Cuando era niño tenía muchos sueños, al entrar a la adolescencia lloraba por las noches y cuando llegue a mi juventud ya no quería sentir.
Después de varios años visite el orfanato y done más de un millón de rublos, las hermanas franciscanas agradecían pero sus rostros mostraban curiosidad. No preguntaron de donde saque tanto dinero, como un huérfano tenía tanto dinero o si estaba bien, ellas nunca se interesaron.
¿Me pregunto alguien si estaba bien? No, nadie lo hizo porque no les importaba.
– ¿Estas bien? –Mark lo preguntaba seguido, si yo no contestaba, si yo le respondía con diferente tono, si mi rostro cambiaba de color. Sus palabras me hacían sentir bien y me daban mucho que pensar en el mejor aspecto hasta que decidió robar mi plan.
-Ahora ya se más de la hermana menor de Mark.
-Sé lo que te hizo –me alegra saber que no debo fingir que su hermano me agrada.
-Pues que bien ¿tú también eres así? –hizo una leve mueca con su boca.
-Jodete –ella me dejo plantado, no espero que le dijera que no se fuera como solía hacerlo yo, ella solo se fue sin más.
Al siguiente día visite a mi doctor, aprecio mucho a este señor aunque suele ser muy metido.
-Joven Daniel ¿Cómo se ha sentido últimamente?
-Como una mierda –pues bien no me sentía, no entiendo porque lo pregunta siempre que me ve.
-Bueno, dejando de lado su actitud tengo algo que podría ponerlo de mejor humor –una cura pensé-. Tengo un viejo colega que hace pruebas y quimioterapias que son eficaces, surgió una nueva investigación…
-No quiero nada, mejor no diga nada –alguna vez has tenido ganas de morir pero también quieres vivir, piensas en el suicidio todos los días, lo ves como una caricatura animada pasando ante tus ojos pero entonces recuerdas lo que te hace feliz y ya no quieres morir, no te decides que es lo que más anhelas. Ambas tienen salidas.
Estaba en el estacionamiento del hospital, yo reconocía esa cabellera en efecto era Izabel y su hermano Mark ¿alguno de ellos está enfermo?
Sé que Mark era un imbécil y todavía me sentía traicionado pero me importaba.
Llamo, no llamo.
Llamo, no llamo.
Como si me leyera la mente me llego una llamada de Mark, desde lo ocurrido me llamaba para pedir disculpas pero esta vez conteste.
-Oye –me explico lo que miles de veces había dicho.
-¿Estas enfermo? –pregunte sin tapujos.
-No –después escuche como alguien le quitaba el celular-. Pero si es el rey de roma ¿me extrañas Dan? –al otro lado escuche como sonó un portazo y la voz de un Mark molesto.
-En realidad solo quiero hablar con Mark.
-Mentiroso, por cierto ¿Qué hacías espiándome en el estacionamiento del hospital? –mi piel se erizo no de placer sino que de miedo.
-No te espiaba para nada, fue pura casualidad.
-Destino –hablo rápidamente-. ¿Nos vemos en el cine dentro de media hora?
-No puedo.
-Está bien, te espero en el cine que está en la avenida 12 yendo hacia la plaza comercial –colgó, lo decía enserio o no.
No cabe más que decir que me prepare y estuve ahí exactamente como dijo.
Luego de un tiempo Iza y yo nos encontrábamos en el mismo lugar casi todos los días, lo curioso es que nunca nos dimos nuestros números y si quería algo me hablaba del número de Mark.
–Quiero algo que en menos de diez líneas te haga explotar con muchos sentimientos –Iza escribía para una página con unas chicas que conoció en un blog de lectura, un día publicaba ella y al otro las demás. Esa noche quería escribir algo diferente a lo que antes ya había hecho, comento mientras caminaba a mi lado estrujando sus dedos.
– ¿Qué tienes en mente?191Please respect copyright.PENANAyTRQuZEPwz
No sabía cómo, pero quería ayudar con su dialogo.
–Que uno de ellos muera y el otro haga un sacrificio.
– ¿Por qué tiene que morir uno de ellos?
– ¿Por qué no? Sabemos que en alguna parte de nuestra vida lo haremos.
–Si – dije. Pensé en sus palabras pero no saber qué pasará después me aterra un poco.
– ¡Lo tengo! -Grito entusiasmada.191Please respect copyright.PENANAa3Prp2LFDa
–Solo tenía que dejar ir mis dedos.
– ¿Dejar ir tus dedos? -Le pregunté algo incierto.
–Olvida eso y escucha esto.
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Agarró su libreta y empezó a leer lo que había escrito en ella.
“Una caminata con remolinos191Please respect copyright.PENANALBEBwMY3eA
No sé si alguna vez te dije lo hermoso que eras, lo bello que te veías al caminar, como me volvía loca tu sonrisa y cuánto te amé.
–Te amaré ahora, te amaré siempre –hablaste lentamente, aunque te pedí que no lo hicieras–.191Please respect copyright.PENANAU3JSgeT4bR
Fuiste lo mejor –seguiste hablando a pesar de que, con cada palabra que decías salían gotas de sangre de tu boca.
–Por favor resiste, no me dejes –lo dije llorando, llore tanto que cada lágrima salía sin yo poderlas parar.
–Nunca te dejaré –esas fueron tus últimas palabras.191Please respect copyright.PENANAIBgcOMAKtI
Sé que no estás desde hace dos años y también sé que has cumplido tu promesa, pero pronto estaremos juntos, solo espera unos minutos hasta que me desangre.”
– ¿Qué opinas? -Sus ojos brillaban esperando una respuesta pero yo no dejaba de pensar que pronto yo estaría igual–. ¿No te ha gustado?
–Si me gustó –sus ojos no mostraban lo mismo de hace unos segundos-. Si me ha gustado mucho, en serio fue, no sé... ¿Impactante?
–Lo dices solo para no hacerme sentir mal pero lo subiré ya que me gustó y espero a ellos les guste.
– ¿Has escrito más? -Quería saber si todos terminaban en muerte.
–Sí, tengo varios –dice mientras se sumerge en la Tablet.
–Me gustaría leer más de tus escritos.
–Cuando tenga uno nuevo serás el primero en leerlo –me dice mientras guarda su borrador.
Pasamos unos cuantos minutos caminando. Pensé en cómo decirle que tengo una enfermedad terminal pero sentía que aún no era el momento tampoco es que ya éramos algo, solo llevábamos unos días viéndonos.
– ¿Dan, sucede algo? -La veo por unos segundos.
– ¿Te gustaría viajar? -Incluso yo me sorprendí de querer viajar-. –Si no quieres entenderé –al escucharme dejo de susurrar y me vio con nerviosismo.
–Si quiero es más me encantaría solo que tengo unas cosas por hacer y entonces te doy una respuesta.
La despedida fue incomoda, mi proposición no le habrá caído muy bien y los días que le siguieron fueron lentos sin noticias de parte de ella.
Me sentía desajustado, mi estómago se encontraba irritado. Al escuchar unos toques en la puerta me levante con espereza.
Sentí una gran sorpresa al encontrarme a Mark detrás de la puerta. Este sujeto no me agrada es totalmente lo opuesto a lo que me hace sentir su hermana.
-¿Un viaje? –entra apresurado gritando que un viaje es lo peor que puedo ofrecer-. ¿Cómo se te puede ocurrir? Claro, si no la conoces –su parloteo me confundía.
-¿Qué haces? –inquirí amonestado. Se detiene en medio de la sala, coloca sus manos en su cintura y exhala con un gesto de frustración.
-¿Te gusta mi hermana? –Apenas y me ve a los ojos-. Entiendo que te guste, ambos me preocupan –la última oración me hace bufar automáticamente-. Pero es algo en el que el amor no puede entrometerse y unir sus caminos, tú me entiendes sabes muy bien a lo que me refiero.
-No eres bienvenido en mi casa.
Lo halo del brazo, prácticamente lo saco a empujones hasta que ambos nos detenemos de golpe.
-¿Mark?
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