Me quitó el pie de la boca para poder tomar fotos de mi cara y de las muecas que hacía. El pie que tenía en mi sexo intento moverlo hacia atrás, pero agarré su pierna con las manos, lo dejó en el mismo lugar y se enfocó en hacer su trabajo.
Me gustaba acariciarme para él tocarme los senos y masturbarme. Los clics de la cámara activaron algo más en mí, me sentía tranquila y confiada de poder ser yo misma sin ser juzgada, sin temor a mostrarme como era porque un fotógrafo profesional apreciaría la sinceridad a las poses acartonadas que vivía con sus modelos de plástico.
Empezó a subir y bajar su dedo pulgar con calma, acariciando mis labios externos. Los clics no cesaban y él se asomaba por encima de la cámara para ver mis reacciones, me encantaba, era pervertido y extraño. Comencé a mover la pelvis, la humedad cubrió su dedo y terminé por meterlo en mi vagina, era como tener un micropene adentro y si quería llegar al orgasmo tenía que buscar la forma de que me hiciera sentir algo. Él se encargó de demostrar que el tamaño es lo de menos cuando la crudeza y la locura son las que gobiernan tu mente.
Me apoyé en las manos, abrí las piernas y las flexioné hasta formar una M, miré directo su verga y me pasé la lengua por los labios. Se acercó y disimuladamente la agarré, estaba intrigada, necesitaba un punto de referencia. La coloqué cerca de mi otro brazo, para medirla y era casi tan ancha como mi muñeca.
Cuando traté de meterla a mi pequeña boca no pude mantenerla mucho adentro pues hasta las comisuras me ardían, lo intenté otra vez y duré segundos, hasta la mandíbula se me atoraba y entendí la verdadera magnitud del ancho de su miembro. La verdad me molestó un poco no poder llenarme la boca con ese manjar, me encanta mamar, pero sabía que tenía otros agujeros con los que le iba a poder dar un mejor uso.
Pero si no podía chupar, si podía lamer y pasarle la lengua recorriendo sus venas hinchadas. Lo lamía como una paleta arco iris, mirando fijamente sus ojos a través del lente. Enrollé parte de la extensión de luces sobre su miembro, me entretuve chupando sus testículos y masturbando su glande con ambas manos. La cantidad de clics iban en aumento, era claro que algo estaba haciendo bien. Me coloqué su miembro entre los labios dejando chorrear saliva para frotar con más fuerza su glande con mis manos. Hizo a un lado las cámaras y me miraba de forma diferente, su abdomen y su pecho se inflaba aguantando la respiración.
Me acarició el mentón de forma tierna. Movió su dedo pulgar del pie dentro de mí, solté un gemido fuerte porque descubrió mi clítoris endurecido e hinchado, cada movimiento me hacía brincar. Torció su labio derecho en señal de victoria, se escondió tras las cámaras colocando una frente a mí y otra al costado, una lluvia de clics y flash me dejó sin poder ver.
Soltó la cámara del lado, extendió su mano y yo le entregué parte de la extensión que iba a mi cuello. Apretaba, apretaba y su mirada se oscurecía. Empuño la extensión sin importarle que se estaba chuzando la palma de la mano, me levantó el dedo del medio, me miró con rabia y le dio el último tirón hasta cerrar mi garganta. No paró ni de tomar fotos ni de mover su dedo dentro de mi vagina, en segundos me tenía con espasmos teniendo un orgasmo.
- Ayy ¿qué demonios fue eso? --pregunte agitada--70Please respect copyright.PENANAsUCfcyUmUU
- No sé --sonrió-- las fotos lo dirán luego --arqueando la ceja--
Se acercó para darme un beso y no aguanté más, mi sexo palpitaba. Me le encaramé cruzando mis piernas detrás de sus nalgas mientras lo besaba con desespero. Él perdió el equilibrio, dio unos pasos hacia atrás, tropezó con una de las sombrillas que cayó al suelo rompiendo la luz, pero ni le importó.
Se dejó caer sentado en el sofá, colocó las cámaras a los lados. Me agarró de las caderas para levantarme un poco, yo tomé su miembro con mi mano lo coloqué en mi sexo y su glande puntiagudo ayudó a abrirle camino a la parte más gruesa y carnosa de su miembro.
- ¡Ay jueputa!
Cerré los ojos, tiré la cabeza hacia atrás y apreté los labios para no gemir muy duro. Nunca había sentido un miembro tan grueso, era imposible no quejarse en parte por el dolor y en parte por la intriga. Quedaba tan apretado que al moverme mis labios vaginales se quedaban pegados a su miembro como ventosas aumentando el placer, cuando me levantaba para sacarme se agarraban como un pez limpiador al vidrio de un acuario. Me apretó las nalgas buscando las luces para clavarlas de gusto en mis glúteos, ese dolor solo me daba ganas de brincar y cabalgar sobre él.
- ¡Me encanta tu verga señor profesional!
Me tomó de la cintura para indicar el ritmo, sus bíceps se marcaban y su pecho se inflaba como un pavo real. Me apretaba la nalga, sus manos subían por mi espalda hasta los hombros, me empujaba hacia abajo con todas sus fuerzas para meterlo hasta el fondo y me tocaba cerrar los ojos y apretar los labios para no decirle un montón de groserías.
Aprovechaba mi descuido para cogerme los senos, apretar, meterlos en la boca, clavarle los dientes, chuparme los pezones en círculos y estirarlos con mordiscos.
- ¡Ahhhhhhh Ahhhhh! --gemía como loca--
Tomó sus cámaras y sin que le estorbaran la vista tiraba fotos de un lado a otro esperando que algo bueno y enfocado saliera.
- ¡Me encanta tu cara de perra!70Please respect copyright.PENANAW61tPT2gPj
- ¡Ahórcame! --le respondí--
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