La verdad es que Erika e Iván hicieron honor a su promesa de solo pasar el día como amigos y en ningún momento se quisieron propasar o intentar persuadirme de cambiar de opinión.
Erika terminó prestándome algo de su ropa, bueno, al menos la que pudimos adaptar fácilmente a mi figura. Salimos a caminar un rato por fuera de la casa y de día era aún más increíble la vista, no solo por los paisajes, sino por las tremendas casonas que veíamos al paso.
Me contaron un poco más de sus trabajos, ese flamante Tesla no era de ellos, Iván trabajaba para la compañía como ingeniero y lo tenían más que nada para probar la conducción autónoma en ciudades con un tráfico diferente al americano.
Nos reímos recordando aquella prueba exitosa en la autopista, pero que lastimosamente no tenía como explicar en un reporte en que había consistido la prueba. Tal vez a su jefe no le agradaría mucho la idea.
Doña Silvana, no era la mamá de ninguno de los dos, llevaba trabajando como empleada hacía varios años, pero no les gustaba que se vistiera como una sirvienta ni menos tratarla como tal. Era casi como de la familia, entendí que no me debía preocupar por ella o su falta de discreción.
Nos preparó unas deliciosas pastas a la carbonara con exceso de tocineta y queso. Me encantó eso de que nos sentamos juntos almorzar. Silvana nos hacía reír un montón con sus ocurrencias y su inocencia de la vida del campo.
Pasamos la tarde, en la piscina, no hubo otra opción que un traje de dos piezas que al menos con las tiras pudimos amarrar bien en mis diminutos pechos. Tomamos el sol, nadamos, jugamos con una pelota inflable y hasta hicimos competencias de clavados. Las margaritas de doña Silvana eran toda una tentación y se encargaba de mantener la copa de Erika y la mía siempre llenas.
Cayendo la tarde, llego una mujer morena, gruesa y fuerte, con cara amable y risueña. Doña Cleo, un amor que iba cada 15 días a hacerles masajes, una invitación que no pude rechazar, porque me encantan. Solo les puedo decir que me logro relajar tanto que hasta me quedé dormida.
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No me quisieron despertar y ellos aprovecharon para irse a duchar y vestir. Erika se sentó a mi lado y con ternura y cuidado me hizo regresar a la vida.
- ¿Uy que hora es? --pregunté preocupada al ver todo a oscuras--66Please respect copyright.PENANADOxUS6mkwJ
- Las siete profe --contestó Erika--66Please respect copyright.PENANAQgM1qU9YCq
- ¿Por qué no me despertaron? 66Please respect copyright.PENANAsB59G4RJiS
- Porque queríamos que descansaras, relax no hay problema
Me senté en la camilla con los pies colgando, me sacudí la cabeza buscando despertar de verdad. Ella se hizo frente a mí y me sostuvo de los hombros para que no me fuera a caer.
Estaba hermosa, con un vestido largo y blanco como una diosa griega, el cabello recogido a un lado con una hebilla con brillantes y el resto con sus risos ensortijados perfectamente definidos
Iván estaba apoyado contra una columna con los brazos cruzados, un jean ajustado, zapatos casuales pero elegantes, sin medias, camisa blanca a medio abotonar y el cabello peinado hacia atrás con gel.
- Ustedes tienen pinta de que iban a salir y yo acá dormida retrasando sus planes --mi cara se ruborizó--66Please respect copyright.PENANAXxWrRjyKPI
- No profe, relax, uno de los vecinos nos invitó a comer, te estábamos esperando para que nos acompañes66Please respect copyright.PENANAFnnkhJrGMs
- ¿Yo? --coloqué mi mano en el pecho-- no66Please respect copyright.PENANA1oXv6ASbA9
- Si claro, así te robamos otro ratico más y después te llevamos a tu casa, o bueno, si quieres te quedas, no tenemos problema, ¿cierto amor?66Please respect copyright.PENANASDAhj9HumK
- Claro que no, yo puedo dormir en la sala y así mañana nos vamos a pueblear un rato a oriente
Les di una mirada nuevamente a sus pintas y luego me mire a mí con el cabello hecho un desastre y todavía con su vestido de baño y un pareo.
- No te preocupes, ya te separé una pinta perfecta para ti66Please respect copyright.PENANA4K6CaMJjJB
- Ay chicos, no sé66Please respect copyright.PENANA9d5Jf8nskD
- Dale profe, no seas mala, ¿sí?, ¿please?
Con solo sonreír ella brincó emocionada y me dio un abrazo. Iván de un silbido hizo que aparecieran el par de Gran Danés que la noche me habían asustado y como sabía que nos íbamos a demorar aprovecho para ir a dar una vuelta con ellos e hicieran sus necesidades.
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