Bruno me ataca, me defiendo empezamos a pelear, no lo hace nada mal, le pego una patada en el estómago, cae al suelo, le miro:
-Levántate
-No puedo hacerlo
-No digas mentiras, puedes hacerlo, pero debes entrenar mucho, no te rindas
Le ofrezco mi mano, la acepta, se levanta, le miro:
-Vamos otra vez
Se acerca empezamos a luchar, me quita mi espada, pero en ese momento se distrae, le empujo cae al suelo, le miro:
-Nunca bajes la guardia, en el momento en el que te distraigas morirás
-Me ha parecido escuchar algo
Le ayudo a levantarse, cojo mi arma la guardo, en ese momento escucho las voces de unos hombres y de unas niñas llorando, le miro:
-Vamos a ver qué está pasando
Nos dirigimos hacia donde se escuchan los lloros, al cabo de unos minutos vemos a unos cinco hombres llevándose a dos niñas a la fuerza, ellas lloran, me acerco:
- ¡Soltadas!
Uno se acercó hacia mí:
- ¿He escuchado bien? ¿Me has dicho que deje a nuestras prisioneras libres?
Saco mi espada:
-Sí, tenéis dos opciones dejarlas tranquilas por las buenas o por el contrario por las malas
-Solo eres una mujer no podrás hacer nada
En ese instante Bruno se puso a mi lado:
-Resulta que no está sola
-Vosotros lo habéis querido
Ellos se acercan hacia nosotros, empezamos a pelear, al cabo de unos minutos los vencemos, me acerco a ellas:
- ¿Estáis bien?
Ellas llorando asiente con la cabeza, me agacho:
-Os vamos a llevar a casa, solo debéis decirme de donde sois
Una me mira:
-Somos de rivendell
Me quedé sorprendida, era el lugar donde yo crecí, las miro:
-Os ayudare a subir al caballo
Las monto, empezamos a caminar, mi amigo me miro:
-Cuando han dicho de donde eran se te ha cambiado la cara ¿Por qué?
-Cuando era humana vivía allí, desde que me convertí en lo que tú ya sabes no he vuelto
-Seguro que cuando te vean te recibirán con mucha alegría
-No lo se
Al cabo de unos minutos llegamos, todo había cambiado, no era tal y como lo recordaba, había aldeas destruidas, gente en sus puestos, otras llorando, de pronto una mujer nos miró:
- ¡Alicia!
Una de las niñas que estaba en el caballo, me miro:
-Bájeme
La bajo, ella sale corriendo hacia donde está tu madre, al cabo de unos segundos la mujer se acerca:
-No sé cómo agradecerte que hayas traído a mi hija de vuelta, pensaba que la había perdido para siempre.
-No debe agradecerme nada
Mira a la niña que esta montada en el caballo:
-Ojalá encontraras a su familia
-Eso es lo que voy a hacer
-Gracias
-No hay de que
Empezamos a caminar, teníamos que encontrar a su madre, de repente la niña grita:
- ¡Mamá!
La mujer nos mira, se acerca corriendo, baja a la niña del caballo:
-Mi vida, creí que nunca más te volvería a ver
-Esta mujer me salvo la vida
Ella me mira, se acerca:
-Quería agradeceros la ayuda que le habéis dado a mi hija, sin vuestra ayuda no la volvería a ver.
-No hay de que, será mejor que volvéis a casa.
-Gracias
Observo como se retiran, esto va de mal a peor.
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