El día de mi cumpleaños la granja estaba repleta de vecinos cercanos. Mis padres quisieron celebrar mis 18 años en grande y no se midieron en gastos.
Estuvimos bailando, riendo, comiendo... y bebiendo sin que mi padre se diera cuenta, porque es algo que una mujer digna no hace.
Entrada la noche llego el Sr. Clint llegó con sus hijos. Saludo a mi padre con un buen apretón y a mi madre con un ademan, siempre como un caballero.
Mi padre me pidió ir con ellos a saludarlos y lo hice efusivamente con sus tres hijos dándoles beso en la mejilla y cuando llegué a él solo le extendí mi mano para darle un apretón.
- Feliz cumpleaños señorita Candance
- Muchas gracias
Se dio la vuelta y tomo una caja de cartón blanca con un escueto moño rojo que hizo alguno de sus hijos sin el más mínimo sentido de la estética.
Con la caja en sus manos, lo abrí y pegué un grito de la emoción. Se trataba de un sombrero negro tejido a mano con figuras en forma de estrella en las solapas, una cinta de cuero y tres turquesas en frente.
- ¡Ahhhhhhhh me encantaaaaa!
Me lo coloqué de inmediato para lucirlo, le di un gran abrazo como muestra de agradecimiento y salí corriendo a mostrárselo a mí madre.
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Él estuvo sentado toda la noche al lado de mis padres y no tuvimos oportunidad de cruzar palabra alguna, ni de darle las gracias por su regalo, que sonaba como a una especie de disculpa.
Mientras que mi padre me llevaba de familia en familia a dar las gracias por los regalos y aunque le pedí que no lo hiciera, ya tenía la edad para presentarme con los hijos de los Jordan una de las familias más ricas para tratar de buscarme un esposo.
Al Sr. Clint le causaba gracia y podía notar mi cara de enojo. Mostró una risa burlona que me causo gracia y de ahi en adelante las miradas iban y venían entre nosotros. Un delicioso juego que tratábamos de llevar sin que los demás se dieran cuenta.
«Maldita sea ¿por qué me tiene que gustar tanto? ¿por qué él? ¿por qué lo prohibido?»
A las 8 como buena gente del campo acostumbrados a dormir a las 6 o 7 la gente ya está empezando a bostezar. Mi madre al ver que ya se estaban preparando para irse saco la torta con las velas encendidas cangando el cumpleaños y todo la siguieron con las palmas.
Se acercaron en circulo y yo quede frente a mi madre. Clint quedó detrás de ella y cuando fui a soplar las velas lo mire directo a los ojos y sople sonriendo mientras pedía mi deseo de cumpleaños.
Lo único que quería y deseaba era a él. Mi madre se le salieron las lágrimas, tal vez pensó que esa mirada amorosa había sido para ella.
- Ay se me creció la niña --me dio un fuerte abrazo--
- Si má, ya soy toda una mujer --sin dejar de mirarlo a él--
Partimos la torta, comimos y todos se empezaron a despedir. Me escapé un momento al baño, me sudaban las manos y me palpitaba el corazón mientras leía lo que escribía en un pedazo de papel:
52Please respect copyright.PENANAp4fKEu19Yv
Si estabas esperando que fuera una mujer, oficialmente lo soy.
Te espero después de la media noche en el rancho del peñasco porque YO te quiero HOY como mi regalo de cumpleaños.
No me falles. Creo que te va a gustar verme cabalgar con el sombrero que me regalaste.52Please respect copyright.PENANAuisiQplcIU
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Regrese justo cuando Clint y sus hijos les agradecían a mis padres por la atención. Las manos me temblaban por lo que estaba a punto de hacer, pero era mi última oportunidad. Apresuré el pasó para alcanzarlos.
- Don Anibal, muchachos --los incluí para que no fuera muy evidente-- muchas gracias por el regalo
Me acerqué para darle un abrazo y disimuladamente le entregué el pequeño papel en la mano que supo guardar sin que los demás lo notaran.
- Fue con mucho gusto ¡Que cumpla muchos más!
Se levantó el sombrero en señal de educación, salieron montados a caballo. Nos despedimos de algunos otros y en minutos regreso la paz y el silencio a nuestra granja.
Ayudé a mi madre a recoger un poco de desorden, mientras que mis hermanos y mi padre se sentaban a terminar de emborracharse con el licor que había quedado.
- ¿Cómo haces má?
- ¿Para qué mija?
- ¿Para no enojarte porque te dejan todo lo de la casa?
- Mi amor, porque su papa se encarga de mantenernos y yo de amarlos... además, a mí me gusta cuidarlos y que verlos así felices celebrando tu cumpleaños
- Yo sinceramente no me veo así ¿no sé?
- Pue mi amor, busqué su propio camino, pa eso estamos en la vida
Le di un fuerte abrazo y agradecida por sus palabras. Me despedí dándole un beso de buenas noches en la mejilla a mi padre.
Apagué las luces de mi habitación y me coloqué las cobijas encima sin quitarme la ropa. Lista para escaparme en el momento justo.
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