El tiempo se nos había ido volando, ese lugar te hacía que hasta el tiempo se desvaneciera, provocando querer quedarse ahí para siempre, aún más con ellos como compañía.
Nos lavamos con agua fresca tanto como pudimos y nos vestimos de prisa. Terminamos de subir hasta la cumbre ascendente de esa montaña donde se podía divisar un valle infinito de bosques.
Empezamos a descender y se veían un poco ansiosos y desesperados, porque yo iba demasiado lento al no conocer el camino. Me enseñaron como poner los pies para que no me resbalara tanto y bajamos a toda prisa, hasta rodear la montaña y escuchar de nuevo la cascada.
Llegamos a un pendiente, por la cual de no ser por la ayuda de unas sogas que habían dejado amarradas, no habría sido posible meternos por eses lugar. No era tan empinada como para sentirse hacer rapel, pero si no te agarrabas bien podías terminar rodando cuesta abajo.
La luz empezaba a escasear, Iván hacia las rutas primero y nos apoyaba iluminando con la linterna. Hasta que por fin llegamos a la orilla de una playa del riachuelo que bajaba de la cascada.
La soga para atravesar el rio se había reventado por un tronco que había en alguna tormenta, pasar nadando podía ser peligroso, pues a pesar de que no era tan ancho si tenía bástate corriente.
- Amor ¿y entonces? --preguntó Erika--64Please respect copyright.PENANAc2WUWYdsO2
- No sé, ya está muy tarde --levantando a mirar el cielo--, nos va tocar como antes64Please respect copyright.PENANAxv4EbQbTyp
- ¿Nadando?64Please respect copyright.PENANAPfK7zWpy2V
- Ay no, prefiero dar la vuelta por las cuevas --dije muerta de miedo--
Iván que estaba al borde del rio, subió a darme aliento y tranquilidad.
- Chicas, ustedes son unas berracas, acá se ve feo, pero más abajo hay una curva donde pierde velocidad y ahí salimos de una64Please respect copyright.PENANAbacilW3u4G
- No ni loca, me meto ahí --dije horrorizada--64Please respect copyright.PENANAd1WcT8Gf4L
- Ay no amor, a mí también me da susto
Nos tomó de las manos y serio nos miró a los ojos. Se le notaba que estaba demasiado angustiado, la misma montaña empezaba a hacer sombra y el atardecer a desaparecer, el bosque a nuestras espaldas se hacía denso y oscuro.
- Cuando nosotros teníamos 15 años y exploramos esta zona, así era que lo hacíamos en vacaciones, por eso les digo que es seguro, pero tiene que ser YA antes de que oscurezca, lo único que deben hacer es flotar y dejarse llevar por el rio, colocan los pies al frente por si hay piedras y se mueven a un lado64Please respect copyright.PENANAVAbHqiVE3p
- No soy capaz --dije a punto de que se me salieran las lágrimas--
Me apretó de las manos dándome fuerza y me miró a los ojos sonriendo.
- No hay nadie más valiente que vos, sé que puedes, esto no es ni de lejos algo tan difícil como lo que ya has enfrentado --volteó a mirarla-- ¿Amor te parece si nosotros dos vamos juntos adelante y tú nos sigues? tú puedes yo se64Please respect copyright.PENANAyRT75DfreJ
- Si contestó ella --aún con cara de terror--
Ivan me llevó de la mano, nos metimos al agua helada hasta la cintura, me dio la espalda y me pidió que lo abrazara por el cuello y no me soltara. Se aseguro que Erika estuviera detrás de nosotros y se lanzó al rio.
La corriente nos empezó a arrastrar, yo con los ojos cerrados sentía con mayor potencia la velocidad, mientras que Iván movía sus manos para ayudarnos a reflotar.
- ¿Erika? ¿me sigues? --grito sin mirar atrás--64Please respect copyright.PENANAKS3kd1LLvE
- Si amor, aca voy64Please respect copyright.PENANAKQ2sDovUgK
- Pies adelante, siempre
Poco a poco nos fue llevando más y más al medio, la corriente y el oleaje se hacían más fuertes y en algunos momentos nos chocaban con la cara. No sé porque me dio por abrir los ojos y al verme ahi en medio de la nada siendo arrastrada y pensé que íbamos a morir. Me agarré tan duro de su cuello que empecé a ahorcarlo y a hundirnos.
- Profe, profe --me daba toques en los brazos para que aflojara--64Please respect copyright.PENANAigRQkXPBnC
- Ahi está la curva --grito Erika--
La corriente bajaba un poco de velocidad, pero igual Iván necesitaba poder mover las manos para remar hacia un costado y sacarnos de en medio. Él dejo de mover sus manos para poderse hundir y cuando yo sentí que estábamos por debajo del agua automáticamente me solté y quedé a la deriva.
Apareció metros más adelante se dio la vuelta y nado un poco a contra corriente, cuando pasé por su lado me empujó de las nalgas con sus pies y me sacó del flujo principal, donde por mis propios medios podía salir nadando sin problema.
Sentí como Erika llegó por detrás de mí y me tomo por la cintura para terminarme de llevar a la orilla. Mientras yo veía horrorizada como él seguía rio abajo.
- Tu sácala, las alcanzó en un momento64Please respect copyright.PENANA7YoRSKdzUV
- ¡Amor! --grito Erika preocupada--64Please respect copyright.PENANAsFoRqd4PWF
- Aca más adelante hay otra salida --con una sonrisa restándole importancia--
Erika me jaló de la camiseta y me arrastro hasta que con los pies tocamos el fondo.
- Erika, no, hagamos algo, vamos por él64Please respect copyright.PENANAJ42msN12ON
- Ey ey, ya relax, Iván se crio acá, no te preocupes64Please respect copyright.PENANArE1R3L4eX7
- ¡Ay no! --la abracé y me solté a llorar como una Magdalena en su hombro--64Please respect copyright.PENANAejpDffJPap
- Ya profe, no pasa nada relax
Me abrazo y así, sin soltarme me ayudó a salir del agua, nos sentamos en una piedra grande que aún conservaba un poco de calor. Me consentía y acurrucaba como si fuera una niña chiquita, acariciándome el cabello, la cara, limpiándome las lágrimas.
- ¿Y si no viene? ¿y si le pasa algo?64Please respect copyright.PENANAE4gQUWD6Y8
- No pienses en cosas malas, relax
La penumbra nos cubría y el terror me invadía. Escuchamos unos pasos, vimos un rayo de luz que se acercaba por el camino de tierra destapada cojeando un poco.
Cuando lo vi salí corriendo por entre las piedras y me le colgué del cuello llorando.
- ¿Estas bien? --le pregunté al ver un raspón en su rodilla--64Please respect copyright.PENANALGiB6uSwRc
- Si, todo bien, no te preocupes, solo fue una piedra que no se quiso mover
Erika llegó, le dio un abrazó, le dio un beso y después le dio un puño en el brazo.
- ¡Idiota! me asustaste64Please respect copyright.PENANASZL2iYhRmH
- Yo también te quiero mi amor --contestó con ironía--
Mientras las dos lo examinábamos de arriba a abajo, él se levantó la camiseta, dio una vuelta para mostrarnos que todo estaba bien, que ya había pasado el susto y nos estábamos pasando de exageradas.
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El trayectico por el rio no duro más de 5 o 10 minutos, pero nos había dejado casi a 40 minutos caminando de donde estaba el carro.
Nos mantuvo entretenidas contándonos historias de su niñez con su mejor amigo y todas las locuras que hacía sin que se dieran cuenta los papás. Las mil y una veces que se tiraron rio abajo dejándose llevar por la corriente y como en unas vacaciones de semana santa que la cascada se secó casi hasta desaparecer, descubrieron las cavernas y al siguiente año los termales.
Me gozaron por gallina y por lo loca que me puse mientras íbamos rio abajo. Más fácil lo habría ahorcado yo, que él ahogarse habiendo recorrido tantas veces el mismo rio.
La conversación se tornó más profunda. Empezaba a notar como todo esto que nos acababa de pasar se semejaba tanto a la vida, me daba cuenta de que para encontrar lugares maravillosos había que contar no solo con buenas amistades, sino también dejarse llevar por la aventura, afrontar esos miedos que nos hacen dudar, esos pozos de agua helada, esas cascadas que te aporrean, atravesar cuevas oscuras y tenebrosas. Todo eso para poder conocer lugares paradisiacos y hermosos que te llenan de vitalidad. Sin embargo, encontrar algo de tal magnitud no significaba que después no vayas a tener que afrontar nada igual o peor de terrorífico.
Reconozco que si no fuera por ellos y su apoyo no me hubiera enfrentado a buscar una salida, me habría quedado ahi sin saber que hacer, pero me mostraron algo que nadie: cuando encuentras verdaderos amigos, no importa la dificultad.
Ellos siempre estarán ahí como apoyo, para ayudarte a salir adelante y hacerte más fuerte. A derrotar todos esos miedos que muchas veces sin siquiera enfrentarlos te hacen paralizar.
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Cuando llegamos al carro, Iván saco botellas de agua con gas y un par de toallas para terminarnos de secar, aunque la larga caminata ya había hecho en buena parte esa tarea.
- Chicos, gracias por esto, no tengo palabras para agradecerles64Please respect copyright.PENANAwFvAyVc3Kp
- Para nosotros ha sido un gusto64Please respect copyright.PENANAr0cQursp90
- Totalmente --dijo Iván mientras daba un trago de su botella--64Please respect copyright.PENANAW34CgowaJF
- Tenerte así sea uno día ha sido lo mejor de este mundo --prosiguió Erika--
Me dieron un fuerte abrazo y nos quedamos un momento ahi cubiertos por el manto estrellado del cielo, un concierto infinito de grillos y los parpadeantes destellos de las luciérnagas.
Me separé un poco, apoyándome en el carro. Sentía nostalgia porque este fin de semana tan maravilloso se iba a terminar, pero eran demasiadas emociones que tenía que procesar y ya me empezaba a atacar la angustia. Algo que mi psicoanalista me enseñó a reconocer. Lo mejor era no dejarme abrumar más o podía entrar en crisis.
- ¿Podrían llevarme a mi casa?
La verdad es que no hicieron muy buena cara, sobre todo Erika que por un segundo hasta se vio un poco indispuesta. Sin embargo, haciendo honor a nuestro acuerdo ni siquiera lo refutaron.
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