- ¿De verdad no le apetece desayunar?
-No, gracias
Miro a la criada:
- ¿Dónde está mi marido?
-Hace un rato lo vi junto con vuestra hermana, desayunaron juntos, según escuche iban a dar un paseo.
-Gracias
- ¿No quiere que le traiga nada de verdad? Desayune aquí, aunque sea
-No me apetece, por favor no insista
-Perdóneme señorita, si no se le ofrece nada más, me retiro, con permiso
Se va, no me fio de Elizabeth a saber de qué están hablado, miro por la ventana, desde anoche no he vuelto a ver a Luis, de repente veo a mi marido y a mi hermana hablando, tengo un mal presentimiento, en ese momento el mira a mi ventana, está furioso, me aparto, me visto de guerrera, recojo mis cosas, mis armas, de repente la puerta se abre, es mi marido, me mira:
- ¿Vas a algún lado?
-Me vuelvo a casa
- ¿Ha casa? O ¿Con tu amamante?
-No sé de qué estás hablando
- ¡No me tomes por imbécil! Lo sé todo, tu hermana me lo ha contado
- ¡Eso es mentira! ¡Ella miente! No Puedes creerla
-Pues fíjate que la creo, ahora dime toda la verdad ¡Ya!
Respiro profundo, le miro:
-Si es verdad todo, Raúl el soldado no era mi amante estábamos enamorados, me iba a ir con él, pero esa víbora hizo todo lo que estuvo en su mano para echarlo, jamás dejaría me otro hombre que no fuera el me tocara y menos tú.
Se pone las manos en la cabeza, empieza a dar vueltas, está furioso, saco una daga sin que lo vea, me mira:
-Eres una zorra acostándote con un soldados, te ofrecí amor ,poder y así me lo pagas ,acostándote he intentado huir con un soldado.
De repente coge una espada, me mira:
-Por mucho que te amara, me has metido acabare con tu vida ahora mismo.
Se acerca a mí, pero le golpeo, clavo la daga en su estómago, grita de dolor, aprovecho, salgo corriendo, empujo a todas las personas que encuentro a mi paso, salgo del castillo, veo a un criado con un caballo, me acerco, empujo al criado, me monto en el animal, de pronto veo a Luis con un arco, mira a los criados:
- ¡Detenerla!
Me alejo corriendo de allí, pero de pronto una flecha se clava en mi estómago, debo continuar, otra flecha se clava en mi estómago, al cabo de unos minutos me alejo lo suficiente, de pronto empiezo a ver borroso, me caigo del caballo sumergiéndome en la oscuridad.
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