Me lancé directo a sus labios, necesitaba comprobar nuevamente si era cierto lo que había sentido cuando la bese antes y válgame dios era aún mejor. La forma delicada en que lo hacía, como tomaba mis labios entre los suyos y los succionaba, como su lengua buscaba juego con la mía, su respiración, su mirad, la forma en que me tomaba del rostro para que no me despegara.
Iván llegó por mi espalda y pude sentir su miembro crecer en mi espalda mientras que me torturaba con sus manos de la misma manera que se lo había hecho a él, apretándome los senos, abrazándome por la cintura, punzándome con su erección.
Terminaba de besar a uno, luego llegaba el otro, como una batalla por ver cuál podía poseer a los demás. Sus manos recorrían mi cuerpo con deseo. Fuimos de 0 a 100 en segundos y ninguno parecía querer dejar de acelerar.
Metí mi mano por debajo de su vestido, agarré sus nalgas y la arrinconé contra el mármol frío de la isla de la cocina. Frenética y descontrolada, empecé a empujar mi pelvis como si la estuviera penetrando, tenía tantas ganas de poseerla que mi cuerpo se mandaba solo, haciendo todo tipo de cosas sin razón. Erika se escapó de mis labios, levantó la cara y empezaron a escaparse esos gemiditos agudos que tanto me habían excitado antes.
Levanté su vestido por encima de la cintura, ella levantó las manos quedando únicamente con un mini triángulo que cubría su sexo. No me dio ni tiempo de verla desnuda, de disfrutar su cuerpo. Estaba tan excitada que cuando se me lanzo a besar alcanzamos a golpearnos un poco los dientes, pero eso no importo, nos comíamos a besos como si se fueran a acabar.
Iván bajó el cierre de mi espalda, soltó los botones detrás del cuello y cuando dejo caer mi vestido al suelo dejé de sentirlo detrás de mí. Mientras ella se comía mi recién liberado cuello, volví mi mirada y él estaba unos pasos más atrás tomando un poco de vino mirándome las nalgas con un morbo increíble.
Aproveche para enfocarme solo en ella, apretarle las nalgas, comerme sus labios a besos. Tomó una de mis manos y la colocó en uno de sus senos, como me deleite con esa nueva sensación, los míos son pequeños, mientras que los de ella abundantes eran perfectos para apretar y amasar.
- Quiero verte
Di unos pasos hacia atrás, hasta encontrarme con Iván. Le quité la copa de las manos y empujé mis nalgas en su entrepierna. Erika empezó a caminar en dirección a nosotros.
- No, quiero verte, tócate
Iván me tomó por la cintura, me llenaba de besos en el cuello, metía sus manos por debajo del brasier para pellizcar mis pezones. Erika se agarraba los senos, los apretaba y estrujaba, recorría su cuerpo, metía su mano debajo de sus diminutas tangas y se acariciaba en círculos gimiendo sin parar. Me encantaban sus senos, grandes, abundantes, naturales, sus pezones prominentes que podía tomar entre sus dedos y estirar.
Le regresé la copa a Iván, me giré para darle un beso y apretarle el miembro.
- ¿Nos regalas un momento? ¿solas?77Please respect copyright.PENANARPR7NaM5ia
- Claro que sí, adelante77Please respect copyright.PENANAYIxR5OF3tY
- Gracias
Me di la vuelta y la miré a los ojos pasándome la lengua por la boca. La tomé por la parte de atrás del cuello y la atraje hacia mí. Levanté su pierna y la sostuve con mi mano detrás de mi cintura y de nuevo llego esa sensación irrefrenable, movía mi pelvis hacia adelante queriendo penetrarla, comérmela, follármela. Se apoyó del borde de la isla, dando un pequeño salto, quedando al borde, estrangulando mi cintura con sus piernas. Sus pechos quedaron a la altura de mi boca, todavía recuerdo como mi boca se llenó de saliva al chuparlos, estaban tibios y su pezón duro. Su corazón latía tan fuerte que podía sentir en mis labios cada palpitar.
Se empujó un poco más, terminando de descargar sus nalgas en el frío mármol, colocó sus pies arriba, abrió sus piernas y con esa mirada coqueta me dijo exactamente lo que quería.
Pasé mis manos por debajo de sus muslos, subí mis manos hasta alcanzar las tiritas anudadas de sus tangas, la miré a los ojos de forma lasciva y muy lentamente los desamarré, mientras que con mis dientes arrancaba sus tangas que quedaron colgando al borde de la isla.
Su sexo estaba perfectamente depilado, sus labios abultados y mojados, sus feromonas entraban por mis fosas nasales y me recordaban su sabor. Nunca había hecho algo cómo esto, pero todo mi cuerpo lo necesitaba.
Empujé sus piernas de los muslos y ella las sostuvo agarrado sus piernas detrás de las rodillas con sus manos. Traté de hacerle lo que me gustaría que una mujer me hiciera.
Fui paciente y juguetona, llene de besos, sus muslos, su ingle, su abdomen. Metí mi lengua en su ombligo y bajé lentamente siguiendo el camino a su sexo con mi lengua, pero casi llegando a él la guarde y apoyé mi nariz en su clítoris aspirando con fuerza su olor.
- Ahhh profe, me estás matando
Perfecto, solo un poco más de juego. Olí cada lado de su ingle, asegurándome de que mi nariz presionara sus terminaciones nerviosas, bese tiernamente los pliegues que dividen sus piernas de su sexo y cuando metía la lengua entre ellos, su espalda se encorvaba.
- Ahhhh, rayossssss, por favor...
Ahí estaba la señal, me levanté un poco y esperé a que me mirara a los ojos, abrí mi boca, estire mi lengua muy cerca de su sexo, pero sin tocarlo y me reí con maldad.
- ¿Por favor? ¿Qué? --levanté una ceja--77Please respect copyright.PENANA3fFvv6k1z4
- Quiero que... ahhhhhh siiiiiii
Pasé mi lengua desde la entrada a su sexo hasta su clítoris, separando sus labios, llenándome de su néctar y su sabor y me detuve dejando mi lengua en punta. Su espalda se encorvó y sus senos me taparon su rostro. Esperé pacientemente a que regresara a su posición y cuando al fin pudo mirarme se mordió los labios riendo de dicha.
Lentamente, abrace la piel encima de su clítoris con mis labios y moví mi lengua muy muy lentamente hasta descubrirlo. Soltó sus piernas y yo estiré mis manos para mantenerla en la misma posición. Empecé a chupar muy muy sutilmente y ella se agarraba los senos y apretaba, levantaba su cabeza, la miraba a los ojos y yo pasaba tan solo la punta de mi legua y ella tiraba su cabeza hacia atrás golpeándose contra el mármol sin importarle hacerse daño.
- Ayyy juuuueeepppppuuuu......
Lo hice varías veces hasta que su espalda se empezó a arquear, sus gemidos aumentaban de volumen y ahora los únicos que repetía era un "no, no, no, por favor, no, no, no". Succioné como un confite su clítoris, no con demasiada fuerza, lo estire con mis labios y luego lo aplaste con mi lengua mientras la punta de ella se abría paso entre sus labios.
- Profee, profeeeeee ahhhhhh, momento, paraaaaaa paraaa
Empecé a chupar con más intensidad, soltando e intercalando con los lengüetazos. Aumentaba la velocidad al mismo ritmo que iba aumentando su respiración. Sus piernas empezaron a temblar y supe que ya era mía. Sentí su mano tratando de empujarme para que me detuviera, pero no lo iba a hacer.
Levanté mi mirada y en medios de sus senos que se hinchaban con la respiración, encontré esos labios carnosos gimiendo, su mirada perdida se encontró con la mía, se metió los labios a la boca tratando de contenerse.
Separé sus piernas para que sus labios se separan, con mis labios volví a abrirme paso y dejar al descubierto su clítoris, le di unos cuantos lengüetazos fuertes con la punta de mi lengua y después empecé a mamar y succionar su hermosa joya.
Su espalda se encorvó más que las veces anteriores. Sus gemidos ya no se escuchaban, su vientre ya no se hinchaba por la respiración y sus ojos ya no estaban en este mismo plano.
- AGGGGGHHHHHH AHHHHHH AAHHH JUE..PU..TA!
He tenido la cara bañada en semen con su textura pegajosa, sin poder abrir los ojos siquiera. Ahora la tenía empapada, goteras caían por mi mentón, no era para nada parecido. El sabor, el olor, la textura; sus movimientos, expresiones y gemidos me hacían explotar la cabeza. 77Please respect copyright.PENANAolfswTncEI
No quería despegarme de ella, quería succionarle hasta el alma, beber infinitamente de su ambrosía y succionarle el alma si fuera necesario. Maldita sea, acababa de encontrar una droga demasiado adictiva para mí.
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