Iván le levantó las piernas, flexionando sus rodillas, pasé mis brazos por debajo de sus muslos, tomando sus nalgas con fuerza para separarlas y me clavé en ella metiendo mi nariz en su sexo, mientras que mi boca atendía su lugar más sensible.
Al moverme hacia adelante, tuve que mover mis rodillas también un poco hacia adelante. Ella no tardo en pasar sus brazos por debajo de mi cuerpo, sus hombros detrás de mis piernas y sus manos libres para moverse a gusto.
Iván jugaba con su miembro, adentro y afuera, lo metía haciendo que sus piernas se estremecieran, lo sacaba y pasaba abriendo paso por su rajadita, separando sus labios externos y cuando su glande alcanzaba su clítoris movía la punta de mi lengua entre ambos.
Tomó su miembro y saqué mi lengua dándole a entender que lo quería adentro, pero lo que hizo fue usarlo para usarlo como látigo en su sexo y vi como su asterisco palpitaba. Levanté la mirada y me sonrió, estaba lista.
Tomo el tarro de lubricante se embadurnó toda la longitud y no tuvo reparo en ponerlo cerca de su agujero y cuando palpito abriéndose un poco le dejo caer un potente chorro dentro.
Tiro la botella a un lado de nosotras, lo empujo con su mano para colocar su glande en la entrada y esparcir el lubricante con su miembro. Lo apuntalo a la entrada y ella no paraba de apretar sus muslos como si quisiera empujar sus nalgas hacia adelante. La torturo un rato presionando su glande con la mano, pero solo la estaba antojando o tal vez esperando a que dilatara un poco más.
Yo estaba ahí viendo de muy cerca toda la acción, encargándome de mantener alejadas sus piernas y sus nalgas bien abiertas. Mi trasero empezó a palpitar, a sentir como una especie de cosquilleo, como si fuera yo la que estuviera sintiendo todo lo que le hacía a su esposa.
Se acomodó en un mejor ángulo y empezó a empujar muy suavecito, Erika gemía muy diferente, más ronco y alocado, sin continuidad. Su glande empezó a introducirse y ella pegó un grito que acallo mordiendo mis nalgas. Poco a poco lentamente lo fue introduciendo y yo veía a escasos centímetros como toda su longitud desaparecía en su interior.
Iván me empujo de la parte de atrás de la cabeza ordenándome zambullirme en su sexo y eso hice con esmero y menester, sin dejar de ver como la taladraba incesantemente, primero bástate despacio, pero una vez su trasero se sentía más libre la penetraba incansablemente con todas sus fuerzas. Su sexo parecía succionarme la cara y yo encantada aprovechaba para meterme su clítoris entre los labios y follarla con mi nariz.
Su sexo empezó a reaccionar, era como si un pozo inundado son sus propios fluidos, se contraía y luego explotaba como un hoyo soplador que estallaba en mi cara y me hacía excitar demasiado, escuchar por primera vez un peo vaginal, era simplemente increíble. Lanzo un grito desgarrador y su orgasmo empapo todas las sabanas.
Mi trasero estaba en llamas, palpitaba de emoción queriendo probar lo mismo que ella. Tuve que erguir mi cuerpo, apoyarme en su vientre y sus piernas cayeron en la cama. No entendía por qué me tenía tan excitada, era imposible que solo con su boca me tuviera así y cuando voltee a ver me sorprendía al ver lo que estaba haciendo.
Cuando me dijo "yo me encargo" pensaba que se refería a que ella se iba a encargar de quitarle el esposo a su esposo, que se iba a sacrificar para que fuera a ella a la que le diera por detrás. No, que se refería a que se iba a encargar de prepararme para él.
Tenía mi trasero lleno de lubricante, su cara metida en mi sexo y un par de dedos moviéndose en círculos en mi trasero y luego venía con su lengua para hacer estragos simulando penetrarme por detrás, regresaban sus dedos atrás y su boca a besar mi sexo con deseo.
Iván me tomo del rostro, me beso el mentón chupando los fluidos de su mujer en mi cara y luego nos besamos con desespero y locura.
- Quiero que me hagas lo mismo --le pedí con timidez--67Please respect copyright.PENANAoy624GX6Y2
- Yo encantado de comerme ese culote tan rico67Please respect copyright.PENANAbgeYAPZvrF
- Pero, ay jueputa...
Tuve que apoyarme un momento en su hombro, Erika acababa de meterme un dedo por detrás y se sentía demasiado bien.
- ¿Pero?67Please respect copyright.PENANAo6uIAFz1Y9
- Nunca lo he hecho antes --levanté mi mirada y sonreí-- por allá67Please respect copyright.PENANA88ZFS3Hpvv
- Tranquila profe, tendré mucho cuidado67Please respect copyright.PENANAlvnNGaodoI
- ¿A vos tampoco? ¿Ni un dedito?67Please respect copyright.PENANAqhWFASSKca
- No, profe67Please respect copyright.PENANAJZ9dNtvWDy
- Entonces tengo una condición67Please respect copyright.PENANAEvMf3xmZKS
- ¿Cuál?67Please respect copyright.PENANA8rVlxjKgv7
- Lo mismo que dejes que Erika te haga a vos, es lo que me vas a poder hacer a mí
Ni siquiera contesto, se lo sacó a su esposa, miré hacia abajo, vi su sexo empapado y metí la cara entera, moviéndola de lado a lado hasta empaparme en sus fluidos. Iván mientras tanto se cambiaba el condón y se acomodaba detrás de mí.
- Ohhh rayosssss
Dos lenguas, una en cada agujero, haciendo que mi cuerpo se encendiera casi al límite de terminar rostizada. Se dijeron algo en voz baja que no puede escuchar muy bien. Me tomó de las caderas y su miembro entro suavecito abriéndose paso en mi sexo. Los ojos se me iban hacia atrás, no podía creer lo increíble que se sentía, su pelvis chocando contra mis nalgas mientras que Erika me empujaba de las nalgas hacia abajo para meterse su clítoris en mi boca, pasar con su lengua por mi sexo, chuparle las bolas e ir de vuelta por mí.
Él empezó a acercar su pulgar a mi asterisco y cuando trató de meterlo, voltee a mirar las manos de su esposa que seguían aferradas a mis nalgas y le negué con la cabeza.
- Ya sabes qué hacer
Levantó su pierna apoyando la planta de su pie, tomó una mano de su mujer y la dirigió hacia atrás. Ella encantada, utilizo mis fluidos y su saliva para poder juguetear un poco. Por poco me muero cuando empecé a sentir como entraba su dedo por detrás y me imaginaba lo encantada que estaba Erika haciéndole lo mimo.
Me dejé caer en su sexo, tratando de distraer un poco la sensación extraña y un poco dolorosa. Empiezo a escuchar como Iván estaba gimiendo apoyado en mi espalda, volteo a ver su cara y estaba ido de placer, su mujer tenía razón al decirle que le iba a gustar. Se acercó por mi espalda, mi cuello, me apretó el pecho y me mordió el lóbulo.
- ¿Te gusta?67Please respect copyright.PENANAgCfGMS2QXC
- Sí, un poco extraño, pero bien67Please respect copyright.PENANAC7WMJvleEy
- ¿Quieres intentarlo con algo más grande?67Please respect copyright.PENANA5PmHpGRCbd
- Sí --me mordí los labios--, sí, eso quiero67Please respect copyright.PENANALg358oevdA
- ¿Qué quiere profe? ¡Dígalo!67Please respect copyright.PENANAspWayYBMe9
- Que me rompas el culo, quiero que me culees
Iván fue demasiado gentil, me llenó de lubricante y simplemente lo puso ahí a la puerta sin moverse. Dejaba que el mismo vaivén fueran los que hicieran el trabajo, que mis nalgas fueran las que decidieran poco a poco cuando iba a ser el momento adecuado.
Su glande se abría paso y el dolor me hacía ir hacia adelante, pero se sentía tan delicioso, tan morboso y provocativo que igual lo volvía a intentar. Me di cuenta de que Erika estaba atenta a todo el proceso porque cuando por fin entro su glande en mi trasero tuvo otro orgasmo y su cuerpo tembló.
Me quedé un segundo así quieta y lo único que sentía era como Erika se daba un banquete con mi sexo y los gemidos de Iván que ahora tenían un segundo dedo en su interior. Sentir el brazo de Erika moverse mientras lo penetraba fue lo que me hizo hacer lo mismo.
Cuando menos lo pensé, estaba moviendo mis caderas de adelante hacia atrás, descargándolas con fuerza contra su pelvis y hasta moviéndolas en círculos, ganándome unas bien merecidas nalgadas. Al entrar dolía un poco, pero cuando lo sacaba la sensación era demasiado placentera, que valía la pena lo primero con tal de sentir lo segundo.
Sentía como si mi cuerpo flotara, como si estuviera en el nirvana. Cerré los ojos y me dediqué a disfrutar cada una de las sensaciones que provocaban en mí, hasta que mi cuerpo empezó a temblar como si tuviera hipotermia.
Iván me empujó hacia el sexo de su mujer que parecía una fuente inagotable de orgasmos, metí mi nariz en su sexo, aprisione su clítoris con la boca. Ella montó sus piernas detrás de mi cuello, empujándome con sus talones detrás de la cabeza, le separé las nalgas con mis manos y el índice de cada una de ellas fue a parar dentro de su trasero.
Iván me tomó de las caderas, me agarraba con fuerza, me empujaba hacia él y cuando mis nalgas chocaban con su cuerpo, empujaba su pelvis hacia adelante, se sentía como si me fuera a partir en dos.
- Si amor, así, duro, duro, más duro, comete ese culo tan delicioso
Mis manos fueron lo primero que empezó a temblar, ni siquiera era capaz de sostener sus nalgas. Luego mis pies empezaron a sentirse igual, mis piernas, mis brazos, sentía un calor intenso en mi vientre. Con mi último aliento logré empujar con mis manos y escaparme del nudo de sus piernas.
Traté de quitarlo, pero aprisiono mis manos a la espalda, me colocó su brazo en el cuello y me empezó a gemir al oído. Sentía como si de cada extremidad llegaran ondas y se concentraran en mi pecho. Me empezó a morder el cuello como una bestia, me apretó el pecho como si lo fuera a arrancar y su otra mano baja a mi sexo, me separó los labios con dos dedos y la lengua de Erika castigaba justo la parte más sensible de mi clítoris.
Aquella energía que se había acumulado en mi pecho, empezó a descender lentamente, mientras que continuaba acumulando energía.
- Esperen, esperen, paren, paren
Se detuvo por un momento en mi vientre que se encogió al salir todo el aire de mi cuerpo, el gruñido de Iván, acompañado de su miembro bombeando su orgasmo dentro, me hizo explotar.
- AGGGHHHH AAGGGHHHHHH AAAAHHH DIIOOSSSSS
Ni siquiera era capaz de moverme o de abrir los ojos, era como si hubiera estallado como una bomba, como si el alma se me estuviera escapando a chorros por mi sexo y no pudiera hacer nada por evitarlo o detenerlo, hasta que perdí el conocimiento.
Cuando abrí los ojos, ella estaba tomándome de la cara, estaba toda mojada y goteando como si se hubieran acabado de bañar. Se miraban sorprendidos, pero no se les borraba una risita traviesa de la cara.
Iván me tenía cargada en brazos, mientras Erika cambiaba las sábanas.
- ¿Qué pasó? --pregunté desorientada--67Please respect copyright.PENANAQdas0DXFXf
- Nada profe, descasa --se acercó ella a acariciarme el rostro y darme un beso--
Mi cuerpo pesaba tanto que cuando sentí que me descargaba en la cama y me colocaba una cobija encima, me perdía sin remedio en un sueño profundo.
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