Del diario de Malice Latos 6 de marzo.
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Estoy feliz al fin Demian nos aceptó y acepto quien es, ¡No puedo esperar a estar a solas con el! Me deprime un poco que no acepte mis sentimientos pero… tal vez con el tiempo suceda algo entre nosotros ya que su trato dejó de ser frio y me da algo de cariño. Por otro lado me molesta que en sus pensamientos vea a esa humana. Debo saber quién es no puedo perder contra una mortal.
Le dije al señorito “yo no quería ser un vampiro malvado” que escribiera un diario con todo lo que estuvo viviendo hasta ahora y lo siga continuando con los sucesos futuros, algo normal para nosotros es bueno tener recuerdo de nuestras largas vidas en caso de olvidar.
Tuve una idea, según Kraven es ridícula pero debía intentarlo, me inscribiré en el instituto donde Demian estudia con mi nueva resistencia a la luz del sol podré asistir sin problemas, solo necesité pedirle a Kraven que hackeara el registro civil y luego el registro de los estudiantes para concretar mi traslado. Llegó a mi departamento el reglamento: código de conducta y vestimenta. Sugieren usar camisetas o camisas blancas sin escote. «No me molesta, son tan grandes que resaltan igual». También llegó el uniforme un chaleco rojo y una falda bordo a cuadros. Me molesta que sea tan larga, es hasta las rodillas es demasiado, por eso las que uso siempre pasan por poco mi trasero, bueno al menos podré usar mis borsegos altos.
Sigo pensando en el momento en el que todo comenzó, imposible no recordarlo con una sonrisa. Había estado buscándolo durante horas. Apenas llegamos a Bucarest. Por suerte no fue difícil ubicar la parte de la ciudad en la que vive: “Strada Pictor y Verona”, aun así entre todos los humanos rastrear a uno solo es casi imposible, es casi como diferenciar una abeja en concreto dentro de un enjambre en movimiento. Tardé pero logré ubicar su residencia una casa de clase media en los suburbios muy cerca de donde comienzan los edificios.
Tenía que esperar un momento en el cual estemos a solas. Me recosté a mirar las estrellas en su tejado en alguna parte donde nadie notara mi presencia. Era una sensación de vértigo indescriptible, nerviosa pero alerta, escuchaba como jugaba videojuegos. También me gustan, pero nunca tengo tiempo siempre recibo órdenes que debo cumplir.
Al rato vi que el salía así que lo seguí, era divertido me sentía una gata acechando a su presa. Caminaba por el borde de los muros atrás de él y saltaba entre los postes para asegurarme que no pueda verme. Fueron varias calles las que camine hasta que entro a una tienda. Como sabía por dónde volvería me quedé esperándolo en el parque que debería atravesar. Tomé mi navaja y la clavé bajo mi rodilla bien profundo como para no curarme rápido.
Cuando se acercaba de forma distraída fingí un gemido poniendo la voz lo más infantil y aguda que pude. «Los hombres no pueden resistirse a ese sonido» Demian no fue la excepción, además de eso estaba maquillada de forma ligera quería verme lo más bonita posible, el viento que se había desatado incluso me fue de provecho ya que pude lucir mejor mi cuerpo y que no se sienta forzado el ver mis piernas y con suerte mucho más. Caería rendido estaba segura de lograrlo.
Cuando lo tuve casi frente a mí me agité. Sus ojos eran marrones su cabello negro lacio cortado de forma en que sus largos flequillos cayeran tapando parcialmente uno de sus ojos disimulando el sutil pico de viuda de su frente, sus facciones demostraban una expresión calmada en un punto intermedio entre niño y adulto, su físico se veía delgado y apenas entrenado, tenía el rostro afeitado, su nariz tenía una delicada curva en su borde una nariz que me recordaba a las descripciones de Drácula. Si tuviera bigote y cabello largo se vería como el de joven.
Me acerqué cojeando pidiendo ayuda. Ya he usado antes esa estrategia que aunque sin lastimarme, pero no debía fallar. Se acercó rápido a auxiliarme, pero pude notar con facilidad que mis atributos se habían llevado toda su atención le era imposible despegar sus ojos de mis senos, era un niño perverso. Eso me gustó mucho de él, su mirada libidinosa me excitaba.
Pregunte su nombre pese a saberlo, sin importarme su respuesta decidí cambiar de estrategia por algo más “adulto” estaba tan cerca que sentía su cuerpo contra mí. La furia de su descontrolada virilidad. Intenté tocarlo con mi mano pero al ver que reacciono con sorpresa lo distraje hablándole no podía perder la oportunidad, me acerque a su rostro sabía que estaba embriagado de deseo. Me moría de ganas de besarlo pero la misión era más importante. Lamí su cuello se sentía muy suave como preparación antes de hundir mis colmillos en él. La deliciosa sangre no dejaba dudas de su virginidad en su sabor. Lo recosté mientras se debilitaba y metí mis manos en su ropa para sentir su cuerpo. Hice que mis colmillos lo infectaran. Succionaba su sangre lentamente llenándome la boca con cada succión, no faltaba mucho para sentirme satisfecha, no estaba apurada quería disfrutarlo porque la próxima no se sentiría igual. Fui alejada por dos hombres con atuendos religiosos. Intentaron repelerme con las cruces de sus collares, las cruces no me afectan igual que a cualquier otro nosferatu, pero en la orden tenemos reglas que nos prohíben atacar a humanos que invoquen protección mediante la cruz, muy a mi disgusto me retire perdiéndome entre los árboles.
No me mantuve lejos y decidí seguirlo en su vuelta a casa. Fui testigo de su sufrimiento no lo soportaba más ver como sufría día a día la transformación así que decidí detenerla. Pero fue inútil. Me quedé velando a su lado en medio de la tormenta todas las noches procurando que nadie me notara, la lluvia me hizo desear volver a casa pero él era mi responsabilidad no podía abandonarlo.
Han pasado varios días, me siento exhausta debo soportar mi sueño para mi primer día de clases… no me gusta pero debo ser fuerte así puedo pasar tiempo cerca de Demian. Me mire al espejo asegurarme de sentirme cómoda conmigo misma. Metí sangre dentro de una botella en mi bolso al menos podre tomar algo si necesito recuperarme.
Es instintivo sentir miedo al abrir las puertas me he quemado con el sol en el pasado , ahora solo sentí un calor intenso, molesto como estar muy cerca de una llama además la luz es muy fuerte tuve que ponerme anteojos de sol se ve… normal. Supongo que esa diferencia de luz tienen nuestros ojos comparado a los humanos.
No puedo creer que haya tantas personas. Incluso un fin de semana en la noche no se ven tantos. Las veces que salí luego de infectar a Demian ya estaba atardeciendo nunca pude estar activa desde el amanecer. Me siento observada no hay hombre que no fije sus ojos de mí, presas que no puedo saborear por ser de día. Si tengo algo que disfrutar de mi belleza es la facilidad con la que consigo alimentarme.
Me costó algo de trabajo orientarme con tanta luz pero al fin llegué un edificio muy ancho, algo antiguo con paredes color piedra, una gran puerta central con un pasillo directo a la acera donde tiene un arco enrejado como una entrada secundaria, Su portón es de acero pintado de verde al igual que las rejas de su vereda que marcan el límite de esta y los sutiles jardines de la fachada a ambos lados del pasillo principal de la entrada, habían dos banderas a ambos lados de la puerta y varias placas de reconocimiento se nota que es una institución de prestigio académico. Ahora entiendo por qué Demian se ve estresado por sus estudios. Deben ser exigentes. Había un hombre mayor barriendo la vereda supongo que era el conserje así que no le di importancia. Salí con mucha anticipación las puertas no habían abierto, no tenía idea de cuánto tardaría en llegar además de estar aburrida.
Habrá pasado media hora ya eran las ocho de la mañana cuando comencé a ver indicios de estudiantes. Todo este tiempo me distraje escuchando música me encanta el rock alternativo Marilyn Manson es mi músico favorito, gracias a traer mi teléfono pude soportar la espera de otros treinta minutos antes de que abran las puertas.
Entré aburrida a los pasillos eran muy bellos no tenían grandes detalles pero su estilo antiguo me hacía sentir en casa. Baldosas rojizas se extendían a lo largo de los extensos pasillos, de un lado estaban los salones de clase y del otro grandes ventanales que dan al patio central el cual tiene un hermoso jardín muy bien cuidado, caminos desde los cuatro puntos de salida a este que llegan al centro donde un gran árbol protagoniza la escena y a su alrededor varias bancas donde los estudiantes pueden descansar.
Seguí el olor de Demian hasta llegar a su salón habían pocas personas, mis nuevos compañeros supuse. Entré y me acomodé en uno de los pupitres. No hubo objeción de nadie, supuse que estaba libre, de pronto sentí una energía negativa sobre mí me estaban observando, disimuladamente me di vuelta y le devolví la mirada, era un chico pelirrojo vestido con un estilo hardcore sentí el desprecio en esa mirada lo miré intensamente un segundo más y luego me volví a acomodar para demostrarle que no es importante. Sentí otras miradas y escuche cotilleos sobre mí de parte de los otros ellos no tenían idea que podía escucharlos claramente, los chicos adulaban mi apariencia aunque cosas atrevidas sobre mi busto nada nuevo para mí, de las chicas recibí tanto rosas como espinas algunas admiradas y otras envidiosas, algo a lo que también me acostumbré. Una chica se levantó y se dirigió hacia mí.
—Buenos días ¿Eres nueva? Me llamo Samantha Rose, puedes decirme Sam es un gusto conocerte. —Noté amabilidad en su saludo así que respondí.
—Me llamo Malice Drago. Sí, soy nueva vengo de Brasov, Transilvania me mudé hace poco. —Obviamente mentía paro debo cubrir mi identidad.
—¿Drago? Tenemos un compañero con ese apellido ¿Eres familiar de Demian? —Me preguntó sorprendida.
—¿Demian Drago? Es mi primo, he venido para terminar el curso juntos ¿Eres su novia? Eres muy bonita.
Bromeé para romper el hielo. Pero mis palabras tuvieron efecto en el muchacho de antes, escuché cuando me llamo mentirosa por lo bajo al momento que declaré ser prima de Demian, en cuanto a la chica vi cuando se sonrojó por mi pregunta y al mismo tiempo dio una risa de buena gana luego negó con la cabeza y siguió hablando.
—No, nada que ver Demian es un buen chico pero algo solitario se nota que es amable pero no le gusta mucho socializar se suele sentar al lado de Stinkerman.
—¿Stinkerman? —Pregunté dada mi ignorancia con los nombres de mis compañeros.
—Es aquel chico Nala Stinkerman, ¡Hey Nala saluda ella es Malice la prima de Demian! —Exigió Samantha, él la miró con rencor, Nala solo me miró dando una sarcástica sonrisa de lado.
—Idiota… debe estar de malas, no te preocupes Malice siempre se comporta como idiota, pero debes estar acostumbrada Demian es más amable aunque también se comporta así. ¡Ven te presentare con los demás!
Me tomó de la mano y me acerco al grupo de chicas las cuales todas me hicieron sentir una más entre ellas me sentí humana, me sentí aceptada.
—Bueno las presentare: Elizabeth Brown, Alexia Belmont, María Rice y Anne Renard, ella es Malice Drago.
—Sabes nunca escuche tu nombre Malice suena a malicia, maldad o algo así, me gusta. —Dijo Anne.
—Malice significa malicia en ingles aunque mis padres me dieron ese nombre porque Alice era poco original, querían darle otro toque.
—Tus padres son unos genios Malice. —Mencionó Alexia.
—Muchas gracias. —Recordar a mis padres y su destino me había entristecido un poco pero no podía dejar que nadie supiera la verdad.
La conversación duró un poco más. Elizabeth fue la única que no mencionó palabra desde la presentación una lástima es muy tímida. Ya eran las nueve de la mañana y Demian aún no había llegado el timbre sonó anunciando el comienzo de las clases y junto a él, el sonido de la puerta abriéndose rápidamente por la mano de Demian quien entra con agitación, a partir de esto la situación fue muy divertida el entró con seguridad al ver que el profesor no había llegado pero esa actitud no le duró nada al verme sentada junto a Samantha, abrió sus ojos como dos platos y su boca si no estuviera pegada a su cara hubiera caído hasta el suelo. Se quedó mirándome sin reacción alguna debía hacer algo antes de que ese sujeto Nala descubriera la mentira que estaba montando, tuve que levantarme y acercarme a él para que no lo arruine.
—Demian, ¿Eres tú, de verdad? Ha pasado mucho tiempo… ¡Demian! —Fingí emoción y me arrojé sobre el terminando los dos en el suelo ante las miradas de todo el curso. El profesor entró viendo asombrado la confusa escena quien no tardo en llamarnos la atención para que nos comportáramos.
—Chicos atención, el director me pidió que diera el siguiente anuncio. —Declaro el docente. —¿Señorita Malice Drago podría por favor pararse a mi lado? —Obedecí amablemente mientras el profesor aclaraba su voz. —Bien ella es Malice Drago, prima de Demian se quedara con nosotros hasta el fin del curso.
—El profesor dijo lo básico sobre mí, espero llevarme bien con todos, estoy feliz de estar acá y ver a mi primo, no lo veo desde que éramos niños. —Recibí elogios atrevidos de los chicos, mientras veía la cara inexpresiva de Demian, aguantaba como podía mis ganas de reír.
Terminado eso me senté junto a Samantha. Pasaron las horas y ya me sentía aburrida. Sam me estuvo mostrando todos los sitios a conocer del instituto y nos quedamos hablando, casi me dolía mentirle. Es una chica tan amable conmigo supongo que no estaría mal tener una amiga con quien pasar el rato, distraería mi necesidad de acosar a Demian. Sobre ella, tiene el pelo castaño con largas ondas, piel clara y ojos verdes. Es un poco más alta que yo y tiene un físico delgado, no tiene atributos muy llamativos su sutileza es lo que la hace bella, se la ve enérgica y entra en confianza fácilmente. Estábamos sentadas junto al árbol del patio cuando sonó el timbre indicando el fin del descanso, tomó mi mano y entramos corriendo al edificio.
Me despedí de ella al terminar las clases y seguí a Demian cuando en la puerta había una figura con un uniforme de cuero cerrado con un casco de motociclista, a su lado una Harley Davidson negra reconocería esa motocicleta donde sea. Por supuesto se trataba de Kraven. Se acercó a Demian y se pusieron en la sombra donde se pudo quitar el casco, me acerque a ellos, Demian se mostraba confundido mientras Kraven se veía preocupado.
—¿Qué quieres que haga qué?
—Que ataques un culto escondido en la parte abandonada de la ciudad. Ha habido desapariciones de niños en toda el área, todos menores de diez años, creemos que son los responsables. Los satanistas en sus rituales tienden a sacrificar niños y luego comerlos, es posible que los torturen y hasta abusen de ellos. —Explicó Kraven.
—¿No crees que es pronto para que Demian haga algo así? —Cuestione con firmeza la decisión de Kraven.
—A lo sumo tendrán armas de fuego o cuchillos pero estarán entorpecidos por sus túnicas. No son personas, son monstruos humanos no lo olvides Demian, podría ser difícil pero es necesario que los erradiques.
Demian se limitó a seguir sus instrucciones, estaba sonriente eso me dio escalofríos pero al mismo tiempo era excitante. Tenía preguntas que Kraven no me respondió y eso me molestaba.
—¿Quién ordenó que hiciera esto? —Le pregunté molesta a lo que él neófito se unió a mí en la interrogante, Kraven solo se encogió de hombros y cerró los ojos.
—Lo ordenó Camille…
Quedé pálida al escuchar eso, Camille es la cabeza de la Orden del Dragón tiene las mismas habilidades que Demian pero desarrolladas es actualmente la nosferatu más poderosa. Aun considerando eso debía protestar.
—Espera no me interesa que sean humanos, no voy a permitir que Demian valla solo, tampoco me importa que sea Camille quien lo ordene, mi prioridad como sire es la seguridad de mi vástago.
—Está bien lo haré, no te preocupes Malice. Pero no creo que pueda si lo hago con mi ropa escolar.
—Te traje esto… —Kraven sacó de la maletera de la motocicleta una un nuevo montgomery negro, también le dio dos pulseras de tachas al principio lo miré confundida iría a luchar no a un concierto de rock. Kraven me miró y sonrió. —Estas muñequeras sirven para bloquear ataques de armas blancas aunque no son muy buenas si el ataque es punzante. —Le dio una cadena para su pantalón y volvió a explicar. —Esta cadena sirve para estrangular y es fácil guardarla, pero lo más importante es… esta cruz de hierro, ignoramos qué nivel de magia oscura tengan, pero si sucede lo inesperado el hierro será tu mejor aliado, lo demás está hecho del mismo material.
—Si todo esto es muy útil pero… ¿Quién es Camille?
—Camille Bathory es nuestra líder, descendiente de otra de las mitades de Lilith: Elizabeth Bathory. Es quien nos ordenó buscarte y protegerte. —Le expliqué. Creo que mi cobarde reacción anterior despertó su curiosidad.
—No importa… ¡Quiero ser más fuerte! —Sonreía sádicamente, una brisa se levantó, su abrigo flameaba suavemente. Fue quizás una manifestación de poder.
—Un consejo, si quieres evitar sus balas muévete en el momento justo en que sus brazos te apunten, te aseguro que nadie podrá darte.
—¿Bien necesitare alguna cosa para hacer esto?
—Estuve evaluando tus gustos para encontrar la mejor opción, así que asumí que la mejor forma de que llegues será con eso… —Kraven señaló donde había una motocicleta ninja, negra con detalles en rojo. Kraven le extendió un permiso hackeado y las llaves. —Con esto llegaras a esta dirección, nosotros te estaremos esperando en el monumento de la plaza central como siempre.
—¿Esta belleza me pertenece?
—Será tu vehículo para misiones, en mis tiempos te regalaban un caballo pero en fin los tiempos cambian.
—Dios mío quien necesita mujeres teniendo estas curvas mecánicas para mí. —Demian babeaba por la moto.
—No lo dirás enserio… —Respondí indignada.
—Bien, no los defraudare voy a matarlos a todos.
—Demian, prométeme que vas a cuidarte. No, no mires a Kraven, mírame a los ojos y dime que te cuidaras.
—Lo prometo…
Tomó sus cosas y subido a la motocicleta arranco rumbo a la dirección que le indicó no sin antes mientras aceleraba dar un grito de emoción por su nuevo vehículo. Y cuando note la moto de Kraven…
—No me quedare de brazos cruzados mientras Demian va solo, lo siento pero la tomare prestada.
—¡Suéltala ya mismo enana del… —Sus “halagos” eran cada vez menos sonoros por la distancia.
Ya conocía a ese culto estaban marcados desde que llegamos para que los eliminemos hace tiempo. Llegué antes usado un atajo, me escondí entre los tejados y quedé esperando a que todo comience me sentía ansiosa quería apoyarlo pero sabía que debía hacerlo solo.
Demian llegó diez minutos después, entró en el edificio confiado, pese a no admitirlo le estaba tomando gusto a su vida como nosferatu, entró lentamente con la cabeza en alto mientras los seguidores del culto lo observaban esperando su reacción o que al menos demostrara sus intenciones listos para el ataque.
—Un culto satánico no satisfacera mi curiosidad pero me servirán para jugar, ¿O no… acólitos? —Preguntó con una sonrisa lobuna mostrando sus colmillos afilados.
—Tu clase tiene prohibido el acceso a este lugar. ¿Cómo te atreves a interrumpir nuestra ceremonia? ¡Maten a ese vampiro! —Ordenó el líder del culto mientras sacaba un revolver magnum, seguido por las diversas armas de sus seguidores, cuchillos y armas de fuego de nivel civil.
—Impresionante… ¡Me servirán para saber qué tan bueno soy! —Dijo mientras se transformaba.
Su rostro vampírico babeaba, su abdomen se comprimía haciéndolo más delgado, sus músculos se destensaron dejándolo en una posición inclinada con todo su cabello cubriendo su rostro y de sus dedos las uñas crecían dándole forma de garras, adoptando por primera vez la apariencia de un vampiro completo.
—Es la primera vez que huelo el miedo, no sabía que era tan dulce ¿No lo creen? —«¿Su personalidad cambió?»
—¡Disparen! ¡Mándenlo al infierno!
No dudaron en atacar. Demian era rápido, podía ver con facilidad cada movimiento, leerlos y anticiparse. Los disparos fallaban o daban entre ellos, siendo pocos proyectiles los que lograban herirlo. Las balas que si impactaron parecían detenerlo, aunque en menos de lo que imaginaban Demian continuaba, el dolor parecía ponerlo más violento. Algunos intentaban apuñalar su corazón a corta distancia, solo para fallar mientras el cortaba sus gargantas o atravesaba sus cuerpos con sus garras para luego extraer sus órganos. Los sectarios con armas de fuego mantenían distancia mientras disparaban. Era inútil, esquivando cada uno de los disparos que su velocidad le permitía, se acercaba a ellos aunque su cuerpo estuviera llenándose de orificios para quebrar sus manos o arrancar sus brazos mientras gritaban. Uno que tuvo la desgracia de acertar era el líder, pero aunque el tiro era certero no fue en su corazón, la bala le dio del lado contrario del pecho. Demian la sacó usando sus dedos insertándolos en su carne, mirando con una fría expresión al culpable. Se acercó al aterrado criminal. Sus instintos lo estaban disfrutando. Matar criminales le causaba placer, las sonrisas ocasionales se convirtieron en una aterradora carcajada. Las vidas de los quince acólitos no tenían valor en su presencia. Hombres y mujeres fueron cayendo uno a uno sin distinción, muriendo por sus manos con excepción del líder este fue coaccionado por el chico a suicidarse su orden fue tajante “Suicídate”.
El líder no tuvo otra opción que obedecer no tuvo el valor de averiguar qué sucedería si se negaba. El rechinar del gatillo moviéndose lentamente hasta el fondo tuvo como respuesta la nada. Dios había abandonado a ese pecador a la voluntad de su verdugo. Demian tomó del cuello a su enemigo arrojándolo sobre el altar testigo de incontables atrocidades contra inocentes. El nosferatu tomó las armas blancas de sus presas anteriores y crucificó en vida al líder, abriendo sus ropas de un corte.
—¿Cuantos sacrificios haz ofrecido en este altar? ¿A cuántas vidas inocentes pusiste fin? —Demian le gritaba en la cara con furia. —Dime una cifra y te dejare ir rápido al infierno, miénteme y serás mi juguete hasta que mueras de dolor. —«Demian se había vuelto un berserker».
—Doce gatos negros, mate y viole a cinco niños, embarace e hice abortar en este mismo lugar a tres de mis seguidoras para entregar el alma de los fetos a los demonios, a todos los sacrifique en este altar.
—Ahora entiendo lo que soy mi naturaleza como depredador, debería agradecerte, por abrirme los ojos. Así que esta es la naturaleza humana, monstruos, ¡Monstruos!
Demian entonces escribió un número quince sobre la carne de aquel asesino, seguido de un pentagrama sobre su pecho, debajo la cifra setecientos setenta y siete, un desafío explícito al número de la bestia, el satanista gritaba mientras era torturado. Habiendo escuchado lo que dijo hubiera hecho lo mismo, incluso deseaba ser parte de ese macabro juego, seres como él se merecen lo peor.
Tenía expectativas, tal vez por crecer con historias de Drácula, quería ver a Demian empalarlo. Mientras gritaba Demian tomó una de las dagas del suelo y lo decapito tan rápido que la hoja apenas se manchó. No se veía satisfecho, extrañamente no se alimentó de ninguno sus enemigos, el piso se había convertido en una bañera de sangre, el trabajo estaba completado y los cuerpos restantes fueron todos decapitados y sus cabezas clavadas en cuanta improvisación de lanza pudo encontrar.
Antes de que Demian lograra abrir la puerta un rojizo resplandor ilumino el suelo y en su centro un negro abismo absorbió la sangre. Cuando esta desapareció una criatura salió de él, un ser con seis patas largas como las de una araña, cabeza y alas como un dragón, su color y olor parecían ser carne podrida y sus cuatro ojos eran huecos oscuros que parecían no tener final, solo basto un segundo en que posara su atención en Demian para que este saliera volando dándose de espalda contra la pared y caer en el suelo. Se pudo escuchar el crujir de su columna en el momento del impacto. Demian en el suelo comenzó a reír mientras lentamente se ponía de pie.
—¡No me hizo nada!, no puedo creerlo. —Declaró poniéndose en guardia, sorprendiéndome lo rápido que pudo curarse.
La bestia se arrojó sobre el nosferatu, Demian era más rápido y lo demostró saltando esquivando el ataque, de la parte trasera de su cintura saco la cruz de hierro previa cortesía de Kraven. El cayó sobre el lomo del demonio y con una mano tomo su cabeza haciéndola para atrás, dio un rugido y clavo en la frente la cruz haciendo que el ser infernal se desvaneciera en un humo negro mientras daba un grito ensordecedor.
—¿Estas son mis habilidades, Esto es ser un vampiro? ¡Me he vuelto muy fuerte! —Murmuraba.
Me daba orgullo verlo: tan sádico, tan concentrado, es un depredador, pese a renegar actúa como un verdadero nosferatu, con el pasar el tiempo encontraría su equilibrio y matar le va a ser tan natural como respirar. Tal vez sea su verdadero yo sin tapujos lo que lo hace tan salvaje, o tal vez sea la herencia en su sangre, pero no deja de ser excitante verlo, despertaba mi lado lujurioso, no solo era amor también deseo. Además yo lo convertí. Tenía emoción por haber creado a un Nosferatu más allá de los sangre pura.
—¡Lo vi todo, eres increíble! Lo hiciste muy bien, estoy tan orgullosa. —Caí detrás de él y lo abrace con todas mis fuerzas.
—¡Malice! —Demian gritó con sorpresa. Ambos caímos al suelo mirándonos fijamente estando muy cerca, era nuestro momento, por fin estábamos solos pero…
—¡Aun eres débil! —Se escuchó una voz muy grave, muy profunda sentí escalofríos al escucharlo.
El grito fue acompañado del golpe de una enorme masa impactando contra el cuerpo de Demian el cual salió volando varios metros para caer en la tierra, la negra y enorme masa de plomo con picos derramaba sangre y partes de carne arrancada de su cuerpo. Sabía quién era el responsable y por eso supe que no debía de interferir. Cronos líder de los “caballeros negros”. El nosferatu más imponente con vida, tez oscura, más de dos metros, músculos enormes, quinientos años de fuerza bruta, cabello muy corto cortado en forma de símbolos tribales, una boca como un tiburón, es un vampiro que casi nunca muestra su forma humana. Se acercó a Demian y volvió a golpearlo rompiendo sus piernas. El dolor era tan intenso que le era imposible gritar.
—Dices ser fuerte pero no bloqueaste ningún proyectil, si fueran expertos hubieran cortado tus miembros para estaquearte después. Mocoso sin disciplina estás confiado en tu regeneración inmadura. Si vas a pelear así deberás aprender a soportar el dolor y mejorar tu regeneración. ¡Voy a destrozarte hasta que puedas moverte con tus músculos a mitad de su formación!
Solo yo podía intentar detenerlo, no quería perder a Demian por ser entrenado de esa manera tan brutal.
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