A pesar de que los tres estábamos eufóricos, me gusto que no decidieran irnos de inmediato. Nos quedamos ahí hablando, conociéndonos un poco mejor, disfrutando de algunos pasabocas y de la botella de vino que había pedido Erika. Cuando les confesé que no sabía bailar, me llevaron de nuevo al lugar donde estaban reunidos el resto y entre los dos me dieron unas clases de baile. No paraban de reír por mi torpeza, pero igual no se dieron por vencidos, pese a que varias veces pise a Iván.
Aunque Erika y yo ya estábamos algo alcoholizadas, siempre guardaron la compostura, respeto y buenas maneras. Me hacían sentir segura porque nunca me dieron ni una mirada, ni una caricia o abrazo que diera pistas a los demás de nuestros planes. Aunque la verdad es que con lo drogados y alcoholizados que estaban los otros estudiantes, "los viejos" y "la profe ñoña" pasábamos a un segundo plano.
Ese respeto y cuidado, me hizo sentir bien, en confianza, me daba a entender que les importaba y protegían mi reputación, que no querían dejarme con la imagen de la profesora zorra, que no me veían únicamente como el trozo de carne o trofeo con el que se querían complacer y luego desechar.
Igual no les niego que en varios momentos de la noche tuve que hacer un gran esfuerzo para no sacar alguna excusa, irme al baño y no volver a aparecer, como era mi costumbre en eventos sociales. Sin embargo, hoy no podía permitirme renunciar y obtuve un segundo aliento recordando una de las frases favoritas de mi madre: "Si tienes miedo, entonces hazlo con miedo".
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No sé de donde sacaban tanta energía ese par, no paraban de bailar y brincar, mientras que yo tenía que tomarme descansos, me iba a sentar a la barra y pedía agua con mucho hielo para rehidratarme.
Sin querer escuché una conversación de uno de mis alumnos con una chica. Le preguntó bastante extrañado si en verdad no se habían conocido antes, que hasta le parecía que habían salido y ella insistía en que no.
Fue cuando di una mirada más amplia al lugar y me percaté de algo que me dejo perpleja. Él no estaba para nada equivocado, puede que no haya salido con ella, pero sí con una más de sus fotocopias. Eran como una constante, el mismo, corte, maquillaje, cabellos llenos de queratina, escotes profundos, transparencias como una competencia por mostrar sus cirugías de senos, bailes calcados de TikTok, las mismas manías, ademanes y hasta el mismo tono de hablar.
Entre todas ellas, solo había una que destacaba, que se veía diferente: Erika. Nunca en mi vida me había detenido a una mujer de la misma forma que miraba a un hombre, simplemente eran una mujer y ya, pero esta vez me descubrí escudriñando hasta lo más mínimo de su cuerpo.
Ella debía tener casi la misma edad de su esposo, tal vez un poco menos. No era demasiado alta ni tampoco baja, con sus tacones quedaba casi a la altura de sus hombros. Me gustaba que su cuerpo tuviera figura y cuerpo, debajo de ese vestido se podían ver unas piernas generosas y fuertes, sus músculos se marcaban de forma sensual y ayudaban claramente a sostener esas anchas caderas que movía cadenciosamente de lado a lado. No es que tuviera mucha cintura, pero sus grandes y abundantes pechos así lo hacían parecer. No necesitaba exhibía sus pechos con vulgaridad, le daban un toque perfecto de misterio y sensualidad, tal vez lo único atrevido es que por las costuras de su vestido debajo de sus senos no llevaba sostén y de vez en cuando se marcaban sus pezones.
Lo que más me gustaba de toda ella, era su gran sonrisa enmarcada en esa cara ovalada, un poco redonda y alegre. Pómulos prominentes, nariz respingada, labios gruesos y provocativos con unos bonitos ojos color miel acompañados de unas expresivas cejas tupidas. Su cabello castaño cobrizo alocado, ensortijado y lleno de vida que se movía como la melena de un león.
Acababa de entender que la respuesta a su propuesta no habría sido la misma si fuera con otra mujer. Empecé a imaginar lo que haríamos, a esas piernas gruesas enrolladas en mi cuerpo, apretándome con fuerza la cintura, saciándome con sus besos y miradas coquetas. Jugaba con los hielos en mi boca, imaginando arrancarle el vestido, chupar sus senos y luego asfixiarme entre sus pechos. No sabía ni como disimular, ahí sentada, mi entrepierna ardía como volcán a punto de hacer erupción.
Le di las gracias al cantinero, caminé segura en dirección ellos. Los tomé de la mano e inmediatamente entendieron.77Please respect copyright.PENANAlDRVkcFz9j
- ¿Nos vamos? --preguntó Iván--
Afirmé con mi cabeza. Erika se empinó a darle un beso y con una sonrisa mirándolo fijo a los ojos le dijo que lo amaba.
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Nos topamos con algunas de mis alumnas camino a la salida que andaban haciéndole corrillo a Jean Paul y de inmediato me interceptaron. Erika e Iván se adelantaron para ir solicitando el carro al ballet parking.
- Profe ¿por qué se va tan temprano? ¿qué le choco?77Please respect copyright.PENANAXncyXlFEEm
- Nada, todo estuvo perfecto77Please respect copyright.PENANAOzEMlxZB46
- Uy profe, pero usted está como tomadita ¿se va a echar un pase? --mostrándome una bolsita con polvo blanco--77Please respect copyright.PENANADEql0MMH2o
- Mis amores, yo soy malísima para trasnochar y más pa' esas cosas77Please respect copyright.PENANAYObxQGwpil
- Si va a manejar, con esto se para de una77Please respect copyright.PENANAPdi9felPkB
- No --me causo gracia-- yo no tengo carro77Please respect copyright.PENANAKi5sz0H3Uv
- Entonces, ¿vinieron a recogerla?, si quiere le digo a mi chofer que la lleve77Please respect copyright.PENANAnkLfXw9XhH
- No se preocupen, Erika y el esposo me van a llevar a la casa77Please respect copyright.PENANAt1n3CQirO6
- Listo profe, que descanse77Please respect copyright.PENANANpApXbAHK6
- Cuidado con esas cosas, no se excedan77Please respect copyright.PENANA9xGJNFkSOJ
- Claro profe, feliz noche
Ellos ya me estaban esperando en el carro, un elegante Tesla último modelo reluciente e impecable a sus dueños, un vehículo que no muchas personas en mi país tienen la posibilidad de comprar.
El ballet parking me ayudo a bajar las escalas sosteniéndome de la mano y al verme tambalear también de la cintura. Abrió la puerta y me ayudo a sentar. Creo que esos vinos estaban más fuertes de lo que imaginaba.
- wow, nunca me había montado en uno de estos77Please respect copyright.PENANAScHWpqX3wW
- ¿lo quieres manejar?77Please respect copyright.PENANAxIu3gZVAzQ
- Será otro día --le hice mímica de haber tomado de más--
Se soltaron a reír. Me parecía increíble como ese vehículo se movía y no se escuchaba nada, si no fuera por el leve crujir de los neumáticos con las piedras no se escucharía nada. Al llegar a la puerta de salida, él me miro por el retrovisor.
- Profe, siquiera la llevamos a su casa, no hay problema77Please respect copyright.PENANAWN1gd0h5qH
- En mi casa, hay una cosa llamada papás y maluco despertarlos con los gemidos, prefiero en su casa77Please respect copyright.PENANALAn8iM3irA
- Yo me refería a...
No me aguante la risa y me tuve que sostener el estómago. No podía creer que fuera tan inocente.
- Amor --le colocó la mano su brazo-- si no te has dado cuenta está charlando77Please respect copyright.PENANA1TLIixhinQ
- Yo sé, pero pienso que se les fue un poco la mano con el vino77Please respect copyright.PENANAT91VdxC9oT
- Iván, si lo que te preocupa es que esté consciente de lo que estoy haciendo, sí, lo estoy, un poquito contenta por el vino, pero completamente dentro de mis cabales. Se exactamente lo que estoy a punto de hacer y mi respuesta no ha cambiado, ¿nos podemos ir ya?
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