Al parecer habíamos encontrado la forma de mejorar su rendimiento. Sin embargo, el primer polvo no tardaba más de un abrir y cerrar de ojos, pero al menos su orgasmo me servía para empapar mi dedo y usarlo como lubricante para meter mi índice por su trasero y ejercer la presión en el lugar correcto de su próstata y contener los demás.
Ahora hasta lo colocaba en cuatro con cada extremidad amarrada, le chupaba el culo metiéndole la lengua para llenarlo de saliva, le metía uno o dos dedos por detrás y después lo masturbaba.
Era una maravilla poder decidir cuándo hacerlo venir y cuándo no. Me hacía sentir como una diosa del sexo, con el poder del orgasmo en mis manos, más bien en mi dedo.
Ahora podía jugar con él hasta que me cansaba, me metía debajo para meterme su miembro a la boca y apenas le sacaba el dedo del culo, mis papilas gustativas se deleitaban. Ya no tenía tantos orgasmos, pero ahora eran aún más intensos y sus chorros más potentes.
Ni siquiera era capaz de tragarlo todo de una vez y eso me hacía poner aún más cachonda. La verdad es que me encantaba, porque cuando me sentía ahogada mi sexo explotaba de placer y los orgasmos me alcanzaban sin siquiera tocarme.
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Lo único malo de todo esto, es que mi dedo siempre tenía que estar ahí adentro y no me permitía maniobrar demasiado para probar cosas diferentes que también me dieran placer.
Con mi cajita de herramientas y mi curiosidad para crear máquinas y repuestos, decidí tallar una estructura cubierta con masilla, una réplica casi exacta de mi dedo. Lo revestía con condones que le robaba a mis hermanos, lo atornillaba a una silla de madera y lo hacía sentar encima.
John disfrutaba demasiado, me encantaba ver como él mismo se lo metía y sacaba del culo. Su recompensa era que por cada 5 minutos que pasaba sin venirse, yo me59Please respect copyright.PENANARFCPcrwLU6
quitaba una prenda.
Nos tardamos varias sesiones, hasta que por fin terminé desnuda. Ese día en especial estaba tan pero tan caliente que decidí masturbarme para él. Me acariciaba el clítoris, presionando con fuerza como me gusta, pero sin meterme ni un dedo… ya saben por eso de que es un pecado perder la virginidad antes del matrimonio.
Él llevaba casi media hora más, yo no aguantaba la calentura de ver su miembro ahí todo duro esperándome. Me levante y frote mi sexo con su glande pasándolo entre59Please respect copyright.PENANACwqCdqfkH5
mis labios externos... pero ahí va de nuevo, no aguanto ni 5 segundos.
Me regresé a mi puesto enojada, porque otra vez había perdido el control. Frustrada y sin saber qué hacer con lo caliente que estaba, me acaricié con su semen y pude59Please respect copyright.PENANA6qj25CLSP9
notar la facilidad en que se movían mis dedos y así fue como poco a poco abrí las piernas las levante por encima e intenté probar meter el dedo por detrás. Un agujero del que no dicen nada en la biblia sobre conservar puro y casto.
Empujé un poco mi índice adentro, cerré los ojos y veía chispas en la oscuridad.
- ¿Ay John porque no me dijiste que era tan rico?
Él no respondió, estaba asombrado y encantado por lo que veía, brincando en su improvisado juguete. Abrí los ojos y me quedé mirando su miembro chorreado con su semen. Estaba decidida a probar de una vez cómo se sentía. Podía ver como su miembro se apretaba y crecía de la emoción.
- Ay Jhon, creo que voy a hacer una locura
Apoyé los pies en el suelo, me di la vuelta y me separé las nalgas con las manos. Lo miré por encima del hombro y su cara era un tanto diferente, con un airé animal y salvaje que me calentaba a mas no poder.
- Quiero que me la metas
Con solo entrar en contacto, sentí como empezaba a entrar y siento como sale un potente chorro y rueda por mis muslos.
- Maldita sea Jhon, ni siquiera te toque
Enojada y decepcionada, me vestí a toda prisa. Me acerqué a él y le agarré la cara de la mandíbula.
- No puedes ser más imbécil ¿cierto?
- Candy, lo siento, en verdad lo siento, pero...
- Pero nada Jhon, ya me cansé de esto
- Candy, no te vayas todavía podemos...
- No John, definitivamente no vas a poder y así nunca me vas a poder tener ¡nunca!
- Candy, por favor...
- Es hora de que busques ayuda en otra parte
Me provocaba dejarlo ahí amarrado y que lo encontraran así sus hermanos al otro día, pero eso seguro me iba a meter en problemas. Así que le solté uno de los nudos de las sogas y lo dejé ahí para que lo hiciera solo.
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