EMILY HILLS. NO LEER
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-Arruinare la vida de dos personas. Tan solo lo hago por Jessica y porque se pone...molesta cuando ignoro sus peticiones. En el fondo no tengo opción, así que me encargare de que mis victimas al menos puedan ser malas personas y no inocentes.
-Convenceré a Meredith de que haremos un plan contra Janice, cuando el plan siempre sera contra ellas dos en el fondo.
-Datos iniciales:
A Janice Pierce le gusta hacer bromas pesadas. Es actriz. Cuando no puede conseguir un papel, elimina a la competencia como sea. Sale en secreto con una chica llamada Sal.
Meredith es homofobica, ¿necesito decir mas? :p
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Paso 1: Acercarme a J
El primer contacto fue hoy mismo. Me senté a unas mesas de distancia de Janice durante el almuerzo. Tuve la suerte de que Sal, una "amiga" que siempre camina junto a ella, se quedaría en casa por unos días luego de haber masticado -¿Quién sabe quién podría haber puesto eso allí?- mantequilla de maní en su pan con queso y lechuga.
Llame su atención y ella me examino con un gesto cohibido, como cualquiera cuando te encuentras con un completo desconocido. Me presente y procedí a preguntarle por la obra a fin de año, fingiendo interés. Los ojos de J brillaron como perlas y dejo de lado todas las conversaciones que tenía con otras muchachas.
-Entonces, ¿Qué papel tienes tú? –Pregunté.
-Yo soy Emma Norton, un heraldo de la muerte que persigue al hombre que la atropello en un autobús cuando salió a pasear a su gato.
-¿Fue muy complicado conseguir el papel?
-Algo así. Bastante competencia BLABLABLA soy tan engreída BLABLABLA -Dios, me quedo dormida hasta recordando nuestra conversación.
-He estado pensando en asistir al musical, ¿conoces a ese chico llamado Zachary? ¿El de pelo azul?
J chasqueo los dedos.
-¡Claro! El siempre viene a ver los ensayos. Escuche que no podrá ir a la obra.
-Lo sé. Hoy me entrego los boletos, quería que alguien más fuera en su lugar, pero he estado pensando, y sé que suena muy directo, ¿vale la pena ir?
Tome un pequeño riesgo a que se lo tomara mal. Lo que menos quiero es que la relación se derrumbe antes de empezar.
-Es un acto único. –Afirmo con toda la seguridad del mundo- No te arrepentirás.
-Necesito material de los actores, Janice, de otro modo, ¿Cómo podría invitar a mis amigas?
-¿Quiénes son tus amigas?
-Oh, ya sabes. Jessica Stain, Scarlett Mort..., Camila Bosquez.
Esta parte en particular la recuerdo vívidamente. Los ojos se le abrieron tanto que las cejas le acariciaron donde le crecía el cabello.
-¿Camila Bosquez?
-Sí, quizá hayas oído hablar de su padre, el señor Bosquez. El productor de cine.
Ahora que estoy en mi cuarto no tengo problema con despellejarme de la risa. Ya es mía.
Paso 2: Acercarme a M y ganar su confianza.
Espere unos días luego de ir a la casa de J para llegar al siguiente paso.
Este paso va a ser más complicado que el anterior. Janice es una persona accesible, tiene muchas amigas (al menos una por cada curso), de manera que no fue nada complicado hacer que se interese en mi. Meredith, por otra parte...
Meredith se escapa de la escuela. Lo descubrí hace unos meses. Estaba leyendo un libro de romance cuando la vi caminando fuera de la escuela, tras la ventana enrejada en una esquina de la biblioteca.
Extendí un poco más la búsqueda, y en uno de mis viajes a la oficina del director vi una de las listas de clases. Me di cuenta que M desaparece usualmente antes de las clases de matemáticas.
Como una curiosidad, encontré un vino en uno de los cajones del director. ¿Quién lo diría?
Le rogué al conserje que saliera de la escuela y diera una vuelta. Que un grupo de chicos me había quitado el celular y lo había arrojado por la ventana. Lo único que tuve que hacer fue esperar en el pasillo, y escuchar como Meredith y otras dos muchachas entraban tiradas de la oreja en la escuela.
Después fui a clases. Almorcé sushi con soya. -Nota: Estaba rico. Darle propina a la señora de la comida. Volví a clases. Antes de que termine el último recreo fui a botarle el jugo a un niño llorón y quede anotada para la detención.
Una vez en detención, me alivie al ver que M estaba sentada tan solo unos puestos de distancia. Escondí la cabeza dentro de un libro hasta que el profesor se levanto y salió de la sala para ir al baño. Me incorpore y me senté junto a M.
-¿Qué quieres? –Pregunto con voz seca.
-Hey, ¿Qué tal?
Le sonreí. Sus ojos permanecieron reticentes y firmes.
-Vengo a preguntarte algo –Fui borrando la sonrisa a medida que hablaba. (Nota: no usar modismos alegres con M, ugh)-, ¿eres del B, no? Porque nunca te he visto en mi clase.
-Sí. Soy del B. ¿Por qué?
-Por nada. No hay nadie más aquí así que quería hablarte, ¿hambre? Tienes cara de no haber almorzado.
Saque una bolsa de papitas y se la tendí (ilusa, es el truco para agradarle a la gente numero 1). Las cejas se le aflojaron y flaqueo su expresión de dureza. Vaciamos la bolsita a medida que hablábamos, nuestras manos se turnaban para sacar un puñado y llevárnoslo a la boca.
La conversación inicio de lo más trivial, de cómo habíamos terminado ahí, de música, de mascotas, de lo extraño que se veía el trasero del director en pantalones de yoga. Al final, terminamos presentándonos con nombre y apellido.
-Me llamo Meredith Gonzalez, -Me confesó (Nota: ya lo sabia :P)- ¿y tú?
-Emily Hills –Dije, llevándome una papita a la boca- ¿Tienes algo que hacer luego de la escuela?
-No, nada. Iba a ir de compras con unas amigas pero perdieron el interés después de que termine aquí.
Sonreí.
-Same.
Igual que con J, termine en casa de M luego de nuestra primera interacción. A diferencia de con Janice, no hablamos solo de su interés por el teatro y de lo mucho que se había esforzado por llegar a conseguir ese papel, que incluso había estado por perder el meñique luego de un accidente en escena –¿Nota?: No tengo idea como llegamos hasta eso. Ahora no se va de mi cabeza...Demonios, deja de escribir al respecto. Tonta-, esta vez, nos sentamos en su alfombra y cerramos la puerta con llave. Como era de esperarse, mi plan empezó a desenvolverse: Las capas de Meredith se soltaban mejor fuera de la escuela.
-¿A qué hora llegan tus padres? –Pregunte, mirando los cuadros de bandas en su cuarto.
-En la tarde, mi abue aparece antes. Podemos subir la música al máximo hasta entonces.
-¿No hay problemas con los vecinos?
-¿Y con quien se quejaran si no están mis padres?
Pedimos pizza y pasamos la tarde sentadas sobre su cama, le pregunte por los músicos en sus posters (incluso de los que ya sabía) hasta que ya no quedo ninguno cuyo nombre no me aprendiera. Al parecer, es de esas personas que cuando les gusta un famoso se aprenden hasta su fecha de cumpleaños.
-¿Cada cuanto sales de fiesta? –Pregunté.
-Si no hay nadie en casa, yo la organizo.
-¿Cómo fue que no escuche de algo así antes?
-Son invitaciones cerradas, no abro las puertas de mi casa a toda la escuela.
Asentí, apartando la cabeza y haciendo una mueca con los labios. Meredith no tardo en leer el gesto.
-Oh, am... Creo que la próxima semana no estarán, podrías venir. Solo si quieres.
-¡Claro! –Alce la voz, tome sus manos. Emocionada- ¿Puedo invitar a una amiga?
Meredith empezaba a devolver el gesto de emoción hasta entonces. La expresión se le congelo y ella vacilo, se alejo un poco.
-Dime quien es.
-Es Janice, es de mi curso. Le gusta el teatro.
Ya sabía exactamente cuál era su respuesta. Incluso pude ver como se torcía su rostro y tartamudeaba incluso antes de que reaccionara a mis palabras. La exactitud de mi predicción fue tan directa que pude hasta indicar una cuenta regresiva antes de que M abriera la boca.
3.
-¿Janice? No sé quién es.
-Tuvo unos problemas con el conserje hace un tiempo, ya sabes, el de la cruz.
2.
-¿Oh, en serio? ¿Qué hizo?
1.
-No estaba allí para verlo, pero dicen que caminaba tomada de la mano con una muchacha llamada Sal.
Kaboom.
Paso 3: Titulo¿¿
Después de dejar caer la bomba en casa de M, solo tuve que esperar a que las palabras de la chica encendieran el fuego. Ahora estamos en la recta final.
M rechazo rotundamente luego de eso, como era de esperarse. Al estar solas, no dudo en contarme porque, y empezó diciéndome que era la primera vez que abría la boca al respecto. Asentí interesada, aunque sabía que mentía. Me entere de los mensajes que había enviado por redes sociales meses atrás, ¿Por qué otra razón me habría fijado en ella?
Como sus padres no llegarían en un rato mas, me ofreció quedarme, pero me negué. Ya había decidido que atacaría lentamente. Así que en un par de días más en los que hablamos en los pasillos –Un día iba a ver a J, al siguiente a M-, le conté que no tenía nada que hacer en la tarde y espere a que me invitara a su casa otra vez. Lo hizo al instante.
Obvio, ya sabía de su gusto por enviar mensajes de odio a parejas del mismo genero desde hace un buen tiempo atrás, pero era necesario que lo dijera en voz alta para que el plan avanzara como lo imaginaba.
Volvimos a ordenar Pizza y esta vez concluimos la conversación de hace unos días. Parecía reticente al principio (porque era amiga de Janice), hasta que le explique lo que pensaba hacer.
-¿Qué...? Pero, pensé que tu y ella se llevaban bien.
-¡Lo hacíamos! –Le dije- ¡Hasta me entrego un asiento en primera fila para su obra! Pero fue entonces cuando me hablo de que salía con Sal. No sé, es distinto ahora, ¿entiendes lo que quiero decir?
Meredith asintió con la cabeza y comió un trozo de pizza.
-Es triste, ¿no crees? Digo, se ve que tiene talento, pero pasa que le gustan las chicas.
Le sonreí. Fue difícil mantener la compostura. Una parte de mi estaba enojada, la otra, emocionada, como si sus palabras hubieran encendido un fosforo mental que ardía y atraía a la vez.
-Lo sé, ¿verdad?
-Entonces... ¿Cómo lo harás? ¿Estás segura de que es buena idea?
-¡Alguien tiene que enseñarle! Y después de que te conocí, se que tu puedes ayudarme.
M jugueteo con sus manos, pensativa.
-¿Cuál es el plan?
Trague saliva. Aquí empezaba todo.
–Nota: Compartir receta de sushi con mama.
Paso 4: paso cuatro.
-La invitaremos a la pijamada, junto al resto de tus amigas. Quizá venga con alguien más, es posible que hasta su parejita Sal aparezca. No importa, no interferirán. Llegara el momento en que la fiesta decaiga y llegue la hora de dormir, asegúrate de que todas estén durmiendo cuando suceda. Tomare la rasuradora y J se quedara sin cejas.
-¿J?
(Bueno. Un error lo comete cualquiera, ¿vale?)
-Digo, Janice.
-Oh..., espera, ¿Qué? ¿No crees que sea ir demasiado lejos?
Nos miramos a los ojos por unos momentos, y estallamos en carcajadas al instante.
-Hey, la obra es unas semanas más. Ya tendrá atisbos de cejas para entonces, y de todas maneras estará usando maquillaje. No pasa nada. Solo será un pequeño susto.
-Entonces, ¿Cuándo le decimos?
-Ahora mismo. Yo tengo su número.
Una de mis mayores inseguridades al conocer las verdaderas personalidades de J y M e iniciar el plan, fue que agentes externos intervinieran y aplazaran la masacre para luego de la obra. Para mi suerte, nada de eso sucedió. Estaba nerviosa haciendo la llamada, de eso dependía absolutamente todo, y si por cualquier tipo de situación sus padres le decían que no podía ir a la fiesta, habría hecho esto por nada.
Al rato, Janice me devolvió la llamada. Si iría a la fiesta y también traería a unas amigas. A una amiga en particular.
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