-Nos iremos a casa, menos mal ya echo de menos mi castillo –Mi madre me observa mientras me ayuda con el equipaje.
-Sí, echo de menos nuestro hogar.
-Necesito que vayas a buscar a Raúl para que nos ayude con el equipaje.
- De acuerdo ¿Dónde se encuentra?
-Estará en su habitación
-Iré a avisarle.
Camino hacia la habitación, al cabo de unos minutos llego, llamo a la puerta, no responde, así que decido entrar, al entrar no hay nadie, debe estar en el baño, me acerco, iba a llamar, pero en ese instante escucho su voz junto con una mujer:
-No puedo creer que este aquí contigo, te vi luchando contra el otro guerrero, luchas muy bien, mi guerrero alto, guapo, sexy.
-No soy tan alto, necesito una distracción
-Pues puedes avisarme cuando quieras guapo
-Veras, lo que pasa señorita sexy, es que tengo un problema que no consigo quitarme de la cabeza.
-Cuéntamelo, vamos puedo ayudarte
-Quiero a una mujer que nunca podre tener
-Lo sabía, tengo esa puntería ¿Por qué no puedes tenerla? ¿Esta con otro hombre?
-No, pero esa no es la cuestión, el caso es que estoy enamorado, me está volviendo loco.
- ¿Entonces porque no puedes estar con ella?
-No somos de la misma clase social, ella es una princesa, yo la entrene, la convertí en una gran guerrera, yo soy un simple guerrero, no puedo ofrecerle nada.
-No creo que a ella le importe que seas un guerrero.
-Ha ella no, pero al rey si, quiere que sus hijas se casen con alguien que tenga poder, riqueza y yo no tengo eso.
-Lucha por ella Raúl, si la amas no puedes perderla, por lo que me contaste anoche nunca te habías enamorado de nadie, siempre has tenido mujeres para acompañarte y ahora aparece ella en tu vida ¿Vas a dejar que se vaya?
-No lo sé, pero basta de hablar, bésame, se mi distracción.
Escucho besos, salgo de la habitación, no puedo creer que este enamorado de mí, necesito aire, salgo del castillo, no puedo dejar de pensar en lo que escuche, en ese momento interrumpen mis pensamientos:
-Danerys
Me doy la vuelta es Lucrecia, me acerco hacia ella:
-Buenos días
-Buenos días ¿Qué haces aquí sola?
-Necesitaba tomar un poco el aire.
- ¿Te preocupa algo? Me mira con rostro preocupado
-La verdad es que no, igualmente te lo agradezco- Empiezo a caminar.
-Si algún día me necesitas aquí me tienes.
-Gracias
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Iba a responder, pero entonces la voz de Raúl me interrumpió:
-Alteza
Le miro:
- ¿Si?
-Es hora de irnos
-De acuerdo
-Qué alegría, tengo ganas de volver a casa. -Mi tía se aleja de nosotros.
Empiezo a caminar, pero me coge el brazo deteniéndome:
- ¿Todo bien?
-Sí, todo está bien, es hora de volver ¿No?
Me suelta, me monto en el carruaje, nos alejamos del castillo, vamos en silencio, cada uno sumergido en sus propios pensamientos, pero no paro de pensar en la conversación que escuche, le miro, si estamos enamorados ¿Por qué no podemos estar juntos? ¿Por qué todo es tan difícil?.
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