregunto si era algún miedo subconsciente hacia mí mismo, hacia mi propia naturaleza inhumana. Ya me sentía un psicoanalista con esas teorías. Mejor así después de todo no cambio tanto mi mundo, esta es mi nueva no-vida y la viviré junto a ellos todo el tiempo que me sea posible.
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