Estaba quedándome dormida cuando el profesor hablo en voz alta, para que la información de termodinámica llegara hasta los del fondo. A unos puestos de mi, varios chicos comían sin mucha discreción. Era el rincón secreto del salón.
Cabecee unos momentos más, convirtiendo a las sillas frente a mí en figuras no muy diferentes a lo que sale de un lápiz de tinta cuando se presiona con mucha fuerza. Me habría dormido profundamente y habría recuperado las horas de sueño faltantes si no me hubieran dado un codazo.
-Buenos días, Emilia –Me saludo Brock, con una risita.
El chico paso de mi y devolvió su atención al profesor. Me calme con un lento suspiro, y no ayudo demasiado que me entrara su pesado perfume en la nariz. Era ridículamente pesado. Si alguien prendiera un encendedor a 5 metros de el, estallaría como fuegos artificiales.
No podía culparle por despertarme. No le incumbía si me dormía en clase o no..., pero si fuera a acusarlo sería yo quien quedaría mal.
Apoye el rostro en mis palmas y me quede así un rato, cubriéndome la cara. Después del susto que me dio Brock difícilmente podría conciliar el sueño otra vez. Quería escapar de allí, pero sin salir del salón de clase, porque seguiría atrapada, porque el problema no eran las paredes de esa habitación. Necesitaba salir de mi cabeza un rato.
Me puse a dibujar lo primero que se me viniera a la cabeza y fui distanciándome de todo.
Me llego un codazo en el brazo, y el respingo me hizo arrastrar el lápiz con fuerza y rasgar la hoja.
Le eche un vistazo a Brock. El miraba al profesor, pero los labios le temblaban como un fideo húmedo.
Espere unos momentos a que el profesor dejara de explicar a todo volumen, y le diera la espalda al salón para escribir en la pizarra.
-Hey, Brock –Susurre, cuando el profe nos mostro la nuca.
El chico se giró. Acto seguido deslice la pierna bajo su silla como un sable. Las patas del asiento se inclinaron con el barrido y Brock se fue de espaldas.
Esta vez fui yo quien tuvo que ahogar la risa, después de que el chico recogiera su silla y recuperara la postura, me dedico una vista furiosa de toro. Le guiñe un ojo.
Cuando termino la clase estaba leyendo un libro, con una chaqueta cubriéndome de manera que me ocultara, como un caparazón una tortuga. Así nadie podría saber lo que leía, y ademas me protegía del sol que siempre me irritaba.
En esos momentos Brock planeaba vengarse de una manera u otra. No importo, porque antes de que pudiera hacerlo, escuche su silla chirriar y a el protestar.
Levante la mirada de la chaqueta. A mi lado se había sentado una chica, acompañada de otras dos que se quedaron de pie a su lado.
-¿Qué pasa, Emmy? –Pregunto la que se sentó junto a mí, mientras comía de una bolsa con patitas.
-Un bus –Dije señalando a la ventana con el pulgar, y me quite la chaqueta de encima. Consciente de que mi tiempo a solas había terminado. Deje el libro dentro de mi mochila-, un bus es lo que pasa.
-Jessica pregunta porque te notamos un poco pálida –Afirmo Scarlett, la pelirroja del grupo. Hizo a un lado los cuadernos de Brock y descanso el trasero sobre la mesa. El chico seguía a unos metros de nosotras, (aun desde la distancia, sentía su perfume) e hizo una mueca al instante. Jessica le miro por sobre la bolsa de papitas, y fue suficiente para mantenerlo a distancia.
Antes de contestar, me mire las manos.
Si, quizá estaba un poco pálida.
-No es nada –Le baje importancia a la pregunta con un gesto despreocupado-, estoy mareada. ¿Vamos a...?
-¿Nada de novedades con el temita de M y J? –Me interrumpió Jessica.
Negué con la cabeza. Lo hice con un nudo en la garganta.
-Nada. No he hablado con ninguna de las dos.
-Bueno, no es como que hayan hablado con nadie en realidad –Añadió Camila con voz tenue, con suerte elevaba la voz sobre el sonido de un suspiro, y si no estuviéramos entrenadas para percibir su voz (años de práctica, querida) habríamos pasado por alto su presencia.
-Ya deberíamos pasar página con respecto a eso –Decidió Scarlett-, salió todo bien para nosotras.
Jessica se encogió de hombros, insatisfecha.
-Meredith Castillo, Janice Pierce, ¿Por qué esas dos?
A juzgar por su tono de voz, imagine que la pregunta iba dirigida directamente hacia mí. Las otras dos también lo sabían, pues guardaron silencio.
-Había una conexión entre ambas –Replique-, era una gran coincidencia la intolerancia de Meredith y la estrecha relación de Janice con Sal. Elegir a ambas para la siguiente... "broma" era nuestra mejor opción.
-La chica teñida de morado del B, -Insistió Jessica- ella está saliendo con una chica de otra escuela. ¿Por qué no ella entonces?
-No se qui...
-Janice era una bully. Eso no era ningún secreto. Trazaste una conexión entre dos malas personas, ¿es por eso que las escogiste?
-No sé porque es importante quienes sean.
Jessica entorno los ojos, sin quitarme las punzocortantes pupilas de encima.
-No lo es. –Respondió suavemente- Pero me parece verdaderamente interesante.
Hubo una batalla de miradas por un momento. Se lo que Jessica buscaba hacer. Le encantaba intentar intimidarme de una manera u otra, tan solo porque pensaba que no encajaba con su trió de amigas macabras.
No deje que afilara las cuchillas de su mirada en mi, sostuve los ojos con los suyos.
-Pasar página –Repitió Scarlett-. Emily lo hizo bien.
"Lo hice todo" Pensé. Espere sentirme orgullosa, pero tan solo conseguí revolver aun mas mis tripas.
-Mejor que en la siguiente participemos todas –Siguió Scarlett-, ¿ahora qué?
-Podríamos ir de compras –Propusó Camila.
La mire sonriendo, ella me contesto con el mismo gesto.
Scarlett y Jessica intercambiaron miradas, confundidas.
-¿Qué? Hablaba de a quien haremos la siguiente broma.
-Ah. Bueno. –Respondió Camila, la expresión se le fue borrando del rostro.
-Yo tengo una idea –Añadió Jessica. El sentimiento de tormento en mis intestinos aumento, dándome la sensación de ser un plato de fideos revuelto por un tenedor.
-¿Quién? –Pregunte.
-Ya verán –Dijo Jessica, y de inmediato toco la campana. Arrugó la bolsa de papitas y la dejo en mi puesto. Los estudiantes volvian a sus puestos.
Bajo por unos momentos, pero el dolor se retorcía y me hacia agarrarme la cabeza. No pensaba tanto en que pudieran atraparme, a pesar de que eso no me hubiera dejado dormir anoche. Tenía una sola imagen en mi cabeza, y no se iba.
Era Janice. Estaba en el camarín, el mismo en el que había estado un millón de veces para cada ensayo de la obra. Esta vez tenía el maquillaje estropeado como un payaso bajo la lluvia, y miraba sus mechones, en otrora brillantes como cortinas de oro, sobresalir de su coronilla como matorrales de pasto seco.
Ella había sido tan horrible con otras personas, y había llegado a arruinar los rostros de cualquier chica que amenazara con quitarle el papel, de maneras que incluían descubrir sus alergias o simple y llanamente echarle algo a sus comidas (ni siquiera estoy segura de que sea legal tanto laxante). Y aunque no hubiera llegado a extremos por conservar su puesto, aun así amaba soltar patadas y golpes a chicos de cursos menores en frente de todos, sin mencionar su afán por esperar el momento preciso y bajarle los pantalones a algún estudiante descuidado.
Entonces se lo merecía, ¿verdad? Entonces no debería sentirme así, ¿verdad?
Pero se había visto tan feliz cuando hablaba de su obra, y amaba tanto su cabello, y había practicado por tanto tiempo....
"Metí la pata" Pensé, "Soy lo peor"
Pero si realmente quería cambiar, ya no tendría con quien hablar. Jessica y el resto se marcharían. Estaba acorralada.
Cuando termino la clase, me levante de mi asiento y planee salir de la sala a tomar aire. Una mano atrapo mi muñeca.
-Hey, hey, -Dijo Brock, reteniéndome- No vas a ninguna parte. Tú y yo vamos a arreglar...
El tormento en mis tripas se desencadeno como un tornado. Con la mano libre atrape su mano devuelta, y hundí mis uñas melladas en su piel.
-¡Ya déjame en paz! –Le grite en la cara, sujetándolo de los hombros y echándolo hacia atrás. El chico soltó un grito trémulo y cayo junto a su silla. Trague aire caliente.
Deslice una mano por su puesto y empuje todos sus cuadernos sobre él, para luego soltar una última patada que hizo caer la misma mesa. Salí del salón con los puños cerrados como candados y el cabello siguiéndome como una túnica profundamente oscura.
El pasillo estaba tan lleno de estudiantes como siempre, pero como si un imán guiara mi vista, mis ojos se dirigieron hasta un grupo de chicas en el fondo. Jessica y Scarlett hablaban con una muchacha rubia, mientras Camila observaba la situación alejada.
"Tengo un mal presentimiento" Dije en mi cabeza.
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